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Resumen del informe
Contaminantes Orgánicos Persistentes en los
Humanos: Resumen de los datos existentes a
nivel global sobre los 12 Contaminantes
Orgánicos Persistentes y otros Organoclorados
en Tejido Humano.
escrito por:
editado en español por Greenpeace Argentina, Mansilla 3046, 1425 Buenos Aires, Argentina.
Los contaminantes orgánicos persistentes (COPs) son un grupo de
compuestos principalmente sintéticos que tienen la propiedad de persistir por
tiempos prolongados en el medio ambiente. Como consecuencia de las
actividades antropogénicas, muchos COPs se han convertido en las décadas
recientes en contaminantes ampliamente distribuidos por todo el mundo. Se
sabe que algunos COPs se bioacumulan en el tejido de los animales y los
seres humanos, y que son tóxicos para la salud.
Existen numerosos COPs que contaminan el medio ambiente. Algunos de los
que han generado particular preocupación son los organoclorados
persistentes. Una reunión previa del Consejo de Administración del PNUMA
(Programa de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente) en 1995 identificó
una lista de 12 COPs como sustancias que generaban una clara preocupación
de acuerdo con el principio precautorio. Estos compuestos son todos
organoclorados. Esta lista incluye: dioxinas y furanos -que son subproductos
involuntarios de diversos procesos industriales-, PCBs y HCB -que además de
tener varios usos, también se forman como subproductos involuntarios. En la
lista están asimismo, los plaguicidas DDT, clordano, heptacloro, aldrin,
dieldrin, toxafeno y mirex.
Los 12 COPs priorizados por el PNUMA tienen la propiedad de ser tóxicos
para la salud. Es preocupante el hecho de que todos estos compuestos
químicos hayan sido detectados en los tejidos humanos de la población
de varios países, y en diversas especies silvestres. Es importante notar
que a pesar de que existen muchos COPs, la mayoría de ellos no ha sido
medida ni evaluada en los tejidos humanos.
Greenpeace publicó un informe que destaca los niveles de organoclorados
persistentes encontrados en los tejidos humanos de todo el mundo. Se
identifican allí los países y poblaciones en los que los niveles son
particularmente altos, y también se considera la importancia que esos niveles
tienen para la salud humana. Una de las principales preocupaciones con
respecto a la salud es el potencial que tienen estos compuestos químicos
de producir efectos tóxicos en los estadíos más vulnerables de la vida –el
feto en desarrollo dentro del útero y el lactante, dado que se sabe que los
COPs atraviesan la placenta y están presentes en la leche materna-.
Niveles de COPs en Tejidos Humanos
La mayoría de los 12 COPs que están en la lista del PNUMA son
contaminantes ampliamente distribuidos y se han encontrado en los tejidos de
personas de todo el mundo. La presencia en los tejidos se determina
principalmente analizando los niveles de COPs en sangre, leche materna y
tejido adiposo. Este informe se refiere especialmente a los niveles de COPs
en leche materna que han sido publicados en la literatura científica en los
últimos 10 años.
La mayoría de los estudios sobre los niveles de organoclorados en tejidos
humanos se refiere a dioxinas, furanos y PCBs. Existen también estudios de
varios países sobre los niveles de DDT y HCB, pero hay menos estudios
disponibles sobre otros plaguicidas organoclorados. Dada la persistencia y
naturaleza ubicua de los 12 COPs de la lista del PNUMA, se considera que
existe una falta de datos sobre sus niveles en los tejidos humanos de muchos
países, particularmente de las regiones en desarrollo. Además, también son
limitados los estudios referidos a los niveles de COPs en tejidos de individuos
expuestos laboralmente a estos compuestos.
Una característica general de los estudios presentados en este informe es que
los niveles de plaguicidas organoclorados en la leche materna humana son
mayores en los países donde estos químicos siguen siendo empleados,
particularmente, los países en desarrollo. Otra generalización que puede
hacerse es que los niveles de dioxinas y furanos son más altos en los países
industrializados. Esto coincide con el hecho de que estos compuestos se
sintetizan como subproductos de muchos procesos industriales, especialmente
de aquellos procesos que involucran el cloro.
Existen, sin embargo,
excepciones a estas generalizaciones referidas a los niveles de plaguicidas
organoclorados y dioxinas/furanos en la leche materna humana. Muchos
COPs, incluidos los PCBs y algunos plaguicidas organoclorados, son
aparentemente transportados largas distancias a través de las corrientes de
aire desde las regiones templadas del planeta y subsecuentemente
depositados en regiones más frías. Este proceso de fraccionamiento global ha
resultados en niveles de COPs particularmente altos en el Artico. Como
consecuencia de esto, algunas poblaciones indígenas del Artico que dependen
de alimentos marinos tradicionales tienen altos niveles de PCBs y plaguicidas
organoclorados en los tejidos.
