las naciones no representadas - Unrepresented United Nations, UUN

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DOSSIER NACIONES UNIDAS NO REPRESENTADAS
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Dossier Naciones Unidas no Representadas
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ÍNDICE
Introducción:
5
Derecho Internacional
7
Derechos Humanos y Derechos de los Pueblos Indígenas
11
Organización de las Naciones Unidas
13
Naciones Unidas No Representadas
17
Concepto de Naciones, Pueblos y Autodeterminación
19
Nuestro Mundo
21
Del Colonialismo al Imperialismo
27
INTRODUCCIÓN
Aunque el concepto Nación no Representada data del siglo XIX, no es hasta la década
de los sesentas que comienza a cobrar fuerza internacionalmente, designando con ello
a aquellos territorios cuya soberanía no está reconocida a nivel internacional a pesar
de ser administrada de forma parcial o total por determinado organismo, casi siempre
autónomo en algunos aspectos
En nuestros días proliferan dos teorías para el reconocimiento de la soberanía de las
naciones: la declarativa y la fundacional. Por ejemplo, la Organización de Naciones
Unidas (ONU) solo reconoce a 193 naciones, aunque existen muchas otras no
reconocidas por la mayoría de los Estados del mundo. Por tanto, el concepto Nación
no Representada va mucho más allá, pues comprende a todas las naciones, países,
etnias y minorías autonomistas o independentistas sin representación no solo en la
ONU, sino también en la mayoría de los organismos internacionales que rigen hoy la
política económica, cultural y social, por citar los más connotados.
Ciertamente la ONU, la Unión Europea (UE) y algunas otras instituciones de carácter
internacional solo representan a los intereses de los poderosos, siendo indiferentes al
reclamo de un número cada más creciente de naciones donde no importa el tamaño
sino el derecho a existir y tomar decisiones en un mundo cada vez más globalizado.
Incluso
organismos
nuevos
como
por
ejemplo
la
Comunidad
Económica
Latinoamericana y Caribeña (CELAC), el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), etc.,
tampoco han hecho causa común con estas Naciones no Representadas. Pero hay
más: se da el caso de ciertos países con liderazgo en la autodeterminación de los
pueblos que, fundamentalmente por razones políticas, no han desarrollado acciones
efectivas a favor de estas Naciones no Representadas.
El concepto Nación es muy amplio. Una nación es una comunidad humana con
nombre propio, asociada a un territorio nacional, con estabilidad económica, social y
cultural, que atesora mitos comunes de antepasados, que comparte una memoria
histórica, uno o más elementos de una cultura compartida y un cierto grado de
solidaridad con las naciones vecinas o del resto del mundo.
Actualmente hay otros términos, además de Nación no Representada, para calificar el
concepto Nación: Nación Subrepresentada y Nación Mal Representada. Ambos
conceptos se imbrican de tal modo que en ocasiones resulta difícil precisar dónde
termina uno y comienza el otro.
Ahora bien, transcurridos casi los primeros 14 años del tercer milenio de nuestra era,
el concepto Nación no Representada debe dar paso a un nuevo empeño: la fundación
de un organismo denominado Naciones Unidas no Representadas (Unrepresented
United Nations, UUN por sus siglas en inglés), bajo los preceptos fundamentales por
los que se deben regir los seres humanos si aspiran a vivir en un mundo de justicia,
paz y decoro.
Las Naciones Unidas no Representadas tienen como objetivo fundamental, asistir y
representar a las naciones y pueblos no representados o mal representados para
poder expresar sus posiciones en los foros competentes y obtener su reconocimiento,
mantener la paz y la seguridad internacional y garantizar la autodeterminación de los
pueblos.
Con ese propósito las Naciones Unidas no Representadas adoptan medidas colectivas
eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz, y suprimir actos de agresión u
otros quebrantamientos de la paz, en aras de lograr por medios pacíficos y en
consonancia con los principios de la justicia y del derecho internacional, el ajuste o
arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a
quebrantamientos de la paz y de la autodeterminación de los pueblos.
Con el fin de alcanzar este objetivo las Naciones Unidas no Representadas fomentan
entre las naciones y los pueblos relaciones de amistad, basadas en el respeto al
principio de la igualdad de derechos y la autodeterminación de los pueblos.
En consecuencia con ello, las Naciones Unidas no Representadas prevén las medidas
necesarias para fortalecer la paz universal, promover la cooperación internacional en
la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o
humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las
libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo,
idioma o religión; y en servir de centro que armonice los esfuerzos de las naciones por
alcanzar estos propósitos comunes.
Una vez aclarada en esta Introducción la necesidad de que las Naciones Unidas no
Representadas lidere la cruzada a favor de “las naciones y pueblos no representados
o mal representados para poder expresar sus posiciones en los foros competentes y
obtener su reconocimiento”, expliquemos sobre qué bases se apoya tal empeño
DERECHO INTERNACIONAL
El Derecho Internacional establece que cualquier territorio del planeta deviene
nación en la medida que reúna los siguientes elementos: territorio, población y
gobierno autónomo. De ahí que el reconocimiento por parte de la Comunidad
Internacional tiene un efecto meramente político y declarativo.
Sin embargo, el Derecho Internacional no es un acelerador de partículas y por
consiguiente, resulta imposible e innecesaria la precisión matemática. De todo su
arsenal, el Derecho Internacional puede elegir el instrumento legal más adecuado a
una situación geopolítica dada (histórica, diplomática, militar, territorial, etc.) que, por
otra parte, siempre es mutable y por tanto conlleva a múltiples interpretaciones de
momentos y estados relativos.
Por otro lado, las relaciones internacionales son una rama de las ciencias políticas que
estudia los vínculos entre unidad y políticas nacionales y que define la política
internacional de cada Estado o pueblo. Cabe destacar que los conceptos NaciónEstado son relativamente nuevos si pensamos en los 5000 años de historia conocida
por la humanidad.
Generalmente se emplean los términos “naciones” o “países” como sinónimos, pero no
siempre es así. De acuerdo con el Derecho Internacional, el Estado es una entidad
político-legal. La Nación, por el contrario, deviene término más abarcador, con facetas
culturales y sociales. Un ejemplo sencillo: Estados Unidos es una sociedad compuesta
por muchas nacionalidades; los timorenses, en cambio, constituyen una nación y un
grupo cultural diferente en el Estado de Indonesia.
