Exhibicionismo y provocación sexual La regulación de este delito la encontramos en los artículos 185 y 186 del CP. Artículo 185. El que ejecutare o hiciere ejecutar a otra persona actos de exhibición obscena ante menores de edad o incapaces, será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o multa de 12 a 24 meses. Redacción vigente hasta la entrada en vigor de la Ley Orgánica 15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, el 1 de octubre de 2004: El que ejecutare o hiciere ejecutar a otra persona actos de exhibición obscena ante menores de edad o incapaces, será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o multa de seis a doce meses. Artículo 186. El que, por cualquier medio directo, vendiere, difundiere o exhibiere material pornográfico entre menores de edad o incapaces, será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o multa de 12 a 24 meses. Redacción vigente hasta la entrada en vigor de la Ley Orgánica 15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, el 1 de octubre de 2004: El que, por cualquier medio directo, vendiere, difundiere o exhibiere material pornográfico entre menores de edad o incapaces, será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año, o multa de seis a doce meses. El delito de exhibicionismo lo comete la persona o las personas que ejecutan o hacen ejecutar actos de exhibición obscena ante menores o ante incapaces. De manera que aquí el sujeto pasivo esta perfectamente definido, los actos de exhibicionismo realizados ante adultos son penalmente irrelevantes, en algún caso podría suponer algún otro tipo de infracción, pero no encaja en este delito porque el tipo exige que la víctima sea menor de edad o incapaz. Persona menor de edad, para la ley, es aquella persona que no ha cumplido 18 años y persona incapaz es la que se define como tal en el art.25 CP. Artículo 25. A los efectos de este Código se considera incapaz a toda persona, haya sido o no declarada su incapacitación, que padezca una enfermedad de carácter persistente que le impida gobernar su persona o bienes por sí misma. En cuanto a la provocación sexual la comete el que por cualquier medio, difunde material pornográfico, también a menores de edad o incapaces, por lo tanto, también éste es un delito en el que el sujeto pasivo esta perfectamente delimitado por el tipo penal. En cuanto al sujeto pasivo, esto plantea una primera cuestión; si se mantienen relaciones sexuales con un menor de edad pero mayor de 13 años, y no hay engaño, no hay prevanimiento de una situación de superioridad… es decir, si la relación es libremente aceptada por ese menor, el hecho en principio es penalmente atípico, con lo cual nos encontramos con que al menor de 18, por tanto menor de edad, aunque mayor de 13, se le reconoce capacidad, consiguientemente, libertad, para consentir una relación sexual completa, de modo que si consiente, ese consentimiento hace que la conducta de la persona que mantiene la relación sexual con el menor sea una conducta atípica, porque esta consentida, y ese consentimiento esta reconocido como válido por el ordenamiento jurídico al no castigarse. Sin embargo, un acto de exhibición obscena ante un menor de 18 años o la difusión de una película pornográfica a un menor de 18 años es delito, aun cuando haya consentido el menor. Esta es una situación paradójica porque el consentimiento del menor para realizar una acción particularmente importante de carácter sexual en cuanto afecta a la intimidad de la persona que se presta a una relación sexual, a ese consentimiento se le otorga de plena validez para exonerar de responsabilidad al adulto que mantiene una relación sexual con el menor, y sin embargo a ese consentimiento no se le otorga ninguna eficacia en orden de eximir de responsabilidad a la persona que por ejemplo le pasa al menor una película pornográfica. El concepto de exhibición obscena, hay que definirlo par saber cuando, efectivamente, estamos ante un hecho que se considera típico con arreglo al artículo 185 CP. Es un término de difícil delimitación, sin embargo, por ejemplo, parece que mostrar los genitales a un menor o a un incapaz podría encajar en este concepto, pero el mostrar los genitales es algo que en nuestra sociedad, en la calle, se da con frecuencia, cuando un adulto (generalmente varones) en una esquina orina. En ese caso en que esa persona esta orinando en la calle y en ese momento pasa un menor o incapaz no se puede considerar esa situación como un acto de exhibición obscena. Por tanto, mostrar los órganos genitales, sólo, pues en principio no parece que deba encajar en el tipo penal, hará falta algo más, por ejemplo que haya una especie de intención por parte del que realiza ese acto de exhibición de implicar al menor en un determinado contexto de sexualidad. Podríamos plantear un problema de imputabilidad ya que el exhibicionista es un individuo con alguna anomalía psíquica y bajo ese punto de vista podríamos encontrarnos con situaciones que encajen en los supuestos de exención o atenuación de la responsabilidad de los artículos 21 y 21 CP. (SAP Sevilla núm. 87/2006 (Sección 3ª), de 14 febrero en relación con el exhibicionismo