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 Tresors, Marxants, Col∙leccions El diàleg artístic entre Espanya i Amèrica 1850‐1950 INMACULADA SOCIAS (ed.). Conflictes bèl·lics, espoliacions, col·leccions, Publicacions
i Edicions de la Universitat de Barcelona, Barcelona, 2009, 218 págs.
Aunque el coleccionismo artístico suele evocar la ilustrada idea de protección
del patrimonio, es, con frecuencia, el resultado de una expoliación. Pero cualquier botín
de guerra está acompañado de avatares complejos, algunos azarosos, que no es fácil
juzgar desapasionadamente. Las circunstancias que han llevado a apropiarse de obras de
arte por su belleza o significación, tras haber tenido otras funciones y otros propietarios,
no sólo definen la historia del gusto, sino la misma historia del arte, cuyo relato ha
estado muy determinado por la jerarquización derivada del deseo de posesión.
Bajo esta premisa –la usurpación de obras de arte en un marco bélico– se reúnen
catorce ensayos escritos en castellano, catalán, francés e italiano, lo que da idea de la
diversa procedencia intelectual de los investigadores, encabezados por Inmaculada
Socias, que es la editora académica del libro. Estos trabajos constituyen el resultado de
unas jornadas sobre coleccionismo que se celebraron en Barcelona los días 22 y 23 de
abril de 2008.
El propósito de la editora se enmarca en un deseo de revitalizar la historia social
del arte en un marco pluridisciplinar, acotado cronológicamente entre las primeras
décadas del siglo XVIII y mediados del siglo XX, periodo que podríamos calificar de
Edad de Oro del coleccionismo moderno, tanto hacia piezas arqueológicas de la
Antigüedad como del Renacimiento y el Barroco, en Europa, fundamentalmente,
aunque con ramificaciones en América. En ese sentido, los estudiosos del
coleccionismo reivindican la importancia del discurso temporal, que hace de la historia
del arte una disciplina siempre proyectada sobre el presente: el coleccionista no es el
mero eslabón de una cadena que nos lleva al pasado, sino quien aporta, a veces de
manera decisiva, elementos para individualizar la pieza, conocerla hoy y comprenderla.
1 Tresors, Marxants, Col∙leccions El diàleg artístic entre Espanya i Amèrica 1850‐1950 El libro se inicia con un trabajo de Agustí Alcoberro sobre las consecuencias de
la guerra de la Sucesión para el patrimonio artístico y documental, que interpreta como
un proceso de represión cultural. Bajo ese presupuesto estudia la confiscación de
bibliotecas, tanto en la Corona de Castilla como, sobre todo, en Valencia y Cataluña,
afectando aquí muy especialmente a los símbolos, las universidades y la lengua.
Paralelamente, la corte del Archiduque en Barcelona generó un patrimonio documental,
evacuado y en parte después recuperado. La huida de los exiliados hispánicos tiene
consecuencias significativas en la Viena Imperial, que aquí son analizadas.
La relevante personalidad del primer marqués de Castelldosrius, militar,
embajador y virrey del Perú, es analizada por Yolanda Pérez Carrasco, que estudia un
documento inédito del Arxiu Nacional de Catalunya, con un inventario de bienes, donde
se citan dieciocho cuadros.
El paradigma del museo como resultado de la política revolucionaria sobre la
conservación del patrimonio está encarnado por el Museo del Louvre. Dominique
Poulot plantea las contradicciones de ese modelo, en el marco de las identidades
nacionales, la propaganda del poder y el cosmopolitismo cultural que representa el
conocimiento y el coleccionismo de obras de arte dispersas.
José María Luzón valora como un caso singular de protección de obras de arte la
iniciativa tomada por la Academia de San Fernando de Madrid en 1809, para trasladar a
su sede los vaciados de escultura clásica que estaban en la Fábrica de Porcelana de la
China, convertida en acuartelamiento militar durante la Guerra de la Independencia.