Teóricamente, la existencia de un Estado solo depende de la voluntad de la población
de una región dispuesta a constituirse como nación independiente; en consecuencia el
concepto de Estado no reconocido no niega, de forma rígida, su existencia, pues solo
se limita a no reconocerlo de facto. Incluso los “recovecos legales” son en ocasiones
tan rebuscados que un team de juristas puede “estirarlos” o “contraerlos” hasta
hacerlos transparentes o totalmente oscuros, según la conveniencia. Lo mismo, como
demuestran los debates en Naciones Unidas, se puede decir de las resoluciones de
esta organización.
La Convención sobre Derechos y Deberes de los Estados, también conocida
como Convención
de
Montevideo,
es
un tratado
internacional firmado
en Montevideo, Uruguay, el 26 de diciembre de1933, durante la Séptima Conferencia
Internacional de los Estados Americanos. La convención fue signada por 19 Estados,
excepto Estados Unidos, Brasil y Perú, y estableció la definición de Estado, así como
sus derechos y obligaciones. La más conocida conceptualización es la de su artículo
1, el que instituye cuatro criterios característicos de Estado, que han sido reconocidos
como una afirmación certera en el Derecho Internacional consuetudinario: El Estado
como persona de Derecho Internacional debe reunir los siguientes requisitos: I.
Población permanente. II. Territorio determinado. III. Gobierno. IV. Capacidad de
entrar en relaciones con los demás Estados.
Asimismo, la primera oración del artículo 3 afirma explícitamente que "La existencia
política del Estado es independiente de su reconocimiento por los demás Estados."
Este principio es conocido como la teoría declarativa de Estado. Algunos han
cuestionado tanto la suficiencia de estos criterios, como que permita la estatalidad de
entidades no reconocidas universalmente como la República de China o incluso por
estados sin ningún reconocimiento como el Principado de Sealand.
Y ya que estamos en materias legales, hagamos un aparte para aclarar los siguientes
conceptos. De jure es una locución latina, cuyo significado literal es “de derecho”, esto
es, con reconocimiento jurídico, legalmente. Se opone a de facto, que significa “de
hecho”.
Una situación de jure es aquella que está reconocida por la legalidad vigente o por la
autoridad competente en virtud de algún acuerdo o acto formal. La situación de jure no
tiene por qué corresponderse con la situación real y es en esos casos en los que se
opone de jure a la de facto.
Por ejemplo, una persona puede tener un cargo de jure, es decir por nombramiento
oficial, y no ejercerlo en la práctica por cualquier motivo. Un país puede ser
independiente de jure con reconocimiento de la Organización de las Naciones Unidas
y de otros países, pero en la práctica es un Estado satélite, es decir, su independencia
puede ser ficticia y sus mecanismos de poder están dominados completamente por
otro país (de facto).
Un Estado de jure está investido con todas las garantías jurídicas, pero puede ser
incapaz de ejercer sus poderes legítimos porque un Estado de facto los ha usurpado.
Por su parte, un Estado de facto o Estado de hecho es aquel que, si bien en la práctica
ejerce como tal, no está reconocido oficialmente por ninguna norma jurídica. Puede
haber diversos motivos para que exista un Estado de facto: Por ejemplo, el gobierno
que se forma tras haber tomado el poder gracias a un golpe de Estado. En este caso,
durante un tiempo, y hasta que se apruebe una nueva constitución, surge algún
sistema de Estado no oficial que toma las riendas del Estado de facto.
Otro sentido del término sería aquel que designa a una persona que ejerce el mando
efectivo del poder después de un golpe de Estado aunque oficialmente no tenga un
título de Estado formal. El término Estado de facto o Estado de hecho se utiliza para
designar aquellos Estados que no se rigen por una normativa constitucional legítima, o
sea aquellos Estados que surgen como consecuencia de una ruptura del
ordenamiento constitucional, ya sea por golpe de Estado, revolución o cualquier otro
procedimiento de facto, al margen o en contravención del ordenamiento jurídico.
Las características de un Estado de facto son las siguientes: 1) Rompimiento total o
parcial del orden constitucional (golpe de Estado); 2) Generación de normas o reglas
de observancia general mediante simples decretos gubernativos; 3) Concentración de
poder político y ejercicio de las funciones públicas.
Reconocimiento internacional
El Reconocimiento internacional es un Derecho internacional con consecuencias
jurídicas nacionales e internacionales mediante el cual un Sujeto de Derecho
Internacional reconoce un acto de otro Sujeto de Derecho Internacional (Estado,
gobierno, entre otros). El reconocimiento puede ser concedido expresa o tácitamente,
por lo general de una declaración del gobierno que reconoce.
El reconocimiento diplomático debe distinguirse del Reconocimiento de los Estados y
sus gobiernos. El hecho de que los Estados no mantengan relaciones diplomáticas
bilaterales no significa que no reconozcan o se traten mutuamente como Estados. Un
Estado no está obligado a otorgar el reconocimiento formal a cualquier otro Estado,
pero es necesario para el tratamiento de cualquier entidad que cumpla con ciertos
requisitos como Estado.
El Reconocimiento de facto de los Estados, más que de jure, es raro. El
reconocimiento de jure es más sólido, mientras que el reconocimiento de facto es más
provisional y solo reconoce que un gobierno ejerce un control sobre un territorio. Un
ejemplo de la diferencia lo hallamos en este caso: el Reino Unido reconoció a la
antigua Unión Soviética, de facto, en 1921, pero solo de jure en 1924. Otro ejemplo es
el del Estado de Israel: en 1948 su gobierno fue inmediatamente reconocido de facto
por Estados Unidos y tres días más tarde, de jure, por la Unión Soviética.
Renovar el reconocimiento de un gobierno no es necesario cuando se cambia de una
manera normal, constitucional (como elecciones o un Referéndum), pero sí en los
casos de golpe de Estado o de una Revolución
El reconocimiento de un nuevo gobierno por otros Estados puede ser importante para
su supervivencia a largo plazo. Por ejemplo, los talibanes del gobierno del Emirato
Islámico de Afganistán, que duró desde 1996 a 2001, fueron reconocidos solo
por Pakistán, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, mientras que tenía más
reconocimiento el gobierno del derrocado Burhanuddin Rabbani (Estado Islámico de
Afganistán). El Territorio en disputa de Jammu y Cachemira, perteneciente a
la India, no es reconocida por Pakistán ni la República Popular China, pero sí
por Rusia, por citar solo a grandes naciones.
El reconocimiento puede inferirse de otros actos, como la visita de un jefe de Estado, o
la firma de un tratado bilateral. Si el reconocimiento implícito es posible, un Estado
puede sentir la necesidad de proclamar explícitamente que sus actos no constituyen el
reconocimiento diplomático, como cuando Estados Unidos comenzó su diálogo con
la Organización para la Liberación de Palestina en 1988.
