El riesgo de no correr riesgos políticos

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El riesgo de no correr riesgos políticos
El problema se presentará el año que viene, con un monto a
pagar que duplicaría al de este año...
JOSÉ TORO HARDY | EL UNIVERSAL
martes 23 de septiembre de 2014 12:00 AM
Las calificadoras de riesgo más importantes del mundo comparten el criterio de que la
situación económica de Venezuela tiende a empeorarse y de que el riesgo de su deuda
soberana es creciente. A su vez The Economist -reconocida publicación sobre temas
económicos- señala en un editorial que Venezuela "es la economía peor administrada del
mundo".
"Un gran productor de petróleo incapaz de pagar sus cuentas durante un auge prolongado
del precio del petróleo es una bestia rara", afirma The Economist y además señala que
"peor que la inflación es la escasez".
Standard & Poor's rebajó la calificación de riesgo soberano de largo plazo de Venezuela de
B- a CCC+ (alto riesgo) "por un continuo deterioro de la situación económica, que podría
llevar a una contracción de la economía de hasta un 3,5 por ciento este año".
"La recesión económica, elevada inflación y las crecientes presiones de liquidez externa
continuarán erosionando la capacidad del Gobierno para pagar sus obligaciones con el
exterior durante los próximos dos años".
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Venezuela paga mayores intereses por su deuda externa que cualquier otro país emergente
en el mundo; concretamente, cerca de 13 puntos porcentuales más que lo que rinden los
bonos del Tesoro de Estados Unidos y el doble de que tiene que pagar Argentina, país que
se encuentra en "default".
De hecho de acuerdo con S&P, Moody's y Fitch's -entre las principales calificadoras de
riesgo- Venezuela presenta mayor riesgo soberano que todos los países latinoamericanos,
en algunos casos compartiendo tan dudoso honor con Argentina. Las tres referidas agencias
le atribuyen a Venezuela una perspectiva "negativa" y consideran que sus bonos están por
debajo del grado de "inversión".
Peor aún, Dagong Global Credit -la principal calificadora de riesgos soberanos de Chinarebaja también la calificación crediticia a la deuda soberana de Venezuela, alegando que:
"los desbalances estructurales de la economía resultan en un descontento público cada vez
mayor frente al Gobierno".
"Serios desbalances macroeconómicos van a arrastrar a Venezuela en el corto plazo a una
recesión y a exacerbar el riesgo de tensiones sociales. Su elevado déficit fiscal, sus
insuficientes reservas internacionales y las presiones hacia significativas devaluaciones de
su moneda local, contribuyen a una evidente tendencia de deterioro en los niveles de
solvencia... ".
"Algo huele mal en Dinamarca", decía el príncipe Hamlet en la famosa obra de
Shakespeare. En el caso que nos atañe la absoluta unanimidad de criterio en cuanto al mal
rumbo de la economía venezolana, no puede ser considerado como una suerte de
"conspiración" del mundo contra Venezuela. A no dudarlo, algo huele mal en la
conducción de la economía de nuestro país.
Compartiendo los criterios anteriores, Ricardo Hausmann -uno de los más reconocidos
académicos y economistas de Venezuela y profesor de la Universidad de Harvard- emite
una opinión en el mismo sentido que todas las anteriores, aunque si se quiere mucho más
moderada y prudente que la expresada por Dagong; sin embargo, las autoridades
venezolanas arremetieron contra Hausmann, en cuya defensa salió la propia Universidad de
Harvard.
Mientras tanto Francisco Rodríguez, de Bank of America Merril Lynch, señaló que el
déficit fiscal alcanzó al 17,2% del PIB en el 2013.
¿Significa todo esto que el Gobierno no podrá cumplir con las cuotas de su deuda que
vencen en octubre? No, la verdad no lo creo. Estamos hablando de un monto que oscila
apenas alrededor de los 6 mil millones de dólares. El problema se presentará el año que
viene, con un monto a pagar que duplicaría largamente el correspondiente a este año.
El desprecio por la inteligencia es quizá el mayor motivo de desconfianza con respecto a
nuestro futuro inmediato. El dogmatismo priva sobre los conocimientos. El problema es
que si no se toman decisiones que son cada vez más urgentes, caeremos en un devastador
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círculo vicioso de empobrecimiento, inflación, devaluación, desempleo, escasez,
contracción económica, más empobrecimiento y así sucesivamente.
El Gobierno parece haber entrado en un callejón sin salida. Teme el costo político que
tendría que pagar si toma una acción impopular. No se atreve a correr el riesgo de actuar y
se empantana cada vez más en una confusa telaraña de dogmatismo socialista. Parece creer
que con los decrecientes recursos a su disposición podrá mantener tranquilo mediante
dádivas al sector más pobre de la población y así garantizar su estabilidad.
Permaneciendo el resto constante (ceteris paribus como dicen los economistas) eso podría
ser cierto, pero las condiciones se están deteriorando rápidamente. El riesgo de no correr
riesgos resulta devastador.
pepetoroh@gmail.com
@josetorohardy
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