Tecnología CAD-CAM aplicada a la ortodoncia lingual

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Revista Mexicana de
Odontología Clínica
Año 2 • Número XI • 2009
Es una publicación mensual editada por
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dicas, S.A. de C.V., auspiciada por el Labo­
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Editor responsable
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Editor de especialidad
Dr. Fernando Ángeles Medina
Edición y corrección de estilo
Lic. Ángeles Santiago Méndez
Diseño y formación
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Jurídico
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El contenido editorial es responsabilidad
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senta el pensamiento de los editores y/o
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18040050.
Contenido
Asociación del apiñamiento
anteroinferior con la presencia
de terceros molares
4
CLÍNICA DEL DOLOR
Trastornos de la articulación
temporomandibular
Diagnóstico pulpar
8
10
TEMAS SELECTOS DE FARMACOLOGÍA
Tabla de clasificación
de antibióticos
17
Tecnología CAD-CAM aplicada
a la ortodoncia lingual
18
Grupo Editorial y Comunicaciones Bio­
mé­dicas, S.A. de C.V.: Calle Tierra, Mz 1,
Lote 7, Oficina 102, Col. Media Luna, Deleg.
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ejemplares más sobrantes.
DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOL
Editorial
Comité científico
Odontología Clínica
E
l conocimiento integral de la farmacología en toda
T
he pharmacology integral knowledge in all
la diversidad de productos utilizados en el área de
estomatología es esencial para el odontólogo, sin
embargo, merece especial atención la gama de an­
tibacterianos.
Los antibióticos deben ser administrados con sumo cui­
dado, previo conocimiento y reconocimiento de la patología en
cuestión; escoger la sal y la dosis correcta en cuanto a cantidad
y periodo de administración es el principal objetivo del manejo
adecuado de este tipo de fármacos.
Actualmente, en el mundo ha surgido un fenómeno serio
que puede convertirse en grave denominado resistencia anti­
the diversity of products used in the stomatology area is essential for the odontologist;
however, the antibacterial range deserves
special attention.
The antibiotics should be administered with extremely
care, previous pathology knowledge and recognition; to
choose the salt and the correct dose as for quantity and administration period is the main objective of the appropriate
handling of these drugs.
At the moment, in the world a serious phenomenon
that can become severe denominated antibiotic resistance
biótica, definido como “el poder que tanto genéticamente como
por procesos de adaptación están teniendo los microorganismos
causantes de un sinfín de enfermedades tanto propias de la odon­
tología como de la medicina en general”.
La concienciación del paciente para no autoprescribirse este
tipo de medicamentos así como su capacitación sobre cómo in­
gerir las sales, junto con la sapiencia del odontólogo al adminis­
trar fármacos, es el secreto para frenar la tan temida pero real
resistencia.
Lo anterior deberá ir precedido de nuevos descubrimientos
que contraatacarán esta resistencia. No obstante, también estos
microorganismos desarrollarán nuevas armas para resistir los em­
bates de los antibióticos. Es una guerra sin cuartel que debemos
asumir en nuestro papel de expertos en el cuidado de la salud.
has arisen, defined as “the power that as well as genetically
as for adaptation processes are having the microorganisms
causing a numberless of illnesses as from odontology as from
medicine in general.”
The patient’s understanding for non auto-prescribe this
kind of drugs as well as their training on how to ingest
the salts, together with the odontologist knowledge when
administering drugs, is the secret to stop the so feared but
real resistance.
The above-mentioned will go preceded by new discove­
ries that will counterattack this resistance. Nevertheless,
these microorganisms will also develop new weapons to
resist the attacks of the antibiotics. It is a war without ba­
rracks that we should assume in our experts role in the care
of the health.
CENTRO MÉDICO NACIONAL SIGLO XXI (clínica 1)
Dr. Sebastián Cortés Torres
HOSPITAL DE LA MUJER
Dr. Javier Gutiérrez Tecua
HOSPITAL GENERAL DE MÉXICO
Dra. Carolina Torres González
HOSPITAL GENERAL “DR. MANUEL GEA GONZÁLEZ”
Dr. Manuel Yudovich Burak
HOSPITAL INFANTIL DE MÉXICO
Dr. Vicente Cuairán Ruidiaz
HOSPITAL JUÁREZ DE MÉXICO
Dr. Carlos Liceaga Escalera
HOSPITAL MÉDICA SUR
Dr. Enrique Grajeda
HOSPITAL MÉXICO
Dr. Gustavo Pardo García
HOSPITAL NACIONAL HOMEOPÁTICO
Dra. Mónica Nezahualcóyotl Almazán
INSTITUTO NACIONAL DE CANCEROLOGÍA
Dr. Vicente González Cardín
INSTITUTO NACIONAL DE CARDIOLOGÍA
Dr. Octavio Fiorentini Tognola
INSTITUTO NACIONAL DE CIENCIAS MÉDICAS Y NUTRICIÓN
Dr. Carlos Hernández Hernández
INSTITUTO NACIONAL DE ENFERMEDADES RESPIRATORIAS
Dra. Herminia González Cruz
INSTITUTO NACIONAL DE PEDIATRÍA
Dr. Eduardo de la Teja Ángeles
INSTITUTO NACIONAL DE PERINATOLOGÍA
Dr. Manuel Suárez Aldecoa
INSTITUTO NACIONAL DE REHABILITACIÓN
Dr. José Manuel Salas Martínez
SANATORIO DURANGO
Dr. José Luis Méndez Limón
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES IZTACALA (UNAM)
Dr. Ramiro Jesús Sandoval
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ZARAGOZA (UNAM)
Mtro. Juan Francisco Sánchez Ruiz
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA
Dr. Ricardo Almady Revilak
UNIVERSIDAD INTERCONTINENTAL
Dr. José Luis Ureña Cirett
UNIVERSIDAD JUSTO SIERRA
Juan de Dios Carrillo Rocha
UNIVERSIDAD LATINOAMERICANA
Dr. Francisco Magaña Moheno
UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE MEXICO
Dra. Cecilia González Malagón
FACULTAD DE ODONTOLOGÍA DE LA UNAM
Dra. Beatriz Aldape Barrios
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA
Dr. Fabián Ocampo Acosta
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN
Dr. Elías Romero de León
COLEGIO NACIONAL DE CIRUJANOS DENTISTAS (CNCD)
Dr. Salvador del Toro Medrano (Presidente)
Dr. Miguel Ángel Fernández Villavicencio
Dr. Antonio Copin Tovar
Dr. Octavio Crespo knoffer
Región Centro
Dr. Alejandro Vázquez Sandria
Región Norte
Dr. Jesús Subiría Moreno
Región Sur
Dra. Beatriz Barceló Canto
ASOCIACIÓN DENTAL MEXICANA (ADM)
Dr. Víctor Manuel Guerrero Reynosa
Dr. Rubén Morán Sánchez
Dr. Armando Hernández Ramírez
Dr. José Luis Castellanos Suárez
Dr. Constantino Ledezma Montes
Dra. Laura Díaz Guzmán
COMITÉ DE ÉTICA ODONTOLÓGICA
• ACADEMIA MEXICANA DE ENDODONCIA
• ACADEMIA MEXICANA DE ODONTOLOGÍA RESTAURADORA
• ACADEMIA MEXICANA DE ORTODONCIA
• ACADEMIA MEXICANA DE PROSTODONCIA
• CONSEJO NACIONAL DE ODONTOLOGÍA RESTAURADORA
• COLEGIO MEXICANO DE ODONTOPEDIATRÍA
CONSEJEROS ESTATALES
• ASOCIACIÓN DENTAL CAMPECHANA, A.C.
• ASOCIACIÓN DENTAL DE BAJA CALIFORNIA, A.C.
• ASOCIACIÓN DENTAL DE COLEGIOS DE CIRUJANOS
DENTISTAS DEL ESTADO DE CHIHUAHUA, A.C.
• ASOCIACIÓN DENTAL DE DURANGO, A.C.
• ASOCIACIÓN DENTAL DEL DISTRITO FEDERAL, A.C.