La doctrina de no reconocimiento de situaciones ilegales o inmorales, como es el caso
de las conquistas territoriales alcanzadas por la violencia, también conocida
como Doctrina Stimson, ha cobrado mayor fuerza después de la II Segunda Guerra
Mundial, especialmente en las Naciones Unidas, pues se trata de un método para
asegurar el cumplimiento de los Derechos Internacionales, como fue aplicado en
Rhodesia en 1965.
DERECHOS HUMANOS Y DERECHOS DE LOS PUEBLOS INDIGENAS
Los derechos humanos
Los
derechos
humanos
son aquellas libertades,
facultades, instituciones o
reivindicaciones relativas a bienes primarios o básicos que incluyen a toda persona,
por el simple hecho de su condición humana, para la garantía de una vida digna, sin
distinción alguna de etnia, color, sexo, idioma, religión, orientación sexual, opinión
política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición.
Para muchos autores los derechos humanos son independientes o no dependen
exclusivamente del ordenamiento jurídico vigente, por lo que son considerados fuente
del Derecho; sin embargo, desde el positivismo jurídico la realidad es que solamente
los países que suscriben los Pactos Internacionales de Derechos Humanos (Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) y sus Protocolos -Carta
Internacional
de
Derechos
Humanos-,
están
obligados
jurídicamente
a
su
cumplimiento. Por ejemplo, en relación con la pena de muerte, contraria a
la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el Segundo Protocolo Facultativo
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, destinado a abolir la pena de
muerte, no ha sido firmado por países como la República Popular China, Irán, Estados
Unidos, Vietnam, Japón, India y Guatemala.
Desde un punto de vista más relacional, los derechos humanos se han definido como
las condiciones que permiten crear una relación integrada entre la persona y
la sociedad,
situación
que
facilite
a
los individuos
ser personas
jurídicas,
identificándose consigo mismos y con los demás individuos.
Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas
El 13 de septiembre del 2007, la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU),
aprobó con 143 votos a favor, 4 en contra y 11 abstenciones, la Declaración de las
Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, que proclama los
derechos colectivos e individuales para los 370 millones de indígenas que habitan hoy
el planeta, haciendo un llamado al mantenimiento y al fortalecimiento de sus
identidades culturales y acentuando su derecho a acceder al desarrollo sobre la base
de sus propias necesidades y aspiraciones.
La aprobación en las Naciones Unidas de la Declaración de las Naciones Unidas
sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas fue el resultado de un cuarto de siglo de
negociaciones sobre los derechos de los pueblos indígenas a proteger sus tierras y
recursos, y a mantener sus culturas y tradiciones originarias.
La Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas señala en el Artículo 36, 1,
que los pueblos indígenas, en especial los que están divididos por fronteras
internacionales, tienen el derecho de mantener y desarrollar relaciones, contactos y
cooperación, incluyendo sus actividades espirituales, culturales, políticas, económicas
y de propósito social, con los otros miembros de otros pueblos a través de las
fronteras. En el acápite 2 dice que los Estados, en cooperación conjunta con los
pueblos indígenas, deben tomar medidas efectivas para facilitar el ejercicio y asegurar
la implementación de sus derechos, mientras que el Artículo 37, 1, apunta que los
pueblos indígenas tienen el derecho de ser reconocidos, acatados e incluidos en los
tratados, acuerdos y demás arreglos constructivos concluidos con los Estados para
que sus sucesores honren y respeten los tratados, acuerdos y demás órdenes
constructivos.
Precisamente un año antes, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el
presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales Ayma, había reclamado a
nombre de los pueblos indígenas del mundo la aprobación de la Declaración de
Derechos de los Pueblos Indígenas, por cuanto eso significaría “avanzar hacia el
establecimiento de una cultura de vida y no de guerra”, dijo.
“La Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas, es derecho a la
autodeterminación, derecho a vivir en comunidad, colectividad, vivir en solidaridad, en
reciprocidad y fundamentalmente el derecho a vivir en hermandad”, remarcó Evo
Morales.
Al resaltar el concepto indígena de la vida, Evo Morales recordó que “existen regiones
en comunidades donde no hay propiedad privada, hay propiedad colectiva, los pueblos
indígenas solo queremos vivir bien, no mejor, vivir mejor es explotar, es saquear, es
robar, pero vivir bien es vivir en hermandad”.
Más adelante el mandatario subrayó que los pueblos indígenas y pobres son “de la
cultura de la vida y no de la cultura de la guerra”, y aseguró que este milenio debe ser
para defender la vida y para salvar a la humanidad.
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) es la mayor institución existente hasta
hoy y se define como una asociación de gobierno global que facilita la cooperación en
asuntos como el Derecho internacional, la paz y seguridad internacional, el desarrollo
económico y social, los asuntos humanitarios y los derechos humanos, entre otros.
Pocos meses después de concluida la II Guerra Mundial, 51 países se reunieron el 24
de octubre de 1945 en San Francisco, California, para fundar la Organización de
Naciones Unidas (ONU) y su correspondiente Carta Magna.
Desde su sede actual en Nueva York, los Estados miembros de la ONU, y otros
organismos vinculados, deliberan y deciden acerca de temas significativos y
administrativos en reuniones periódicas celebradas durante el año con el espíritu de
asociación de gobierno global. La sede europea de esta asociación de gobierno global
radica en Ginebra, Suiza. Los idiomas oficiales de las Naciones Unidas so
seis: árabe, chino, mandarín, español, francés, inglés y ruso.
No obstante, las Naciones Unidas prácticamente nacieron signadas por una evidente
injusticia. Apenas transcurridos tres meses de su fundación, el 17 de enero de 1946 el
recién creado Consejo de Seguridad de la ONU realizó su primera sesión en Church
House, Londres. Por entonces eran cuatro los miembros, y a diferencia de otras
reparticiones de la ONU que únicamente pueden realizar recomendaciones a los
gobiernos, el Consejo de Seguridad puede tomar decisiones (conocidas como
"resoluciones" y obligar a los miembros a cumplirlas, de acuerdo con lo establecido por
la Carta de las Naciones Unidas.
Hoy el Consejo de Seguridad está compuesto por cinco miembros permanentes, la
Federación de Rusia, la República Francesa, el Reino Unido, la República Popular
China y Estados Unidos, y 10 miembros no permanentes, electos de 5 en 5 cada año y
por un período de 2 años como representantes regionales, conforme a una distribución
geográfica equitativa (cinco Estados de África y Asia, uno de Europa Oriental, dos de
América Latina y dos de Europa Occidental y otros Estados). La presidencia del
Consejo se rota mensualmente de manera alfabética.