Dioxinas y PCBs:
Las dioxinas, los furanos y los PCBs son ubicuos en el medio ambiente global.
Las investigaciones han mostrado que los niveles de dioxinas y furanos en los
tejidos humanos son mayores en los países más industrializados. En la
década del ‘80, diversos estudios mostraron que, comparados con algunos de
los países industrializados de Europa y con EEUU, los niveles de dioxinas y
furanos en sangre, tejido adiposo y leche materna eran considerablemente
bajos en los países menos industrializados -incluyendo Tailandia, China,
Vietnam del Norte, Pakistán, Africa y Rusia-. Las investigaciones de los ‘80 y
principios de los ‘90 mostraron que en muchos países industrializados los
niveles en leche materna estaban entre 10 y 20 ppt TEQ en grasa. Los niveles
más altos, superiores a 20 ppt TEQ, se encontraron en algunos países
industrializados de Europa y una región de Canadá. Los niveles más bajos se
hallaron en la regiones menos industrializadas -incluyendo Pakistán, Rusia.
Albania, Hungría, Croacia y Noruega-. En China, algunos otros países
asiáticos, y Gaza en Medio Oriente, también se encontraron niveles en sangre
comparativamente bajos. La mayor parte de la información sobre los niveles
de dioxinas y furanos en los tejidos humanos proviene principalmente de los
países europeos, EEUU y Canadá. Existen menos estudios en Asia, y los
datos presentes en la literatura científica sobre niveles en Africa y Sudamérica
son muy limitados.
Los estudios muestran que los individuos que fueron empleados en la
producción de clorofenoles y fenoxiherbicidas entre los ‘60s y los ‘80s
estuvieron altamente expuestos a dioxinas. Los niveles de TCDD1 en
trabajadores de plantas de triclorofenol continúan siendo 10 veces superiores,
dos décadas después de haber cesado la producción.
Los hijos de
trabajadores de una planta de Rusia, que hoy son adultos, tienen niveles entre
150 y 2000 veces superiores a la población en general debido a la
transferencia de estos contaminantes desde sus madres a través de la
placenta y la leche. Más recientemente, se registraron altas exposiciones en
una planta de pentaclorofenol de China, donde los niveles de dioxinas/furanos
en la sangre (TEQ totales) son entre 50 y 400 veces superiores a los de la
población en general. Existen otras ocupaciones en donde los individuos de
diversos países pueden estar expuestos a niveles de dioxinas y furanos
superiores a la media. Se han detectado niveles elevados en los tejidos de
trabajadores de incineradores de residuos municipales y de ciertos sectores de
la industria metalúrgica.
Las investigaciones sobre los PCBs han revelado que existen niveles similares
de estos compuestos en la leche humana de muchos países europeos y
Canadá. Se han hallado niveles superiores en Europa del Este y en la ex1
TCDD es la manera común de referirse a la 2,3,7,8 tetraclorodibenzo-p-dioxina. La TCDD es el
cogener más tóxico que se conoce.
Unión Soviética. Se han hallado niveles muy altos de PCBs en los tejidos
humanos de las poblaciones de las regiones del Artico que consumen una
dieta rica en animales marinos.
Por ejemplo, los niveles de PCBs en
miembros de la población Inuit del Quebec Artico que tienen una dieta
tradicional basada en alimentos marinos eran 15 veces superiores a los
niveles medidos en los residentes de Quebec del Sur.
Existen estudios que indican que los niveles de dioxinas y furanos en los
tejidos humanos de los habitantes de países occidentales no han aumentado
en los últimos años. Los niveles de esos compuestos en varios países
europeos parecen haber disminuido levemente. Es difícil comparar los datos
de PCBs entre los distintos estudios, pero hay datos que muestran que los
niveles de PCBs en los tejidos humanos se han mantenido estables en los
años recientes.
DDT y DDE:
Los datos de concentraciones de plaguicidas organoclorados en la leche
materna humana de diversos países que fueron recopilados en este informe se
resumen en la tabla 10.
El DDT y su metabolito DDE son contaminantes ampliamente distribuidos en
tejidos humanos. El DDE ha sido detectado prácticamente en todas las
muestras de leche materna de numerosos países. Los niveles más altos, por
lejos, han sido detectados en leche materna de países de Asia, Africa y
Sudamérica, donde el DDT continúa siendo empleado en la agricultura y en
campañas sanitarias contra la malaria o la mosca tse-tse. A pesar de las
propiedades indeseadas del DDT, éste se emplea en los países en desarrollo
debido a su eficacia costo-beneficio y a su toxicidad de amplio espectro. Sin
embargo, dada que el uso del DDT continúa, puede considerarse que existe,
en la literatura científica, una escasez de datos sobre los niveles de DDT/DDE
en los tejidos humanos de estos países.