vinculado con una causa de disminución de pena debido a la alteración de su capacidad psicológica.) Los actos de exhibición por tanto han de estar referidos a una parte de la anatomía que especialmente tenga una naturaleza sexual y se debe implicar al menor o al incapaz en alguna clase o contexto sexual. La paradoja del tema en cuestión es que realizar un acto de exhibición ante un menor es siempre delito, pero realizar con él una acción sexual de más envergadura como es el acceso carnal no es delito si el menor consiente y no se da ninguna de las circunstancias determinantes de delito. Entonces, la persona que quiera mantener relaciones sexuales con el menor, no se podrá desnudar delante del menor porque eso podría ser considerado exhibicionismo y ahí la segunda paradoja del tema. Los actos de exhibicionismo, por otra parte, no es infrecuente que sean el primer paso para tratar de realizar alguna acción sexual sobre un menor o sobre un incapaz. Tanto actos de exhibición como de provocación sexual pueden pretender un segundo paso, es decir, de pasar de la mera exhibición a la acción, la exhibición quedaría consumida por la acción. En cuanto al delito de provocación sexual decir que se caracteriza por el hecho de difundir de diferentes formas, proporcionar, exhibir, material pornográfico a menores o a incapaces, de nuevo, sujetos pasivos perfectamente delimitados, de modo de exhibir, difundir, proporcionar material pornográfico a adultos capaces no es un hecho que tenga la menor trascendencia penal. En cuanto a esto hay que aclarar dos cosas: ¿Qué es material pornográfico? El CP no nos establece un concepto normativo o legal de que se puede entender por material pornográfico Básicamente se ha utilizado para definir “pornografía” una jurisprudencia que fue elaborando el Tribunal Supremo de los EEUU y que ha influido en diferentes tribunales supremos, incluido el español, y que ha influido también en la doctrina a la hora de definir este concepto. Hay que tener muy claro el concepto de pornografía o de material pornográfico porque decir que una determinada obra es pornográfica es estar prohibiendo su difusión a determinadas personas y eso podría entrar en conflicto con preceptos constitucionales que garantizan el derecho absoluto a la libertad de expresión, a la libertad de pensamiento, de la obra creada etc. A raíz de un libro que contaba las hazañas sexuales de una chica del siglo XVI y donde se exponía más o menos pormenorizada los diferentes contactos sexuales es donde se precisó la necesidad de delimitar bien el término pornografía ya que el tema, en este caso, estaba en si calificar ese libro como una obra pornográfica o no y por lo tanto si debía prohibirse o no. Y fue a raíz de ese caso y de otros similares cuando el Tribunal Supremo de EEUU fue perfilando el concepto. “Material pornográfico” es aquel que en su conjunto esta rebosando lubricidad, es aquel que tiene un carácter exclusivamente sexual y que no tiene otra finalidad que la “excitación sexual”, que está en contradicción con los parámetros de comportamiento generalmente aceptados en la comunidad y que además carece por completo de valor literario, artístico, pedagógico, científico, político… A partir de esta caracterización realizada por el Tribunal Supremo de los EEUU, las demás doctrinas judiciales fueron desarrollando sus respectivas jurisprudencias. En este sentido navega el Tribunal Supremo español, ha insistido también en la naturaleza exclusivamente libidinosa del producto, y de una carencia absoluta del carácter literario, artístico, pedagógico, cultural, científico, político etc. o Problemas que plantea la delimitación: cuando se hace mención a que la exposición de temas, de materias de naturaleza sexual produzca una especie de apartamiento de lo que es el común sentir de la comunidad, de los patrones generales de comportamiento, se corre el riego de pormenorizar otros comportamientos y entonces calificar de pornográficas aquellas manifestaciones de la sexualidad que no sean las seguidas por la mayoría. o Por otra parte, cuando se insiste en que la obra carezca de valor literario, científico, político, pedagógico, cultural etc., se deja abierta una cierta interrogación, si alguien realiza una película por ejemplo en la que se realizan acciones sexuales y a continuación aparece un señor aparentemente respetable que da una lección sobre sexualidad pues quizás ese producto ya no se podría decir que careciera por completo de valor pedagógico o científico. o Hay otra cuestión a tener en cuenta y es que si por una parte no es fácil definir qué es material pornográfico por otro hay que preguntarse hasta qué punto el material pornográfico es siempre perjudicial o nocivo para un menor, probablemente podría serlo para un menor de 6 años pero tal vez no para un chico de 17. o Cuando se prohíbe al menor tener acceso a este material porque se castiga al que se lo proporciona pues al fin y al cabo llegará un momento en que podrá tener acceso a él, pero ¿qué pasaría con el incapaz? Nunca podría tener acceso a él. Cuando se habla de “material pornográfico” ésta es una expresión amplia dentro de la cual se abarca