.Ahora bien, solo los cinco miembros permanentes tienen derecho al veto, lo que
deviene arbitraria forma de actuar “democráticamente”, uno de los pilares básicos
sobre los que se sustenta la Carta Magna de las Naciones Unidas.
A modo de ilustrar lo anterior, citemos tres concluyentes ejemplos: La resolución 3379
de la Asamblea General de la ONU, aprobada el 10 de noviembre de 1975 por 72
votos a favor, 35 en contra y 32 abstenciones, equiparó al sionismo con el racismo en
general y con el apartheid sudafricano en particular, y llamó a su eliminación,
entendiéndola como una forma de discriminación racial. Entonces, el veto de Estados
Unidos devino parachoques para ulteriores sanciones políticas o económicas.
Habría que esperar al 1 de septiembre de 1988, cuando las negociaciones (luego de la
victoria cubana en Cuito Cuanavale) obligaron a las tropas surafricanas a retirarse del
sudeste de África como resultado de la Resolución 435, lo que llevó, primero, a la
independencia de Namibia, y en 1994 a que Nelson Mandela se convirtiera en el
primer presidente negro de la República Sudafricana.
El 24 noviembre de 1992, durante la 47 sesión ordinaria de la Asamblea General de la
ONU y en ocasión de la primera Resolución en contra del embargo económico de
Estados Unidos contra Cuba, 59 naciones votaron contra la criminal medida, hubo tres
votos a favor y 71 abstenciones. En el 2012, y por 21 ocasión, 188 naciones apoyaron
con su voto a Cuba, que hasta diciembre de ese año y como consecuencia del
embargo más prologado de la historia, había generado pérdidas por más de un billón
de dólares.
Por último, diversas resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU han condenado
los asentamientos israelíes en Cisjordania a partir de 1967. Entre otras, la resolución
446 o la resolución 465 (aprobada esta última por unanimidad), que condenan los
asentamientos en general, los declaran nulos e instan a su desmantelamiento; también
la resolución 298, referida específicamente a Jerusalén Este. Estas resoluciones se
han dictado en virtud del Capítulo VI de la Carta de las Naciones Unidas, siendo el
Capítulo VII el único que permite la adopción de resoluciones vinculantes, en
interpretación literal de la Carta. Sin embargo, tanto en los ejemplos anteriores como
en este, el derecho al veto estadounidense ha bloqueado cualquier sanción efectiva
contra su fiel aliado Israel, como es en este último caso.
Tales hechos son una pequeña muestra de que hoy, más que nunca, se impone una
organización capaz de hacer respetar y defender los derechos de los pueblos que
vienen consolidándose o naciendo, cuestión que los encorsetados artículos de la Carta
Magna de la ONU no prevén, o simplemente no les interesa hacerlo.
A comienzos del 2013, la ONU agrupaba a 193 estados miembros, o sea, todos los
países soberanos reconocidos a nivel internacional, más tres miembros en calidad de
observadores: la Ciudad del Vaticano, la Orden Soberana y Militar de Malta y
el Estado de Palestina. Otros estados independientes de facto como la República de
China-Taiwán o Kosovo no son miembros por estar considerados territorios en disputa.
Sin embargo, hasta hoy la mayoría de los Estados miembros de las Naciones Unidas
han hecho oídos sordos a los reclamos de numerosos territorios que aspiran a su
reconocimiento.
NACIONES UNIDAS NO REPRESENTADAS
Después de seis décadas de fundada la Organización de Naciones Unidas, el planeta
donde vivimos ya no solo está compuesto por sus 193 naciones miembros. Nuevos
espacios han surgido con aspiraciones similares e innovadoras, en consonancia con el
mundo de hoy y superiores a las recogidas en la Carta Magna de la ONU de 1945.
Empero, Naciones Unidas no reconoce a esos otros territorios con aspiraciones y
derechos a ser allí representados.
En tal sentido, desde hace años el Lic. Giovanni Caporaso Gottlieb ha emprendido una
cruzada sobre la base de que, en tránsito hacia el decimocuarto año del tercer milenio,
esas naciones no representadas o parcialmente reconocidas deben agruparse en un
organismo denominado Naciones Unidas no Representadas (Unrepresented United
Nations, UUN por sus siglas en inglés), adoptando los principios fundamentales por los
que se deben regir los seres humanos, como consta en el Estatuto de las Naciones
Unidades no Representadas.
De acuerdo con su Artículo 1, el objetivo principal de las Naciones Unidas no
Representadas es asistir y representar a las Naciones y Pueblos no representados o
mal representados para poder expresar sus posiciones en los foros competentes y
obtener su reconocimiento, mantener la paz y la seguridad internacional y garantizar la
Autodeterminación de los Pueblos y, con tal fin, tomar medidas colectivas eficaces
para prevenir y eliminar amenazas a la paz, suprimir actos de agresión u otros
quebrantamientos de la paz, y lograr por medios pacíficos y de conformidad con los
principios de justicia y del derecho internacional, el ajuste o arreglo de controversias o
situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz.
Sobresalen la promoción de la cooperación internacional en la solución de problemas
de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo del respeto a
los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, y condena cualquier
manifestación de intolerancia religiosa, cultural, étnica y política, los actos terroristas y
la guerra como instrumento de afirmación de una ideología o de sometimiento de los
Pueblos.
Las Naciones Unidas no Representadas, en cumplimiento de su Estatuto, buscarán
nuevos actores internacionales en aras de desarrollar relaciones bilaterales no solo
con los Estados, sino también con los Pueblos y las Naciones, rechazando la
definición de alineados y no alineados, para el desarrollo de una política global basada
en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Autodeterminación de los
Pueblos.
En su Artículo 2 el Estatuto de las Naciones Unidas no Representadas consigna que la
Organización y sus Miembros respetarán el principio de igualdad soberana, como
también que resolverán sus controversias internacionales mediante métodos pacíficos,
de forma tal que ni la paz, la seguridad internacional o la justicia corran peligro,
absteniéndose de amenazar o emplear la fuerza contra la integridad territorial o la
independencia política de cualquier Estado.
La Organización de Naciones Unidas no Representadas se asegurará que las
Naciones y Pueblos que no sean Miembros se conduzcan en concordancia con estos
principios, en la medida que sea necesaria para el mantenimiento de la paz y la
seguridad internacional. Por otro lado, desarrollará acuerdos diplomáticos, comerciales
y culturales, sobre bases bilaterales y multilaterales.
