LA MIRADA DE LOS HISTORIADORES Unidad 1: Conociendo la Historia de Chile Contenido: Visión global de la Historia de Chile Procedimiento: Análisis historiográfico comparativo ANTES DE EMPEZAR Para resolver esta guía de trabajo se recomienda haber conocido previamente algunos conceptos claves relacionados con el tiempo histórico y la complejidad para comprender sus dimensiones temporales. El estudiante debe saber que la historia hecha por los historiadores se hace con fuentes y documentos, considerando etapas y una cronología básica. CONCEPTOS CLAVES Historia Historiadores Historiografía Teoría de la historia Fuentes Documentos HISTORIA E HISTORIOGRAFÍA La historia es una construcción social, los actores de la historia son humanos con intereses económicos, sociales, políticos, culturales e ideológicos. La historia tiene un pasado, el presente y futuro y en cada fase y dimensión existen enfoques diversos que dan cuenta del proceso social en los cuales se evidencian ideas contrapuestas y coincidentes. La palabra historia tiene al menos diversos significados y por ello nos podemos referir indistintamente a cuatro grupos diferentes. El primero, el pasado o lo acontecido; El segundo, un lapso del estudio de la cultura que se inicia a partir del desarrollo de la escritura; el tercer, la narración del pasado histórico, y el cuarto la disciplina que estudia lo histórico, es decir, el saber que indaga acerca de la naturaleza de ese pasado y la forma de narrarlo. Según esto, al preguntar qué es la historia, podemos responder que es: todo lo que ha pasado; el pasado del hombre comprendido a partir de la escritura; lo que escribimos acerca de ese pasado; una disciplina: oficio, campo del saber o carrera universitaria. www.odisea.cl - Unidades Temáticas 1 Desde los años cuarenta, y a partir de las precisiones al lenguaje propuesto comienzan a diferenciarse dos ideas: el acontecimiento pasado, la Historia, y la narración de ese acontecimiento llamada Historiografía. Años después se plantearon ideas para la reflexión propia de la disciplina: Teoría de la Historia, Filosofía de la Historia, Filosofía de la Historiografía. Proponemos, siguiendo la terminología que parece tener más difusión, llamar Historia, al acontecimiento del pasado; Historiografía a lo que se escribe acerca de ese pasado; y Ciencia de la Historia a la disciplina o rama del saber preocupada de la reflexión acerca de la naturaleza del pasado, de la actividad del historiador y de la disciplina y Teoría correspondería a las escuelas, corrientes o doctrinas de la historia. En este sentido podemos apreciar la existencia de visiones y elementos disímiles entre los historiadores cuando piensa la historia. No hay precisión acerca de lo que podemos llamar historia dado que los límites que originalmente se marcaron para el estudio del pasado del hombre son cada vez menos de observancia general, por lo que conviene revisar su vigencia. La delimitación en dos etapas: historia y prehistoria, definidas a partir de la invención de la escritura condujo a destinar para su estudio a dos disciplinas: la antropología y la historia respectivamente, cada una con objetivos y métodos distintos. El historiador, al rebasar los límites de su preparación académica por tratar de interpretar un testimonio, puede cometer no pocos errores por falta de conocimientos específicos. Si bien todos los objetos producidos por el hombre son capaces de hablarnos y de decirnos un sinnúmero de cosas respecto al hombre y a la sociedad en la que vivió, también es cierto que para comprenderlo debe entenderse su lenguaje, en otras palabras, debe conocer la materia de que se trate para abordarla correctamente. Surge por ello una pregunta: ¿El historiador, con la preparación normal que recibe escuela puede escribir la historia de cualquier cosa, sean relojes, pintura o arquitectura; o de sectores de la cultura como la economía, la política, el arte, la ciencia o la tecnología; o las ideas y los sentimientos? ¿El historiador puede escribir la historia de todo y de cualquier cosa? Otra de los aspectos relevantes del trabajo del historiador dice relación con el trabajo de historiar: ¿El historiador