pales de Dili. La señal de tráfico era idéntica a las de “prohibido aparcar”, pero en su centro aparecía la silueta en negro de un fusil ametrallador. Las hermosas verjas de hierro forjado que cerraban las fincas de edificaciones coloniales del centro estaban rematadas con alambradas. Por las calles transitaban vehículos de Naciones Unidas. La barra de la cafetería del Hotel Timor siempre tenía un buen número de policías internacionales. Todo el mundo queda en este hotel; es el mejor de la ciudad, y guarda pleno sabor colonial, como si en el Palacio Presidencial cercano aún residiese el Gobernador general portugués. Diplomáticos, militares, prostitutas de lujo, profesionales, comerciantes de café, cooperantes, sin duda espías (el descubrimiento de grandes yacimientos de petróleo ha desencadenado la codicia y todos los países poderosos intentan ganarse al Gobierno), se sientan en los confortables sillones de bambú, aireados por el vuelo bajo de los ventiladores de techo sacados de la película “Casablanca”, que complementan al aire acondicionado, paladeando zumos de sabor infinito, potente café de Timor, o whiski con dos piedras de hielo fabricado posiblemente con agua contami- El temor a la guerra y a la inseguridad ciudadana hacen que aparezcan numerosos carteles con referencia a las armas. TIMOR, SACUDIDA NUMEROSAS VECES POR EL FANTASMA DE LA GUERRA, BUSCA UNA ESTABILIDAD QUE PERMITA LA EXPLOTACIÓN RACIONAL DEL RECURSO DEL PETROLEO AGRICOLÆ zas indonesias, transportadas por mar y aire, con el apoyo de Estados Unidos, invadieron Dili, la capital, y en los días siguientes la totalidad de Timor. Tras la ocupación comenzó el genocidio. Miles de personas desaparecidas, cientos de pueblos destruidos con napalm, milicias indonesias apoyando la violencia de los militares. Fueron los años del horror, en los que Timor aparecía con carácter diario en los noticiarios. Ante la repercusión mundial, y gracias al trabajo del Premio Nobel de La Paz, José Ramos-Horta y de las negociaciones del Vaticano –la Iglesia tiene importantes posesiones en la isla-, presionados por las Naciones Unidas, en 1.999, Portugal -en cuanto antigua potencia colonizadora- e Indonesia negociaron la celebración de un referéndum y el posterior abandono del país, alcanzando de nuevo la plena independencia en el año 2.002. No obstante en el 2.006, una grave crisis política trajo consigo la vuelta de la violencia entre diferentes facciones internas con gran número de muertos, lo que obligó a la intervención de las fuerzas de seguridad de la ONU, presencia que sigue en la actualidad. El vehículo que me trasladó desde el aeropuerto se detuvo en una de las calles princi- 19