La Organización de Naciones Unidas no Representadas desarrollará estrategias de
comunicación para las Naciones y Pueblos no representados en la Internet oficial u
alternativa; este Artículo 2 también advierte que ninguno de sus acápites autoriza a un
Estado u organización a que represente a múltiples Estados, y a que intervenga en
asuntos que son, esencialmente, jurisdicción interna de los Miembros de la UUN.
Por su parte, el Artículo 3 aclara que las Naciones Unidas no Representadas será eje
del órgano deliberativo, de formulación de políticas y representativo de sus miembros.
La Asamblea está integrada por un representante de cada uno de sus Miembros,
proporciona un foro para el debate multilateral de toda la gama de cuestiones
internacionales y tiene poder deliberativo.
Asimismo, los Observadores tendrán derecho a influir en los votos de los otros
Miembros, de una manera pacífica y no perturbadora, y las organizaciones o admitidas
como Observadores podrán, en una fecha posterior, solicitar una reclasificación como
Miembros al enviar una solicitud formal, junto con la evidencia de que el Observador
ha evolucionado de una manera más efectiva en una Nación o Pueblo.
El Artículo 5 del Estatuto señala, en su acápite B, que el Secretario General es el
representante legal de las Naciones Unidas no Representadas y su más alto
funcionario administrativo, y será nombrado por la Asamblea General cada 10 años.
Giovanni Caporaso Gottlieb, fundador de las UUN, asumirá el puesto de Secretario
General durante el primer período, y en el cumplimiento de sus deberes, tanto él como
el personal de los departamentos de las UNN no solicitarán ni recibirán instrucciones
de ningún gobierno ni de ninguna autoridad ajena a la Organización. Asimismo los
Miembros se comprometen a respetar el carácter exclusivamente extraterritorial del
Secretario General y del Personal de las Naciones Unidas no Representadas, y a no
influir sobre ellos, amén de garantizar su seguridad y privilegios diplomáticos.
El Artículo 7 aclara que los Miembros de la Organización que tengan o asuman la
responsabilidad de gobernar en territorios cuyos pueblos no hayan alcanzado la
plenitud de gobierno propio, reconocerán el principio de que los intereses y el
bienestar de los habitantes de esos territorios están por encima de todo. En su Artículo
8, las UUN define que las Naciones o Pueblos que ratifiquen el Estatuto de las
Naciones Unidas no Representadas no tendrán la obligación de reconocer a los
demás Miembros, aunque la UUN cooperará para que estos se reconozcan y
cooperen entre ellos.
Y en su Artículo 9, la Organización de Naciones Unidas no Representadas indica que
está abierta a todas las Naciones, Pueblos, Estados, Microestados y Micronaciones
que cumplan con los requisitos de autodeterminación y no se sientan representadas
adecuadamente en los foros internacionales
Estados no reconocidos
Varias entidades geopolíticas del planeta carecen de reconocimiento internacional total
o parcial, pero en cambio aspiran a ser reconocidas como Estados soberanos. El
grado de facto es el control que estos Estados sin reconocimiento ejercen sobre los
territorios, aunque la demanda varía.
La mayoría de los Estados sin reconocimiento son subnacionales con etnia o identidad
nacional de su voluntad que están separados de la matriz original de su Estado. Hoy a
este tipo de Estado no reconocido se le conoce como de "ruptura de distancia". En
efecto, algunos de ellos son estados internos autónomos, o protectorados, que gozan
de la protección militar y la representación informal diplomática en el extranjero a
través de otro Estado para evitar la reincorporación obligada a su situación original.
En el caso de los Estados no reconocidos debe tenerse en cuenta que el término
"control" obedece al control sobre el área que ocupa.
Mientras, los Estados no reconocidos pueden disponer de un control total sobre su
territorio ocupado, o solo parcial, como sucede con Sahara Occidental. En el primer
caso, el derecho de los Estados no reconocidos tiene poca o ninguna influencia entre
otros Estados para pronunciarse, mientras que en el segundo figuran diferentes
grados de control, y por tanto pueden proporcionar servicios esenciales a las personas
que viven en su área de influencia.
EL CONCEPTO DE NACIONES, PUEBLOS Y SU AUTODETERMINACIÓN
En términos generales se designa Pueblo al conjunto de personas que componen una
Nación, aunque también con el mismo término suele nombrarse a quienes conforman
tan solo una parte de un país, como por ejemplo una localidad o una región situada
fuera de las grandes ciudades. En este caso el calificativo más socorrido es zona rural,
aunque en numerosas partes del mundo se los conoce como pueblos.
Una Nación o un Pueblo es también un grupo de individuos que desean ser
identificados como tal, y que tengan características históricas, étnicas, lingüísticas,
territoriales, religiosas y/o culturales en común.
Es importante comprender que no todas las Naciones o Pueblos comparten todos los
atributos usuales, pues las Naciones multiculturales están compuestas por diferentes
grupos étnicos y, en ocasiones, también por diferentes religiones y grupos culturales.
Por ejemplo, las Naciones neoindígenas pueden estar compuestas por individuos que
comparten la misma lengua y cultura, pero no necesariamente similares atributos
territoriales; en el caso de las Micronaciones, a menudo son grupos de individuos que
comparten solo atributos culturales y, ocasionalmente, históricos y lingüísticos.
Por otro lado, en muchas oportunidades el vocablo Pueblo se emplea para
caracterizaciones étnicas, sobre todo en aquellos contextos en los que se utilizan
expresiones del tipo pueblos primitivos, antiguos o indígenas. El vocablo también
califica al conjunto de personas que integran un Estado, donde no existen privilegios
de raza, sexualidad, religión o estatus económico o social.
Actualmente, la mayoría de las constituciones nacionales de diferentes países del
mundo aceptan el vocablo Pueblo como una especial participación y significación
vinculada al conjunto de personas que componen una Nación. Las respectivas
Constituciones de Estados Unidos, Argentina, España y Colombia –por solo citar
algunas-, destacan que el vocablo Pueblo ocupa un privilegiado lugar como
consecuencia de que hace referencia al sujeto de la soberanía. Porque además el
vocablo Pueblo, para la teoría política y el derecho constitucional, deviene sujeto de la
soberanía nacional, entendida como soberanía popular.
Autodeterminación de los Pueblos
En Ciencias Políticas y Derecho Internacional el término Autodeterminación indica el
derecho de los pueblos a decidir libremente y por sí mismos la forma de gobierno por
la que se regirán, así como el de determinar a qué entidad estatal pertenecerán y, en
última instancia, a constituirse, si así lo desearan, como Estado nacional
independiente. Este último aspecto del principio de Autodeterminación, muy
relacionado con el concepto de nacionalismo y con el de formar un Estado nacional,
todavía hoy es el más sujeto a debate.
