Todos los canarios rojos, tanto lipocrómicos como melánicos, derivan de cruzamientos con el Cardenalito de Venezuela, pequeño fringílido de 10 centímetros, de color rojo vivo y negro y con un patente dimorfismo sexual. Además de las melaninas, en su caso, los pigmentos fijados en las plumas de los canarios de factor rojo son los carotenoides o lipocromos, los cuales pertenecen al grupo de los lípidos isoprenoides, o también conocidos como terpenos. Estos pigmentos, como su nombre indica (de lipo = grasa y cromos = color), son solubles en las grasas y en los disolventes de éstas, como en alcohol. Son sustancias muy inestables, que se oxidan fácilmente con la luz y el calor, por lo que deberán ser conservados en sitios frescos, en la oscuridad y perfectamente cerradas, cuando se trate de productos artificiales. Los canarios de factor rojo son incapaces de sintetizar estos pigmentos lipocromos que colorean sus plumas, por lo que éstos deberán estar presentes en su dieta, lo mismo que las vitaminas, sales minerales, ácidos grasos esenciales, etc., para evitar así que las plumas queden con tonos amarillos o rojo muy pálido, al igual que ocurre, por ejemplo, con los flamencos, que deben alimentarse con crustáceos que contiene dichos pigmentos, y que a su vez los han incorporado de las algas rojas de las que se alimentan. Es decir, sin este aporte extremo de carotenoides es imposible que los canarios de factor rojo y el propio cardenalillo alcancen la coloración, de acuerdo con el límite de asimilación que sus características genéticas y sanitarias le permiten. Después de ser ingeridos los pigmentos rojos, traspasan las paredes intestinales, almacenándose en el hígado, donde sufren algunas transformaciones, posteriormente pasan al torrente circulatorio, y por medio de capilares llegan a la epidermis, desde donde pasan a las plumas, donde quedan depositados en las barbas y barbulas y las pigmentan. También hay depósitos de carotenoides en el ovario, donde pigmentaran la yema del huevo. Los pigmentos más utilizados son la cantaxantina, carophyll rojo y betacaroteno. Estos son empleados en distintas cantidades y proporciones entre ellos, según la experiencia de cada canaricultor, tipo de variedad a pigmentar, etc. La cantaxantina y el carophyll rojo son dos pigmentos prácticamente idénticos, con algunas transformaciones en su molécula y dan los mismos resultados, el carophyll rojo se prepara a partir de la cantaxantina. El betacaroteno aporta un color rojo más apagado, pero confiere más brillo al plumaje. La cantaxantina presente en el plumaje del cardenalito produce un color rojo más intenso, pero su sobredosificación produce tonos amarronados o violetas, que serán penalizados en concursos. Estas sustancias pueden ser incorporadas a las pastas de cría, bizcocho, soluciones oleosas, aguas, etc., para así poder colorear a los pájaros de factor rojo. Existen productos naturales que contiene tales pigmentos en dosis considerables, tales como zanahoria, pigmento rojo, tomate, naranjas, diversos pétalos de flores, hongos, etc., pero la utilización exclusiva de estos productos, como antaño se hacía y aún hoy por algunos canaricultores, de por si no es suficiente para dar la intensidad de coloración que vemos en otros ejemplares tratados con colorantes artificiales. La cantidad de carotenoides asimilados, su distribución en las plumas del canario, así como la Luminosidad con que se expresen dichos pigmentos es hereditaria, y la puede mejorar el criador con una adecuada selección. Cuanto más próximo sea el parentesco con el cardenalito de Venezuela, la facilidad del canario para asimilar los pigmentos carotenoides será mayor, es decir, a medida que las generaciones filiales se alejan del primitivo cruce con cardenalito, su color rojo aparecerá menos intenso. De aquí también la conveniencia de recurrir a híbridos con el cardenalito para mejorar el lipocromo rojo, lo mismo que el plumaje y la categoría mosaico. Existen productos naturales que contiene tales pigmentos en dosis considerables, tales como zanahoria, pigmento rojo, tomate, naranjas, diversos pétalos de flores, hongos, etc., pero la utilización exclusiva de estos productos, como antaño se hacía y aún hoy por algunos canaricultores, de por si no es suficiente para dar la intensidad de coloración que vemos en otros ejemplares tratados con colorantes artificiales. La cantidad de carotenoides asimilados, su distribución en las plumas del canario, así como la Luminosidad con que se expresen dichos pigmentos es hereditaria, y la puede mejorar el criador con una adecuada selección. Cuanto más próximo sea el parentesco con el cardenalito de Venezuela, la facilidad del canario para asimilar los pigmentos carotenoides será mayor, es decir, a medida que las generaciones filiales se alejan del primitivo cruce con cardenalito, su color rojo aparecerá menos intenso. De aquí también la conveniencia de recurrir a híbridos con el cardenalito para mejorar el lipocromo rojo, lo mismo que el plumaje y la categoría mosaico. ¿Cómo influye la pigmentación en canarios que no son de factor rojo? En los canarios de fondo blanco recesivo no influye para nada en su color, ya que éstos son incapaces de depositar en su plumaje los carotenoides que ingieren. No ocurre así con los canarios de fondo amarillo, marfil y blanco dominante, pues acusaran factor rojo y serán descalificados. Es muy peligroso colorear durante varios días a estas variedades, pues presentarán una tonalidad anaranjada. Las cucharas y recipientes para la pasta de ejemplares de factor rojo deben estar bien separadas para evitar posibles confusiones, así como las jaulas para que no puedan caer restos de comida de unas a otras. Toda la información requerida en FL FACTOR ROJO