Se han detectado niveles excepcionalmente altos en leche materna de India
(DDT y DDE >10 ppm). Los niveles de DDE que se han encontrado en
algunos países de Europa occidental, Rusia y Australia son de 1 a 2 ppm. Los
niveles más bajos se han hallado en los países del Norte y Este de Europa y
EEUU. Las concentraciones de DDT en los tejidos humanos han disminuido
en años recientes en aquellos países donde el uso de DDT ha sido prohibido,
pero no se han detectado disminuciones en otros países como Mexico. Se ha
estudiado la exposición laboral en los fumigadores de DDT de Mexico. Los
niveles en tejido adiposo de esos trabajadores eran 6 veces superiores a los
de la población en general.
Hexaclorobenceno (HCB):
El HCB es un contaminante de leche materna ampliamente distribuido, y está
presente en más del 90% de las muestras de leche materna de la mayoría de
los países. Las concentraciones detectadas en la mayor parte de los países
están entre las 0,05 y 0,2 ppm. Se encontraron niveles muy altos (>0,6 ppm)
en la República Checa y en Eslovaquia, posiblemente debido a su formación
durante la fabricación de solventes clorados y usos agrícolas pasados. Los
datos de unos pocos países europeos revelan una tendencia decreciente en
los niveles de los últimos años. La exposición laboral ha resultado, según los
estudios, en niveles elevados de HCB en los trabajadores de incineradores de
residuos peligrosos.
Hexaclorociclohexano (HCH):
El isómero gamma del HCH (conocido como lindano) y el HCH de grado
técnico -que consiste en una serie de formas isoméricas- son plaguicidas
persistentes que no forman parte de la lista del PNUMA. Sin embargo, los
isómeros beta y gamma del HCH han sido ampliamente detectados en los
tejidos y hay estudios que muestran su presencia en leche materna de
diversos países.
El beta-HCH es el isómero más persistente y está
ampliamente distribuido en leche materna de todo el mundo. Los niveles más
altos (4-8 ppm) han sido registrados en leche humana de India y China. Se
detectaron niveles altos (1,5-2,5 ppm) en Rusia y Kazakstan.
Dieldrin, Aldrin, Endrin:
El dieldrin se encuentra en
porcentaje de muestras en
concentraciones halladas en
Existen muy pocos estudios
humanos.
leche humana de muchos países, aunque el
las que puede detectarse es variable. Las
diversos países varían entre 0,01 y 0,1 ppm.
sobre los niveles de aldrin y endrin en tejidos
Heptacloro y Heptacloro Epóxido:
Existen pocos datos sobre los niveles de heptacloro y su producto de
degradación, heptacloro epóxido, en tejidos humanos. Estos compuestos se
hallaron en leche materna de varios países, aunque el porcentaje de muestras
en las que puede detectarse es variable. Un informe anterior mostró que los
niveles más elevados se detectaron en varios países de Europa Occidental,
Israel y Guatemala. En este informe, el nivel más alto (0,7 ppm) fue detectado
en Jordania. Otros países tenían niveles inferiores a 0,05 ppm, con la
excepción de Australia y Francia.
Clordano:
Comparar los distintos estudios que existen sobre los niveles de clordano en
los tejidos humanos resulta difícil porque existen diferencias entre las formas
isoméricas y los metabolitos de clordano considerados en los estudios. Se ha
determinado que los niveles más altos se encuentran en EEUU, lo que refleja
el amplio uso que se le ha dado al clordano en el pasado para el control de las
termitas. No parece haber una tendencia decreciente en las concentraciones
de clordano en los tejidos humanos.
Toxafeno:
Hay pocos estudios que hayan monitoreado los niveles de toxafeno en los
tejidos humanos. Se ha detectado en leche materna de unos pocos países.
Comparativamente, se hallaron niveles altos en Nicaragua.
Mirex y otros Plaguicidas Organoclorados:
Hay muy pocos estudios que hayan monitoreado los niveles de mirex en
tejidos humanos.
Asimismo, existen otros plaguicidas organoclorados
empleados actualmente, como el endosulfán, que están presentes en los
tejidos humanos, pero que no suelen ser medidos.
Ingestas Diarias Aceptables
Las autoridades regulatorias emplean el procedimiento de evaluación de
riesgos para estimar los niveles permitidos de contaminantes en alimentos,
que son considerados “seguros”. A estos niveles se los conoce como Ingestas
Diarias Admisibles (ADI) o Ingestas Diarias Tolerables (TDI).