Una nación suele compartir una lengua, historia, cultura y religión comunes, pero la
formación de un Estado nacional requiere el reconocimiento de un territorio en el que
resida el pueblo y la formación de un gobierno que administre ese territorio. Por
definición, la Autodeterminación de los Pueblos, en tanto potenciador de la aparición
de un nuevo Estado nacional, implica la consiguiente fragmentación de otro ya
existente, por lo que la reclamación de la autodeterminación suele resultar
problemática o traumática. Si no, valga recordar que uno de los factores
desencadenantes de la I Guerra Mundial fueron las aspiraciones independentistas de
los pueblos balcánicos.
Al término del conflicto el subsiguiente Tratado de Versalles, cuyos principales
acuerdos estaban inspirados en los 14 puntos del entonces presidente estadounidense
Thomas Woodrow Wilson, fue claro en la admisión del derecho de Autodeterminación
de los Pueblos, tendencia aún más consolidada tras finalizar la II Guerra Mundial,
cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en su propia Carta
fundacional, reconoció el derecho de los pueblos a su libre determinación (artículos 1 y
55).
El concepto de naciones
En sentido lato el concepto de Nación se emplea con variados significados, como por
ejemplo país, territorio o sus habitantes, etnia, pueblo y otros. Este concepto de
Nación ha sido definido de muy diferentes maneras por los estudiosos sin que se haya
llegado a un consenso.
Por concepto de Nación también entendemos una comunidad humana con nombre
propio, asociada a un territorio nacional, con estabilidad económica, social y cultural,
que posee mitos comunes de antepasados, que comparte una memoria histórica, uno
o más elementos de una cultura compartida y un cierto grado de solidaridad con las
naciones vecinas o del resto del mundo.
Finalmente, en ocasiones el término Nación se equipara, por extensión, a Estado,
incluso cuando no sea democrático. También se emplea como territorio, país o
conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo gobierno. De ahí que
cuando se habla de Nación subrepresentada y Nación mal representada, por
extensión, también se refiere a un Estado.
NUESTRO MUNDO
El Primer Mundo
El término Primer Mundo hace referencia a aquellas naciones que han logrado un alto
grado de desarrollo humano (IDH) y disfrutan de los más elevados estándares de vida
posibles gracias a una buena distribución de la riqueza, salud pública, esperanza de
vida y calidad de los servicios. Existe una gran correlación entre naciones del Primer
Mundo con este tipo de estatus y el hecho de que posean instituciones democráticas
robustas.
Después del final de la guerra fría con el desmoronamiento del bloque socialista
europeo, el término Primer Mundo se aplica a las naciones desarrolladas
industrializadas capitalistas que en el año 2000 tenían un Producto Interno Bruto (PIB)
per cápita superior a 15.000 dólares estadounidenses, avalado por el Banco Mundial.
Lo anterior incluía a Estados Unidos, Canadá, Japón, algunas naciones de la Unión
Europea en el año de referencia, Taiwán, Suiza, Israel, Australia, Nueva Zelanda y
Corea del Sur. Además, Singapur y Hong Kong pueden ser descritos en estos
términos, pero son excepciones ya que ambos tienen características particulares no
siempre presentes en un país. El Banco Mundial también califica a estas naciones
como "Economías de Altos Ingresos".
El Segundo Mundo
El Segundo Mundo comprende a todas aquellas naciones que se adhirieron a la
llamada experiencia socialista (también nombrado "socialismo real"), creando una
oposición en el plano ideológico al Primer Mundo.
Estas naciones se diferenciaban del Primer Mundo por su rechazo a la cultura liberal y
al capitalismo abierto y también se diferenciaban del Tercer Mundo por su nivel
educacional, el tamaño del Estado y el mayor poder relativo. Actualmente se considera
Segundo Mundo a los países que han devenido economías emergentes (BRICS),
acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Estas naciones se caracterizan
por un acelerado aumento económico y se considera que, en un futuro cercano, deben
ascender a la categoría de países del Primer Mundo.
De acuerdo con el pensamiento liberal, también el término Segundo Mundo agrupa a
las naciones que hoy transitan por amplias vías de desarrollo pero sin la pujanza del
Primer Mundo. En cambio, para muchos aún no hay la suficiente claridad sobre el
límite bajo entre Segundo Mundo y Tercer Mundo en esta materia, pero se pueden
encontrar algunas naciones emergentes de todos los continentes que tienen como
característica un PIB aproximado sobre los 5.000 dólares estadounidenses, un
porcentaje sobre el 95% de alfabetización y un crecimiento económico sostenido en el
tiempo. Bajo ese prisma, el Segundo Mundo estaría compuesto por una buena parte
de las actuales naciones de Europa del Este, parte del Medio Oriente, de Asia Pacífico
y Oceanía, y parte de Latinoamérica.
El Tercer Mundo
En 1952, el economista francés Alfred Sauvy acuñó el término Tercer Mundo a modo
de paralelismo con el vocablo galo Tercer Estado, para designar a las naciones que no
pertenecían a ninguno de los dos bloques enfrentados durante la Guerra Fría:
el bloque occidental (Estados Unidos, Europa Occidental, Japón, Canadá, Corea del
Sur, Australia y el resto de sus aliados), y el bloque comunista (Unión Soviética,
Europa Oriental, China y Corea del Norte).
Aunque hoy la geopolítica se ha transformado notablemente, el término Tercer Mundo
se
utiliza,
de
manera
poco
precisa,
para
referirse
a
las
naciones subdesarrolladas periféricas o en vías de desarrollo, en contraste a
las naciones desarrolladas; en este último sentido, el término Tercer Mundo es
utilizado a veces para calificar en conjunto a todos las naciones subdesarrolladas, y
otras para referirse solo a las que registran los peores índices de desarrollo humano y
económico. Con un sentido emparentado, de manera más reciente se utiliza la noción
de "el Sur" o "países del Sur", aludiendo al desigual maridaje Norte-Sur.
En general, el término Tercer Mundo está orientado a describir situaciones de atraso
económico-social, como el analfabetismo, el hambre, las carencias hospitalarias y
de salud pública, las viviendas y servicios sanitarios precarios, una escasa expectativa
de vida, etc. El término Tercer Mundo, pues, agrupa al conjunto de naciones
subdesarrolladas económica y socialmente.
