ESTADO Y EVOLUCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE III.1.4. Inventario nacional de emisiones de contaminantes a la atmósfera Introducción La ORDEN MAM/1444/2006, de 9 de mayo, del Ministerio de Medio Ambiente designó a la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente como Autoridad Nacional del Sistema de Inventario Nacional de Emisiones de Contaminantes a la Atmósfera. El Inventario incluye los gases regulados por el Protocolo de Kioto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y además otros contaminantes como los regulados por el Convenio de Ginebra sobre Contaminación Atmosférica Transfronteriza a Larga Distancia y los incluidos en la Directiva 2001/81/C, de 23 de octubre, sobre Techos Nacionales de Emisión de determinados contaminantes atmosféricos. En el año 2006 se han actualizado y revisado las series temporales del Inventario Nacional de Emisiones de Contaminantes a la Atmósfera, disponiéndose de la serie anual homogénea para el periodo 1990-2005. El inventario español cubre prácticamente la totalidad de las actividades contempladas en la versión más actualizada (SNAP97) de la denominada nomenclatura SNAP (acrónimo inglés de Selected Nomenclature for Air Pollution) desarrollada en el proyecto europeo EMEP/CORINAIR y que ha sido armonizada con la IPCC/OCDE del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático y la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, y con la NFR (acrónimo inglés de Nomenclature for Reporting) desarrollada en el marco de la Comisión Económica para Europa de Naciones Unidas para informar al Convenio de Ginebra y al Programa EMEP derivado de aquella. La SNAP-97-a (incluye el material particulado) se estructura en tres niveles jerárquicos denominados: grupo, subgrupo y actividad. La relación de contaminantes está formada por los grupos siguientes: acidificadores, precursores del ozono y gases de efecto invernadero (SO2, NOx, NH3, CO, COVNM, CH4, CO2, N2O, HFC, PFC, SF6,); metales pesados (As, Cd, Cr, Cu, Hg, Ni, Pb, Se y Zn); material particulado, partículas en suspensión totales, partículas con diámetro inferior a 10 µm (PM10) y partículas con diámetro inferior a 2,5 µm (PM2,5); y contaminantes orgánicos persistentes (hexaclorociclohexano, pentaclorofenol, hexaclorobenceno, tetraclorometano, tricloroetileno, triclorobenceno, tricloroetano, dioxinas-furanos, e hidrocarburos aromáticos policíclicos). En cuanto a la dimensión temporal, el inventario se elabora con periodicidad anual y en referencia a la dimensión espacial la prioridad es que el Inventario resulte lo más representativo posible a nivel del conjunto del territorio español. Asociado también a la dimensión espacial se diferencia en el inventario básicamente las dos categorías siguientes de fuentes emisoras, fuentes superficiales y fuentes puntuales: Las fuentes superficiales se componen en general de diversas unidades emisoras (actividades del sector primario como las agrícola-ganaderas y las extractivas, instalaciones industriales, establecimientos y unidades comerciales y residenciales, espacios naturales) que por su reducida significación individual o por la forma en que se presenta su información de base (desglose sólo disponible por unidades territoriales) han de tratarse de forma agregada sobre una determinada área geográfica, la provincia en el inventario español. Las fuentes puntuales son aquellas que por su significación para el inventario deben tratarse de forma individualizada. Estas fuentes puntuales, denominadas grandes focos puntuales, se localizan por medio de las coordenadas geográficas o sus proyecciones correspondientes. Tienen consideración de foco puntual las centrales térmicas, las refinerías, las plantas de siderurgia integral, las plantas de alúmina y aluminio, las papeleras, las incineradoras y los grandes aeropuertos. En las últimas ediciones se está tratando información individualizada de sectores que el reducido número de plantas hace viable este procedimiento aún no siendo grandes focos emisores. Asimismo está en desarrollo la diferenciación en el inventario de las fuentes lineales siguientes: las grandes vías de comunicación, para el transporte rodado por carretera (Red de Carreteras del Estado); las vías férreas; y las redes de transporte de combustibles (oleoductos y gasoductos). La recopilación de la información se organiza en función de la naturaleza de las actividades (fuentes) emisoras y de la disponibilidad de datos sobre las mismas. Básicamente, en el proceso de recogida de información