10 Conozca quienes han sido los papas a lo largo de la historia Por José Humberto Reyes Burgos - Décimo Cuarta Parte Bonifacio IX (1389 – 1404) Nicolás V (1557 – 1455) El napolitano Pietro Tomacelli fue elegido Papa en un cónclave de catorce cardenales reunidos en Roma, en antagonismo con el antipapa Aviñón. Bonifacio IX trató de llegar a un acuerdo con Clemente VII, el antipapa, pero le sorprendió la muerte durante las negociaciones y en su lugar, fue elegido Benedicto XIII, quien no tardó en demostrar su hostilidad. Bonifacio celebró dos ediciones de Año Santo, el de 1390, proclamado por Urbano VI, y el de 1400, justificado por el centenario. Adoptó una política centralizadora y consiguió afianzar su autoridad. Fundó la Universidad de Ferrara. Su sed de dinero le impulsó a dispensar indultos y cargos eclesiásticos a cualquiera, levantando con ello muchas criticas en su contra. Está enterrado en las Grutas Vaticanas. Cuando salió elegido Papa, el cardenal Tomasso Paretucelli venía arrastrando aún el concilio de Basilea, con el correspondiente cisma y ante la presencia del antipapa Félix. Nicolás V utilizó la táctica de la conciliación consiguiendo no sólo la abdicación de Felix V, sino también el reconocimiento definitivo de su autoridad por parte del concilio de Basilea que en 1449 se disolvió. Ayudó a España a expulsar definitivamente a los Sarracenos. Durante su pontificado el Imperio Bizantino (Romano de Oriente) vio su ocaso tras la toma de Constantinopla por parte de Mahoma II. Está enterrado en las Grutas Vaticanas. Inocencio VII (1404 – 1406). Calixto III (1455 – 1458) Nacido en Sulmona, Cosimo Gentile de Migliorati fue elegido Papa en Roma, mientras que el solio de Aviñón estaba ocupado por el Antipapa Benedicto XIII, con quien se mostró intransigente. Excomulgó al Rey Ladislao de Nápoles, con quien en un principio había firmado algunos acuerdos aunque al final le declarara la guerra. Estuvo siempre muy interesado en los estudios, de hecho mediante una bula ratificó la reorganización de la Universidad de Roma e instituyó nuevas facultades. A causa de los levantamientos que estallaron en Roma tuvo que trasladarse junto con la corte pontificia a Viterbo. Aclamado por los ciudadanos regresó a Roma en donde murió. Está enterrado en las Grutas Vaticanas. El Español Alonso Borja fue uno de los principales consejeros de Alfonso V de Aragón, a quien siguió en Italia cuando fue proclamado como rey de Nápoles en 1442. Tras ser elegido Papa, Calixto se implicó en la guerra contra los tucos que habían tomado Constantinopla, aunque el único éxito que consiguió fue la victoria en Belgrado, con la expulsión de los turcos de ese lugar. En cambio no logró organizar una verdadera cruzada. Fue criticado por practicar el nepotismo, sobre todo por el caso de su sobrino predilecto, Rodrigo Borja, el futuro Alejandro VI, a quien nombró cardenal. Está enterrado en la iglesia española de Santa María de Monserrat, en Roma. Gregorio XII (1406 – 1415) Pio II (1458 – 1464) Angelo Correr, veneciano, tras ser elegido pontífice no mantuvo según la cual tanto él como el antipapa Benedicto XIII y otros 13 cardenales debían de haber dimitido para tratar de resolver el conflicto del cisma. Por esta razón los dos papas fueron cesados en el concilio de Pisa donde se eligió a un tercer papa, Alejandro V. Un año después, a causa de la muerte de Alejandro, el concilio eligió Papa a Juan XXIII (considerado antipapa, pues el Juan XXIII que todos conocemos y es Santo, fungió apenas el siglo pasado). Fue un momento crítico para la Iglesia, al haber tres figuras declaradas papas en el mismo periodo (finalmente Gregorio XII es el pontífice legitimado por la historia eclesiástica para esta época). En el concilio de Constanza, reunido en 1414, el emperador Segismundo cesó a los dos antipapas y posteriormente