CHÂTEAUX DE MAISONS

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CHÂTEAUX DE MAISONS-LAFITTE
Barroco Francés, François Mansart(1642 - 1650)
ANÁLISIS DE LA CONCEPCIÓN DEL
CASO DE ESTUDIO
Se dice que el período clásico francés comenzó hacia medidos del s. XVII, con Francois Mansart en la arquitectura. Según Anthony
Blunt, el gran mérito de Mansart fue haberse desplazado del Manierismo hacia una de las formas más sutiles y sofisticadas de clasicismo alcanzadas nunca por la arquitectura. Según Blunt, Mansart es un clasicista por su método estático de diseño, su principio de rectilinearidad, la frialdad estrictamente clásica de las molduras y el contraste entre las formas geométricas más simples. A pesar de esto,
Mansart muestra un clasicismo poco claro, siendo estático y aislante en la Ste. Marie de la Visitation, mientras que es abarcante y unificador en el castillo de Blois. De este último, se destaca la esquina derecha del ala de Francis I, una obra maestra de reticencia civilizada, sobria, elegante, estéril, muy lejos de las líneas clásicas de la época. Se conforma con un arco triunfal de doble altura con un pequeño semicírculo del frontón original que llega hasta el tercer nivel. Las columnatas dispuestas de forma curva se muestran como el
sello distintivo el Rococó. La manera en que la curva se aborda sobre el ángulo quebrado en las esquinas es propia del estilo francés,
muy acabado. Se logra el mismo efecto en el proyecto en Maisons-Lafitte por las salas ovaladas en las alas del edificio.
Chateaux de Maisons-Laiftte, vista desde el jardín principal.
Chateaux de Blois.
Sainte Marie de la Visitation.
Tomando el caso de estudio que es el castillo de Maisons-Lafitte, no pertenece al tipo de la Farnesina en el que el edificio es un bloque
autoajustable. Es así que se muestran las dependencias exteriores se alzaban a cierta distancia del corps de logis. Sin embargo, no se
debe pasar por alto el hecho de que la idea de correlación domina la composición aunque no exista conexión material entre las estructuras. Los salientes pabellones de los extremos de la casa son como brazos que apuntan hacia las dependencias exteriores. El hecho de que cada pabellón tomado aisladamente no sea simétrico prueba que Mansart quería recalcar su pertenencia al conjunto. Su
forma asimétrica les obliga a una referencia mutua. El elemento simple sólo puede comprenderse si consideramos su papel dentro del
conjunto.
En el interior, Mansart no se preocupó por la plena reciprocidad de las habitaciones a ambos lados del eje principal. Esto es esencialmente patente en la planta superior. La escalera interrumpe aquí la secuencia de las habitaciones y la antecámara ocupa el lugar
que se reservaría en edificios posteriores al grand salón. Una habitación de importancia secundaria ocupa, pues, la posición principal.
Los vestigios de la polifonía medieval se mezclan en Maisons-Lafitte con detalles renacentistas y una composición barroca. No debemos hablar de su carácter clásico por la sencilla razón de que este término es muy vago. Quizá convenga encontrar un calificativo
más preciso para distinguir la producción francesa del Barroco exuberante de la Europa central y meridional. Quizá convenga hablar
simplemente de Barroco francés.
Plantas del Chateaux de Maisons-Lafitte. Se constata la presencia de la escalera (al centro, costado derecho) como elemento principal configurador de las
habitaciones, sobre todo del primer nivel.
Es entonces que del Chateaux de Maisons-Lafitte, se destacan tres componentes propios del barroco francés: la no correspondencia
en cuanto a la reciprocidad de las habitaciones a través de la escalera, por una primera parte, tomándose esta como elemento principal configurador de la planta, y segundo, la asimetría de ambas alas de la casa, dando una referencia recíproca entre ambas,
abandonando el estilo clásico de un conjunto unificado. Por otra parte, el carácter de la curva dentro de las alas, especialmente en el
interior de las salas. Y por último, la dicotomía que existe entre los interiores, con una disposición propiamente del barroco francés y con
un orden de los elementos de manera exuberante, y los exteriores, en donde aparece un conjunto a simple vista armónico y unificado.
Desde la antesala, el patio que en la ausencia de un marco, abre un diálogo
con la extensión, haciéndola panorama que se escapa al ojo.
Balcón del ala oeste del Castillo. Se aprecia el remate en curva, elemento constituyente en la arquitectura de Mansart.
La cúpula del vestíbulo ciñe la mirada desde las pilastras hacia un cielo con un centro, en el claro-oscuro del fondo que concentra lo próximo.
La escalera entorno al borde delimita un centro luminoso. Es en esta
caja que la escalera se hace presente por la luz, tomando un lugar
principal en la configuración del castillo.
Cielo del Vestíbulo Central. El Barroco se manifiesta en cuanto
a las ornamentaciones, mostrando la imagen del águila como
símbolo de poder de la monarquía.
BIBLIOGRAFÍA / REFERENCIAS
KAUFMANN, Emil, La Arquitectura de la Ilustración, Francia, Capítulo XI: De Lemercier a Souffot, 1995.
PEVSNER, Nikolaus, An outline of European Arquitecture, Chapter VII: Britain and France from the 16th yo 18th Century,
1951.
Corte de la Escalera principal proyectada por
Mansart.
CHATEAUX DE MAISONS-LAFITTE, Baroco francés, François
Mansart (1642 - 1650)
Rodrigo Neira Leighton
L3
Profesores: Iván Ivelic - Mauricio Puentes
28 - junio - 2012
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