Lauro Magnani realiza, por una parte, un balance crítico sobre las favorables
condiciones que se dieron en la aristocrática República de Génova durante los siglos
XVII y XVIII para el coleccionismo de obras arte; y, por otra parte, reflexiona, a través
de un estado de la cuestión, sobre las consecuencias que el Directorio de la efímera
República Ligur y la posterior anexión de Liguria al Imperio napoleónico, supusieron,
2 Tresors, Marxants, Col∙leccions El diàleg artístic entre Espanya i Amèrica 1850‐1950 con Vivant Denon a la cabeza, para el traslado a Francia de numerosos cuadros
religiosos conservados en los conventos entonces suprimidos.
La Acadèmia de Belles Arts de Sant Jordi de Barcelona tuvo, en el primer tercio
del siglo XIX, un papel fundamental en la conservación de pinturas de carácter
religioso. Ese el argumento del trabajo de Francesc Fontbona, que analiza obras
confiscadas en tres momentos históricos distintos: la época napoleónica, el Trienio
Liberal y la quema de conventos en 1835.
Una de las personalidades más complejas y fascinantes del Romanticismo
español es el erudito y pintor Valentín Carderera. Itziar Arana lleva a cabo un prolijo
estudio, con documentación analizada con tanta agudeza como detalle, sobre tres facetas
de una figura controvertida: su papel como comisionado en la gestión de los bienes
eclesiásticos desamortizados, su propia colección y su papel como académico.
José Antonio Vigara pone en relación, a través de documentos y datos históricos,
la dispersión y destrucción de alhajas conservadas en conventos cordobeses con dos
momentos “bélicos”: la ocupación de Córdoba por los franceses durante la Guerra de la
Independencia y las vicisitudes carlistas.
La Casa Museo Santacana de Martorell posee, entre otras, una importante
colección de cerámica, una parte de la cual está compuesta de azulejos procedentes de
edificios barceloneses, y piezas de arquitectura y escultura que formaron parte de
edificios demolidos. Myriam Aguilar analiza la conversión de todo este fondo en
colección, fruto de un criterio singular de preservación del patrimonio.
Pilar Vélez, tras un recorrido sobre las vicisitudes sufridas por el patrimonio
artístico barcelonés en el siglo XIX, se ocupa del coleccionismo de escultura en
Cataluña, en gran parte relacionado con esta destrucción, incluyendo tanto las obras
pétreas de carácter documental, las piezas vinculadas a la arquitectura y la talla
policromada, con mención de eruditos y coleccionistas, para terminar con la singular
figura de Frederic Marès.
3 Tresors, Marxants, Col∙leccions El diàleg artístic entre Espanya i Amèrica 1850‐1950 Antonio Urquízar reflexiona sobre la contribución del coleccionismo a
formación una conciencia moderna del arte, al quedar desligados los objetos de la
funcionalidad que tenían cuando fueron concebidos.
La Comisión Valoradora de Objetos Artísticos a Exportar de Barcelona fue uno
de los organismos oficiales encargados de velar por la salvaguarda del patrimonio
artístico. Elisa Puig de Morales Fusté se centra en el primer periodo de actividad de la
Comisión, entre 1922 y 1923, con un análisis de su funcionamiento. Isabel Fabregat
Marín se ocupa de las obras de arte de los siglos XIX y XX que la comisión evaluó
entre 1922 y 1924 como una vía de estudio para analizar el mercado.
Cierra el libro el trabajo de la editora, Inmaculada Socias, sobre el monumento a
Archer Milton Huntington, fundador de la Hispanic Society of América, y a su esposa,
Anna Hyatt Huntington, levantado en Barcelona en 1954, levantado como
reconocimiento a su tarea coleccionista en el marco del hispanismo.
El lector de este libro experimentará, sin que probablemente haya sido intención
de sus autores, un reconocimiento a la vertiente más circunstancial, y no siempre
heroica, que ha hecho posible la conservación del patrimonio. Este proceso ha estado
ligado, muchas veces, ambiciones contingentes, gracias a las cuales, sin embargo,
percibimos la profunda dimensión humana del arte, incardinado en los avatares de la
vida.
Carlos Reyero. Catedrático de Historia del Arte. Universidad Autónoma de Madrid. 4 
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