Resolución legislativa de 15 de diciembre de 1838, sobre que la isla del Cardon no puede enajenarse, como tampoco los terrenos de las riberas del mar que sean necesarias para la utilidad común. Denunciada la isla del Cardon en el Sur, por el señor Carlos Carpentier, a virtud de la ley de 2 de mayo de 1837, fue informado el Gobierno de que su enajenación era perjudicial al Estado; en este caso manifestó a la Asamblea Constituyente las dudas que le han cabido acerca de este negocio, y este alto Cuerpo, después de haber oído el dictamen de una comisión de su seno, y de haber examinado atentamente los puntos a que se contrae el Gobierno, ha tenido a bien declarar: que la isla del Cardon no puede enajenarse a particulares en manera alguna; y que esto mismo se entienda con todos los terrenos de las riberas del mar que considere necesarios para utilidad común o que de su enajenación puedan seguirse perjuicios al Estado. __________________