En materia de decisiones internacionales, las naciones del Tercer Mundo, aún
congregando a la mayoría de las naciones subdesarrolladas independientes y de la
población mundial, desempeñan un rol secundario -y en ocasiones subordinadorespecto del que tienen las naciones más poderosas. Algunos bloques de países
creados a partir de la década de 1980 para hegemonizar las decisiones mundiales,
como el G-7, el G-8 y el G20, se relacionan indirectamente con la idea de Tercer
Mundo y su relación con el sistema de toma de decisiones globales.
El Cuarto Mundo
El Cuarto Mundo se refiere a la población que vive en condición de desprotección
o riesgo social en áreas pertenecientes al Primer Mundo. También se habla de Cuarto
Mundo para separar a las naciones en estado de marginalidad y precariedad absoluta
de algunas naciones subdesarrolladas.
En este sentido, el Cuarto Mundo incluye además a naciones tales como
Zambia, Costa de Marfil, Haití, Guinea, Sudán y Etiopía, entre otras, cuyos negativos
índices económicos, culturales y sociales están por debajo del umbral de las naciones
subdesarrolladas.
Dentro de esta categoría podemos encontrar: ancianos desamparados, viudas y
madres sin medios económicos, niños abandonados, explotados o prostituidos. Entre
la categoría de marginados sociales también aparecen personas sin hogar y
mendigos, personas sin protección oficial y familias desestructuradas por guerras
locales, grandes sequías y otros eventos naturales extremos.
La tesis sobre la desigualdad señala que este fenómeno es una consecuencia de la
desigual distribución del ingreso existente entre las naciones subdesarrolladas y las
desarrolladas.
Los países menos desarrollados
Hoy existen 49 países con más de 600 millones de habitantes cada uno calificados por
la Organización de Naciones Unidas como países menos adelantados (PMAs), pero
más conocidos como países menos desarrollados sobre la base de los siguientes
criterios: Bajos ingresos, medidos por el PIB per cápita; magros recursos humanos,
medidos por el Índice Ampliado de la Calidad Material de vida, que se basa en
indicadores de la esperanza de vida al nacer, consumo de calorías per capita,
matrícula conjunta en la escuela primaria y secundaria y alfabetización de adultos; y
Bajo nivel de diversificación económica, medido por un índice compuesto (Índice de
Diversificación Económica), tomando en cuenta parte de la manufactura en el PIB, la
proporción de población activa en la industria, el consumo anual de energía comercial
per capita y el índice de concentración de las exportaciones de mercancías de la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD por sus
siglas en inglés).
Un país quedará incluido en la lista de países menos desarrollados o países menos
adelantados (PMAs) si en todos y en cada uno de los tres criterios cumple los límites
de inclusión. Por otra parte, si un país solo cumple dos de los tres criterios de los
límites de exclusión, puede ser excluido de la lista. En el de bajo ingreso figura un per
cápita anual de 800 dólares o menos.
Los esfuerzos realizados entre 1960 y 1990 dieron por resultado la identificación de
una categoría de los países más pobres y estructuralmente más débiles, o sea, no
incluidos como países menos desarrollados o países menos adelantados (PMas) y a la
aceptación por parte de la comunidad internacional de que esos países más pobres y
estructuralmente más débiles, como por ejemplo Haití, Somalia, Sudán, Etiopía, Islas
Salomón y otros, merecen una atención especial y concreta.
El Quinto Mundo
Actualmente la mayoría de los expertos sitúan a 15 naciones africanas en la categoría
de
Quinto
Mundo,
a
saber:
Botswana, Burkina
Faso, Burundi, República
Centroafricana, Chad, Etiopía, Lesotho, Malawi, Mali, Níger, Ruanda, el sur de Sudán,
Swazilandia, Uganda, Zambia y Zimbabwe. Asimismo, esos expertos consideran del
Quinto
Mundo
a
las
Kazakhstan, Kyrgyzstan,
siguientes
naciones
asiáticas:
Afganistán,
Laos, Mongolia, Nepal, Tajikistan, Turkmenistan
Bután,
y
Uzbekistan.
Ahora bien, los indios Hopi tienen una interesante teoría sobre el Quinto Mundo.
Ellos pertenecen al grupo de antiguos habitantes de la meseta central de los Estados
Unidos. Sus costumbres y tradiciones se adentran en lo más profundo de la
prehistoria, pero no en su actual emplazamiento, sino en un lejano territorio que
nombraban Kasskara, y que fue víctima de guerras y cataclismos que apunto
estuvieron de exterminar a toda su raza.
El escritor Robert Ghost Wolf ha interrogado a los indios Hopi sobre los turbulentos
tiempos en que vivimos, y estos le han comentado sobre las profecías, como por
ejemplo que ahora estamos habitando el Cuarto Mundo, y que varios signos
evidencian que la puerta del Quinto Mundo, que será el mundo de la iluminación (o de
la paz), está a la vuelta de la esquina. A este mundo que se avecina lo ven como una
vuelta del hombre a recuperar la perdida conexión espiritual con la tierra que habita y
le da sustento.
Sin embargo, un sabio Hopi revela en “The book of the Hopi” lo siguiente: El camino al
Quinto mundo lo está realizando la gente humilde de las pequeñas grandes naciones,
tribus y minorías raciales. Es posible leerlo en la tierra misma. Las plantas de los
mundos anteriores comienzan a brotar de sus semillas. Las mismas semillas están
esparciéndose en el cielo como estrellas, y también en nuestros corazones". Según
este sabio Hopi, posterior al Quinto Mundo le seguirán el Sexto, de las revelaciones, y
el Séptimo, llamado de la culminación.
Micronaciones
Se trata de entidades que reclaman ser una nación o estado independiente pero que
carece del reconocimiento de los gobiernos mundiales u organismos internacionales, a
diferencia de los movimientos de autodeterminación o pequeños estados con escaso
reconocimiento oficial pero independientes de facto, que sí cuentan con algún tipo
de reconocimiento.
Estas naciones existen ya sea en Internet o en pequeños espacios físicos. Las
micronaciones las integran pequeños grupos de personas, e incluso una reducida
familia. A diferencia de los países imaginarios y de otros grupos sociales
(como ecoaldeas, clanes o sectas), manifiestan un ferviente deseo al reconocimiento
de cierta soberanía sobre un territorio físico.
Veamos un ejemplo: el Reino de Nova Edeno, una cibernación creada el miércoles 9
de enero de 2008 e inaugurada oficialmente dos días más tarde. El Reino de Nova
Edeno se desarrolla actualmente en un entorno de Foro, que está habilitado para ser
realista y permitir modificaciones por parte de los ciudadanos. La forma de gobierno
del Reino de Nova Edeno es monarquía parlamentaria, el Rey es Roderic I y
provisoriamente también es presidente de gobierno.