se utilizan uno o varios de los siguientes canales: Cuestionarios a centros emisores. Esta vía se articula principalmente para recoger la información de los grandes focos puntuales. Cuestionarios a asociaciones empresariales e institutos tecnológicos sectoriales. Esta vía completa la anterior respecto a focos puntuales y se extiende especialmente a las fuentes superficiales tratadas a nivel de conjunto de sector de actividad. Información recibida de diversos Departamentos de la Administración (ver figura). Fuentes de información estadística general y sectorial. Estudios sectoriales-medioambientales. Entrevistas en profundidad a expertos de determinados sectores y procesos. 101 MEDIO AMBIENTE EN ESPAÑA. 2006 Aportación de información por departamentos ministeriales Síntesis de información En las tablas siguientes se muestran, para el año 2005, las emisiones por grupo SNAP de actividad de todos los contaminantes inventariados. 102 ESTADO Y EVOLUCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE 103 MEDIO AMBIENTE EN ESPAÑA. 2006 Los cuadros siguientes representan en masa de cada gas y para el periodo 1990-2005 la evolución de las emisiones de los contaminantes inventariados. En el anexo del CD adjunto a esta Memoria, figuran los gráficos correspondientes a estos cuadros. En la tabla siguiente se muestra los valores de las partículas en los años inventariados. A continuación se comentan las cifras del último año disponible así como la evolución a lo largo del período 1990-2005 de 104 los contaminantes más relevantes. ESTADO Y EVOLUCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE Acidificadores y precursores de ozono Las emisiones de óxidos de azufre se cifraron en 2005 en 1.257 kilotoneladas. Las grandes instalaciones de combustión, y especialmente las centrales térmicas de carbón, contribuyeron de manera significativa a estas emisiones. A lo largo del periodo 1990-2005, las emisiones de SO2 han descendido en un 43%, y con relación al año anterior han descendido un 3%.Todos los sectores han contribuido a esta reducción, siendo de destacar por su nivel absoluto la bajada experimentada por el grupo de trasformación de la energía, especialmente las centrales térmicas debido al abandono relativo de los combustibles con alto nivel de azufre, y en términos de cambio relativo el transporte por carretera, por la reducción sostenida en los niveles de azufre de los combustibles a lo largo de los años y el descenso notable en el año 2005 por la aplicación del Real Decreto 1700/2003 que reduce el contenido máximo de azufre para las gasolinas y gasóleos de automoción. Los dos sectores principales responsables de las emisiones de este contaminante son el de la producción de la energía que contribuye con un 80% y el de la combustión industrial con el 9%. Las emisiones de óxidos de nitrógeno representaron, en el año 2005, 1.571 kilotoneladas, destacando el grupo de las fuentes móviles, el transporte en general contribuye con un 51% y el transporte por carretera contribuye con un 33%, y entre las fuentes estacionarias destacan los sectores de transformación de la energía y el de la combustión industrial con un 23% y un 18% respectivamente. En el caso de los óxidos de nitrógeno, la evolución en el periodo 1990-2005 se ha plasmado en un crecimiento del 22%, continúan registrándose las mayores tasas de aumento en la combustión estacionaria a causa del aumento del consumo de combustibles propiciado por el aumento de la actividad socioeconómica. Una mención especial merecen los avances logrados en los últimos años en las nuevas tecnologías de reducción de emisiones consecuencia de la importante renovación del parque de vehículos de carretera lo que ha llevado a que las emisiones de este modo de transporte hayan crecido sólo ligeramente e incluso en los dos últimos años hayan descendido, a pesar del fuerte aumento experimentado por este tráfico a lo largo del periodo. Si se comparan las emisiones del año 2005 con las del año 2004 se puede observar una distribución sectorial similar y un aumento del total inferior al 1%. Las emisiones de amoníaco en 2005 se cifraron en 406 kilotoneladas, contribuyendo la agricultura y la ganadería con el 91% del total de las emisiones, y aportaciones muy inferiores de los procesos industriales sin combustión (4%) y del tratamiento de residuos (2%). La evolución de las emisiones de este gas a lo largo del periodo analizado refleja un crecimiento del 18%. Estas emisiones son un 3% inferiores a las del año 2004. En el año 2005 las emisiones de los