Señores representantes de los ministerios de Finanzas, Planificación y Cooperación Internacional de América Latina y El Caribe, Cuerpo Diplomático, Representantes de Organismos Multilaterales y Bilaterales, señores Secretarios de Estado aquí presentes, señores parlamentarios Señora Valerie Julliand, Representante Residente del Programa de las Naciones Unidas Danila Boneva, Coordinadora Asociada de la IATI Arquitecto Nelson Toca, Subsecretario de Estado de Planificación Señor Aníbal Taveras, Subsecretario Técnico Administrativo de la SEEPyD Señora América Bastidas, Subsecretaria de Estado de Cooperación Internacional Funcionarios, Colegas de la SEEPyD, damas y caballeros Junto a darle la más cordial de las bienvenidas a todos ustedes a la República Dominicana, quiero expresar mi agradecimiento a la Coordinadora Asociada de la Iniciativa Internacional para la Transparencia de la Ayuda al Desarrollo (IATI), a nombre del Gobierno Dominicano por la oportunidad que nos brinda de ser anfitrión de esta Consulta Regional. El hecho de que este evento se esté celebrando en la República Dominicana es una de las tantas maneras como el Gobierno que preside el Dr. Leonel Fernández reafirma su compromiso de abrir más espacios a la transparencia y a la rendición de cuentas en todas las áreas del sector público. Somos de los que creemos que sin transparencia en el ámbito público tiene poco sentido la participación política y de que sin transparencia se hace muy difícil la rendición de cuentas. Este evento se realiza en el contexto de una profunda crisis económica global que se generó en los Estados Unidos entre otras razones por la poca transparencia del sistema financiero de ese país que contaminó a todo el sistema financiero de los países desarrollados. En efecto, durante muchos años, una parte significativa de la actividad bancaria en la casi totalidad de los países desarrollados se movió en zonas de sombras sin una supervisión adecuada, lo que facilitó el desarrollo de una serie de instrumentos financieros cada vez más sofisticados pero también cada vez más opacos. Todo eso se desarrolló sin la fortaleza institucional necesaria para generar un sistema fiable, robusto y transparente que enfrentará los comportamientos irracionales y en muchos casos abusivos de individuos o entidades concretas. Hoy se reconoce que la lección de esta crisis es la necesidad de crear un sistema de supervisión que mejore la transparencia del sistema en un mundo cada vez más interconectado y global. También hemos aprendido que las políticas que fomentan la especulación a expensas de la actividad productiva siempre terminan mal. El resultado de eso y de no prestarle atención a esa falta de supervisión y, por tanto, de transparencia de los mercados financieros, es que hemos perdido el 5% del PIB mundial y eso, como decía recientemente Raghuram Rajam, ex economista jefe del FMI, tiene grandes implicaciones en término de sufrimiento humano. La crisis ha impactado el sector real de la economía lo que se ha venido expresando en importantes caídas del crecimiento económico a nivel mundial, en aumentos importantes en los déficits fiscales gubernamentales, fundamentalmente en los países desarrollados; en notable endeudamiento público a nivel internacional y; en importantes restricciones de acceso al créditos, fundamentalmente para los países en vía de desarrollo. En los Estados Unidos cerca de 7 millones de trabajadores han perdido sus puestos de trabajo desde el momento en que se decretó la recesión en ese país en diciembre de 2007. En España, el desempleo también ha crecido a un nivel propio de un país en vía de desarrollo. Y para los países en vía de desarrollo se espera que el efecto de esta crisis se exprese a través del incremento de la pobreza. Los gobiernos y los bancos centrales de los países desarrollados, poniendo a un lado la ortodoxia, se vieron obligados a llevar a cabo intervenciones monetarias y fiscales de una agresividad sin precedentes en consonancias con los graves fallos de mercado y las profundas debilidades de la supervisión. Esto ha permitido que luego de cumplirse un año del colapso de Lehman Brother la tormenta haya amainado y que ya se esté anticipando el fin del a recesión en Estados Unidos. En efecto, Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, decía ayer en Washington, que la recesión que atraviesa la primera economía del mundo, desde diciembre de 2007, probablemente ha terminado. Sin embargo, el mensaje de Bernanke matizó que la recuperación será lenta y que el mercado laboral, que actualmente registra una tasa de paro de 9.7%, tardará en mejorar. Viendo el problema desde la óptica dominicana tenemos que reconocer que la crisis nos ha impactado. Un país como la República Dominicana que creció en los últimos cuatro años a una tasa promedio anual del 8.5% registró apenas un crecimiento de 1.4% en el primer trimestre del presente, según el Banco Central, o sea que con relación al promedio de los últimos cuatro años hemos reducido nuestro crecimiento un 7.1%. Esto ha sido el producto de reducciones en el comercio, en los flujos turísticos, en las remesas, en los flujos de inversión extranjera directa y en la caída de los precios de algunas materias primas. El resultado de todo lo anterior