solamente rescata y describe los materiales para que otros especialistas los expliquen, o él mismo debe dar la explicación histórica? ¿El historiador describe la realidad o la interpreta? El historiador debe buscar los materiales tangibles para su posterior análisis; los selecciona y valora; muestra la sucesión de acontecimientos, los ubica en el tiempo, identifica a los actores sociales, describe las situaciones y relaciona los acontecimientos; puede determinar como un proceso histórico y justificarlo como parte indispensable de esa cultura. Si el trabajo del historiador fuese sólo fechar, ubicar y describir exteriormente el objeto de estudio estaríamos disminuyendo la labor del historiador; su trabajo consiste más en explicar o interpretar los acontecimiento y procesos que estudia, por ello que el trabajo del historiador presenta un margen de subjetividad dado por su propia visión del mundo y de la vida. www.odisea.cl - Unidades Temáticas 2 LOS HISTORIADORES Y SU IDEA DE LA HISTORIA Te presentamos un conjunto de ideas de historiadores chilenos sobre diversas temáticas que nos dan cuenta de su visión sobre la historia y la historiografía. Documento 1: "La revolución de 1891, es el caso más extremo en que el estado administrativo, los “administradores”, se constituyen en alternativa al gobierno de una elite tradicional, y disponen de una oportunidad real de ganar la partida. De hecho, en 1891, la elite tiene que enfrentar a un Estado que, por primera vez en la Historia de Chile, cuenta con suficientes recursos autónomos en los cuales se puede aportar independientemente de la elite. Tales recursos son básicamente económicos-la gran fuente de entradas por vía de impuesto a la exportación de salitre, pero hay otros, aunque menos evidentes, como la profesionalización del ejército, etc. Hocelyn- Holt, El Peso de la Noche: nuestra frágil fortaleza histórica. Argentina, Editora Espasa Calpe. 1997. Pág. 49. Documento 2: "Muchos años más tarde, en las lecturas universitarias, vine a saber que mi ingenuo divagar ya había sido planteado con profundidad razonadora por Heráclito de Efeso en la antigua Grecia, bajo el concepto del eterno devenir, expresado en la frase de que “nunca nos bañamos dos veces en el mismo río”, porque está claro que el río ha cambiado y nosotros también. Ahí estaba la transformación de la naturaleza, la historia, el cambio ligado al tiempo que nada ni nadie pude detener. En el juego con el reloj hubo otra experiencia aún. Si el tiempo perdido había que restarlo al lapso de vida, esta venía a ser la medida humana del tiempo, que valora cada instante, los periodos de ocio o de la prisa de los trabajos. Para nosotros el tiempo es la vida y no ese transcurso abstracto, transparente y perfectamente regular. No el concepto intangible, sino la sucesión de hechos cambiantes, coloridos o tristes, que nos llevan por la existencia. La humanización del tiempo es parte de otra gran irreverencia: la idea de que el hombre es la medida de todo. Antropocentrismo, soberbia humana que mediatiza todo a la situación terrenal y esta ala figura del hombre. Para muchos puede ser razón y fin último, en que nada tendría sentido fuera de la criatura humana. Pero un simple divagar sobre el tiempo y muchas otras cosas conduce a una relatividad de los conceptos. Sergio Villalobos, Prólogo de Historia del Pueblo Chileno, Editorial Universitaria. Santiago, 2002 Documento 3: "De todos los saberes transmitidos por la sociedad, el saber histórico es el que más necesita ser remodelado, por la urgencia que cada generación tiene de construir el presente desde el pasado, y de producir su propia realidad social y cultural (su época) a partir del mundo que recibe como legado. Superando, de paso, los problemas vitales con que ese legado carga a la nueva generación. Si se considera lo anterior, la historia de Chile no sólo puede escribirse como una larga serie de hechos y sucesos que se pueden contar objetivamente, sino también como un abigarrado conjunto de problemas que pueden ser pensados y reflexionados colectivamente. Sucesivamente. Una y otra vez, en cada época, por cada generación de chilenos. www.odisea.cl - Unidades