• ASOCIACIÓN DENTAL DEL ESTADO DE MÉXICO, A.C.
• ASOCIACIÓN DENTAL DEL ESTADO DE PUEBLA, A.C.
• ASOCIACIÓN DENTAL YUCATECA, A.C.
• ASOCIACIÓN DENTAL ZACATECANA, A.C.
• ASOCIACIÓN ODONTOLÓGICA DE NAYARIT, A.C.
• ASOCIACIÓN ODONTOLÓGICA DE QUERÉTARO, A.C.
• COLEGIO DE CIRUJANOS DENTISTAS DE AGUASCALIENTES, A.C.
• COLEGIO DE CIRUJANOS DENTISTAS DE BAJA CALIFORNIA SUR, A.C.
• COLEGIO DE CIRUJANOS DENTISTAS DE COAHUILA, A.C.
• COLEGIO DE CIRUJANOS DENTISTAS DE MEXICALI, A.C.
• COLEGIO DE CIRUJANOS DENTISTAS DE OAXACA, A.C.
• COLEGIO DE CIRUJANOS DENTISTAS DE QUINTANA ROO, A.C.
• COLEGIO DE CIRUJANOS DENTISTAS DE TABASCO, A.C.
• COLEGIO DE CIRUJANOS DENTISTAS DE TUXTLA, A.C.
• COLEGIO DE CIRUJANOS DENTISTAS DEL ESTADO DE COLIMA, A.C.
• COLEGIO DE CIRUJANOS DENTISTAS DEL NORTE DEL
ESTADO DE GUERRERO, A.C.
• COLEGIO DE CIRUJANOS DENTISTAS DEL PUERTO DE
VERACRUZ, A.C.
• COLEGIO DE ODONTÓLOGOS DE MORELOS, A.C.
• COLEGIO DE ODONTÓLOGOS DE NUEVO LEÓN, A.C.
• COLEGIO DENTAL POTOSINO, A.C.
• COLEGIO DENTAL TAMAULIPECO, A.C.
• COLEGIO HIDALGUENSE DE CIRUJANOS DENTISTAS, A.C.
• COLEGIO MICHOACANO DE CIRUJANOS DENTISTAS, A.C.
• FEDERACIÓN DE COLEGIOS DE CIRUJANOSDENTISTAS DE
GUANAJUATO, A.C.
• FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES Y COLEGIOS DE CIRUJA­
NOS DENTISTAS DEL ESTADO DE SINALOA
• SOCIEDAD ODONTOLÓGICA JALISCIENSE, A.C.
RIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR
DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOL
I
t has been sustained that the
mandibular third molars can
generate an anterior force or
mesial movement of the posterior
teeth, with a remodeling of the jaw
that will cause separation in the
contact points, which will result
in the inferior jam of the inferior
incisive.
The anteroinferior congestion is a
malocclusion of multiple origin in
which the inheritance, habits, diet,
facial growth, mandibular longitude
and wide, dental size and functional
changes intervene.
Odontología Clínica
ABSTRACT
ESTUDIO CLÍNICO
Asociación del apiñamiento
anteroinferior con la presencia
de terceros molares
Association of the packing anteroinferior
with the presence of third molars
• Dulce H. Gutiérrez Valdez
Cirujana dentista dedicada a la consulta odontológica privada
• Raúl Díaz Pérez
Maestro en ciencias y profesor de asignatura ”B” definitivo de la
Facultad de Odontología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
División de Estudios Profesionales
• Erick Villalba López
Ortodoncista dedicado a la consulta odontológica privada
Resumen
Referencias bibliográficas
1 Türkkahraman H, Sayin MO. Relationship between anterior crowding and lateral dentofacial morphology in the early mixed dentition. Angle Orthod 2004; 74(6):759-764.
2 Vasir NS, Robinson RJ. The mandibular third molar and late crowding of the mandibular
incisors. Br J Orthod 1991;18(1):59-66.
3 Richardson ME. The role of the third molar in the cause of late lower arch crowding: a
review. Am J Orthod Dentofacial Orthop 1989; 95(1):79-83.
4 Sexta edición de la nómina anatómica autorizada por el 12° Congreso Internacional
de Anatomistas en Londres, Inglaterra en 1985. Ed. Churchill Livingstone; Edimburgo,
London, Melbourne and New York 1989 p. 39.
5 Harfin J. Indicaciones y contraindicaciones del desgaste proximal en el tratamiento
de los apiñamientos en el paciente adulto. En: Harbin J. Tratamiento ortodóntico en el
adulto. Médica Panamericana Argentina, 1999, p. 69-70.
6 Canut B. Anomalías volumétricas: apiñamiento. En: Canut B. Ortodoncia clínica. Salvat
México D.F., 1992, p. 337-344.
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incisor crowding: a randomized controlled trial. Br J Orthod 1998;25:117-122.
8 Robert HS, Bruce S, Roger SW. Cirugía dentoalveolar. En: Sanders B. Cirugía bucal y
maxilofacial pediátrica. Mundi S.A.I.C. y F. Argentina, 1984, p.163-164.
9 Southard TE, Southard KA, Weeda LW. Mesial force from unerupted third molars Am J
Orthod Dentofacial Orthop 1991; 99(3):220-225.
10 Proffit W. Fases posteriores del desarrollo. Diagnóstico ortodóncico: establecimiento de
un listado de problemas. En: Proffit W. Ortodoncia contemporánea teoría y práctica.
Mosby España, 2001, p.108-110,165-167.
11 Ortega J, Estudio de la disminución de la longitud del arco en dentición mixta. Rev
Científica Asociación de Odontología Restauradora y Biomateriales 2003; 1(2).
12 Moyers R. Tratamiento en adolescentes. En: Moyers R. Manual de ortodoncia médica
panamericana argentina, 1992, p. 144-147.
13 Lundstrom A. Aetiology of crowding of the teeth. Trans Eur Orthod Soc 1951:176-191.
14 Moorrees C, Reed R. Biometrics of crowding and spacing of the teeth in the mandible.
Am J Phys Anthrop 1954;(12)77-88.
15 Buschang PH, Shulman JD. Incisor crowding in untreated persons 15-50 years of age:
United States, 1988-1994. Angle Orthod 2003; 73:502-508.
16 Lindsqvist B, Thilander B. Extraction of third molars in cases of anticipated crowding in
the lower jaw. Am J Orthod 1982; 81(2):130-139.
17 Vego L. Longitudinal study of mandibular arch perimeter. Angle Orthod 1962;(32):187-192.
18 Mayoral G. Terceros molares. Apiñamiento inferior. En: Mayoral G. Ficción y realidad
en ortodoncia. Actividades Médico Odontológicas Latinoamericana, Colombia, 1997,
p. 269-280.
19 Burdi A, Moyers R. Tratamiento en adolescentes. En: Moyers R. Manual de ortodoncia
médica panamericana argentina, 1992, p.442-448.a
Introducción: el apiñamiento anteroinferior es una maloclusión de etio­
logía multifactorial en la cual los terceros molares (serotinos) pueden
producir una fuerza anterior que causará apiñamiento.
Pacientes y métodos: en el posgrado de ortodoncia de la Facultad de
Odontología de la UNAM, se incluyeron expedientes clínicos de pacientes
ingresados de 1998 al 2006, con una edad de 20 a 25 años, modelos de
estudio y ortopantomografía. Se recabó información sociodemo­gráfica, se
midió en milímetros el espacio necesario y el disponible, y se diagnosticó
la presencia de los terceros molares. La información se analizó con el
programa SPSS 12.0, con el cual se evaluó la asociación entre apiñamiento
y terceros molares. Se utilizó la rho de Spearman.
Resultados: se incluyeron 93 expedientes clínicos, predominó el sexo
femenino (64.5%), el estado civil soltero (98.9%) y la escolaridad pro­
fesional (82.8%); 90.3% presentó apiñamiento anteroinferior (media de
4±3.7 mm), con intervalo de -7.2 a 17 milímetros; 74.2% presentó ambos
terceros molares, 4.3% tuvo sólo un tercer molar. En la prueba de asocia­
ción se obtuvo una rho .05/2=0.017, con un valor de p=0.872, resultados
que indican la independencia de las variables estudiadas.