compuestos orgánicos volátiles no metánicos se situaron en 2.497 kilotoneladas, estas emisiones son totales (origen antropogénico y no antropogénico); sí descontamos el grupo SNAP 11 (naturaleza) y los COV biogénicos procedentes de la agricultura estaríamos alrededor de las 1.100 kilotoneladas de origen antropogénico. A lo largo del periodo 1990-2005 las emisiones de COVNM han descendido un 6% y en el último año el descenso ha sido de menos de un 2%. Las emisiones de monóxido de carbono se cifraron en 2005 en 2.686 kilotoneladas. Los sectores con mayor contribución a estas emisiones siguen siendo: el transporte por carretera con el 38%, la combustión residencial, comercial e institucional (18%) y los procesos industriales sin combustión (15%). Las emisiones de CO han descendido entre 1990 y 2005 en un 32% debido, fundamentalmente, al importante descenso conseguido en las emisiones del transporte por carretera por los avances tecnológicos de los nuevos vehículos en lo que se refiere al control de estas emisiones. Adicionalmente, se han conseguido reducciones en otros sectores por lo que se han contrarrestado los incrementos de producción y consumo de combustibles experimentados en los sectores de trasformación de la energía, en la industria y en el de otros modos de transporte y maquinaria móvil. Gases de efecto invernadero La cifra de la emisión de dióxido de carbono para el año 2005 es de 368.282 kilotoneladas; el incremento experimentado en el periodo considerado es del 61% y si lo comparamos con las emisiones del año anterior el aumento ha sido un 46%. Casi el 84% de la emisión de este contaminante se debe a las actividades del procesado de la energía incluyendo las actividades relacionadas con el transporte, el segundo sector en importancia es el de la agricultura y ganadería, que contribuye con un 10% y le sigue en importancia el sector de los procesos industriales con el 7%. En las emisiones de gases de efecto invernadero, el avance del año 2006 presenta una reducción de las emisiones globales, lo que indica un cambio de tendencia. La emisión de metano en el año 2005 ha sido de 37.269 kilotoneladas equivalentes de CO2. Los principales sectores emisores son la agricultura y ganadería, con el 61%, y el tratamiento y eliminación de los residuos responsable de un 31% de la emisión. A lo largo del periodo 1990-2005 ha crecido alrededor de un 33%. Las emisiones del último año se han mantenido más o menos estables creciendo menos del 05% desde el año 2004. La emisión de óxido nitroso ha sido en el año 2005 de 29.571 kilotoneladas equivalentes de CO2. El mayor porcentaje de emisiones corresponde a la agricultura y ganadería con un 75%, el grupo de procesado de la energía contribuye a estas emisiones con un 15%. El aumento de este contaminante en el período considerado ha sido de un 6%. Es importante destacar que las emisiones de este contaminante han disminuido un 5% con respecto al año 2004. En la tabla siguiente se muestra la evolución de las emisiones de los gases de efecto invernadero en unidades equivalentes de CO2, obteniéndose estas unidades al considerarse el potencial 105 MEDIO AMBIENTE EN ESPAÑA. 2006 de calentamiento atmosférico de cada contaminante. En el año 2005, el dióxido de carbono representa el 83,6 % del total de las emisiones, el siguiente gas en orden de importancia es el metano con un 85 % seguido del óxido nitroso con un 6,7 % el resto es emitido por los gases fluorados. Comparando con las emisiones del año anterior hay un ascenso inferior al 1% del CO2, y un descenso de las emisiones de CH4 del 0,3% y del N2O del 0,6%. En la figura que aparece a continuación se muestra el índice anual del total de las emisiones de los gases de efecto invernadero en unidades equivalentes de CO2 a lo largo de todo el periodo inventariado situándose las emisiones, en el año 2005, un 52,2% por encima del año base. Evolución de las emisiones de gases de efecto inverinvernadero (CO2 equivalente) Índices de evolución de las emisiones - Total CO2 equivalente Análisis por Sectores de los gases de efecto invernadero En las tablas siguientes se recogen las estimaciones de las emisiones por sector de actividad, distinguiéndose por grupos de la nomenclatura IPCC: procesado de la energía, procesos 106 industriales, uso de disolventes y otros productos, agricultura, y tratamiento y eliminación de residuos. En una tabla se muestran las emisiones en términos absolutos (Gg CO2-e) y en la otra las contribuciones porcentuales a las emisiones brutas totales de CO2-e. ESTADO Y EVOLUCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE Evolución de las emisiones por sectores A continuación se hace referencia a la contribución de cada sector en el total de las emisiones adjuntando unas figuras más detalladas para los tres sectores responsables casi del 99% de las emisiones como son: energía, agricultura y procesos industriales. Al efectuar el examen por sector de actividad destaca en primer lugar la contribución dominante del grupo de la energía con un peso del 78,9% en el año 2005, por otro lado, las emisiones del CO2 equivalente de este sector han registrado un incremento del 63% a lo largo del periodo inventariado 1990- 2005. Este grupo recoge, las emisiones de la combustión de fuentes fijas y móviles, las emisiones evaporativas procedentes de las actividades de extracción, las emisiones procedentes del transporte y las procedentes de la distribución de los combustibles, aunque el grueso de las emisiones corresponde a las actividades con combustión. En la figura siguiente se muestra la evolución en el periodo 1990-2005 de las emisiones de CO2 equivalente del sector desglosadas para cada una de sus categorías, puede destacarse que la generación de electricidad y el transporte son los sectores que más influyen en las emisiones. Evolución de las emisiones del Sector Energético (CO2 equivalente) 107 MEDIO AMBIENTE EN ESPAÑA. 2006 En la figura siguiente se muestra la contribución de las distintas categorías fuente del sector de la energía a las emisiones totales de CO2 equivalente a lo largo del periodo 1990-2005. Como puede observarse la contribución conjunta del sector es superior al 70% del total de emisiones, alcanzando su cuota más alta en el año 2005 (78,9%). Como puede observarse, las princi- pales categorías que contribuyen a las emisiones de este sector son las correspondientes a las industrias de la energía y al transporte (28,6 y 23,9% respectivamente en el año 2005), seguidas por las industrias manufactureras y de la construcción (16,3% en el año 2005) y la combustión en otros sectores (9,1% en el año 2005). Porcentaje de las emisiones por categoría respecto al total del inventario El segundo grupo en importancia son las emisiones de la agricultura y ganadería que representan en el año 2005 un 10,2% de las emisiones totales españolas de CO2 equivalente. En la figura siguiente se muestra la evolución de estas emisiones en porcentajes por subcategoría y la representación que tienen en el total de las emisiones. 108 Las emisiones de este sector, cuya evolución se muestra en la tabla de abajo han experimentado entre 1990 y 2005 un incremento del 12%. ESTADO Y EVOLUCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE Porcentaje de las emisiones por categoría respecto al total del inventario El tercer grupo en importancia lo constituyen los procesos industriales cuyas emisiones representan en el año 2005 un 7,7% de las emisiones, porcentaje similar al dela año anterior. Las emisiones de este sector han registrado un incremento del 22% en el año 2005 con respecto al año base, pasando de 25.646 en 1990 a 33.917 kilotoneladas equivalentes de CO2 en el año 2005. En la figura siguiente se presenta la evolución de dichas emisiones a lo largo del periodo 1990-2005 del sector de procesos industriales con desglose por categorías. Evolución de las emisiones de los procesos industriales (CO2 equivalente) Ver anexo en el CD adjunto a esta Memoria 109 MEDIO AMBIENTE EN ESPAÑA. 2006 Emisiones de compuestos orgánicos volátiles El uso de disolventes orgánicos en ciertas actividades e instalaciones, debido a su volatilidad, da lugar a emisiones de compuestos orgánicos a la atmósfera que pueden ser nocivas para la salud pública y/o contribuyen a la formación local y transfronteriza de oxidantes fotoquímicos en la capa límite de la troposfera. Estos últimos producen perjuicios a recursos naturales de importancia vital para la economía y el medio ambiente y, en ciertas condiciones de exposición, tienen también efectos nocivos sobre la salud humana. Considerando que, por tanto, es necesaria una acción preventiva para garantizar un entorno limpio y sano, protegiendo la salud pública y el medio ambiente de las consecuencias de las emisiones particularmente nocivas de estos compuestos, en 1999 se publicó la Directiva 1999/13, que fue transpuesta al Derecho español mediante el, de 31 de enero, sobre limitación de emisiones de compuestos orgánicos volátiles debidas al uso de disolventes en determinadas actividades y en 2004 se publicó la Directiva 2004/42/CE