— Sanciones por 273 — Violación ProKiLitiva Por el Esc. la Ley a (*) ANTONIO J. PRUNELL Luego de las brillantes relaciones de los Drs. Supervielle y López Olacilegui, sólo me resta exponer algunos puntos de vista, acerca de las sancio nes por violación a la ley prohibitiva. Debo aclarar que estos puntos de vista, los he enfocado desde el ángulo del Derecho Civil actual de nuestras legislaciones, especialmente de la uru guaya, apartándome conscientemente de los amplios y técnico problemas de la Filosofía del Derecho, de lo que los demás integrantes de esta mesa se ha llan plenamente capacitados para tratarlos con sumas ventajas. Uno de los efectos de la ley es anu y su Enfoque. lar las convenciones y los actos contraríos a sus disposiciones. La ley los anu la de dos maneras : o inmediatamente, por su solo ministerio, pronunciando A) El Problema de antemano la mite declarar — nulidad, esa por ministerio del o juez a quien la ley ordena o per nulidad. ley ha ordenado formalmente a los jueces pronunciar que el contra de tal o cual disposición o con la omisión de tal for malidad será nulo, no hay dificultades. Pero cuando la ley guarda silencio sobre este punto y sólo se limita a prohibir o a indicar que los actos se otor Cuando la acto realizado en guen de tal o cual manera, las dificultades son extremas. Parecería a primera vista, que la voluntad de los particulares que rea lizan estos actos, no podría prevalecer contra la potestad siempre activa de la ley, que se oponía lo celebraban. a ese acto en el momento mismo en De ello resultaría que todo acto contrario a la ley ceptos no han sido observados, debe ser nulo desde el producir ningún efecto. o que los en particulares el cual principio y sus no pre puede Pero de otro lado este razonamiento muy sutil y (*) Exposición en mesa redonda, en las Jornadas de Homenaje a los Dres. Couture Lafaille, realizada en la Facultad de Derecho de Buenos Aires, en octubre de 1956, y 274 — fundado sobre una teoría puramente abstracta, se encuentra destruido por la experiencia y la observación, que demuestran que la intención del legislador no ha sido siempre anular los actos prohibidos por la ley, o en los cuales se ha omitido alguna formalidad que la misma ley prescribe. El legislador, pro hibiendo u ordenando que se haga de tal manera un no acto, querido acto o puede otra cosa que conferir al perjudicado, el derecho de oponerse bien de someter al omiso al resarcimiento de los daños y 'haber a ese perjuicios. Parece, pues, que la primera regla en esta materia es que no se debe su plir arbitrariamente las nulidades que no están escritas en la ley. Pero ¿po dremos razonar de esta manera frente a un texto hecho contra ley leyes prohibitivas es nulo? legal que nos diga que lo Semejante texto legal, de sabor eminentemente romanístico, tiene por base la distinción de las leyes en prohibitivas e imperativas. No creemos que en el estado actual del derecho, pueda ponerse en un mismo pie de igualdad a la ley imperativa y a la ley prohibitiva, porque de acuerdo con las modernas concepciones, el carácter más importante y esencial de la norma jurídica, es el de imperatividad Quiere decir que tods las normas jurídicas imperan, porque no nos es posible imaginar una norma que no tenga carácter imperativo aunque sea ba jo determinadas condiciones. El mandato (positivo o negativo) es un elemento integrante del con su . cepto de Derecho porque éste pone siempre frente a frente a dos sujetos, dan do a uno la facultad o pretensión e imponiendo a otro un deber, una obliga ción correspondiente. Ahora bien, un imponer deber, significa precisamente, imperar. El imperativo puede asumir ante todo una forma positiva o nega tiva. De aquí la distinción de las normas jurídicas en preceptivas y prohibi tivas. Son preceptivas las normas que imponen el cumplimiento de actos de terminados; y son prohibitivas las que imponen ciertas omisiones, siempre en correlación con la esfera de acción de otros sujetos. Esta distinción tiene poca importancia porque a menudo se reduce a te significativo puramente filológico, ya que un mismo precepto puede traducirse en forma preceptiva o prohibitiva, es decir, en forma o ner un negativa Junto positiva . este primer problema legal cuyo alcance procuramos desentra a otra posición legislativa categórica- la de la renuncia de las leyes. ¿Es ajustada la expresión renuncia de las leyes? Ella sólo obedece a una concepción utópica, porque es inconciliable el carácter obligatorio o imperativo de las leyes y la posibilidad de ser renun a _ ñar, nos ciadas a encontramos frente . Pero, para aclarar el alcance de estas manifestaciones primarias, vamos exponer los razonamientos en base a los que hemos elaborado nuestras ideas. — Los Razonamientos. B) actos realizados contra la que una simple omisión o en efecto, que entre la la prohibición de la voluntad del no legislador — La legislación prohibición de la ley simple inobservancia —- distinguía romana y los que de no entre los contenían más preceptos. Se notaba diferencia. El que viola va directamente contra la voluntad del legislador, e observa los preceptos de la ley, no se conforma a la acción y la omisión había ley inversamente, el que 275 no pero tiene nada realiza lo que la en sus una contra expresa voluntad. segundo, no se hace su a el ley quiere; primer ley quiere. Se distinguió entonces entre las leyes prohibitivas y las leyes preceptivas o imperativas estableciéndose como regla general, que to dos los actos realizados en contra de la prohibición de la ley son nulos. Se pretendió en base a este principio, de que lo hecho contra las leyes prohibiti vas es nulo y que la renuncia de las leyes prohibitivas no vale, ya que la sola prohibición del legislador expresa suficientemente por sí misma la voluntad En el caso se no en lo que la de anular los actos realizados Nos es en contrario. necesario examinar si esta de todas las la ley de Justiniano está fundada sobre leyes. La razón nos dice en seguida que primera regla tan general no puede ser admitida sin distinción porque entre prohibitivas hay disposiciones que son muy importantes y otras que no lo son, sea para la sociedad y el orden público, sea para el interés de los particulares, etc. De manera que estaríamos contrariando a la razón y a la equidad si se castigara igualmente y en forma indiscriminada la infracción a la prohibi ción, sancionándola siempre con la nulidad de los actos. Creemos que esta regla puede aplicarse si está fundada sobre la natura leza de las cosas, es decir, si resulta de la sola fuerza de las expresiones Exis ten y han existido en todas las legislaciones, leyes prohibitivas que dejan sub sistir los actos hechos contra la prohibición. Bástenos recordar el matrimo nio de la mujer impúber que está prohibido, y que bajo ciertos aspectos, co mo ser la concepción aún en el estado de impubertad, impiden la anulación ia razón, es que una las leyes . . . del matrimonio. Podríamos citar varios ejemplos que nos permiten llegar a la conclu simple prohibición no tiene por sí misma, sin cláusula que de clare nulidad, la fuerza de anular los actos contrarios. Todo depende de la voluntad del legislador, pero el legislador está obligado rigurosamente a ex presarse en forma clara y a emplear las palabras de que se sirve, en su sig nificación propia y natural. Tomada en su sentido propio y natural, la pa labra prohibición no significa que el acto hecho contra la prohibición sea nu sión de que la lo, porque acto es cero se prohibir ordenar oponga no a un acto y hacerlo, es anularlo son ordenar, la realización de ese o dos cosas por lo diferentes. Prohibir menos acto. Anularlo es permitir, que otra cosa más, un un ter es ac cionar contra aquél que ha sido el autor del acto violatorio. Anular es hacer desaparecer el acto o al -menos sus efectos, pronunciando su ineficacia en to- — do lo que este diferentes de la 276 — manos del legislador. Prohibir y anular son dos efectos ley y tan diferentes que se les encuentra separados. No se puede negar que hay actos prohibidos que no son nulos aunque se hayan rea lizado contra la prohibición de la ley. Por el contrario, hay actos declarados nulos que no están positivamente prohibidos Hay asimismo actos que la ley puede prohibir y que a pesar de su amplia potestad, no puede anular, y no puede castigar al infractor a no ser por vía de daños y perjuicios. Si prohibir y anular son dos cosas o efectos de la ley diferentes, el legis lador que quiere la nulidad debe expresar su voluntad en cada caso particular. También es impropio hablar de la renuncia de las leyes, porque las leyes en . están creadas con la única finalidad de obtener el bien común Nuestro derecho anterior tenía proscripta la errónea doctrina de la re nuncia de las leyes. En realidad, es innecesaria esta declaración y debe sus tituirse por la de renuncia de los derechos concedidos por las leyes. Los derechos, ellos sí, son renunciables, a no ser esta . que contra el orden renuncia vaya público o en perjuicio de terceros. De ello resulta: a) Que las leyes nunca son renunciables; b) Que pueden renunciarse los derechos que las mismas conceden, pero con ciertas