Temáticas 3 Es por eso que esta Historia Contemporánea de Chile quiere ser una recepción de, y una primera reflexión sobre los problemas históricos que nuestra sociedad no nos ha entregado resueltos, y que, por ello, permanecen en torno nuestro no solo como legados del pasado, sino, sobre todo, como retos, desafíos y tareas para las nuevas generaciones. Como material básico para la historia que, responsablemente, debemos construir. Problemas que persisten a través de muchos hechos y situaciones. Problemas de arrastre que ni la dirigencia representativa ni la ciudadanía soberana han podido (o no hemos podido) resolver. Problemas que, a larga, terminan siendo una carga histórica creciente que rodea, aplasta y frustra la vida, sobre todo, del ciudadano corriente. Porque ¿alguien piensa lo contrario?- la carga histórica más pesada del país la sostiene y absorbe la “mayoría inferior” de la sociedad civil. La que, por ello, esta permanentemente forzada a repasar y repensar la historia, bajo todo su espesor objetivo y sobre toda su profundidad subjetiva, para seguir produciendo no solo su vida y su futuro, sino también el futuro de la sociedad. Los héroes son estrellas fugaces que brillan más o brillan menos, la efigie de los estadistas puede recortar apenas el plano de una plaza, o todo el horizonte del pasado, pero es el ciudadano corriente el que, en la alta densidad de su anonimato, “vive” y “conoce” la historia según todas las urgencias de la humanidad". Zalazar, Gabriel y Pinto, Julio. Historia Contemporánea de Chile. Extracto del original. Editorial LOM, Serie Historia, Santiago, 1999, pp.7-11. Documento 4: "La tarea de escribir la historia de Chile es algo que, en lo fundamental, corresponde a los estudiosos chilenos. No tenemos duda alguna al respecto. Lo único que dos estudiosos foráneos -en este caso, un inglés y un norteamericanopodemos ofrecer es una aportación un tanto diferente, una visión de la historia chilena «desde fuera», si se quiere. Sin embargo, nuestras conexiones personales con Chile -un país que admiramos y queremos- se remontan a la presidencia de Jorge Alessandri, el siempre recordado «Paleta», y tales conexiones vitales constituyen un elemento entrañable e ineludible de nuestras propias identidades, un elemento que sería imposible eliminar de nuestras vidas. Pero, al mismo tiempo, vale la pena subrayar que, a pesar de nuestra admiración por Chile y los chilenos, no ha sido nuestro propósito presentar una visión idealizada o romántica del pasado chileno. La historia de todos los países es una mezcla de lo bueno y de lo malo, de lo positivo y de lo negativo, y -un contraste que se descubre en toda la civilización occidental desde la Ilustración europea- de lo progresista y de lo retrógrado. Se cuenta que el pintor sir Peter Lely, al retratar a Oliver Cromwell, le preguntó qué tipo (le retrato deseaba. Había que retratar todo, le respondió el famoso general y dictador inglés, «todo, inclusive los granos y las verrugas». La historia tampoco se debe falsificar: no es una línea recta; tiene sus altibajos, sus capítulos hermosos y feos, sus propios granos y sus verrugas. Sin embargo, es importante llamar la atención sobre una faceta específica de nuestro relato. Kingsley Amis, el novelista inglés, cuenta en sus memorias una observación de un profesor de la Universidad de Oxford: «No hay que tener miedo a lo obvio». La sabiduría de esta observación ha quedado olvidada quizá en nuestro mundo finisecular, en el cual ciertas tendencias filosóficas nos conducen a la idea de que ningún fenómeno en el plano epistemológico tiene una superioridad intrínseca sobre otros fenómenos. Cualquiera que sea la utilidad de tales enfoques en otras disciplinas -y no cabe duda de que resultan utilísimos para los intelectuales baratos que quieren convertirse en ayatollabs periodísticos en muchas latitudes-, su posible aplicación a la historia es cuestionable, ya que los historiadores, de una manera o de otra, tenemos la obligación de ordenar los hechos. Sin dicha ordenación, la historia no es sino una crónica. Collier, Simon. Historia de Chile, Editorial Cambridge University Press, España, 1998. Pág. 