Carta de aprendizaje - Fundacion Educativa Al Andalus

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Carta de aprendizaje
(Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister,
VII, 9)
“El arte es largo, la vida breve, el juicio penoso y la ocasión
fugaz. Obrar es fácil, pensar difícil, obrar de conformidad con el
pensamiento, más difícil todavía. Los principios son agradables,
el umbral es el sitio de la esperanza. El niño se asombra, la
impresión le determina, aprende jugando, lo serio le sorprende.
Innata es en nosotros la imitación, mas no es sencillo determinar
qué es lo que debemos que imitar. Rara vez alcanzamos la
perfección, pero más difícil que alcanzarla es apreciarla en lo que
vale. La altura nos atrae, no los grados para llegar a ella.
Caminamos por las llanuras con la mirada puesta en aquéllas.
Una parte del arte es posible enseñar tan sólo, pero para ser
artista, precisa conocer el arte entero. Quien a medias lo conoce,
se equivoca y habla mucho, quien lo domina por completo, solo
quiere hacer y rara vez o tarde habla. Los primeros no tienen ni
secretos ni fuerza; su ciencia es como el pan horneado: sabroso y
saturando para un solo día; pero no se puede sembrar harina y la
simiente no debe ser molida. Las palabras son buenas, pero no
lo mejor, porque lo mejor no es posible traducirlo en palabras.
El espíritu que ordena nuestros actos es lo más alto. La acción
no se comprende ni se reproduce sino por intervención del
espíritu. Nadie sabe lo que hace cuando procede rectamente,
pero siempre tenemos conciencia de lo indebido. El que no
actúa más que por medio de signos es un pedante, un hipócrita
o un chapucero. De ellos hay muchos y se sienten a gustos entre
ellos. Su palabrería retiene el alumno y su mediocridad aterroriza
los mejores. La doctrina del verdadero artista revela el sentido,
porque, cuanto faltan las palabras, habla la acción. El alumno
digno de este nombre aprende a extraer lo desconocido de lo
conocido, y de esa suerte se aproxima al maestro.”
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