limitaciones; c) Oue la prohibición de renunciar tiene por objeto proteger el interés público y~el interés de algunos incapaces como los menores. Por regla general pueden derogarse o renun ciarse los derechos conferidos por las leyes, que tienen por objeto primario la utilidad de los particulares, salvo los que envuelvan utilidad pública y suelen concebirse —como dice García Goyena, fuente directa de nuestra legislación uruguaya— en términos prohibitorios, como los relativos a los menores, y las mujeres casadas; d) Que las fuentes ejemplifican como obligaciones prohibi das, las similares de nuestras legislaciones, relativas al juramento en los con tratos, al objeto ilícito y a la causa ilícita; e) Que en dichas fuentes se consi dera como que pueden traer aparejada nulidad, los hechos contrarios al orden público, a la moral, a las buenas costumbres y a la protección de los incapa ces ; f ) Que el sentido general de la imposibilidad de renunciar a las leyes prohibitivas, es el dejar establecido un criterio de distinción para determinar qué derechos son renunciables y cuales no, atendiendo al origen y fines de los mismos y a que la renuncia los resultados de contradicción con otros intereses ó derechos produzca; g) Que por tanto, según los fundamentos de tal criterio, unos mismos derechos pueden ser renunciables según las circuns tancias y dejar de serio en otras; h) Que por ese motivo superior e imperan te del orden general del Derecho, hay algunos derechos que, pareciendo que no afectan al interés u orden público y que se refieren en su conservación o renuncia tan sólo al patrimonio particular, no son sin embargo renunciables, prescribiéndose así de una manera especial en los códigos. Tales como el de alimentos, el de legítima futura y el de la herencia en general, sin estar cierto de la muerte de la persona a quien haya de heredarse y de su derecho a la herencia. 277 — tiéndolos — integramente sólo sanción por violación a Primero : cuando la razonamientos Los Sanciones. vertidos por el Prof. conceptos Las C) — Supervielle, refirman, ha nos los pues, precedido. Compar por examinar cual seria entonces la resta nos que las llamadas leyes prohibitivas. ley prohibitiva apunta hacia le orden público, la mo ral y las buenas costumbres, la nulidad es absoluta. La sanción consiste en la nulidad absoluta, y así lo establece el legislador uruguayo (art. 1560: C. C). Segundo : cuando la ley prohibitiva apunta hacia el interés de los inca paces, la sanción consistiría en la anulabilidad del contrato. La sanción es la nulidad relativa, que también establece expresamente el legislador uruguayo (art. 1560: C. C). Tercero en : reses, cuando la de nes simple algunos casos, ley no establece a no están lesionados los dichos inte texto expreso la nulidad y sólo por conveniencia establece un precepto en forma razo prohibitiva, la del acto erga omnes. Tal sería el de la transferencia de dominio de bienes raíces rurales otorgada sin el sanción seria únicamente la caso cuando inoponibilidad plano (art. 7° del Código Rural uruguayo). En anulable, pero no es inscribible en el Re gistro de la Propiedad Raíz y por tanto no es oponible a terceros, hasta tan to se releve el plano de ese bien rural, objeto del traspaso de dominio. Citarlo : en último término, puede existir violación a la ley prohibitiva sin sanción de nulidad o de inoponibilidad. A un viudo o divorciado le está prohibido contraer nuevas nupcias sin realizar una previa información judi cial de que no tiene hijos bajo su potestad. La falta de información, en caso de celebrarse el matrimonio, no lo hace anulable ni inoponible. La ley guar previo relevamiento de un este caso, el contrato no es nulo ni da silencio a este A nuestro nulidad: A) respecto. juicio, la violación a la ley prohibitiva puede Cuando ella misma indica otro guarda silencio en principios básicos, cuanto a la sanción, sobre los que buenas costumbres. se género no traer de sanción. y la violación de la asientan el orden público, ley, aparejada B) Cuando no vulnera la moral o las Para terminar, diremos que en esta, como en todas las materias, es ne en toda su integridad, como forma de colocarse la corriente de los hombres que tienen una aspiración común y es afir cesario estudiar el fenómeno en imperio de la razón; y ella, que preside todos los principios jurídicos, puede resultar triunfante cuando ninguna limitación, ningún precepto arbitrario e inconmovible y ninguna definición terminante se imponga aí jurista, sin que puedan ser analizados o rechazados, basándose también en mar el sólo la razón.