De PAN zazo Efraín Villanueva Arcos “¿Qué naufragio doblega nuestro ahora? El horizonte olvida al faro. Calla”. Javier España. No he visto la película financiada por Televisa sobre el sistema educativo a la que pusieron el sugestivo título “De panzazo”. Sin embargo, he leído varios comentarios sobre la película y sobre las motivaciones que puede tener el consorcio que domina el ámbito “cultural” de muchos hogares con sus telenovelas y programas de entretenimiento. Hace algunos años, cuando me desempeñaba como Secretario de Educación del Estado, hice el comentario que era muy lamentable que lo que se enseñaba en las aulas por la mañana la televisión lo echaba a perder por las tardes con su pésima programación. Creo que esta calidad de la barra de programas televisivos no ha cambiado mucho y quizá ha empeorado, de modo que considero dudosa la calidad moral de Televisa para arrogarse el papel de crítico y juez del sistema educativo. Sin embargo, la película ha detonado un debate necesario sobre el sistema educativo y sus condiciones actuales respecto del cual es conveniente ubicarse. Antes de interesarme en ver la película en mención, he preferido revisar la opinión de expertos y estudiosos de la educación en México, como es el caso de Carlos Ornelas1, un profesor de la UAM que ha dedicado su vida al tema. Este autor va más allá de plantear la salida de Elba Esther Gordillo como solución a los problemas que hoy enfrenta la educación nacional. Lo que hay que hacer, afirma, es desmantelar al sindicato en su conformación actual, lo que no quiere decir dejar al magisterio sin derechos laborales, sino impedir que las propias autoridades retengan la cuota y la entreguen al sindicato; los maestros deben asociarse libremente para defender sus derechos. Lo que Ornelas plantea es descolonizar la educación que “significa que quienes deben estar al frente de la educación sea gente que conozca el medio, que sean profesionales que lleguen allí por méritos intelectuales, de trabajo, y no por el compadrazgo, el amiguismo”. El gobierno de Calderón “será recordado como uno que quiso apretar mucho en un tema, la guerra contra el crimen organizado, pero su abrazo a otras causas fue débil, claudicante y pragmático en demasía”. La tesis vigente en el pragmatismo político parecer ser mejor pactar con el SNTE que fracasar enfrentándose a tan poderosa organización, misma que se ha convertido en una maquinaria electoral de gran eficiencia, que fue una de las enseñanzas incubada en el sistema priísta al que luego Elba Esther Gordillo traicionó en su pleito con Roberto Madrazo, para lanzarse como “free lance”, armar su propio partido y ofrecer sus servicios electorales al mejor postor. Gilberto Guevara Niebla, otro de los estudiosos del sector educativo, coincide con Ornelas y afirma que es fundamental una nueva organización del sistema educativo para lo cual se 1 Excelsior. 16 de marzo 2012. “Urge desmantelar al SNTE: Carlos Ornelas, académico de la UAM”. requiere “desmontar el poder exacerbado del SNTE”, y para ello solamente hacen falta siete condiciones: 1) el SNTE debe reducir su papel a la negociación de asuntos laborales; 2) se debe derogar el Reglamento de las Condiciones de Trabajo de 1946 y modernizar otros decretos presidenciales como el de Escalafón; 3) la “afiliación automática” de un maestro al SNTE al momento de recibir su plaza, debe suspenderse, pues ello viola los derechos de los docentes que deberían afiliarse libremente donde mejor les plazca; 4) el SNTE no debe ser reconocido como sindicato único; 5) es necesario quitarle al SNTE el control de puestos de jefe de sector, supervisor, director, etc., pues se trata de puestos que deben corresponder a la autoridad educativa, lo que implica el control de las correspondientes plazas; 6) el SNTE debe someterse a un régimen de transparencia que haga visible sus finanzas y la condición laboral de sus agremiados (¿cuántos comisionados tiene?) y 7) el SNTE debe democratizarse2. En el contexto del debate por la Presidencia de la República, los candidatos poco han precisado de sus intenciones para el sector educativo. Lo que podemos saber es que Josefina Vázquez Mota se enfrentó con Elba Esther durante su paso por la SEP, aunque a final de cuentas le faltó el apoyo presidencial para consolidar algo de la Alianza por la Calidad Educativa que extravió su rumbo. Andrés Manuel López Obrador parece ser que nunca ha querido saber nada del SNTE, y Enrique Peña Nieto –quizá por recomendación de la nueva dirigencia de su partido- pudo desmontar a tiempo la alianza que ya el Profr. Humberto Moreira había tejido con la maestra. De modo que los candidatos que mayores posibilidades tienen de quedarse con la titularidad del Poder Ejecutivo, no parecen tener mayores compromisos con quien controla al magisterio nacional. ¿Estamos entonces en el umbral de un cambio para el sector educativo? ¿Se animarán a desmontar al dinosaurio? Correo-e: niarf49@gmail.com 2 Gilberto Guevara Niebla. “Para desmontar el dinosaurio”. Nexos. Mayo 2011.