8 Conozca quienes han sido los Papas a lo largo de la Historia Por José Humberto Reyes Burgos - Décimo segunda Parte Victor II (1055 – 1057) Nacido en Baviera con el nombre de Gebeardo de los condes de Dollestein-Hirchberg, fue elegido un año después de la muerte de León IX, por voluntad del emperador Enrique III. Pese a serle fiel al emperador, pues fue regente de su hijo tras la muerte de Enrique III, quiso continuar la reforma de la Iglesia que colocara en marcha su predecesor. Se empleó para ayudar a Gofredo de Lorena en el restablecimiento de su poder en el sur de Italia. Hizo nombrar Cardenal a su hermano Federico. Victor murió en Arezo en 1507 y fue enterrado en Rávena en la Iglesia de S. María Rotonda. Esteban IX (X) (1057 – 1058) Se llamaba Federico de Lorena y era hermano del duque Gofredo. Fue canciller en la corte pontificia donde recibió el cargo de tratar con la iglesia griega para restablecer la unidad de las dos iglesias. Fue abad en Montecassino. Se rodeó de hombres ilustres además de San Pier Damiani, el cardenal Hildebrando, futuro Gregorio VII. Murió unos meses después de ocupar el cargo y tras este papa hubo un breve interregno del antipapa Benedicto X. Con Esteban IX se cierra la serie de los 5 papas alemanes que después de Clemente II habían ascendido a la cátedra de San Pedro. Está enterrado en el Duomo de Florencia. Beato Victor III (1086 – 1087) Desiderio de los duques lombardos de Benevento, era abad de Montecassino cuando, no sin alguna perplejidad y tras haber rechazado el cargo varias veces, fue elegido Papa. Fue precisamente Gregorio VII, de quien Víctor siguió las líneas de conducta, que lo quiso como sucesor suyo. Excomulgó una vez más a Enrique IV, declaró nulas las elecciones simoníacas, condenó las investiduras laicas y excomulgó al antipapa Clemente III en el sínodo de Benevento. Murió en Montecassino donde se había retirado y fue enterrado en la abadía. Fue beatificado en el año 1997 por León XIII. Beato Urbano II (1088 – 1099) De origen noble, Oso de Lagery entró en la orden benedictina en 1076. Inmediatamente después de ser elegido Papa, reanudó la obra de la reforma en la Iglesia y la lucha contra las injerencias en la esfera eclesiástica. Experto en derecho canónico, persiguió sus objetivos con una maniobra diplomática destinada a aislar a Enrique IV. Supo fortalecer la autoridad del pontífice sobre los obispos y solo en 1094 consiguió regresar a Roma. Su nombre está litigado a las gestas de la primera Cruzada que se proponía liberar Tierra Santa del enemigo turco. Murió en 1099, pocos días después de la toma de Jerusalén. Desde 1881 es venerado como Beato. Está enterrado en San Juan de Letrán. Nicolás II (1059 – 1061) Nacido en Borgoña, Gerard de Bourgogne era obispo de Florencia cuando fue elegido papa, en oposición al antipapa Benedicto X. Fue elegido gracias a la acuciante intervención de los nobles romanos que trataban así de reconquistar su autoridad en la elección pontificia. Cesó al antipapa en el Concilio de sutri, y recién consagrado reunió el concilio de Letrán que, además de definir las medidas en materia reglamentaria y de fe, promulgó el decreto que reformaba el procedimiento de la elección pontificia. Murió en Florencia y fue enterrado en el Duomo. Pascual II (1099 – 1118). Nacido en Rávena, era monje Rainero de Bieda. Elegido Papa, tuvo como antagonistas nada menos que a tres antipapas: Teodorico, Alberto y Silvestre IV. Luchó en la guerra de las investiduras contra Enrique IV y su hijo y sucesor Enrique V. En 1111 aceptó firmar en Sutri un acuerdo con Enrique V, pero como el concordato desfavorecía claramente a la Iglesia, en el concilio de Letrán del año siguiente Pascual II lo declaró nulo. Cuando Enrique V regresó nuevamente a Italia, el Papa se vio obligado a huir a Benevento. A los pocos días de su regreso a Roma ayudado por los Normandos, le sorprendió la muerte. Está enterrado en las Grutas Vaticanas. Alejandro II (1059 – 1061) De familia noble milanesa, Anselmo da Baggio fue elegido Papa por sugerencia de Hildebrando de Soana, el futuro Gregorio VII, y con el apoyo de los Normandos. Inés, la emperatriz regente del pequeño Enrique IV de Alemania, se opuso a dicha elección y consiguió que en un Concilio de Basilea se eligiera como anti papa a Honorio II. Alejandro II fue confirmado Papa en 1062 en el Concilio de Augusta. Desempeñó una actividad esencialmente religiosa, renovó los decretos contra el clero simoníaco y concubinario, y además favoreció por doquier la colaboración entre laicos y eclesiásticos. Murió en Roma y está enterrado en las Grutas Vaticanas. San Gregorio VII (1073 – 1085) Hildebrando de Soana fue elegido Papa por voto unánime. La política de Gregorio constituyó la premisa de la larga discrepancia entre el papado y el imperio, denominada “lucha de las investiduras”. Fue célebre su relación con el emperador alemán Enrique IV, que debido a que le era hostil a Gregorio, fue excomulgado en Canosa en 1076 teniendo que humillarse para obtener absolución. Pero Enrique IV, una vez reanudada la lucha, eligió a un antipapa, Clemente III, a quien coronó emperador de Roma en 1084. Gregorio VII tuvo que refugiarse en Salerno donde murió en mayo de 1085. Fue Pablo V quien quiso santificarle en el año 1606. Está enterrado en la Iglesia de San Mateo, en Salerno. Gelasio II (1118 – 1119) Nacido en Gaeta, Giovani Caetani era monje benedictino y canciller de la Iglesia. Su elección tuvo lugar en estricto secreto en el Palatino, pero nada más al finalizar el cónclave fue arrestado por Sergio Frangipane, jefe de los seguidores de Enrique V. Liberado por el pueblo romano, Enrique V le obligó a huir a Gaeta y el emperador hizo proclamar otro Papa con el nombre de Gregorio VIII. Cuando el emperador, a quien había excomulgado, se fue, Gelasio regresó a Roma pero muy pronto las tropas de Frangipane le obligaron a huir y refugiarse en Cluny donde murió y fue enterrado Calixto II (1119 – 1024) Guido de Borgoña fue legado papal en Francia y Obispo en Viena. En 1119 fue elegido Papa en Cluny y ese mismo año, durante el concilio de Reims, excomulgó a Enrique V. Tras haber suplantado a Gregorio VIII, el antipapa imperial, llegó a un acuerdo con el emperador estipulado en el tratadop de Worms en 1122, por el que al emperador se le reconocía la investidura temporal de los obispos y a la Iglesia los poderes espirituales. En 1123 convocó al primer concilio de Letrán en el que fueron promulgados 25 cánones para reprimir los abusos dominantes y promover nuevas expediciones de cruzados. En esa ocasión tuvo lugar la segunda cruzada. Está enterrado en San Juan de Letrán.