cualquier tipo de objeto de contenido inequívocamente sexual y que su visión pueda provocar al menor o al incapaz algún tipo de perturbación, ya que nos estamos moviendo en un terreno que es el de la protección del proceso de formación y de socialización de los menores y de los incapaces, luego hay que hablar en ese grupo de posibilidades en las que cabe el “material pornográfico” debe encajar el objeto o material que perturbe o cuya acción le pueda perturbar al menor o al incapaz en ese sentido. ¿De que clases de conductas de difusión estamos hablando? Las conductas por lo tanto relacionadas con este delito, son las de difundir, vender, exhibir, proporcionar… pero, también está difundiendo material pornográfico el dueño de un kiosco que le vende a un niño, menor de edad, una revista o una película con contenido pornográfico, pero esa conducta en principio se diría que no es delito penal, el mero hecho de vender de película no parece que encaje en tipo penal. El vendedor que actúa exclusivamente por ánimo de lucro (por obtener el precio de la revista, película etc.) incurre en una infracción administrativa porque administrativamente si esta regulada la venta de ese tipo de materiales y esta prohibida su venta a menores, pero considerar que debe castigarse del mismo modo al kiosquero que vende una revista que al que realiza actos de exhibición obscena no parece del todo coherente, por lo que cabe pensar, que dentro del precepto penal, lo que encaja sería en todo caso, la venta de material pornográfico con algún tipo de finalidad sexual. Para matizar más el concepto de “material pornográfico”, se puede utilizar determinadas directivas de la Unión Europea en relación con el material pornográfico elaborado por menores, donde se insiste en que el material pornográfico ha de reflejar, ha de contener, acciones de la más explícita sexualidad, y tal vez en ese sentido, el tribunal supremo español ha reiterado que el mero desnudo no es pornográfico por sí solo, hace falta algo más, y ese algo más es que esos desnudos corresponde a personas que realizan actos de la más explícita sexualidad. Aquí se plantea un problema nuevo que lo podemos comentar a partir de un caso: en un colegio el profesor dice a sus alumnos, que eran todos mayores de 18 años menos unos cuantos que eran de 17, que tenía una película donde aparece un personaje muy conocido en una situación concreta pero avisa el profesor de que podía herir su sensibilidad y todos dijeron que si la pusiera. En la película aparecía un personaje conocido realizando actos sexuales. Cabe decir que la película había sido realizada sin el consentimiento del personaje en cuestión. El profesor fue condenado por un delito de provocación sexual puesto que había exhibido material pornográfico frente a menores. La cuestión del caso, es plantearse si se debe de considerar o no como material pornográfico un retazo de la vida íntima de una persona (como es el caso del video donde aparecía el personaje famoso que encima no quería ser filmada). Breve Comentario sobre la cuestión planteada: Pues es una cuestión problemática, porque si consideramos que es material pornográfico una simple película que es un retazo de la vida íntima de una persona, estamos calificando a las personas que mantienen la relación sexual de esa película en actores porno, pero eso no es lo realmente importante en todo caso, sino que lo realmente importante es que si se considera pornografía, entonces el hecho de que se castigara al profesor sería coherente ya que había menores de edad en la sala (menores de 17 años, que ahí también me pregunto que tanto trauma les puede haber causado para esos jóvenes visualizar una película de tales connotaciones, cuando puede que algunos de ellos, todos o ninguno haya tenido ya sus propias experiencias sexuales tal y como esta la sociedad hoy en día). Sin embargo, yo prefiero enfocar mi postura desde la intencionalidad del que muestra la película, ya no tanto por si se ve determinada cosa o no, aunque obviamente hay situaciones concretas, como determinadas películas en las que del propio contenido de la película se extrae la intencionalidad del que proporciona ese material, pero en el caso del profesor, ¿cuál sería la verdadera intención del profesor? ¿Excitar al alumnado? Si la respuesta a eso fuera afirmativa, pues obviamente si se podría considerar tal material como un material en base al cual se condene al profesor. Sin embargo, basar mi postura plenamente en la intencionalidad del sujeto activo puede ser altamente peligroso para otros muchos casos, aunque en el caso concreto mantendría mi postura en esa línea. Nieves Faubel Ribera Por último decir, que estos delitos pueden aparecer en concurso con otros, que normalmente lo absorberán, por ejemplo el adulto que pasa una película pornográfica a un menor o a una menor con la finalidad de excitarla o excitarlo sexualmente para luego conseguir un acceso carnal. Sin embargo, precisamente en ese caso, se podría dar el supuesto de que la menor haya consentido, que por el acceso carnal no incurra en delito penal si es mayor de 13 años y que a pesar de ello incurra en un delito de exhibicionismo.