278 Héctor Julio Prieto Cely La nulidad que tenga su origen en la ilicitud del objeto o la causa no se podrá sanear, a voces del artículo 106 del Estatuto mercantil, sin embargo, la ley consagra que si la ilicitud tiene su fuente en una prohibición legal o en la existencia de un monopolio oficial, el levantamiento de la prohibición o la terminación del monopolio purgan el contrato del vicio de nulidad. En cuanto a los efectos de la ilicitud del objeto o de la causa es preciso indicar que cualquier tercero, incluido el Estado71, podrá alegarla ya como acción o como excepción, de igual forma lo podrá hacer cualquiera de los asociados, en cualquier caso, los terceros de buena fe podrán hacer efectivos la totalidad de sus derechos, en principio, contra la sociedad sin que a los socios se les admita oponerse a tal responsabilidad con fundamento en la existencia de la nulidad; decimos, en principio, porque tanto los socios como los administradores también responderán de forma solidaria e ilimitada por el pasivo externo así como por la totalidad de los perjuicios causados. Además de la responsabilidad patrimonial anterior y de las demás responsabilidades que puedan sobrevenir, la ley comercial consagra otras dos terribles consecuencias para los socios en el caso que se declare la nulidad proveniente de objeto o causa ilícitos, la primera de ellas se concreta en la perdida de los aportes de los socios, es decir, los socios no podrán solicitar su restitución, de tal manera que tanto los aportes como los demás beneficios que puedan corresponderles, serán dispuestos a ordenes de la junta departamental de beneficencia del lugar del domicilio social y en el caso de no existir ésta, a la junta que funcione en el lugar más próximo; la segunda, que comparten con los administradores, se materializa en la inhabilidad para ejercer el comercio por el término de diez años, tiempo que se contará desde el momento en que la correspondiente providencia sea debidamente notificada y quede legalmente ejecutoriada, todo de conformidad con lo prescrito por el artículo 105 del Código de Comercio. 71 Al respecto consideramos que dadas las circunstancias políticas, económicas y sociales por las que se encuentra atravesando nuestro país, en donde al parecer existe una ola de moralidad y en donde los hechos están demostrando un abuso total y absoluto de la personalidad jurídica societaria con el fin de apoderarse de recursos públicos y privados, se hace necesaria la intervención fuerte del Estado a través de los órganos de control, inspección y vigilancia para evitar o contrarrestar semejante abuso que algunos hacen de las sociedades comerciales.