del Parlamento Europeo y el Consejo relativa a la limitación de las emisiones de compuestos orgánicos volátiles (COV), debidas al uso de disolventes orgánicos en determinadas pinturas y barnices y en los productos de renovación del acabado de vehículos, por la que se modifica la Directiva 1999/13/CE. Durante el año 2006, y con el objeto de facilitar la interpretación técnica y la aplicación homogénea del RD 117/2003, se realizó, en cooperación con las Comunidades Autónomas y con los sectores industriales afectados, una Guía de apoyo para la implantación del RD 117/2003 sobre limitación de emisiones de COV debidas al uso de disolventes en determinadas actividades. Igualmente, y para facilitar la demostración del cumplimiento de las obligaciones que impone dicho Real Decreto, se elaboró una Herramienta informática para la realización del Plan de Gestión de Disolventes del Anexo IV del RD 117/2003. Ambas pueden ser consultadas en el portal de internet del Ministerio de Medio Ambiente, en la siguiente dirección: http://www.mma.es/portal/secciones/calidad_contaminacion/atmos fera/emisiones/compuestos_organicos_volatiles.htm Por otra parte, el proceso de adaptación de la legislación nacional culminó con la transposición de la Directiva 2004 / 42 / CE, mediante la publicación, en el BOE n.º 48, de 25 de febrero de 2006, del Real Decreto 227/2006, de 24 de febrero, por el que se complementa el régimen jurídico sobre la limitación de las emisiones de compuestos orgánicos volátiles en determinadas pinturas y barnices y en productos de renovación del acabado de vehículos. 110 III.1.5. La protección de la capa de ozono Durante el año 2006 se llevó a cabo la evaluación científica del agotamiento del ozono, que se realiza de manera periódica cada cuatro años. Mediante esta evaluación, se confirmó que los niveles de sustancias que agotan el ozono presentes en la atmósfera habían alcanzado su nivel récord a principios del decenio de 1990 y que estaban decreciendo según lo previsto y en consonancia con la disminución de la producción de sustancias que agotan el ozono, lo que demostraba que el Protocolo de Montreal estaba surtiendo efecto. No obstante, en cuanto a los niveles futuros, había cierta incertidumbre respecto de las emisiones de bancos de CFC, la producción de HCFC (que estaba aumentando) y el transporte en la atmósfera de esas sustancias. En esos momentos, el agotamiento de la capa de ozono a nivel mundial estaba en su máximo nivel. Se esperaba que para 2049 se lograra una recuperación a los niveles anteriores a 1980 en las latitudes medias, cuatro años más tarde de lo que se había calculado en la evaluación de 2002, debido a mejores cálculos de las emisiones de los bancos y a una producción de HCFC-22 superior a la prevista. Las incertidumbres debidas a las interacciones con el cambio climático podían significar o bien que los niveles de ozono no podrían revertir a los niveles anteriores al decenio de 1980 aun cuando las concentraciones de sustancias que agotan el ozono sí volvieran a estar a esos niveles, o bien que el nivel de ozono se recuperaría con más rapidez. Cabía esperar que para 2065 desapareciera el agujero de la capa de ozono sobre el Antártico, es decir, quince años más tarde del pronóstico de la evaluación de 2002, pero ello obedecía a un mayor conocimiento del transporte en la atmósfera y no a defectos del Protocolo de Montreal. A raíz de los cambios en los niveles del ozono estratosférico, se produjeron cambios en los niveles de radiación ultravioleta en la superficie, pero en este caso también cabía esperar que el cambio climático ejerciera una importante influencia, en particular debido al cambio en la nubosidad: era posible que los niveles de radiación ultravioleta nunca revertieran a los niveles anteriores al decenio de 1980, pero también era posible que se revirtieran con mucha mayor rapidez a la prevista. Ese cambio de nubosidad podría agravar las lesiones oculares, ya que tendía a producir una radiación más dispersa y refleja; esto, combinado con la relajación de los ojos en condiciones de nubosidad, podría aumentar los casos de cataratas y de quemadura ocular por exposición al sol. El efecto neto del cambio climático en la recuperación de la capa de ozono era difícil de predecir, debido a que las interacciones entre el agotamiento de la capa de ozono y el cambio climático eran complejas y tenían efectos múltiples. El aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero enfriaba la estratosfera y, por tanto, aceleraba el agotamiento de la capa