Conclusiones: la presencia de terceros molares es independiente del
apiñamiento anteroinferior.
Palabras clave: apiñamiento, terceros molares.
RIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR
Introducción
El apiñamiento anteroinferior es
una maloclusión de etiología multi­
factorial1,2,3 en la que intervienen la
herencia, hábitos, dieta, crecimien­
to facial, longitud y ancho mandi­bu­
lar, tamaño dental, cambios funcio­
nales. Además, los terceros molares
(serotinos)4 pueden producir una
fuerza anterior que lo causará.3, 5, 6 De
acuerdo a su etiología, se puede cla­
sificar en primario, secundario y ter­
ciario;6 es este último el que incluye
la erupción del tercer molar, cuyo
desarrollo, formación y posición en
la arcada es muy variable. Clínica­
mente, la cantidad del apiñamiento
se clasifica en leve (menor de 3 mm),
moderado (de 3 a 5 mm) y grave
(mayor de 5 mm).5
Se ha sostenido que los terceros mo­
lares mandibulares pueden generar
una fuerza anterior o movimiento
mesial de los dientes posteriores, con
una remodelación de la mandíbula
que provocará separación en los
puntos de contacto, lo cual traerá
como consecuencia el apiñamiento
de los incisivos inferiores,2,3,7,8 sin
embargo, esta fuerza mesial no pue­
de ser detectada fácilmente.9
Se incluyeron aquellos cuya edad iba
de los 20 a los 25 años, sin extraccio­
nes ni cirugía de dientes permanen­
tes, sin tratamiento de ortodoncia
ni ortopedia y que ade­más contaran
con ortopantomografía y modelos
de estudio; fueron excluidos todos
aquellos portadores de prótesis y con
síndromes de cabeza.
Calibración
Para la realización del estudio se cali­
bró una evaluadora con una mues­
tra de 10 expedientes que cumplie­
ron los criterios de selección. En la
medición de los mode­los de estudio
se calibró con la colaboración del
coordinador del Departamento de
Ortodoncia de la División de Es­
tudios de Posgrado de la Facultad
de Odontología de la UNAM; se
obtuvo una concordancia interob­
servador de r=0.867, y en las orto­
pantomografías el diagnóstico de los
terceros molares fue calibrado con
ayuda del coordinador del Departa­
mento de Imagenología de la misma
Facultad; hubo una concordancia
interobservador de k=0.925.
Medición del apiñamiento10,11,12
Para medir el apiñamiento en los
modelos de yeso se determinó el
espacio disponible y el necesario tal
como lo describe Moyers.
Espacio disponible: se midió de la
cara distal del canino inferior dere­
cho a la cara distal del canino infe­
rior izquierdo, por encima del borde
incisal, con la ayuda de un alambre
de latón calibre 0.024, el cual fue
amoldado al hueso basal. Posterior­
mente se estiró para obtener la lon­
gitud anterior mandibular en milí­
metros (Fotos 1a, 1b y 1c).
Pacientes y métodos
El objetivo del estudio fue establecer
la asociación entre el apiñamiento
anteroinferior y la presencia de ter­
ceros molares. Se revisaron los 2 530
expedientes del Departamento de
Ortodoncia de la División de Estu­
dios de Posgrado de la Facultad de
Odontología de la UNAM de pacien­
tes ingresados durante los años 1998
a 2006 (muestra total disponible).
Foto 1a. Obtención de la longitud anterior mandibular medida en mm
Foto 1b. Medición del espacio disponible
DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOL
Resultados
Foto 1c. Localización de la cara distal del canino inferior
derecho e izquierdo para la adaptación del alambre de latón y
la medición del ancho basal anterior
Se realizó un estudio transversal de
93 expedientes clínicos que cumplie­
ron con los criterios de selección. En
ellos­ predominó el sexo femenino
(64.5%), el estado civil soltero
(98.9%), la ocupación estudiante
(93.5%) y el grado de esco­laridad pro­­
fesional (82.8%). Las edades de la
población fueron de 20 a 25 años y
la media fue de 21 años; la mayoría de
los pacientes tenía 20 años (33.3%).
Odontología Clínica
Prevalencia de terceros
molares inferiores
Foto 1d. Obtención de la medida del espacio disponible mediante
el estiramiento del alambre
En la población estudiada se en­
contró que fue más frecuente la
presencia de ambos terceros mo­
lares (74.2%) que de un solo molar
(4.3%) (Cuadro 1).
Cuadro 1. Prevalencia de terceros molares
Terceros molares
Sin terceros molares
Un tercer molar
Dos terceros molares
Total
n
20
4
69
93
%
21.5
4.3
74.2
100
Terceros molares inferiores divididos en tres
grupos: ausente, con un tercer molar y con dos
terceros molares mandibulares
Foto 2. Medición de los anchos mesiodistales de los seis dientes
anteriores para determinar la cantidad de espacio necesario
Espacio necesario: se midieron los
anchos mesiodistales entre los dos
puntos de contacto de cada uno de
los seis incisivos mandibulares, para
lo cual se utilizó un compás de pun­
tas finas y se sumaron cada una de las
medidas obtenidas (Foto 2).
Diagnóstico de los
La diferencia en milímetros entre el
espacio necesario y el espacio dispo­
nible fue la magnitud del apiña­
mi­ento anteroinferior.
La información recabada se capturó
terceros molares
Las radiografías panorámicas fue­­
ron examinadas a través de un ne­
ga­tos­copio a fin de diagnosticar la
presen­cia de los terceros molares.
en la base de datos corres­pondiente
mediante el programa estadístico
SPSS 12.0.
Apiñamiento
Noventa por ciento de la muestra
presentó apiñamiento anteroinfe­
rior; el apiñamiento mostró una me­
dia de 4±3.7 mm, con un intervalo
de -7.2 a 17 mm.
Gradación del apiñamiento
Se retabularon las dimensiones del
apiñamiento de acuerdo a la clasifi­
cación de Harfin.5 La proporción
más frecuente fue la del apiñamiento
grave (55%), como se muestra en la
Gráfica 1.
RIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR
55%
60
n = 93
50
40
30
20%
20
10
16%
9%
0
Sin apiñamiento
Leve
Moderado
Grave
Gráfica 1. Distribución del apiñamiento por su clasificación.
Proporciones de apiñamiento según la clasificación propuesta por Harfin
Evaluación de la asociación
de la presencia de terceros
molares con apiñamiento
Se analizó la asociación entre la pre­
sencia de terceros molares y la dimen­
sión del apiñamiento anteroin­fe­­
ri­or, para lo que se empleó la prueba
de correlación de Spearman (rho),
cuyos resultados fueron: rho=0.017,
con un valor de p=0.872. Esto indica
que la presencia de terceros molares
inferiores y el apiñamiento dental
anteroinferior son independientes.
Discusión
Proporción de pacientes
con apiñamiento
En la muestra estudiada, 90% pre­
sentó apiñamiento anteroinferior,
datos mayores a los reportados por
Lundstrom13 (50%), Moorrees14
(48.3%) y Buschang15 (30%) en di­
ferentes poblaciones. Sin embargo,
Canut6 refiere que la proporción de
apiñamiento puede ir desde 50%
(en la población general) hasta 90% (en­
la población que acude a tratamien­
tos dentales), donde el límite superior
concuerda con nuestros resultados.
Destaca que los indivi­duos estudia­
dos acudieron espontáneamente al
servicio de ortodoncia debido a su
necesidad de alinear sus dientes y
mejorar su aspecto y función. En
55% de los pacientes que presentaron
apiñamiento éste fue grave (mayor de
5 mm), porcentaje mayor al mencio­
nado por Buschang,15 quien reporta
17% de apiñamiento severo ≥7 mm.