En la actualidad esta Micronación realiza una campaña para atraer colonos, a fin de
robustecer el Estado Digital, rellenar las canteras del gobierno y conquistar los
inmensos territorios virtuales. El Reino de Nova Edeno tiene aspiraciones serias a ser
una cibernación desarrollada, en donde la libertad y la igualdad sean garantizadas.
Esta Micronación no tiene aspiraciones territoriales físicas ni económicas, por lo que
no pide dinero o exige el pago de impuestos a los ciudadanos; de ellos solo se
necesita la participación en los actos del gobierno, que trabajen activamente según el
tiempo lo permita y que obedezcan las leyes.
Por lo general las micronaciones son bastante pequeñas, tanto geográfica como en la
cantidad de miembros, pues estos últimos casi nunca rebasan el centenar de
personas, y la gran mayoría no tienen más que uno o dos participantes activos. No
obstante, existen unas pocas como Hutt River, cuyo territorio es mayor que otras y
tiene más de 10.000 pobladores.
Entre los motivos para la creación de micronaciones y la búsqueda de la
independencia de otra nación están el sentimiento nacionalista de índole económica,
la autopromoción de una agenda política o social y, en otros casos, para crear un
nuevo país o simular un sistema social diferente. A pesar de carecer de
reconocimiento oficial varias micronaciones han diseñado una base legal que les
permite cierta soberanía, la emisión de su propia moneda, una Constitución, sello
postal e incluso establecimiento de oficinas de representación en otras naciones.
Casi siempre las micronaciones tienen características comunes, y algunas manifiestan
su deseo de ser reconocidas públicamente como Estados soberanos; sin embargo, los
Estados oficiales no lo hacen. No obstante, quienes alientan las micronaciones, como
es el caso de las Naciones Unidas no Representadas, están convencidos de la
necesidad de sostener relaciones diplomáticas con otras naciones-Estado reconocidas
por organismos internacionales como la ONU y otros, como son Taiwán, la
Administración
Central
Tibetana,
la República
Árabe
Saharaui
Democrática y
la Autoridad Nacional Palestina, por solo citar unos pocos.
Recordemos que en la década del 60 surgen micronaciones como el Principado de
Sealand, asentado sobre una vieja plataforma petrolífera, o su similar de la Isla de las
Rosas, una plataforma de 400 metros cuadrados construida en 1968 en aguas
internacionales de la ciudad italiana de Rímini, en el Mar Adriático, que imprimió sellos
y declaró el esperanto como idioma oficial. Sin embargo, poco después de su
formalización, la Marina de guerra italiana la invadió y destruyó.
Con posterioridad muchas micronaciones pasaron de ser simples curiosidades a casos
de estudio gracias al uso de Internet, empleado por sus gobernantes para promover el
turismo, por lo común la principal fuente de ingresos; pero también para lograr
notoriedad y establecer una representación oficial.
Gran número de micronaciones territoriales al viejo estilo, incluyendo la provincia
de Hutt River y Sealand, mantienen sitios Web que sirven en gran parte para dar a
conocer sus reclamaciones y promocionarse. Estas dos mencionadas anteriormente
son micronaciones que reclaman su derecho a obtener estatus de Estado en otras
entidades internacionales y el reconocimiento por parte de Estados oficiales.
El Sexto Mundo
El Sexto Mundo está integrado por las millares de ONG esparzas en el mundo que con
su trabajo cotidiano suportan la lucha de pueblos y naciones para la obtención de sus
derechos básicos y autodeterminación y los Clanes, grupos de gente unida por
parentesco, cultura o ascendencia, en general, descendientes de un ancestro común.
El mismo podía ser real o mitológico, humano o no.
DEL COLONIALISMO AL IMPERIALISMO
Para algunos autores Colonialismo e Imperialismo son sinónimos; otros aprecian
diferencias entre ellos. Por ejemplo, el Colonialismo suele aludir a las primeras fases
de la expansión europea, ocurrida durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Las metrópolis
capitaneadas por Gran Bretaña, España y Portugal, fundamentalmente, explotados
económicamente una serie de territorios que alentaron relaciones de subordinación
con los pueblos autóctonos de la zona, a los que impusieron sus estructuras y formas
de vida. Se impulsó el control de rutas, lugares estratégicos y la creación de zonas de
influencia, pero no quedó claramente establecida una conducta de conquista continua
y sistematizada.
A diferencia del anterior, el Imperialismo tiene fuertes connotaciones nacionalistas: los
Estados que lo practicaron pretendían la conquista sistemática de la mayor cantidad
posible de territorios con el objetivo de alcanzar el rango de potencias mundiales. No
buscaban tanto la transformación cultural de estas zonas como su control político,
económico y militar. Este proceso adquirió nitidez en el último tercio del siglo XIX.
El tránsito del colonialismo tradicional al imperialismo se produjo en la primera mitad
del siglo XIX y estuvo marcado por la crisis del antiguo colonialismo expresada en la
pérdida de las colonias americanas de Gran Bretaña y España, la desaparición de las
doctrinas económicas mercantilistas y la lucha por la abolición de la esclavitud.
La expansión continuó durante la segunda mitad del siglo, fruto de la pretensión de
ganar nuevas áreas de influencia, alentada por la industrialización europea -ávida
de nuevos mercados- y el desarrollo técnico y militar. Otros factores que contribuyeron
a dicha expansión fueron las exploraciones geográficas y misioneras en busca de la
extensión de la ciencia y el cristianismo respectivamente. En 1885, en la Conferencia
de Berlín, las potencias acordaron el reparto sistemático del continente africano.
En este momento las potencias europeas y algunas extraeuropeas como Estados
Unidos y más tarde Japón, desarrollaron una política de expansión colonial acelerada
que ya venía gestándose desde comienzos del año 1900.
Esta nueva fase del
colonialismo, que recibe la denominación de imperialismo, tendía a la formación de
grandes imperios y constituyó una constante fuente de conflictos que desembocaron
en la I Guerra Mundial.
El Imperialismo es la doctrina política moderna que justifica la dominación de un
pueblo o Estado sobre otros; por lo común mediante distintos tipos de colonialismos
por la vía de la explotación económica, de presencia militar estratégica, de
subordinación cultural u otras variantes. Aunque muy relacionados, los términos
Imperialismo y Colonialismo no son estrictamente sinónimos pero coinciden en un
concepto, el de constituir una doctrina política moderna.
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