“No tener un hogar es mucho más que estar sin techo”. Sonia Olea Ferreras Programa de Personas sin Hogar Programa de Vivienda CÁRITAS ESPAÑOLA En los últimos meses no hay día que no leamos en las noticias o escuchemos en la radio la tragedia de una familia, grupos de jóvenes o de personas mayores que son expulsadas de sus viviendas. Incluso las redes sociales se hacen eco al instante de procesos de desahucio en muchos barrios de nuestras ciudades. Nos hemos vuelto mucho más sensibles a una realidad terrible que miles de personas viven en nuestro país y en los de nuestro entorno - la “Europa del bienestar”- hace años: las personas en situación de sin hogar. Hogar. Hablar de “hogar” no es tarea sencilla, porque no es un concepto único, de aristas definidas - se nutre de sensaciones, de experiencias, de tradición-; en sí mismo conlleva una percepción, un sentimiento, una honda vivencia enraizada en lo más profundo del ser humano. Hogar tiene un referente distinto al espacio físico. Hay culturas que no necesitan de vivienda para sentirse plenamente comunitarias (bereberes, gitanos, pastores tibetanos), pero sí, indudablemente, la referencia del grupo. Soy-tengo hogar porque pertenezco a un grupo étnico, a un país, a un barrio, a una comunidad. Soy-tengo hogar porque estoy vinculado a unas raíces, o porque puedo construirlas. Organizaciones como Naciones Unidas, la FAO… organismos como nuestro Instituto Nacional de Estadística han tratado de identificar esas condiciones físicas, sociales, psicológicas que dan lugar a un hogar (espacio, autonomía, relaciones etc). De un concepto económico de hogar hemos pasado a otro mucho más amplio que, aún conteniendo la vivienda-espacio físico como referente esencial, toma otros aspectos relevantes, fundamentalmente, el establecimiento de vínculos y relaciones con los otros. Sin hogar. Compartimos la definición que FEANTSA Europa1, y , a su vez, la fePsh2 (Federación de entidades de apoyo a las personas sin hogar) utiliza para las personas en situación de sin hogar: “aquella persona que no puede acceder, o bien conservarlo, a un alojamiento adecuado, adaptado a su situación personal, permanente y que le proporcione un marco estable de convivencia, ya sea por falta de recursos, ya sea por dificultades personales o sociales para llevar una vida autónoma”. 1 Fédération Européene des Associations Nacionales Travaillent Avec les Sans-Abri (Federación Europea de Asociaciones Nacionales que trabajan con sin hogar) www.feantsa.org 2 Federación española conformada por: Red Acoge, RAIS, Arrels, Provivienda, Prohabitatge, Sant Joan de Déu, FACIAM, Solidarios para el Desarrollo y Cáritas Española. Así también, la llamada TIPOLOGÍA EUROPEA DE SIN HOGAR Y EXCLUSIÓN RESIDENCIAL3 recoge toda la diversidad que hoy en día refleja la realidad de las personas sin hogar en nuestro país y en los de nuestro entorno económico, histórico y social: Vivir en un espacio público (sin domicilio) Pernoctar en un albergue y/o forzado a pasar el resto del día en un espacio público. SIN VIVIENDA Estancia en centros de servicios o refugios (hostales para sin techo que permiten diferentes modelos de estancia). Vivir en refugios para mujeres Vivir en alojamientos temporales reservados a los inmigrantes y a los demandantes de asilo. Vivir en instituciones: prisiones, centros de atención sanitaria, hospitales sin tener donde ir… Vivir en alojamientos de apoyo (sin contrato de arrendamiento). Vivir en una vivienda sin título legal (temporalmente VIVIENDA con familiares o amigos de forma involuntaria, sin INSEGURA contrato de arrendamiento – se excluyen los ocupasetc) Notificación legal de abandono de vivienda Vivir bajo la amenaza de violencia por parte de la familia o de la pareja. Vivir en una estructura temporal o chabola VIVIENDA INADECUADA Vivir en una vivienda no apropiada según la legislación estatal. Vivir en una vivienda masificada. SIN TECHO Recogiendo las palabras del Profesor Pedro Cabrera4 “el sinhogarismo en su forma más grave sería el de quienes viven literalmente a la intemperie, SinTecho, y por tanto carecen de un lugar físico donde residir, no disponen de un espacio para la privacidad y las relaciones sociales, ni cuentan con ningún título legal que les permita reclamar el uso y disfrute de un espacio para sí mismos; a esta situación extrema le seguiría en orden de gravedad el caso de quienes se encuentran temporalmente alojados en albergues con un período de estancia determinado de antemano, de forma puntual o permanente; finalmente, otras modalidades más <suaves> o mitigadas del problema, sería el caso de quienes participan de programas de alojamiento alternativo con estancias de duración indeterminada, quienes están alojados temporalmente por amigos o familiares, quienes viven en chabolas, en edificios ocupados, en condiciones de hacinamiento extremo, etc” 3 European Typology Homelessness (ETHOS 2007) www.feantsa.org. Tipología revisada anualmente. Exclusión Social en España. Un espacio diverso y disperso en intensa transformación. Capítulo 8. Monografías. Apartado 8.1 “La Acción Social con personas sin hogar en la España del siglo XXI”. Coordinadores: Miguel LAPARRA NAVARRO y Begoña PÉREZ ERANSUS . Colección Estudios. FUNDACIÓN FOESSA. 