Apiñamiento con relación al
número de terceros molares
presentes
De la población estudiada, 21.5%
mostraba apiñamiento sin la pre­
sen­cia de terceros molares, resulta­
do que apoya el planteamiento de
Profit,10 quien menciona que el
apiñamiento también se observa en
individuos con ausencia de terceros
molares, por lo que la presencia de
éstos no es fundamental para que
exista tal apiñamiento.
Nuestros resultados no muestran aso­
ciación entre la presencia de terceros
molares y el apiñamiento, lo que es
coincidente con lo mencionado por
Buschang15 en una muestra de mexi­
canos, blancos y negros. Lin­quist y
Thilander16 reportan la ob­ten­ción de
0.16 mm de espacio mandibular dis­
ponible si se realiza la extracción de
terceros molares; por su parte, Vego17
encontró una diferencia de 0.8 mm
en pacientes con y sin terceros mo­
lares, y Harradine7 refiere 1 mm de
diferencia. Cabe hacer notar que las
diferencias encontradas por estos
autores son menores a un milímetro
y sus resultados no son estadística­
mente significativos.
Es así que en caso de agenesia de
terceros molares puede existir api­
ñamiento por diferentes factores, ya
sean de tipo congénito o ambiental18
que ocasionan que los dientes no se
puedan colocar normalmente en los
maxilares o puede deberse –según
Bjork–19 a un incremento mandibular
más que a la presencia de los terceros
molares. Aunque Canut6 no descarta
la influencia, tampoco presenta da­
tos que evidencien el papel de los
cordales en el apiñamiento terciario,
cuya acción podría estar combinada
con otros factores causales.
Asociación entre apiñamiento
y presencia de terceros molares
Conclusión
Aproximadamente 3.2% de la po­
blación presentó apiñamiento ante­
roinferior con la presencia de un solo
serotino, en tanto que 65.6% tuvo
apiñamiento ante la presencia de am­
bos terceros molares. En 68.8% de
los casos de población estudiada que
tenían uno o ambos terceros molares
existió apiñamiento anteroinferior.
El tercer molar tiene un efecto sin sig­
nificancia estadística en la alinea­ción
de los incisivos, es decir, no exis­te una
asociación entre estos factores, ya
que la presencia de terceros molares
no explica el apiñamiento anteroin­
ferior. Es necesario realizar más estu­
dios para encontrar los ele­mentos que
determinan que éste se presente.
DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOL
CLÍNICA DEL DOLOR
Odontología Clínica
Trastornos de la
articulación temporomandibular
Autor extranjero invitado: Dr. Samuel Benarroch
Adscrito a la Unidad Clínica de Cirugía Bucal y Maxilofacial. Cirugía Plástica Facial. Hospital de Barcelona, España. Clínica Benarroch
E
ntre los signos y síntomas asociados
con más frecuencia a trastornos de la
articulación temporomandibular y do­
lor bucofacial se encuentran (con fines
didácticos los clasificaremos por estructuras
anatómicas):
1. Dolor o molestias al comer
2. Dificultad para abrir o cerrar la boca
3. Ruidos al abrir la mandíbula
Boca y dientes
•Dolor en varios dientes o en las encías sin ser
de origen dental o periodontal.
•Rechinar o apretar los dientes (bruxismo).
•Alteraciones en la mordida, dientes des­
gastados, empastes, fundas o puentes que
se desajustan o rompen.
•Morderse los labios, los carillos o las uñas.
Oídos
•Zumbidos, ruidos de cualquier tipo, dismi­
nución de la audición o mareos.
•Dolores y sensación de oídos llenos o ta­
pados.
Muchos estudios revelan la importancia de fac­
tores etiológicos odontológicos que pudieran
estar asociados a trastornos de la ATM:
•La hiperactividad muscular o bruxismo.
•La pérdida de dientes y las migraciones
dentarias que sobrepasan la capacidad de
adaptación del individuo.
•Trauma mandibular.
•Restauraciones dentarias no funcionales
por exceso y defecto.
•Traumatismos por maniobras quirúrgicas
pro­longadas en tratamientos estomatoló­
gicos.
•Tratamiento de ortodoncia incompleto.
•Rehabilitación protésica no funcional.
•Trastornos del crecimiento y desarrollo crá­
neo mandibular que provoca maloclusiones
que sobrepasan la capacidad adaptativa del
individuo.
•Pericoronitis de los terceros molares inferio­
res, no tratados, que modifican el patrón ha­
bitual de masticación.
g
Cabeza
•Dolores de cabeza a repetición, especial­
mente en la zona temporal y que no calman
con analgésicos.
•Migrañas.
Cara
•Dolor en los músculos masticatorios, espe­
cialmente por delante del oído y a los lados
de la boca.
•Inflamación o cansancio de los músculos
faciales.
Ojos
•Dolor detrás de los ojos.
•Sensibilidad a la luz.
Cuello, espalda y otras partes del cuerpo
•Cambios en la dirección y postura del cuello,
cabeza y cuerpo.
•Dolor, cansancio o fatiga muscular.
•Dolor referido a los hombros espalda, pecho
o brazo.
•Mal sueño.
El tratamiento se realiza por fases y puede
requerir varias sesiones, todas tendientes a es­
tabilizar la oclusión y lograr una mejor distribu­
ción de las fuerzas masticatorias.
• Primera fase
· Terapia farmacológica (control de ansie­
dad y estrés).
· Rehabilitación (fisioterapia).
· Ajuste y equilibrio oclusal.
· Toxina botulínica tipo A.
•Segunda fase
· Terapia neural.
· Electromioterapia.
· Terapia láser de baja potencia.
· Ultrasonido.
· Dispositivos intrabucales.
•Tercera fase
· Métodos quirúrgicos.
RIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR
DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOL
ABSTRACT
Odontología Clínica
T
he odontogeny pain is the
most frequent cause for which
the patients arrive at the specialist’s
clinic. Due the above-mentioned, a
right diagnosis represents the base
to establish the treatment plan,
mainly if it is considered that the
orofacial pain is already considered
a public health problem.
The patient that has acute
intra-oral pain should be carefully
valued, and the expert will have
pursuit him until confirming the
diagnosis. Therefore, in the case of
pain related with intra-oral
lesions and infections the
diagnostic process as well as the
pharmacological therapy will be
assisted very closely until
renovating the individual’s health.
Referencias bibliográficas
1 Leonardo MR. Endodoncia, tratamiento de conductos radiculares. Principios
técnicos y biológicos. Volumen 1. Ed.
Latinoamericana, 2005.
2 Lipton JA, Ship JA. Estimated prevalence and distribution of reported orofacial pain in the United States. J Am
Dent Assoc 1993;115-121.
3 Rickoff B, Trowbridge, Baker J, Fuss Z,
Bender IB. Effects of thermal vitality test
on human dental pulp. J. Endodontics
1998, vol. 4, p. 482-485.
4 Chambers IG. The role an methods of
pulp testing in oral diagnosis: a review.
International Endodontics Journal 1982
vol. 15, p.1.
5 Morse DR, Seltzer S, Sinai I, Biron
G. Endodontics classification. JADA
1977;94:685.
6 Walton RE, Torabinejad M. Endodoncia, principios y práctica clínica. Ed.
Interamericana McGraw-Hill, 1991
Diagnóstico pulpar
Septum diagnose
• Gustavo F. Argüello Regalado
Profesor de pregrado y posgrado de la Facultad de Odontología
de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Introducción
La endodoncia es la ciencia y el arte
que comprende la etiología, preven­
ción, diagnóstico y tratamiento de
las alteraciones patológicas de la pul­
pa dentaria, sus repercusiones en la
región apical y periapical y sus con­
secuencias en todo el organismo.1 El
dolor odontogénico es la causa más
frecuente por la que los pacientes
llegan al consultorio odontológico.
Es por ello que el diagnóstico repre­
senta la base para establecer un
plan de tratamiento adecuado, so­
bre todo si se toma en cuenta que
el dolor bucofacial es un problema
de salud pública muy importante, a
decir del National Center for Health
Statistics (NCHS) de Estados Unidos
de Norteamérica, que aunque refiere
datos de ese país, no sería raro que
estos resultados pudieran extrapo­
larse a todo el mundo.
