5 10 EL FINAL DE LA UTOPÍA significa que hoy es posible ya técnicamente eliminar la opresión y la miseria, y el único obstáculo que se opone a convertir en realidad esa vieja utopía es, según Marcuse, la actual organización sociopolítica del mundo. Herbert Marcuse expone aquí las ideas políticas que le han dado autoridad moral entre los jóvenes rebeldes de Europa y América. Se trata de una conferencia pronunciada en la Universidad libre de Berlín en 1967. (Extracto) He de empezar por una perogrullada: que hoy día... toda transformación del entorno técnico y natural es una posibilidad real... Hoy día podemos convertir el mundo en un infierno; como ustedes saben, estamos en el buen camino para conseguirlo. También podemos transformarlo en todo lo contrario. ... E1 concepto de utopía es un concepto histórico. Se refiere a los proyectos de transformación social que se consideran imposibles. ¿Por qué razones imposibles? 15 ... Primero, porque los factores subjetivos y objetivos de una determinada situación social se oponen a la transformación... En segundo lugar, el proyecto de una transformación social se puede considerar irrealizable porque esté en contradicción con determinadas leyes científicamente comprobadas, leyes biológicas, o físicas, etc.; por ejemplo, la arcaica idea de la eterna juventud del hombre, o la del regreso a una supuesta edad de oro. ... 20 El otro grupo [el primero], la ausencia de factores subjetivos y objetivos, no puede considerarse sino, a lo sumo, provisionalmente irrealizable... Ahí están todas las fuerzas materiales e intelectuales que es posible aplicar a la realización de una sociedad libre. El que no se apliquen a ello ha de atribuirse exclusivamente a la movilización total de la sociedad existente contra su propia posibilidad de liberación... 25 30 35 40 45 Es posible en el sentido indicado la eliminación de la pobreza y de la miseria; es posible en el indicado sentido la eliminación del trabajo alienado; posible la eliminación de lo que he llamado surplus repression... Apenas hay hoy, ni en la misma economía burguesa, un científico o investigador digno de ser tomado en serio que se atreva a negar que con las fuerzas productivas técnicamente disponibles ya hoy es posible la eliminación material e intelectual del hambre y de la miseria, y que lo que hoy ocurre ha de atribuirse a la organización sociopolítica de la tierra... Lo que está en juego es la idea de una nueva antropología...: la génesis y el desarrollo de necesidades vitales de libertad. De una libertad que no se funde en la escasez y en la necesidad del trabajo alienado, ni encuentre en una y en otro sus límites. La necesidad del desarrollo de necesidades humanas cualitativamente nuevas... La continuidad de las necesidades desarrolladas y satisfechas en una sociedad represiva es en medida considerable lo que reproduce constantemente esa sociedad represiva en los individuos mismos... ¿ Cuál es este estadio del desarrollo de las fuerzas productivas que posibilita el salto de la cantidad a la cualidad? Es ante todo la tecnologización del poder, que mina el terreno al poder mismo. La progresiva reducción de la fuerza de trabajo física en el proceso de producción (material), cada vez más ampliamente sustituida por trabajo nervioso mental, y la progresiva concentración de trabajo socialmente necesario en la clase de los técnicos, científicos, ingenieros, etc. ... Para que esas posibilidades técnicas no se conviertan en posibilidades de la represión, para que puedan cumplir su función liberadora y pacificadora, tienen que ser sostenidas y conquistadas por necesidades liberadoras y pacificadoras. 420299277.doc Página 1 de 2 50 55 60 65 70 75 80 85 90 95 Cuando no existe la necesidad vital de que se suprima el trabajo, cuando, por el contrario, existe la necesidad de continuación del trabajo hasta cuando éste deja de ser socialmente necesario; cuando no hay necesidad de gozar, de ser feliz con la conciencia tranquila, sino la necesidad de tener que ganarlo y merecerlo todo en una vida que es todo lo miserable que se puede imaginar; cuando esas necesidades vitales no existen o, existiendo, son apagadas por las necesidades represivas, entonces lo único que se puede esperar de las nuevas posibilidades técnicas es efectivamente que se conviertan en posibilidades de la represión. Hoy ya sabemos lo que pueden dar de sí la cibernética y las calculadoras para el control total de una existencia humana. Las nuevas necesidades, que son realmente la negación determinada de las necesidades presentes, pueden tal vez resumirse en la negación de las necesidades y de los valores que sostienen el actual sistema de dominio; por ejemplo, la negación de la necesidad de la lucha por la vida ... o la negación de la necesidad de ganarse la vida, que es también lucha por la existencia, o la negación del principio del éxito, de la concurrencia, negación de la necesidad de conformidad, hoy monstruosamente intensa, la necesidad de no llamar la atención, de no ser un individuo desambientado, la negación de la necesidad de una productividad despilfarradora y destructiva, inseparablemente atada a la destrucción, negación de la necesidad vital de represión hipócrita de los instintos. Estas necesidades se niegan en la necesidad de paz, que hoy, como saben ustedes muy bien, no es una necesidad de la mayoría; en la necesidad de descanso, en la necesidad de estar solo, de tener una esfera privada que, como nos dicen los biólogos, es una necesidad inapelable del organismo; en la necesidad de calma y la necesidad de felicidad; todo ello entendido no como necesidades individuales, sino como fuerza productiva social, como necesidades sociales que hay que poner en obra de un modo determinante en la organización y la dirección de las fuerzas productivas. Estas nuevas necesidades vitales posibilitarán, como fuerza productiva social una transformación técnica total del mundo de la vida, y creo que sólo en un mundo así transformado se hacen posibles nuevas situaciones humanas, nuevas relaciones entre los hombres. Transformación técnica: de nuevo hablo teniendo en cuenta los países capitalistas más desarrollados técnicamente, en los cuales una transformación así significa la eliminación de los horrores de la industrialización y la comercialización capitalistas, la reconstrucción total de las ciudades y el restablecimiento de la naturaleza tras la eliminación de los horrores de la industrialización capitalista. No creo necesario decirles que al hablar de eliminación de los horrores de una industrialización capitalista no estoy glorificando una regresión romántica a la prehistoria de la técnica, sino que creo, por el contrario, que las bendiciones de la técnica y de la industrialización en general no pueden ser visibles y reales sino cuando hayan sido eliminadas la industrialización y la técnica capitalistas... HERBERT MARCUSE nació en Berlín en 1898 y estudió en las universidades de Berlín y Friburgo. Obtuvo el doctorado, bajo la dirección de Heidegger, con una investigación sobre Hegel de gran importancia en el desarrollo de su pensamiento posterior. Miembro destacado de la Escuela de Francfort, se vio obligado a abandonar Alemania por sus discrepancias con el régimen nacionalsocialista de Adolf Hitler. Se trasladó primero a Ginebra y, posteriormente, a Estados Unidos, donde desarrolló su actividad como profesor en las universidades de Columbia, Harvard y California. Murió en Starnberg, cerca de Munich, el año 1979. Sus obras más importantes son: Ontología de Hegel y la fundamentación de una teoría de la historicidad (1932). Hegel y el origen de la teoría social (1941) Eros y civilización (1957) El marxismo soviético (1958) El hombre unidimensional (1964). 420299277.doc Página 2 de 2