2008 4 Es decir, las personas “sin techo” y “sin vivienda”, según los datos aproximativos de las entidades sociales que apoyan y acompañan estas realidades, podrían llegar al número de 30.000 en nuestro Estado. Las personas “con vivienda inadecuada” o “vivienda indigna” llegarían a los dos millones. En un país donde la tasa de vivienda vacias es del 13,8% del total y el alquiler sólo de un 9%5 cuando en ciudades europeas supera el 45%. Siguiendo al profesor José León Paniagua, podemos también hablar en términos de exclusión residencial en nuestropaís: - exclusión absoluta: pobreza y exclusión social (0,7 % dela población30.000 personas). Personas sin ningún alojamiento, o con uno precario, inestable: personas sin techo, en albergues, chabolas, cuevas,... - exclusión económica de vivienda digna (4 %). Distintos colectivos sociales; jóvenes sin posibilidad de emancipación, hacinamiento, desahuciados por impago, o con infravivienda sin posibilidad económica de rehabilitación. - precariedad de alojamiento (15 % del total de la población). Situaciones de inseguridad (económica o jurídica) en la vivienda (alquiler o propiedad; nueva o existente) derivada de los costes y de la precariedad en los ingresos. Según los datos del Observatori DESC citando al incremento sin precedentes de las ejecuciones hipotecarias (tomados del Consejo General del Poder Judicial), en el año 2007 se llevaron a cabo 25.943, aumentando en un 162,2% en el año 2008, un 59% más en el 2009 y siendo de 93.636 en el pasdo 2010. Estos son los datos. Fríos, pero importantes y que nos hacen acercarnos, aunque pueda ser de forma superficial, a muchos cotidianos de dolor, desesperación, abandono (personal, social…)…y, sobre todo… a la dificultad, incluso imposibilidad, del ejercicio de derechos humanos fundamentales (tanto en el acceso, como en el sostén y la defensa de los mismos). Hagamos un ejercicio de mirada y reflexión: soy persona/ soy una persona sin hogar (porque el hecho de no tener un hogar no quita ni un ápice al ser persona, con plenitud de derechos y deberes): soy una persona sin hogar Porque no tengo posibilidades de subsistir, de trabajar,de compartir. Porque no estoy protegida. Porque no soy querida, acompañada, amada. Porque no soy comprendida, escuchada… Porque no participo en lo que me rodea y no pertenezco. Porque no puedo crear, construir… soñar. Porque no tengo espacios para reir, disfrutar, jugar… Porque no sé si soy, no me reconozco, no me quiero, no formo parte… Porque no puedo elegir, ni comprometerme, ni desarrollarme, ni decidir… 5 Informe FOESSA 2008. Las personas que “viven” en la calle. Son personas que están tan al límite, tan al borde de la exclusión social, que la mayoría de las veces, ni siquiera existen, son invisibles para el resto del mundo. Cuando se hacen visibles (noticias en la prensa de muertes por frío, incendios, agresiones etc) muchos decimos en alto: viven en la calle porque quieren. Y así parece que les dejamos el “asunto a ellos y ellas”. Pero, sí hay razones para vivir en la calle, y, en la gran mayoría de los casos, nada tiene que ver con decisiones libres, meditadas y personales. Claro que, estas razones nunca son únicas, se suman unas con otras: en el año 2003, el porcentaje de personas separadas o divorciadas que estaban viviendo en la calle, era del 25% (cuando en la población en general era del 1%)6; y en el estudio realizado en el año 2007 en Granada7 , la razón mayoritaria que dan los encuestados para estar en la calle es, en el 32,7% la ruptura con la familia. El Informe realizado por Cáritas en mayo de 2009, sobre los Cambios en situación de crisis económica en personas sin hogar, resalta que las causas más frecuentes de acceso al sinhogarismo durante 2007 y 2008 han sido: la pérdida del empleo y la adicción a drogodependencias. El pasado año 2010, en el Estudio de la situación de las personas sin hogar en Mérida y Badajoz “Historias a la Intemperie” (Cáritas Mérida-Badajoz, coordinación Fernando Fajardo) diversas razones conllevaban vivir en la calle, especialmente referidas a las relaciones afectivas