En una encuesta aplicada a 45 711
hoga­res americanos, 22% de la po­
blación general había experimen­
tado como mínimo uno entre cinco
tipos de dolor orofacial en los seis
meses previos al estudio. El tipo
más común de dolor orofacial fue la
odontalgia, a la cual se refirió 12.2%
de los encuestados.2
Con toda seguridad el paciente con
dolor que recibe atención con fre­
cuencia experimenta un verdadero
dolor intrabucal agudo, y la odon­
talgia y sus secuelas son la razón más
frecuente. El segundo más común es
el dolor relacionado con las lesiones
e infecciones intra­bucales. Después
de éstos, se ve reducido el campo
para el dolor de tipo agudo, mismo
que puede vincularse directamente
con la práctica endodóncica y la
cirugía bucal.
Los dientes son estructuras únicas en
las que existen tejidos viscerales que
se desempeñan como parte del siste­
ma musculoesquelético. Las pulpas
dentales funcionan como órganos
aislados. Desde el punto de vista
clínico, el odontólogo generalmente
no puede establecer de forma precisa
un diagnóstico patológico del estado
pulpar. Sin embargo, puede catego­
rizar luego de analizar los síntomas
subjetivos, la historia dental y los
hallazgos objetivos.
Dependiendo de los datos obteni­
dos, se considerará la posibilidad de
dar tratamiento a la pulpa dental o si
se requiere el tratamiento endodón­
cico o la extracción dental, es decir,
es importante tomar en cuenta la in­
tensidad, duración e historia de la
pulpalgia, presencia de caries dental
–ya sea con existencia o ausencia de
exposición del tejido vasculonervio­
so–, presencia y tipo de restauración,
10
RIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR
color de la corona dental, presencia
de tumefacción, enfermedad perio­
dontal, hallazgos radiográficos, así
como todas las pruebas de sensibi­
lidad pulpar (como son las pruebas
térmicas, eléctricas, de percusión,
palpación, anestésicas, de fresado,
zonas de referencia dolorosa).3
Establecer con precisión un diag­
nóstico puede resultar complicado
si es que deseamos basarnos en las
diferentes clasificaciones, pues hay
tantas como autores pueda haber.
Hess, en 1967; Baume, Hasler y
Mitchell, en 1970; así como Garfun­
kel y sus colaboradores, en 1973, se­
ñalan que no es posible determinar
con precisión un diagnóstico de los
estadios pulpares desde el punto de
vista clínico. Por su parte, Mitchelle,
Torplee, Matzumilla, Seltzer Ogilve
e Ingle coinciden en la ineficacia de
mezclar la terminología clínica con
la histológica debido a que nunca
habrá una correlación entre las ma­
nifestaciones clínicas y los resultados­
histopatológicos;3 de ahí que siem­
pre deberá establecerse, antes de
lle­var a cabo el abordaje pulpar, un
diagnóstico de presunción.
es probable que tengan una ingesta
medicamentosa que interfiera con
los procedimientos endodóncicos.
Además, el tratamiento endodónci­
co sirve como una vía entre el medio
ambiente externo (cavidad oral) y el
sistema general. Tomar una historia
clínica completa no sólo ayuda a es­
tablecer el diagnóstico, sino que tam­
bién proporciona información sobre
la susceptibilidad del paciente y su
reacción a los procesos infecciosos,
sangrado, medicamentos prescritos,
así como su estado emocional.9 Para
poder dar un diagnóstico, es esencial
realizar un examen clínico en el cual
es de suma importancia el interro­
gatorio o anamnesis, que se lleva a
cabo con el paciente con la finali­
dad de obtener la historia clínica del
caso.
que con él se detecta la presencia de
caries extensas por fisuras, fracturas
en las restauraciones, exposiciones
pulpares.
Interrogatorio o anamnesis
Se lleva a cabo mediante la aplica­
ción de leves golpeteos en la corona
dental, de preferencia con el mango
del espejo dental en sentido vertical
a la corona o en sentido horizontal.
Durante el interrogatorio, las pre­
guntas deberán ser concisas, directas
y no dudosas. Es importante incluir
cuestionamientos relacionados con
los síntomas tanto actuales como
pasados.
Examen clínico
Inspección del (os) órgano
dentario afectado
El avance en la medicina y, por ende,
en la odontología, así como la con­
cienciación de la gente con respecto
al mantenimiento odontológico, da
como resultado tratamientos den­
tales que no sólo se les proporcio­
na a individuos jóvenes o que no
presentan trastorno alguno. Como
consecuencia, muchas personas pue­
den tener enfermedades sistémicas,
lesiones por traumatismos o pro­
cedimientos quirúrgicos por los que
Posteriormente, se efectuará la ins­
pección dentaria. Se trata de un
examen objetivo que se realiza por
medio de la visualización de la coro­
na dentaria en un campo seco y per­
fectamente iluminado, para lo cual
nos debemos valer del uso obligado
de un espejo dental para observar
cada una de las paredes que confor­
man la corona dental, así como de
la superficie oclusal. Resulta fun­
damental utilizar el explorador, ya
Ante la presencia de caries y sus
efectos en las diferentes capas que
conforman la corona dental, las
restauraciones, se debe considerar
su tamaño, profundidad, el mate­
rial con que fueron confeccionadas,
así como el tiempo que tienen de
haberse colocado. Todos estos fac­
tores juegan un papel importante,
por lo que no debe ignorarse dicha
información, aunada a las pruebas
que se realizan para evaluar el estado
del tejido pulpar, sobre todo en cuan­
to a la inflamación.
Prueba de percusión
Foto 1.
De resultar positivo, es decir, si exis­
te dolor, implica que el proceso in­
flamatorio se encuentra ya ubicado
en el ligamento periodontal apical.
Tal inflamación puede ser de origen
bacteriano o traumático, por restau­
raciones provisionales o definitivas
en sobreoclusión. En caso de respon­
der de manera positiva a la percu­
si­ón horizontal, puede tratarse de un
problema de corte periodontal.
11
DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOL
nes de los tejidos de soporte dental,
es decir, del periodonto. Si la mo­
vilidad dentaria es producto de un
problema de corte endodóncico, co­
mo consecuencia ésta desaparecerá
luego del tratamiento de conduc­
tos. Sin embargo, cuando se trata
de una movilidad por enfermedad
periodontal, como es el caso de una
bolsa periodontal de gran extensión,
esto último no basta para tener éxito
endodóncico.
Foto 2.
Fotos 1 y 2. Se muestra cómo hacer
una percusión vertical y horizontal
Odontología Clínica
Palpación
Esta prueba consiste en presionar
firmemente con los dedos los tejidos
blandos y duros del rostro y la cavidad
bucal para examinar irregularidades
que puedan estar asociadas a la zona
dolorida referida por el paciente, así
como en la zona opuesta, para tener
un referente de una zona sana y una
zona enferma. La región cutánea que
corresponde al tercio apical de un
diente comprometido, cuando se
somete a esta prueba, puede servir,
por ejemplo, para establecer el diag­
nóstico de los tres estadios evolutivos
de abscesos dentoalveola­res agudos o
abscesos recidivantes o fénix: el abs­
ceso en fase inicial, en evolución y/o
involuido. El edema consistente duro
y sin fluctuación es característico de
la fase clínica de un absceso dentoal­
veolar agudo en evolución.1
Foto 4. Palpación palatina
Foto 5. Palpación de la región
submandibular
Prueba de sondeo
El sondeo que se realiza en los teji­
dos que conforman el soporte dental
puede indicar la destrucción de los
tejidos provocada por una enferme­
dad periodontal.