La leche materna humana contiene varios COPs que pasan al lactante, pero a
diferencia de los que ocurre con los alimentos, los niveles que contiene la
leche no pueden ser controlados. La aplicabilidad de las ADI al lactante es
cuestionable ya que éstas están diseñadas para prevenir efectos adversos
sobre la salud teniendo en cuenta la exposición a lo largo de toda la vida de un
adulto de 70 kg. No obstante, debido a que un lactante está probablemente en
una etapa de mayor vulnerabilidad frente a los daños de los compuestos
químicos que un adulto, se ha propuesto que las ADI deben ser menores para
los más pequeños y, por lo tanto, las ADI actuales no deberían ser superadas
en los lactantes.
Se ha calculado que las ADI establecidas por la Agencia de Protección del
Medio Ambiente de EEUU y la Organización Mundial de la Salud para
dioxinas/furanos son excedidas por los lactantes. En este informe se realizan
estimaciones para determinar si se ven excedidas también en el caso de los
plaguicidas organoclorados, en base a los niveles promedio registrados en
distintos países. Los resultados muestran que las ingestas estimadas en los
más pequeños exceden las ADI en los siguientes casos:
DDT - en algunos países africanos, asiáticos y latinoamericanos; se exceden
en 6 veces en India y Zimbabwe.
HCB - en varios países; se exceden en 6 a 8 veces en las Repúblicas Checa y
Eslovaca.
lindano - en varios países; en India se exceden por 11-120 veces.
dieldrin, heptacloro y heptacloro epóxido: se exceden en varios países.
No es bueno que las ADI actuales se vean excedidas en el caso de los
lactantes, aunque aún no se conozca la relevancia sobre la salud de ello. De
hecho, es cuestionable si las ADI sirven para proteger la salud humana en
general. El proceso de evaluación de riesgos empleado en el cálculo de esos
valores involucra muchas incertidumbres. Además, muchos de los 12 COPs
de la lista del PNUMA han sido indentificados como disruptores endócrinos, y
los efectos finales o “endpoints” empleados en los análisis toxicológicos
pueden no ser suficientemente sensibles como para detectar los efectos
adversos de estos compuestos. Las investigaciones muestran que los COPs
pueden tener mayores efectos a dosis más bajas en lugar de más altas. Existe
la opinión científica de que no hay dosis seguras de disruptores endócrinos,
así como no hay dosis seguras de cancerígenos.
Importancia para la Salud Humana de los Niveles Actuales de COPs en los
Tejidos
Se ha registrado que los organoclorados persistentes causan un amplio rango
de efectos adversos sobre la salud de los animales de experimentación y los
seres humanos como resultado de la exposición accidental o laboral. Entre
esos efectos está la toxicidad sobre hígado y sistemas reproductor y nervioso,
anomalías del sistema inmunológico y cáncer. Existen evidencias de que
algunos de estos compuestos, particularmente dioxinas y PCBs, han
alcanzado niveles en los tejidos humanos que están cerca o dentro del mismo
orden de magnitud que los niveles que se sabe causan efectos adversos en
animales de experimentación. Las poblaciones altamente expuestas tales
como la Inuit del Artico que consume una dieta rica en frutos de mar, los
individuos expuestos en el ambiente laboral y las poblaciones que habitan
ambientes contaminados podrían estar en mayor riesgo. Los estudios en niños
pequeños de la población en general de los países industrializados han
sugerido que ya pueden estar ocurriendo efectos sutiles sobre los sistemas
nerviosos e inmunológico, como resultado de una exposición a través de la
placenta y/o la leche materna.
El camino por delante
Los COPs son un problema global. Algunos ya se detectan en los tejidos
humanos del mundo entero y los niveles de otros ni siquiera han sido
analizados. Muchos COPs, incluidos aquellos que están en la lista del
PNUMA, son potencialmente dañinos para el medio ambiente y la salud
humana.
Esperar a tener pruebas científicas sobre los efectos y riesgos puestos por
cada COP llevaría décadas. Hay un único camino posible para superar las
incertidumbres y salvaguardar el medio ambiente y la salud humana - la
adopción del principio de precaución y la implementación de estrategias de
“vertido cero”. Para ello es necesario prevenir la contaminación desde la
fuente e implementar la producción limpia en la agricultura y la industria. Este
tipo de acciones debe ser implementado a través de acuerdos internacionales
legalmente vinculantes.
Para más información:
Greenpeace Argentina
Tel: 011 49620404
Fax: 011 49637164
e-mail: greenpeace.argentina@ar.gl3
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