Fundación Jaime Guzmán E. Dictamen de la Contraloría General de la República Competencia Contraloría contrato municipal Se ha dirigido a esta Contraloría General don Harry Prado Salinas, reclamando en contra de la Municipalidad de La Pintana por cuanto ésta le ha impuesto una multa por el atraso en que incurrió en la ejecución del contrato que indica. El recurrente manifiesta, en síntesis, que si bien es efectivo que incurrió en dicho atraso, éste se habría producido por causas que no le serían imputables, como la demora del municipio en la entrega del terreno para el inicio de las obras y la imposición de exigencias no previstas en las bases administrativas ni en el contrato respectivo. Sobre el particular, debe precisarse, en forma previa, que en la esfera de su competencia, no le corresponde a esta Contraloría General resolver conflictos jurídicos suscitados entre partes de una relación contractual, como ocurre en la especie, si ello implica interpretar cláusulas del contrato que los vincula, por cuanto tal es un asunto que reviste el carácter de litigioso, respecto del cual, atendido lo dispuesto en el inciso tercero del artículo 6° de la ley N° 10.336, esta Contraloría General se encuentra impedida de intervenir e informar (aplica criterio contenido en el dictamen N° 24.756, de 2008). Con todo, y sin que signifique resolver un asunto litigioso, nada impide a este Organismo de Control analizar y emitir un pronunciamiento en relación con los contratos que celebran los municipios, atendido que éstos, en cuanto órganos integrantes de la Administración, deben actuar en el marco del Estado de Derecho y, por lo tanto, están sujetos al principio de juridicidad, de manera que procede que las decisiones que adopten como parte en los contratos que suscriben, respeten el principio de buena fe, que, en materia contractual, consagra el artículo 1546 del Código Civil, aplicable en la contratación administrativa y en virtud del cual las partes de un contrato deben tender a su correcto cumplimiento, ajustándose a un modelo de conducta tal que no cause daño a ninguna de ellas (aplica criterio contenido en dictamen N° 58.965, de 2007). En este contexto, cabe señalar que esta Contraloría General dispuso una indagación a cuyo término se ha podido comprobar, en primer lugar, que el 17 de noviembre de 2005 se suscribió un contrato de obra por el cual la 1 Municipalidad de La Pintana, al término de una propuesta pública convocada al efecto, le encomendó a don Harry Prado Salinas que ejecutara la obra denominada "Semaforización peatonal punto de alto riesgo", por un valor de $9.262.462. En lo que interesa, consta que en dicho contrato se convino que el plazo de ejecución de la obra sería de 40 días corridos, contados desde la fecha del acta de entrega del terreno por parte de la municipalidad. Del mismo modo, consta que se estableció también en ese contrato y conforme a las bases, una multa para el caso de retraso en la entrega de la obra. Pues bien, de los antecedentes tenidos a la vista, se ha podido establecer que el terreno fue entregado al contratista el 23 de enero de 2006, en circunstancias que el artículo 11.8 de las bases administrativas generales de la propuesta pública establecían como plazo máximo para tal entrega el de 15 días desde la firma del contrato. En relación con lo anterior, consta que la Unidad Operativa de Control de Tránsito (UOCT), entidad dependiente del Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones -a la que, de acuerdo a las especificaciones técnicas de la propuesta pública, correspondía establecer las normas técnicas para la instalación de semáforos y la fiscalización de las obras encomendadas-, formuló al recurrente determinadas exigencias que habrían sido las que provocaron el retardo de la entrega del terreno y, en concepto del recurrente, además, de la entrega de la obra. En este contexto, dicha Unidad exigió al contratista requerimientos tales como la contratación de un seguro flotante de 300 unidades tributarias mensuales para responder por cualquier daño en accidente que sea causado por el mal estado del material semafórico- y, un certificado de experiencia en mantenimiento de semáforos, condicionándose la entrega del terreno al cumplimiento de esas exigencias, lo que provocó el retraso de la entrega y, por ende, del inicio de las obras. Luego, considerando que la entrega del terreno se efectuó el 23 de enero de 2006 y que el plazo establecido en el contrato para la ejecución del mismo era de 40 días corridos desde la fecha del acta de entrega por parte del municipio, las obras debían estar concluidas el día 4 de marzo de 2006. Además, se comprobó que, en febrero de 2006 -durante la ejecución de la obra-, el recurrente ingresó a la municipalidad una solicitud de aumento de plazo de ejecución del contrato, exponiendo las razones de la dificultad de cumplir 2 oportunamente el plazo estipulado, sin que hubiera un pronunciamiento formal de la entidad edilicia al respecto. Por otra parte, consta que el contratista dio cumplimiento a lo previsto en el artículo 26.2 de las bases administrativas generales, que exige la entrega de ciertos documentos como requisito para solicitar la recepción provisoria de las obras, recién en agosto de 2006, motivo por el cual, mediante oficio ord. N° 1.603/S/N, de la Dirección de Tránsito de la Municipalidad de La Pintana, se le impone la multa por la que reclama, equivalente a 156 días de atraso contados desde el 4 de marzo de 2006. Cabe señalar que el artículo 26.4 de las mismas bases dispone que si el contratista no solicita la recepción provisoria dentro del plazo de ejecución de las obras, se le aplicarán las multas correspondientes, calculadas desde el día estipulado en el contrato como fecha de término de ejecución de las obras. En tanto, el artículo 26.5 de las bases indica que si al momento de la recepción provisoria el contratista no cuenta con algunos de los documentos requeridos para esa solicitud, podrá caucionar la presentación de cada uno mediante boleta de garantía tomada a nombre del municipio, por un monto equivalente al 7% de la obra ejecutada y con una validez de 395 días contados desde la fecha de recepción provisoria, posibilidad que el contratista no utilizó. Por último, cabe hacer presente que la investigación efectuada por este Organismo Fiscalizador ha permitido comprobar que, si bien la contratación del seguro flotante y el certificado de experiencia exigidos por la Unidad Operativa de Control de Tránsito para la entrega del terreno atrasaron tal trámite, la multa impuesta no considera esos días de retraso, pues el plazo de ejecución de la obra comenzó a contarse a partir de la fecha de entrega efectiva del terreno, y sólo a su vencimiento, esto es, el 4 de marzo, se inició el cómputo de la multa de que se trata. Ahora bien, en cuanto a la determinación de si la demora en la realización de la obra se debió a las exigencias formuladas por dicha Unidad o únicamente al retardo en la recopilación y entrega de la documentación exigida por parte de la autoridad, tal es una materia de hecho relativa a la ejecución del contrato, cuya discrepancia entre las partes debe ser resuelta de común acuerdo o ante los Tribunales de Justicia. En consecuencia, si bien no se advierte una infracción, por parte del municipio, al acuerdo o a las bases que rigieron la licitación, se observa una diferencia entre las partes en relación con las situaciones de hecho que impidieron al adjudicatario cumplir oportunamente el contrato, aspecto que debe ser resuelto 3 de común acuerdo entre los contratantes, teniendo en cuenta ese municipio el principio de la buena fe que rige a los órganos de la Administración en materia contractual -cuya ponderación podría implicar, atendidos los argumentos del recurrente, la rebaja o no aplicación de la multa reclamada-, o bien, ser resuelto en sede jurisdiccional. Dictamen Nº 31.991, de fecha 10.07.2008 4