Foto 6. Prueba de sondeo
Foto 3. Palpación del fondo de saco
para evaluar la inflamación periapical
Prueba de movilidad dentaria
La finalidad de la prueba de movili­
dad dentaria es evaluar las condicio­
Foto 7. Prueba de movilidad
mediante el dedo índice y el mango
del espejo para crear fuerza y
contrafuerza
Pruebas de sensibilidad pulpar
Al efectuar pruebas que estimulen el
dolor –ya sea por medios térmicos,
eléctricos o térmico-eléctricos– se
pro­mueve una respuesta dolorosa,
lo que ayuda a identificar el diente
afectado por alguna patología pul­
par. Las pruebas de sensibilidad
pulpar deberán llevarse a cabo tan­to en el aparente diente afectado
como en dientes testigos para dife­
renciar­los de los que puedan cursar
con una necrosis pulpar, por ejem­
plo. Sin embargo, esos resultados
deberán ser tomados con cierta re­
serva, ya que como refiere Seltzer, la
mayoría de las veces los resultados
clínicos no coinciden con los resul­
tados histopatológicos.
12
RIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR
Prueba al frío
Entre los exámenes de sensibilidad
pulpar se encuentra la prueba al
frío, la cual debe aplicarse durante
aproximadamente cuatro segundos,
a una temperatura entre los 0 y los -5
grados centígrados; se utiliza hielo,
a los -50 grados centígrados; se em­
plean aerosoles congelantes con la
finalidad de provocar una respuesta
dolorosa aguda de corta duración en
las pulpas vitales. El dolor (de poca
duración) posterior al frío, dulces o
calor se debe a la estimulación de las
terminaciones nerviosas en la capa
odontoblástica. Cuando la respues­
ta dolorosa al frío persiste después
de eliminar la irritación, puede ser
causada por un estadio inflamatorio
capaz de pasar súbitamente de re­
versible a irreversible.4 Esta prueba
también ayuda a determinar cuándo
un diente está cursando por un pro­
ceso necrótico. El frío como prueba
de vitalidad pulpar tal vez no sea del
todo confiable, ya que si bien los
dientes con espacios pulpares calci­
ficados pueden tener pulpas vitales,
los estímulos pueden no producir
efecto en las terminaciones nerviosas
a causa de la función aislante de la
dentina terciaria o irritacional.5
Foto 9. La prueba al frío con
cloruro de etilo deberá realizarse
sin anestesia previa
Prueba al calor
La prueba al calor resulta, a decir de
varios autores, menos confiable que
la prueba al frío; la exacerbación del
dolor luego de aplicar calor, provoca
un aumento de volumen de los gases
producidos por el tejido purulento,
lo que puede indicar la presencia
de microabscesos pulpares. De cual­
quier manera, dicha prueba deberá
correlacionarse con los resultados de
otros exámenes para obtener así un
diagnóstico más confiable.1 Para esta
prueba puede emplearse gutapercha
en barra, misma que se calentará con
mechero y se llevará a la cara vestibu­
lar del diente afectado.
Foto 11. Aplicación de la barra
de gutapercha previamente
calentada en la superficie
vestibular de un diente
Rickoff, Trowbridge, Baker, Fuss y
Bender6 han comprobado que son
infundadas las afirmaciones de que
el frío extremo puede causar grietas
en la dentina y alteraciones irrever­
sibles a la pulpa; por el contrario,
es el calor en exceso el que produce
daños irreversible.
Prueba de preparación
cavitaria
Foto 8. Colocado del cloruro de etilo
en una borla de algodón para realizar
la prueba al frío
Cuando se lleva a cabo esta prueba
en dientes con pulpa sana, segundos
después de su aplicación se induce
una reacción dolorosa aguda y fugaz.
En las pulpitis agudas reversibles, la
respuesta al calor es similar a la de los
dientes con pulpa normal; una reac­
ción dolorosa que se acentúe y, a su
vez, se prolongue, puede ser indicio
de una pulpa con inflamación irre­
versible. Por otro lado, las pulpas en
estadio de necrosis no responden de
manera normal a las pruebas de sen­
sibilidad al calor. Sin embargo, en
estos casos de necrosis es posible que
muestren una respuesta dolorosa.
Foto 10. Precalentamiento de
gutapercha para la prueba a calor
Es recomendable realizar la prueba
de sensibilidad pulpar a la prepara­
13
DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOL
Odontología Clínica
ción cavitaria cuando las pruebas
térmicas dejan alguna duda. Este
método resulta muy confiable de­
bido a que al efectuarla se está en
contacto directo con la dentina. Al
no anestesiar previamente al pacien­
te, la reacción ante dicho estímulo
denotará la exacerbación dolorosa.
En caso contrario, se puede hablar
de necrosis pulpar.
Foto 12. Prueba de presado. Indica
vitalidad, mas no inflamación
Pruebas eléctricas
Los aparatos más recomendables
para llevar a cabo esta prueba son
los que utilizan corriente eléctrica de
alta frecuencia debido a que su gra­
duación puede regularse de mo­do
continuado. Biológicamente, di­­chos
instrumentos estimulan los nervios
sensitivos pulpares, de tal modo que
al reaccionar ante el estímulo dolo­
roso se denotará vitalidad y, por el
contrario, necrosis pulpar. El uso de
estos aparatos (invariablemente para
cualquier marca) se describe de la
manera siguiente:
• Aislamiento del diente a probar.
• Profilaxis.
• Secado completo del diente con
jeringa de aire.
• Colocación de pasta dental en la
punta del electrodo.
• Aplicación del electrodo en la
región cervical del diente.
• Remoción del electrodo en el mo­
mento en que el paciente mani­
fieste dolor.
• Registro del valor que marque el
aparato en la pantalla con la fi­
nalidad de comparar con diente
testigo y asentarlo en la ficha en­
dodóncica.
Es de suma importancia señalar que en
pacientes que porten marcapaso eléc­
trico está contraindicada esta prueba
debido a que puede alterar dicho apa­
rato. Como todo, esta prueba no se
halla exenta de limitantes:
• En dientes con reciente trauma­
tismo la prueba puede ser negativa
en las primeras 24 horas.
• Es posible que en dientes multirra­
diculares haya una respuesta positiva
aun cuando exista necrosis debido
a que alguna raíz puede contener
tejido parcial o totalmente vital.
• Manifestación dolorosa por parte
del paciente.
• Elevación del umbral de sensibili­
dad al dolor en pacientes con adic­
ción a drogas o alcohol o habituados
a tomar analgésicos o sedantes.7
después de utilizarla resultará impo­
sible realizar otras pruebas. Dicho
examen está indicado en caso de
que el paciente curse con una pul­
pitis aguda irreversible, con dolor
espontáneo disperso, es decir, si el
individuo no logra localizar el diente
que produce el dolor. Literalmente,
cuando la persona manifieste do­lor
en todo o un lado de la cara o la
ca­­beza. En estos casos el paciente
expresa dolor en mandíbula y maxi­
lar, por lo que si se efectúa el blo­
queo superior y el dolor continúa,
la pieza dental en cuestión proviene
de la mandíbula y viceversa. Ahora
bien, es importante considerar la
anes­tesia de diente por diente para ir
descartando, de tal manera que en el
maxilar superior indiscutiblemente
se aplicarán bloqueos supraperiósti­
cos, y en mandíbula, ligamentarios,
hasta que el dolor desaparezca.
Foto 14. Con la prueba anestésica se
facilita la identificación dolorosa de
un diente en particular
Examen radiográfico
Foto 13. Aplicación de prueba eléc­
trica. Obsérvese la colocación de
dentífrico en la punta del electrodo
Prueba anestésica
a dolor referido
Esta prueba es el último recurso para
detectar el diente afectado, ya que
Si no se trata de relacionar imágenes
–como sería el caso de la caries, restau­
raciones defectuosas en estadios de
pulpitis agudas reversibles e irrever­
sibles, o bien, cuando se observan
alteraciones periapicales– el examen
radiográfico deberá considerarse ex-­­­
clu­sivamente como un método de
apoyo mediante el cual indiscuti­ble­
14
RIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR
15
DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOL
Odontología Clínica
mente al correlacionar dichas imáge­
nes con la sintomatología y cuadro
clínico, será posible estab­le­cer un diag­
nóstico de presunción más acertado.