y al consumo-adicciones. Estas situaciones, llamadas “sucesos vitales estresantes” (muertes, pérdida de empleo, enfermedad, abandono, reclusión en prisión, accidentes, maltrato, fracaso matrimonial etc) concurren 3-5 veces en situaciones de inclusión social; las personas que viven en la calle, llegan a sufrir hasta 15 sucesos vitales estresantes durante su vida, muchos de ellos antes de los 20 años. CUADRO Nº 1 ELABORACIÓN PROPIA. Sucesos Vitales Necesidades y Estresantes Malos tratos en la infancia Satisfacciones Sin protección. Sin comprensión. Sin afecto. Sin identidad. Sin libertad. Sin subsistencia. Sin afecto. Sin protección. Sin creación. Sin identidad. Sin libertad. Sin subsistencia. Sin protección. Sin afecto. Sin creación. Sin identidad. Sin libertad. Sin subsistencia. Sin protección. Sin afecto. Sin comprensión. Sin participación. Sin creación. Muerte de la madre Separación y divorcio de la pareja. Falta de apoyo social, soledad o abandono. Situaciones Enfermedad psíquica y/o física. Carencia de autoestima. Miedo. Sin sentido de pertenencia. Carencias materiales (vivienda, alimentación, ocio). Miedo. Abandono. No hay red. Carencias materiales (vivienda, alimentación, ocio). Miedo. Enfermedad. Fracaso. Carencias materiales (vivienda, alimentación, ocio). Sin red. Miedo. Enfermedad. Carencia de autoestima. Sin sentido de “Los límites de la exclusión: estudio sobre los factores económicos, psicosociales y de salud que afectan a las personas sin hogar en Madrid”. Muñoz,M; Vázquez, C y Vázquez, J.J. Ed. Témpora. Obra social Cajamadrid. 2003 7 “Vivir en la calle. Estudio psicosocial sobre las Personas Sin Hogar” Coord. Javier CRUZ TERÁN. 2008 6 Adicción a las drogas. Pérdida de la vivienda. Expulsión del hogar antes de los dieciocho años. Mujer: malos tratos, dificultades de acceso al trabajo, hecho de convertirse en cabeza de familias monoparentales después de separaciones o divorcios. Sin recreo. Sin identidad. Sin libertad. Sin subsistencia. Sin protección. Sin afecto. Sin creación. Sin recreo. Sin identidad. Sin libertad. Sin subsistencia. Sin protección. Sin participación. Sin subsistencia. Sin protección. Sin afecto. Sin comprensión. Sin comprensión. Sin participación. Sin creación. Sin recreo. Sin identidad. Sin libertad. Sin subsistencia. Sin protección. Sin afecto. Sin comprensión, sin participación. Sin creación. Sin recreo. Sin identidad. Sin libertad. pertenencia. Sin derechos. Sin compromiso. Sin relaciones. Enfermedad psíquica y/o física. Miedo. Sin intimidad. Fracaso. Culpabilidad. Sin compromiso. Carencias materiales. Indeterminación legal. Sin red comunitaria. Miedo. Carencias materiales (vivienda, alimentación, formación ocio). Miedo. Culpabilidad. Sin red. Sin compromiso. Conflictos legales. Sin intimidad. Sin asistencia. Sin entorno. Carencias materiales (vivienda, alimentación, ocio). Sin red. Fracaso. Culpabilidad. Carencia de autoestima. Miedo. Enfermedades psíquicas y/o físicas. Ahora bien, no podemos cerrar en una caja ordenada y con una única respuesta situaciones personales, procesos personales, caminos de idas y venidas, y salidas, y rupturas, y reconstrucciones, y desapariciones… y de vuelta a empezar, mil veces.. y de no encontrar sentido, otras mil. “En este sentido – transcribimos literalmente del Informe Especial al Parlamento del Defensor del Pueblo Andaluz “Vivir en la calle: la situación de las personas sin techo en Andalucía. Diciembre 2006”- resulta posible encontrar razones de carácter económico, físico, psicológico, laboral, racial, sexual, sanitario, entre otras, que, unidas a un contexto determinado o a una forma concreta de reaccionar la persona, hace que ésta sufra un proceso de tránsito de una situación a otra: de la pertenencia a la Sociedad a la exclusión de ésta”. Son miles de razones, porque son miles las vidas que intentan sobrevivir con el “peso de sus mochilas vitales”, donde se agolpan desordenadamente momentos, fracasos, las bajadas de tobogán, los dolores.. las ausencias… los llantos. Pero también las risas, lo aprendido… el logro… Nada puede hacer que un ser humano pierda su dignidad: nada que haga, nada que viva, nada que piense o sienta. Como dice nuestro Modelo de Acción Social8: “Si seguimos las huellas, las que son realmente suyas, se abrirá espontáneamente la posibilidad del diálogo y el encuentro porque no veremos sólo carencias, sino la riqueza de la singuralidad y de su “inédito viable”. Aunque vidas rotas, si son vidas humanas tienen siempre potencialidades, aun a pesar de las apariencias, de los déficits, de las quejas y desalientos”. 8 “Modelo de Acción Social”. CÁRITAS. Documentos Institucionales. Noviembre 2009