dictamen - Consejo Consultivo de Castilla

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DICTAMEN 107
DICTAMEN Nº. 107/2000, de 27 de diciembre.*
Expediente relativo a revisión de oficio de la resolución del Secretario General Técnico
de la Consejería de Industria y Trabajo de 31 de julio de 2000, por la que se adjudicaba a la empresa “O.P., S.L.” un contrato de suministro de fotocopiadoras para las
Delegaciones Provinciales.
ANTECEDENTES
Se somete a la consideración del Consejo Consultivo de Castilla-La Mancha el expediente de revisión de oficio de la resolución del Secretario General Técnico de la Consejería
de Industria y Trabajo de 31 de julio de 2000, por la que se adjudicaba a la empresa “O.P.,
S.L.” un contrato de suministro de fotocopiadoras para las Delegaciones Provinciales, al
amparo de lo previsto en los artículos 22 y 62.b) del Texto Refundido de la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas, que prevén la sanción de nulidad de pleno derecho en
los supuestos en que el adjudicatario carezca de capacidad de obrar.
Tanto en la presentación de la oferta como en la adjudicación y firma del contrato, la
empresa fue representada por persona que no contaba con poder bastante al efecto.
EXTRACTO DE LA DOCTRINA
La nulidad de pleno derecho se caracteriza por ser apreciable de oficio y a instancia
de parte, en cualquier momento y sin sujeción a plazo de prescripción o caducidad, producir efectos “ex tunc”, es decir, desde el momento mismo en que el acto tuvo su origen, ser
insubsanable aun cuando se cuente con consentimiento del afectado, por lo que no cabe
convalidación, y referirse a vicios de tal entidad que trascienden el puro interés de la persona sobre la que inciden los efectos del acto y repercuten sobre el orden general, resultando ser “de orden público”, lo cual explica que pueda ser declarado de oficio tanto por la
Administración como por los Tribunales, debiendo hacerse tal pronunciamiento de forma
preferente, en interés del ordenamiento mismo.
Los contratos celebrados por la Administración, como actos administrativos que son,
se hallan sometidos al régimen de nulidad expuesto, contemplándose las causas de Derecho
Administrativo que pueden dar lugar a la declaración de la misma en el artículo 62 del Real
Decreto Legislativo 2/2000, de 16 de junio, por el que se aprueba el Texto Refundido de la
Ley de Contratos de las Administraciones Públicas el cual establece en su apartado b): “La
falta de capacidad de obrar o de la solvencia económica, financiera, técnica o profesional,
debidamente acreditada, o el estar incurso el adjudicatario en alguna de las prohibiciones
o incompatibilidades señaladas en el artículo 20 de esta Ley”.
El artículo 15 del referido cuerpo legal dispone en su apartado primero que “podrán
contratar con la Administración las personas naturales o jurídicas, españolas o extranjeras,
que tengan plena capacidad de obrar y acrediten su solvencia económica, financiera y
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Ponente: Ángel Ortega Benayas
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Dictámenes Consejo Consultivo Castilla-La Mancha.- 2000
técnica o profesional, requisito este último que será sustituido por la correspondiente clasificación en los casos en que con arreglo a esta Ley sea exigible”.
Mientras la capacidad jurídica es la aptitud de las personas para ser titulares de derechos y obligaciones, la capacidad de obrar es la aptitud que reconoce a aquéllas el ordenamiento para realizar actos jurídicos, requiriéndose por el citado precepto que la misma
se ostente de manera “plena”, sin que por tanto, puedan reunir la condición de contratistas
aquellos que la tengan limitada o sometida a restricción.
En relación a las personas jurídicas, el artículo 38 del Código Civil reconoce ampliamente su capacidad jurídica y de obrar, al afirmar que aquéllas “pueden adquirir y poseer
bienes de todas clases, así como contraer obligaciones y ejercitar acciones civiles y criminales, conforme a las leyes y reglas de su constitución”.
En lo que concierne a las sociedades de responsabilidad limitada, cual es el caso objeto del supuesto sometido a dictamen, el artículo 11 de la Ley 2/1995, de 23 de marzo, reguladora de las mismas, determina que “la sociedad se constituirá mediante escritura pública,
que deberá ser inscrita en el Registro Mercantil. Con la inscripción adquirirá la sociedad
de responsabilidad limitada su personalidad jurídica”.
A la vista de lo dispuesto en tales preceptos se deduce con claridad que una sociedad
de responsabilidad limitada adquirirá capacidad jurídica y de obrar desde el momento en
que se inscriba su constitución en el Registro Mercantil.
La circunstancia de que la adjudicación y firma del contrato se hayan realizado en base a la propuesta presentada en nombre de la empresa por quien, aun afirmando ser administradora, carece de poder para ello, no lleva aparejado sin más la afirmación de que la
entidad adjudicataria carece de capacidad de obrar suficiente, la cual no se ha visto afectada desde su inscripción en el Registro Mercantil.
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