es una reducción de los ingresos fiscales, lo que unido a las dificultades que se han generado en lo relativo al acceso al crédito internacional, está dificultando la capacidad gubernamental de enfrentar los problemas sociales del país, sometiendo la gobernabilidad democrática a mucha presión. Mientras los países desarrollados han podido financiar sus paquetes fiscales para contrarrestar los efectos de la crisis, no podemos decir lo mismo de los países en desarrollo como el nuestro. Todas las informaciones que emanan de los organismos internaciones dan cuenta de una importante reducción de los flujos de capitales hacia nuestros países. Por esa razón, hoy más que ayer, nuestros países requieren del concurso solidario de la cooperación internacional para complementar el financiamiento de los necesarios programas para atenuar los efectos de la crisis y reducir la duración de la misma. Este escenario, por lo tanto, es propicio para solicitar el apoyo decidido a los países desarrollados para que además de incrementar la ayuda al desarrollo contribuyan a crear vías expeditas de acceso al crédito internacional para nuestros países. Somos conscientes de que la construcción de mecanismos de transparencia, se convierte en un elemento de información, confianza y certidumbre social, y se traduce en un importante factor de gobernabilidad, que, a su vez, coloca a los países en un ambiente social y político propicio para enfrentar los desafíos que la presente crisis pueda acarrear. En este contexto, desde el Gobierno dominicano, consciente de la necesidad de asegurarle a los ciudadanos y a las organizaciones interesadas el acceso eficaz a información relevante, confiable, suficiente y de la calidad en el ámbito económico, social o político que resulte necesario para la defensa de sus intereses o para su participación en la definición de los intereses generales, ha venido desarrollando una serie de reformas para fortalecer el marco institucional y promover los principios de eficacia, eficiencia, libre competencia y rendición de cuentas. Concretamente, entre las iniciativas dirigidas a dar respuesta a la demanda social de transparencia se pueden citar los avances logrados en la puesta en vigencia de la Ley de Acceso a la Información. También, este Gobierno ha propiciado un nuevo sistema de Administración Financiera del Estado por medio de la puesta en vigor de una Ley de Crédito Público, una Ley de Compra y Contrataciones del Estado, una Ley de Presupuesto y una nueva Ley de Control Interno. Otras leyes establecen de manera taxativa la obligatoriedad de rendir cuenta de sus funciones ante el Congreso, tales como la Ley que crea la Secretaría de Hacienda, la Ley que crea la Secretaría de Economía, Planificación y Desarrollo y la Ley de Recapitalización del Banco Central. Estas y otros iniciativas están encaminadas a dar cuenta de la transparencia de las acciones de las autoridades y permitirán a este y otros Gobiernos, dar respuesta de su acción mediante información oportuna y relevante, no sólo ante el pedido de sus ciudadanos sino también ante los organismos internacionales. En este contexto de reformas institucionales, la cooperación internacional desempeña un rol activo en nuestro país, y es de particular importancia, dada la disminución de los fondos por concepto de ayuda internacional, por nuestro carácter de país de renta media. Aún más, en este contexto de crisis, la cooperación internacional debe jugar un papel integral que coadyuve al país a enfrentar los retos económicos, sociales y garantizar la gobernabilidad, planteados no sólo de manera coyuntural, sino que ya están plasmados en al Estrategia Nacional de Desarrollo, a presentarse en un futuro cercano para su debate y aprobación en el Congreso. En este sentido, el Gobierno Dominicano acoge y comparte los principios planteados en la Declaración de Monterrey, la Declaración de Roma sobre la armonización , la Declaración de París, el Programa de Acción de Accra y la Cumbre Doha, iniciativas de las cuales el país es signatario. En consecuencia, propugnamos por la alineación de las acciones de cooperación a las prioridades nacionales, la coordinación y armonización de las acciones conjuntas de la gestión para resultados y seguimiento de los distintos actores de la cooperación, así como también evaluaciones de forma sistemática de dichas acciones. En consonancia con lo anterior, esperamos que en esta jornada de trabajo puedan alcanzarse acuerdos importantes con el objetivo de lograr un código de conducta que permita que la información correspondiente a los flujos de la Ayuda Oficial al Desarrollo se reciba de forma oportuna, transparente y eficiente, lo que facilitará tanto la previsibilidad de la ayuda, como al evaluación objetiva por parte de los diferentes actores empeñados en el impacto de la Ayuda Oficial al Desarrollo, sobre todo en la lucha contra la pobreza y el cumplimiento de los objetivos y metas del milenio. Par terminar, deseo aprovechar este escenario para anunciar la adhesión de la República Dominicana a la Iniciativa Internacional para la Transparencia de la Ayuda. Una vez más bienvenidos a República Dominicana y que los países de la región tengan un provechosa jornada. Muchas gracias, Santo Domingo, 16 de septiembre de 2009