Después de toda esta información,
parecería fácil establecer un diagnós­
tico definitivo, pero enfatizo, al igual
que otras autoridades en la materia
han comentado, apenas damos un
diagnóstico presuntivo, al momento
de acceder al sistema de conductos,
e inclusive a la misma cámara pul­
par, podría cambiar el panorama. Al
considerar los nuevos datos, enton­
ces sí se podría implantar de manera
correcta un plan de tratamiento ade­
cuado. En ese sentido, existe una clasi­
ficación propuesta por Morse y sus
colaboradores, en 1977, misma que
está vigente. Dicha clasificación se
basa en la sintomatología clínica. En
general, las categorías son válidas, sin
embargo, existen variaciones, como
en las situaciones biológicas, las cua­
les no contrastan con los aspectos
clínicos. La clasificación de Morse es
la siguiente:
Vital asintomática: estado pul­par,
usualmente llamado normal, en el
que el tejido responde a pruebas tér­
micas y eléctricas en forma similar­
a la del diente control correspon­
diente. El paciente no refiere sínto­
mas adversos.
Dentina hipersensible: en este es­
tado, al parecer la pulpa no muestra
cambios histológicos, y la persona
siente dolor cuando la dentina se
expone al tacto con un instrumento
o durante el cepillado, así como a los
estímulos térmicos. Aun así, el dolor
desaparece a los pocos segundos de
haber eliminado el estímulo.
Inflamada reversible: este es un
es­tado causado comúnmente por
efectos de la caries dental u opera­
torios. En este estadio, el individuo
responde a la estimulación térmica
u osmótica, como alimentos o be­
bidas dulces o ácidos, sin embargo,
los síntomas desaparecen al elimi­
nar el estímulo y colocar un apósi­
to sedante. Inclusive en algunos
casos no necesariamente existen
síntomas.
Inflamada irreversible, sin pre­sen­
cia de zona periapical radiolúci­
da: este estado pulpar es causado
normalmente por caries profunda o
restauraciones. El proceso doloroso
puede ocurrir súbitamente o ser pre­
cipitado por estímulos térmicos o
de otro tipo. Generalmente, el do­
lor es de moderado a intenso, con
una duración prolongada, inclusive
de horas. Radiográficamente no hay
cambios periapicales. Como conse­
cuencia, se indicará el tratamiento
de conductos.
Inflamada irreversible, con pre­
sencia de zona periapical radio­
lúcida: es similar a la anterior, sin
embargo, se manifiestan cambios ra­
diográficos periapicales o laterales.
Necrótica sin zona periapical
ra­dio­lúcida: en este caso puede
presen­tarse o no dolor de forma es­
pontánea, yendo desde moderado a
intenso, y puede no ser provocado
por diversos estímulos, como de tipo
térmico, percutivo o de palpación.
Comúnmente, no hay respuestas a
las diversas modalidades de prue­
bas, ya sean térmicas o eléctricas.
Radiográficamente no se observan
cambios.
Necrótica con zona periapical
radiolúcida: en este estado se iden­
tifican cambios radiográficos o perio­
dontales laterales. De otra manera es
similar a la categoría anterior.
Conclusiones
A pesar de las innovaciones tecno­
lógicas en nuestra área, todavía
resulta contradictoria la sintomato­
logía contra los hallazgos clínicos,
es decir, recordando lo señalado
por los autores antes referidos, lo
inequívoco y poco concordante –en
ocasiones– de los resultados histopa­
tológicos contra lo manifestado por
el paciente y lo clínicamente encon­
trado. Aun así, la correcta aplicación
de todos y cada uno de los métodos
antes mencionados, no nos acer­
carán de una manera más fehaciente
a un diagnóstico de presunción con­
cordante y, como consecuencia, a un
plan de tratamiento adecuado.
16
RIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR DORIXINA DOLOR
ç
TEMAS SELECTOS DE FARMACOLOGÍA
Tabla de clasificación de antibióticos
Cortesía del Dr. Byron Nuñez F.
Médico especialista infectólogo
PENICILINAS
Penicilinas naturales
Penicilina G Sódica
Penicilina G potásica
Penicilina G procaínica
Penicilina G clemizol
Penicilina G benzatínica
Penicilina potásica
Fenoximetil penicilina
Aminopenicilinas
Amoxicilina
Ampicilina
Hetacilina
Bacampicilina
Ciclacilina
Epicilina
Metampicilina
Pivampicilina
Talmpicilina
Penicilinas isoxazólicas
Cloxacilina
Flucloxacilina
Nafcilina
Dicloxacilina
Meticilina
Oxacilina
Carboxipenicilinas
Carbenicilina
Ticarcilina
Ureidopenicilina
Apalcilina
Azlocilina
Furazlocilina
Mezlocilina
Piperacilina
Silbenicilina
Cefapirina
Cefazolina
Cefaloridina
Cefalotina
Cefalosporinas de
segunda generación
Cefuroxima
Cefuroxima-axetil
Cefaclor
Cefprozil
Cefamandol
Cefonicid
Ceforonida
Cefotiam
Cefoxitina
Cefmetazol
Cefminox
Cefotetán
Cefalosporinas de
tercera generación
Cefmenoxima
Ceftazidima
Cefodizina
Ceftizoxima
Cefoperazona
Ceftriaxona
Cefotaxima
Moxalactam
Cefsulodina
Cefatamet
Cefixima
Cefpadoxima
Ceftibuteno
Cefalosporinas de
cuarta generación
Cefepima
Cefpiroma
?
INHIBIDORES DE
BETALACTAMASAS
I.B.L.
Ácido clavulánico
Sulbactam
Tazobactam
CEFALOSPORINAS
Cefalosporinas de
primera generación
Cefadroxilo
Cefalexina
Cefaloglicina
Cefradina
Clorhidrato de tetraciclina
Demeclociclina
Doxiciclina
Minociclina
Oxitetraciclina
LINCOSAMINAS
Clindamicina
Lincomicina
MACRÓLIDOS
14 átomos
15 átomos (azálidos)
16 átomos
Cetólidos
Claritromicina
Diritromicina
Eritromicina
Roxitromicina
Azitromicina
Diacetilmidecamicina
Espiramicina
Josamicina
Telitromicina
ESTREPTOGRAMINAS
Quinupristina-dalfopris­
tina
AMINOGLUCÓSIDOS
Amikacina
Neomicina
Estreptomicina
Netilmicina
Gentamicina
Sisomicina
Isepamicina
Tobramicina
Kanamicina
Espectinomicina
CARBAPENÉMICOS
Imipenem
Meropenem
Ertapenem
GLUCOPÉPTIDOS
Vancomicina
Teicoplanina
MONOBACTÁMICOS
Aztreonam
OXAZOLIDINONAS
Linezolid
ANFENICOLES
Cloranfenicol
Tiamfenicol
RIFAMICINAS
Rifampicina
Rifabutina
TETRACICLINAS
Clortetraciclina
HIDRACIDAS
Isoniacidas
POLIPÉPTIDOS
Bacitracina
Capreomicina
Gramicidina
Polimixina B y E
QUINOLONAS
Primera generación
Ácido nalidíxico
Ácido oxolínico
Ácido pipemídico
Cinoxacino
Rosoxacino
Segunda generación
Ciprofloxacino
Enoxacino
Lomefloxacino
Norfloxacino
Ofloxacino
Pefloxacino
Rufloxacino
Tercera generación
Gatifloxacino
Esparfloxacino
Grepafloxacino
Pasufloxacino
Temafloxacino
Cuarta generación
Clinafloxacino
Moxifloxacino
Trovafloxacino
SULFONAMIDAS
Sulfas de uso sistémico
Sulfadiazina
Sulfadoxima
Sulfisoxazol
Sulfametoxazol
Sulfas de uso tópico
Sulfacetamida
Sulfadiazina argéntica
NITROFURANOS
Furazolidona
Nifurtimox
Nitrofurantoína
Nitrofurazona
NITROIMIDAZOLES
Metronidazol
Secnidazol
Tinidazol
Ornidazol
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ABSTRACT
Odontología Clínica
P
rocess in which the computers or
mainframes are used to improve the
products’ production, development and
design. CAD (Computer Aided Design).
