100 BOLETÍN D E LA R E A L SOCIEDAD ESPAÑOLA D e lo expuesto se desprenden las principales ventajas que ofrece el goniómetro teodolítico, sobre los de un solo limbo. En primer término, sin tener que tocar el cristal, con sólo hacer girar el limbo horizontal que lo soporta, vamos colocando sucesivamente en posición de medida los ángulos diedros de las distintas zonas, lo cual facilita muchísimo las mediciones, sobre todo en los cristales pequeños y de numerosas caras. Además, al propio tiempo que se van midiendo los ángulos agrupados por zonas, se fijan en el dibujo los planos de éstas por los ángulos que forman entre sí y la posición de los polos de sus caras, resultando así la representación o dibujo del cristal como consecuencia inmediata de la medida del mismo. Estas ventajas son mayores cuando se trata de maclas. Y no resulta solamente la representación gráfica de las caras poi" medio de sus polos, sino también la representación analítica o algébrica, es decir, las características o índices que constituyen el símbolo de las mismas (zonas y caras), cuya determinación persigue el cálculo cristalográfico. Esto último, llamado modernamente cálculo tetragonométrico o tetragonometría, se funda en la relación armónica que existe entre los senos de los ángulos que forma entre sí los planos de zona de un cristal. Combinando trigonométricamente las medidas goniométricas de dos haces de planos de zonas, ajustando previamente en el goniómetro las dos caras correspondientes a dichos haces, obtendremos cuatro ángulos independientes (dos de cada haz), en función de los cuales pueden hallarse los índices de todas las caras. Constituye esto, por tanto, una gran simplificación del cálculo cristalográfico descrita con mayor amplitud en los Arxius de l'Instituí de denotes (núm. 6), por mi distinguido amigo Dr. Pardillo, al cual manifiesto públicamente mi agradecimiento por haberme facilitado a mí y a mis discípulos el manejo del goniómetro teodolítico.