la sociedad del desconocimiento - Universidad Católica Andrés Bello

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Universidad Católica Andrés Bello
Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales
Área de Estudios Laborales
LA SOCIEDAD DEL DESCONOCIMIENTO
L.M. Lauriño Torrealba
Septiembre 2015
El premio Nobel de economía Robert Solow planteó hace más de medio siglo la
relación entre el incremento de los ingresos y el progreso de la tecnología, dejando a
un lado la acumulación de capital como explicación. La innovación y el aprendizaje
parecieran tomar entonces, según aquella afirmación, una importancia
socioeconómica capital. Por su parte, importantes pensadores de la gerencia moderna
-Peter Drucker, Takeuchi y Nonaka, Chris Argirys, entre otros- han venido
desarrollando teorías asociadas a aquella idea. “Sociedad del Conocimiento”,
“Aprendizaje Organizacional”, son sólo algunos de los constructos derivados de esta
línea de pensamiento, en la que los contenidos desplazan el esfuerzo físico como
carácter preponderante del trabajo.
El esfuerzo físico, implícito en las principales labores de la industria de los siglos XVIII,
XIX, y de buena parte del XX, fue desplazado gradualmente,desde la propia Revolución
Industrial,por el conocimiento individual. El diseño, construcción, instalación, empleo y
mantenimiento de la nueva tecnología demandaba un conocimiento técnico y una
experticia que le daba al trabajador individual una valoración particular, superior a la
de sus pares en el incipiente mercado de trabajo.
Sin embargo, aquella gradualidad mantenida durante poco más de dos siglos se
rompió abruptamente por los acelerados avances de la tecnología, especialmente a
partir del desarrollo y la masificación de Internet, en la década de los 90’, expandiendo
exponencialmente las herramientas y posibilidades del aprendizaje, reconfigurandolas
formas de producción, e incrementando el valor del conocimiento individual y la
demanda del “trabajador del conocimiento”. De esta forma, el conocimiento pasó a
ser el núcleo de la competencia empresarial (“the core competence of the
corporation”, Hamel y Prahalad Dixit), en tanto su mayor valor no radicaba ya en el
individuo, sino en el cuerpo social de las organizaciones; y por ende, de la propia
sociedad.
El reto de la sociedad moderna y delempresariadopasó a ser la socializacióndel
conocimiento individual, el trasladodel conocimiento tácito haciael conocimiento
explícito,es decir, su socialización desde las élites hacia las bases; y en ello, el papel del
Estado, como actor fundamental de las relaciones sociales de trabajo, radica enla
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promoción de una institucionalidad y de unas condiciones que permitan garantizar una
educación técnica y profesional del más alto nivel, con base enunas políticas públicas
cónsonas con la demanda de los tiempos.
En este orden de ideas, desde la llegada de la autodenominada “revolución
bolivariana” (1999),en Venezuelahemos “nadado” a contracorriente.La premisa oficial
ha sido masificar la educación,pero a partir de criterios políticos yadoleciendo de
criterios de calidad, privilegiandolas formas y no el contenido, ydejándo en evidencia
su escasa correspondencia con un axioma descuidado de forma exprofesa por los
“socialismos” decimonónicos: sólo la educación y el conocimiento son capaces de
hacernos verdaderamente libres.
El conocimiento lleva al pensamiento crítico, y éste a su vez funge como antídoto a las
fórmulas totalitarias. Por ello, la educación y el conocimiento han sido históricamente
los principales enemigos a vencer por los modelos del “socialismo” autocrático. El
“pueblo” debe permanecer en la oscuridad para facilitar su control y por ello el Estado
de orientación autocrática debe sentar unas bases sólidas para la instauración desu
anhelada “sociedad del desconocimiento”. Sin embargo, y a pesar de las aspiraciones
de sus líderes,es esa misma lógica la que está haciendo implosionar el “socialismo del
siglo XXI”, sin que se entienda desde aquel lado que sólo pudo haberlo sostenido,
paradójicamente, el conocimiento.
@luislaurino
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