Gregorio XII decidió abdicar. Está enterrado en Duomo de Recanti. Martin V (1431 – 1447) Con Oddone Colonna un nuevo Papa romano volvía al trono pontificio después de 130 años. Fue elegido en 1417 en la cuadragésimo-primera sesión del concilio de Constanza y su pontificado se recuerda sobre todo por su constante esfuerzo a favor de la unidad de la Iglesia, que vio sus frutos en 1429, cuando Martín obtuvo la renuncia posterior sumisión del antipapa Clemente VIII. También buscó la reconciliación del Estado de la Iglesia, sin dejar de lado la supremacía del Papa. En 1423, para vivificar el sentimiento religioso, proclamó y celebró un Año Santo extraordinario, durante el cual se abrió por primera vez la Puerta Santa de San Juan de Letrán. Eugenio IV (1431 – 1447) Gabriele Condulmer, veneciano, era sobrino de Gregorio XII. Su pontificado fue difícil debido al concilio de Basilea que promulgó en 1431. No contento con la manera en que se estaba desarrollando, lo disolvió y reunió otro en Ferrara que más adelante trasladaría a Florencia. Pero los miembros del concilio de Basilea, declarados opositores de Eugenio, por defender la supremacía del concilio sobre el papa, lo depusieron y eligieron en su lugar a Amadeo VIII de Saboya con el nombre de Felix V. Fue el último antipapa de la historia. Eugenio IV consiguió entrar nuevamente en Roma en 1443 y reconciliarse con Francia y los príncipes alemanes. Impulsó notablemente la cultura humanista y protegió a los literarios y artistas de la época, entre los que cabe destacar a Beato Angélico Pinturicchio y L.B. Alberti. Está enterrado en Letrán. Enea Silvio Picconomini nació en un pueblo cerca de Siena, al que mando a reestructurar siguiendo un modelo de ciudad humanista e impuso como nuevo nombre ¨Pienza”. Se le reconocía como un hombre de cultura humanista, con gusto por la poesía. Escribió algunas obras, entre ellas el famoso libro de poesías latinas titulado “Cynthia”, y una autobiografía de 12 tomos llamada “Commentarii”. Ya siendo cardenal en 1456, adquirió una fuerte influencia durante el pontificado de Nicolás V y Calixto III, a quien sucedió en el trono papal. Tuvo dos grandes ideales: la cruzada contra los turcos y la difusión de la cultura como medio de civilización cristiana. En 1464 viajó a Ancona con la intención de reunir a una flota para la expedición antiturca. Está enterrado en S. Andrea della Valle, en Roma. Pablo II (1464 – 1471) La carrera eclesiástica del veneciano Pietro Barbo se vio favorecida por su tío, Eugenio IV, que le hizo nombrar cardenal a muy temprana edad. También él defendió el poder papal y continuó el esfuerzo de sus predecesores por llevar a cabo una cruzada contra la avanzada turca que tenía lugar en los Balcanes, pero no tuvo éxito. En Roma residió en el palacio San Marcos que mandó a construir y más tarde pasaría a llamarse Palacio Venecia. Retomó las obras de San Pedro encargándoselas a Giuliano de Sangallo. En 1480 estableció mediante una bula que los jubileos se celebrarían cada 25 años, de manera que cada generación pudiera disfrutar de por lo menos un perdón jubilar. Está enterrado en las Grutas Vaticanas. Sixto IV (1471 – 1474) Nació en Sabona con el nombre de Francesco della Rovere. Sucedió como Papa a Pablo II gracias al apoyo de los cardenales Borja, Orsini, y Gonzaga. Nepotista obstinado, regentó la Iglesia y el Estado gracias a sus familares Pietro Riario, Giuliano della Rovere, y Girolamo Riano. Fue un personaje muy polémico con pretensiones absolutistas y grandes ambiciones territoriales, siendo más activo en el campo político que en el eclesiástico. Dio solemnidad a la fiesta de la Inmaculada, instituyó la celebración de San José, y llevó a cabo el séptimo Año Santo en 1475. Su nombre está ligado a la construcción de la Capilla Sixtina, de la que tomó su nombre. Está enterrado en San Pedro.