9-11. www.odisea.cl - Unidades Temáticas 4 CLASIFICACION DE HISTORIADORES EN UN CUADRO SINOPTICO Basándote en los textos de los historiadores completa el siguiente esquema resumen: Texto Autor Hocelyn- Holt Villalobos Salazar Collier Idea de la Historia Fuentes Conceptos Claves Temáticas históricas Tiempo histórico www.odisea.cl - Unidades Temáticas 5 ANALISIS DE DOCUMENTOS SERGIO VILLALOBOS, “HISTORIA DEL PUEBLO CHILENO” INTRODUCCION PARA UNA NUEVA HISTORIA “Una y otra vez el hombre incursiona en el pasado buscando respuestas a los problemas que le inquietan. Cada época es ruptura de horizontes y conquista de cumbres ignoradas, desde cuyas alturas se contempla la historia con perspectiva diferente. Nuevas alturas significan mayor visión y nuevas interrogantes, que enfrentan al hombre consigo mismo y le llevan, en desesperante esfuerzo, a indagar en los viejos tiempos el sentido de su trayectoria, porque esa es su única experiencia. El presente siempre es inabarcable e incierto y el futuro no es más que una esperanza entre temores. Por esas razones la historia se escribe y reescribe, según la visión de cada época y es, por lo tanto, una tarea jamás concluida. Ninguna de las interpretaciones ha sido vana. Cada escuela de pensamiento, cada ideología, aporta algo a la comprensión del hombre y su fracaso se manifiesta sólo cuando pretenden ser filosofías suficientes para explicarlo todo. En consecuencia, el conocimiento y la comprensión del pasado es un proceso constructivo, compuesto de elementos dispares que han debido sortear el análisis y la crítica histórica. Nuestra época tiene la obligación de repensar la historia y de iluminarla con los criterios del presente, de manera que se amplíe la visión del acontecer y se capte la realidad pasada en toda su complejidad. De ninguna manera ello puede significar violentar los hechos singulares del pasado para forzarlos a entrar en esquemas actuales, porque sería atropellar un principio básico de la teoría de la historia. Simplemente, se trata de aprovechar categorías de análisis que como marco de referencia permiten orientarse mejor en la percepción de los hechos pretéritos. En la medida en que seamos capaces de hacerlo, habremos profundizado en el conocimiento de la historia y alcanzado una conciencia histórica que esté a la altura del tiempo presente”. DIEGO BARROS ARANA, “HISTORIA GENERAL DE CHILE”. PROLOGO “Al emprender esta historia, he adoptado de propósito deliberado el sistema narrativo. Me he propuesto investigar los hechos con toda prolijidad en los numerosos documentos de que he podido disponer, y referirlos naturalmente, con el orden, el método y la claridad que fuera posible, para dejarlos al alcance del mayor número de lectores. La edad moderna no se contenta con hallar en la historia el cuadro de los sucesos políticos y militares, sino que reclama noticias de otra clase, descuidadas ordinariamente antes de ahora, y que sin embargo, son las que nos hacen penetrar mejor en el conocimiento de los tiempos pasados. La historia de un pueblo no es ya únicamente la de sus gobernantes, de sus ministros, de sus generales, y de sus hombres notables, sino de la del pueblo mismo, estudiado en todas sus manifestaciones, sus costumbres, sus leyes, sus ideas, sus creencias, su vida material y moral; y debe además estar expuesta con la más transparente claridad para que del conjunto de hechos tan complejos, resulte la reconstrucción artificial pero exacta del pasado. El historiador, como comprende, tiene que dar una gran amplitud a sus trabajos de investigación, que extenderlo a materias que en otras épocas se creían ajenas de la historia, y que combinar sus noticias para hacer entrar en el cuadro de los hechos, los accidentes morales y materiales que contribuyen a dar toda la luz posible sobre los tiempos que deseamos conocer”. Actividad 1. Resume y explica las ideas principales de los historiadores. 2. De qué forma consideran el tiempo histórico estos autores. 3. Analiza los planteamientos de Barros Arana y de Villalobos sobre la forma de escribir Historia de Chile, determina puntos de encuentro y aspectos diferentes. www.odisea.cl - Unidades Temáticas 6