JOSÉ-ROMÁN FLECHA ANDRÉS MORAL FUNDAMENTAL La vida según el Espíritu EDICIONES SÍGUEME SALAMANCA 2005 Para Ángel Galindo y Julio Ramos, compañeros en tantos proyectos de Ética y Teología práctica y, sobre todo, amigos Cubierta diseñada por Christian Hugo Martín © Ediciones Sígueme S.A.U., 2005 C/ García Tejado, 23-27 - E-37007 Salamanca / España Tlf.: (34) 923 218 203 - Fax: (34) 923 270 563 e-mail: ediciones@sigueme.es www.sigueme.es ISBN: 84-301-1547-1 Depósito legal: S. ¿¿?? Impreso en España / Unión Europea Imprime: Gráficas Varona S.A. Polígono El Montalvo, Salamanca 2005 CONTENIDO Presentación .............................................................................. Bibliografía general y abreviaturas ........................................... 11 13 I CUESTIONES INTRODUCTORIAS 1. ¿Qué es la teología moral? .................................................. 2. ¿Cómo se hace la teología moral? ....................................... 21 41 II FE CRISTIANA Y VIDA EN CRISTO 3. La teología moral en el concilio Vaticano II ................... 4. La moral del Antiguo Testamento ....................................... 5. La moral del Nuevo Testamento .......................................... 6. Creer y actuar ...................................................................... 7. A imagen y semejanza de Dios ........................................... 63 77 97 125 145 III CATEGORÍAS MORALES FUNDAMENTALES 8. Libertad y responsabilidad .................................................. 9. Actitudes y opciones ........................................................... 10. Una ética de valores ............................................................ 11. El papel de la ley ................................................................. 12. El papel de la conciencia ..................................................... 13. El pecado y los pecados ...................................................... 165 191 213 235 257 283 IV VOCACIÓN A LA VIDA EN CRISTO 14. La llamada a la conversión .................................................. 15. Una moral de la virtud ........................................................ 305 323 Índice general ............................................................................ 339 PRESENTACIÓN Los que viven según la carne desean lo carnal; mas los que viven según el Espíritu, lo espiritual. Pues las tendencias de la carne son muerte; mas las del espíritu, vida y paz, ya que las tendencias de la carne son contrarias a Dios: no se somenten a la ley de Dios, ni siquiera pueden; así, los que están en la carne no pueden agradar a Dios. Mas vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no le pertenece; mas si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo haya muerto ya a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia (Rom 8, 5-10). Tanto si mira a su alrededor como si reflexiona sobre su propio comportamiento, san Pablo ha de contraponer dos formas de existencia. La una brota de la dimensión carnal del ser humano y conduce a la muerte. La otra está guiada por el espíritu y está llamada a la vida. Su lenguaje podría evocar una contraposición antropológica de tono dualista. Al leer estas palabras, se podría pensar también en una confrontación entre el yo ideal, siempre utópico, y el yo real, que por fuerza ha de atenerse a las posibilidades inmediatas y factibles. El espíritu sueña, mientras la carne ha de asumir opciones concretas. Pero, de pronto, la referencia se hace explícitamente teologal y cristológica: «Vosotros no estáis en la carne, sino en el espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no le pertenece» (Rom 8, 9). Vivir en el espíritu es participar del aliento creador de Dios, vivir la vocación profética en el mundo y compartir la vida y la misión de Jesús. «Espíritu es la decisión eterna, tomada en Dios a favor del 10 Presentación hombre, tomada en el hombre a favor de Dios. Porque espíritu significa pertenecer a Cristo, estar en su pregunta y por tanto en su respuesta»1. Si toda la vida moral del cristiano se nos presenta en la Escritura como «la vida en Cristo Jesús», comprendemos que el esfuerzo por hacerla realidad únicamente es posible cuando el creyente se deja guiar por el Espíritu que guiaba a Jesús, el Espíritu que revelaba su misión, el Espíritu que lo resucitó de entre los muertos. Vivir según la carne sólo lleva a la muerte. Vivir según el Espíritu nos lleva a hacer morir las obras de la carne y, en consecuencia, a vivir en plenitud la vida del Señor (cf. Rom 8, 13). Este libro es una introducción a la teología moral cristiana, y también, a la práctica moral de los cristianos. Con toda intención se van entretejiendo las reflexiones sobre el comportamiento ético y las reflexiones sobre el modo de repensarlo y valorarlo. La moral vivida y la moral formulada. El cristiano ha recibido una serie de normas morales y vive de acuerdo con unos valores que, más o menos, eran ya aceptados por las gentes con las que vive. Su ética hunde sus raíces en la racionalidad y en la experiencia probada por mil generaciones. Pero ha recibido, sobre todo, una nueva vida en Cristo. Una vida que brota de una vocación y se realiza en el seguimiento. Una vida que es el eco de la paradoja anunciada por su Maestro. «Quien quiere salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el evangelio, la salvará» (Mc 8, 35. Para eso había venido Jesús: para que los hombres tuvieran vida (Jn 10, 10). Con su gracia, tratamos de caminar en una vida nueva (Rom 6, 49) con el gozo de saber que Cristo vive en nosotros (Gal 2, 20). Ésa es la razón por la que el cristiano con frecuencia se encuentra remando contracorriente. Su comportamiento resulta extraño a los que con él conviven. Es en esos momentos en los 1. K. Barth, Carta a los romanos, BAC, Madrid 1998, 348. Presentación 11 que se le dirige esa pregunta, aparentemente anecdótica «¿Por qué hacéis eso?» (Mc 11, 3). Estas páginas no son un estudio exhaustivo de las respuestas que puede ofrecer el cristiano sobre las razones de su comportamiento. Se limitan a dejar constancia de la grandeza y exigencias fundamentales de esa vida en Cristo.