In this article we will talk of one of those
treatments with more technology within
the orthodontics as it is the Ibraces or
Incognito system as it is known in the rest
of the world.
Through history the first CAD system
was developed during the years 60s. The
Dr. Hanratty is worldwide known as the
father of the CAD/CAM for his revolutio­
nary contribution in the fields of design
and on-line attended production.
In dentistry use of the CAD-CAM
technology began at the beggining of the
80s in the United States and Europe, by
means which restorations designed in a
computer and manufactured by a milling
process in an automated system could be
manufactured. Both companies pioneer
in this technology worldwide were the
Nobelbiocare company (Sweden) with its
product Procera and the Sirona-Simens
(Germany) company with its Cerec
product. These two technologies have
progressed significantly and today they
represent a great advance in the way we
treat our patients in dentistry.
Tecnología CAD-CAM aplicada
a la ortodoncia lingual
CAD-CAM technology
• Dr. Salvador Romero Triana
Ortodoncista egresado de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Chihuahua
y certificado por Ibraces en Dallas, Texas
Enseguida describiré una opción
de trata­miento para los pacientes de
ortodoncia utilizando tecnología
de punta, como CAD-CAM en nues­
tra especialidad. Toda mi vida ha
transcurrido en Ciudad Juárez, Chi­
huahua, lo cual me ha dado la ven­
taja de estar cerca de la frontera con
Estados Unidos, donde he tomado
diversos cursos. Esto significó para
mí un reto, ya que desde el 2005
que obtuve la certificación pude lle­
var mis tratamientos de ortodoncia
lingual a un mejor nivel.
Tecnología CAD-CAM
Sugerencias bibliográficas
1 Gorman C, Hilgers J, Smith R. Lingual
orthodontics: a status report.
2 Diagnosis and treatment planning. Journal Clin Orthod. January 1983; 17 (1):
26-35.
3 Kurz C, et al. Lingual orthodontics: a
status report. Journal Clin Orthod 1982.
Apr 16(4): 255-262.
4 Lemoine C. Ortodoncia lingual: método
estético para tratar a los pacientes. Revista Latinoamericana de Ortodoncia y
Odontopediatría, 2005 oct; 1-10.
5 Lima PL. Ortodoncia lingual. Gráfica
botánica editora Ltda. Río de Janeiro,
2002.
6 Olmos V, Fuster A, Montesinos M. El
diseño del bracket lingual. Ortodoncia
Clínica, 2002; 5(1): 17-20.
7 Scuzzo G, Takemoto K. STb- Light Lingual System. Clinical Impresión. Special
ed. 2006.
8 Scuzzo G, Takemoto K. Invisible Orthodontics. Quintessen Verlags-GmbH,
2003.
9 Smith, Gorman, Kurz, Dunn. Keys to
suc­cess in lingual therapy. Part I. Journal Clin Orthod, 1986 april; 20(4): 252261.
Es el proceso en el cual se utilizan los
ordenadores o computadoras para
me­jorar la fabricación, desarrollo­ y
diseño de los productos (CAD –Computer Aided Design–). En este artícu­
lo hablaré de uno de los tratamientos
con más tecnología dentro de la orto­
doncia, como es el sistema Ibraces o
Incógnito, tal como se conoce en el
resto del mundo.
Historia
El primer sistema CAD fue de­
sarro­llado durante los años 60.
El doctor Hanratty es mundial­
mente conocido como el padre
del CAD-CAM por su revoluciona­
ria contribución en los campos del
diseño y fabricación asistida por
computadora.
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Odontología Clínica
En odontología se inició el uso de la
tecnología CAD-CAM a principios de
los años 80 en Estados Unidos y Eu­
ropa, por medio de la cual se podían
diseñar restauraciones diseñadas en
una computadora y fabricarlas me­
diante un proceso de fresado en un
sistema robotizado. Las dos compa­
ñías pio­neras en esta tecnología a
nivel mundial fueron Nobelbiocare
(Suecia), con su producto Procera,
y la compañía Sirona–Simens (Ale­
mania), con su producto Cerec. Es­
tas dos tecnologías han progresado
significativamente y hoy represen­
tan un gran avance en la forma
como tratamos a nuestros pacientes
en odontología.
ser aceptado, se fabrican los brackets
de oro según el diseño que se halla
seleccionado y los alambres, con
precisión para obtener el resultado
final .
Ibraces
En este sistema se toman impresio­
nes en PVS, fotografías, radiografías
y se mandan junto con el plan de
tratamiento, así como la prescrip­
ción de los brackets. Los modelos se
escanean por CAD-CAM y se diseña
un set up al final del tratamiento; al
Caso clínico. Paciente de 17 años
con dentición permanente comple­
ta y sometido a estudios de radio­
grafías, modelos, fotografías e histo­
ria clínica.
Radiográficamente: en la panorá­
mi­ca se observa dentición perma­
nente incompleta, con muelas del
juicio retenidas en superior e in­
ferior. En la radiografía lateral de
cráneo se puede ver un paciente
ligeramente en clase II esquele­
tal con proclinación de dientes
anteriores pero dentalmente en
clase I.
Clínicamente: apiñamiento modera­
do en superior e inferior, con caninos
e incisivos superiores con ligera pro­
clinación y segundo molar superior de
lado derecho en posición telescópica.
Plan de tratamiento: a pesar de la
inclinación que existe en incisivos,
se debe tomar en cuenta la arcada
inferior por medio del WALA Ridge
y decidir no hacer extracciones, ya
que haciendo un poco de expansión
posterior se puede ganar más espacio
para liberar el apiñamiento.
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Imagenología: dentición
permanente incompleta.
En Rx lateral se observa
clase II esqueletal, clase I
dental
Clínicamente apiñamiento
moderado en superior e inferior
En el set up se determinó el final del
tratamiento y se llegó a la conclu­
sión de que era posible obtener un
poco de expansión por medio de la
aparatología y de esa manera liberar
el apiñamiento.
Inicio del tratamiento
En este caso elegí colocar Ibraces
para arcada superior y colocar en
inferior brackets de zafiro por me­
dio de la técnica indirecta y con arco
.014 niti superior e inferior sin colo­
car los caninos superiores y el central
inferior izquierdo pero poniendo re­
sortes en estos espacios.
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Odontología Clínica
Final del tratamiento
Se mantiene la clase I molar y en
cuestión de caninos se consigue un
mejor contacto al llevarlos a clase I
y se logra eliminar el apiñamiento
en superior e inferior colocando re­
tenedores fijos en inferior de 3 a 3
.0195” con resina y en superior de
2 a 2., colocando como retenedor
removible un essix .040 rígido sólo
en las noches.
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Odontología Clínica
Diagramación secuencial de arcos en D.T., tratamiento en meses
Discusión
Actualmente, disponer de esta tec­
nología hace que día a día se ob­
tengan mejores resultados. En este
caso tuve la ventaja de tener en
arcada superior, con un bracket de
alta tecnología (pequeño y preciso)
para que el tratamiento fuera con­
fortable y, sobre todo, conté con
las bondades biomecánicamente
hablando de la ortodoncia lingual.
Así, se pudo expandir para ganar
espacio, pero al mismo tiempo bio­
Estimado odontólogo, agradecemos que
nos haga saber sus dudas, comentarios y/o
sugerencias. Si desea recibir de manera
electrónica esta publicación, envíe un mail a:
revodonto@salud.gob.mx
lógicamente se logró una ligera re­
troclinación de los anteriores. Este
trabajo pretende ofrecer una visión
diferente a todos los ortodoncistas
y aprovechar lo que la tecnología
nos ofrece.
Consulte la Revista Mexicana de
Odontología Clínica en:
• www.intramed.net
• www.latindex.unam.mx
• www. imbiomed.com
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