Naturaleza jurídica de la renuncia uni lateral pura y simple de un

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Del Dr. PABLO DB MARÍA
Naturaleza jurídica de la renuncia uni
lateral pura y simple de un
derecho de usufructo
Consulta: La renuncia de
un
de
usufructo inmueble, ¡ledia pura y
de persona determinada, ¿está sujeta al pago
la ley de 28 de Octubre de 1926.?"
derecho de
simplemente y no en favor
del impuesto que establece
La palabra enajenación, en
derecho adc[uirido, aunque
un
ferir
a
sentido
su
esa
otra persona dicho derecho
amplio, comprende
abdicación
no
(Mainz, "Droit Romain",
Puede entenderse, pues (como entiende Guillot,
la abdicación
lleve la. intención de trans
pág. 458).
bienes", núm.
t. i,
torno "De los
que la renuncia unilateral, pura y simple, del usufructo, o sea la renun
que alude el inciso 5' del art. 537 del Código Civil, es una enajenación.
¿Esa enajenación es en favor de alguien, ,a pesar de ser unilateral y de
388),
cia
a
no
indicarse
escritura la intención de que favorezca a tal o
c|ue, en el fondo y por su efecto práctico' y
es
decir, la renuncia del usufructo hecha unilateenajenación,
el usufructuario, viene a ser en favor del nudo propietario'.
en-
la
respectiva
cual persona ? Me inclino
positivo, esa
ralmente.-por
-a
creer
de la transcripción", núm. 94) dice: "Hay una gran
renuncia del derecho de usufructo y una renuncia de una
sucesión. La primera no borra retroactivamente el derecho que ha tenido el
renunciante; ese derecho no deja de existir sino para el porvenir. Y como
hay otra persona, el nudo propietario, que por efecto del mismo acto comien
Troplong ("Tratado
diferencia
entre
una
derecho
semejante al derecho extinguido por la renuncia, hay,
hipótesis,
ya, si se quiere, una trasmisión propiamente dicha, pero
sí el equivalente de una, trasmisión. Al contrario, la renuncia a una sucesión
hace; que se considere al renunciante como que nunca ha sido heredero; él na
da ha trasmitido, puesto que nada ha tenido jamás" Borsari
(T. 4, parte 2*,
P: 395 ) expresa que "el que renuncia al usufructo, inviste de él al nudo pro
pietario'-'. Colin y Capitant (t, i, p. 953 )■ establecen que si el usufructuario
tener un
za
a
en
esa
no
.
—
renuncia
(t.
a
su
usufructo,
eso
262
equivale
a
—
cederlo al nudo
propietario. Marcadé
expresa así: "Hay sin embargo dos diferencias
adivinan fácilmente entre la manera en que se puede enajenar un usu
2, N"
nota
559,
2),
se
que se
fructo y la
manera en que se enajenan otros bienes. La primera es la de
que
puede enajenar un usufructo por testamento, puesto que ese testamen
to no podría tener efecto sino después de la muerte del usufructuario y, por
consiguiente, en un momento en que el usufructo, objeto del legado ya no
existiría. La segunda es la de que la renuncia que se hace de un bien ordinario
no lo trasmitiría a nadie si ella no estuviese acompañada de la indicación de
la persona en cuyor favor se abandona ese bien, al paso- que la renuncia de
un derecho de usufructo hecha así puramente aprovecha inmediatamente al
nudo propietario, porque el usufructo, como cualquier otra servidumbre, sien
no se
do
una
una
carga,
deuda,
que
recae
sobre
una
cosa, la remisión de tal deu
la cosa deudora" Y Laurent, (t. 29, N' 90)
dice: Tengo un derecho de usufructo sobre un inmueble y renuncio- a él,
¿cuál es el objeto y cual es ei efecto de esa renuncia? El usufructo estaba
da
aprovecha
naturalmente
a
propiedad ; por efecto de mi renuncia vuelve al nudo pro
propiedad deja por eso de estar desmembrado y vuel
ve a ser entero, absoluto.. El nudo propietario adquiere, pues, el derecho al
cual yo renuncio, y lo adquiere por el hecho de mi renuncia. Luego el acto
por el cual yo renuncio al usufructo equivale al acto por el cual yo abdico
el usufructo en provecho del nudo propietario; es una trasmisión de ún de
recho real inmobiliario, y, por tanto, el acto debe ser inscripto" En el mis
mo sentido se expresa el propio Laurent en el N' 93 del tomo citado.
Renunciar pura y simplemente al derecho del usufructo es hacer
que
ese derecho salga del patrimonio del
renunciante, se extinga como tal dere
cho de éste, pero que vaya en resumidas cuentas e ipso facto a aumentar el
patrimonio del nudo propietario, que no tenía antes de tal renuncia más que
un dominio incompleto, es decir, el abusus y no el
usus-fructus, viene a te
ner, por consecuencia de ella, el dominio pleno, el dominio con todos sus
desmembrado de la
pietario;
el derecho de
atributos, incluso el usufructo.
Aunque la renuncia del usufructuario es acto unilateral, y no literal
mente cesión, ni otra especie de contrato, lo cierto y real es
que beneficia de
un modo inmediato, como lo dice Marcadé, al nudo
propietario y me pare
■
que debe atenderse a esa certidumhre y
la referida renuncia es o no, en el fondo,
ce
do
propietario.
La ley de
a
realidad para determinar si
enajenación en favor del nu
esa
una
fin de evitar que se burle el
impues
absoluto que, cuando- una
enajenación
se hace en favor de persona llamada a heredar al enajenante, esa enajena
ción, sean cuales fueren su sinceridad real y su carácter ostensible, es en el
fondo una donación o un anticipo de cuota hereditaria y debe pagar como
tal el impuesto correspondiente. Si fuese en virtud de un precio que se ce
to de herencia
diese al nudo
28 de octubre de
o
donación,
propietario
1926,
presume
a
en
el derecho de usufructo, habría
indudablemente
—
que pagar el
impuesto
de
263
-
donación, siendo
ese
nudo
propietario hijo
del
usu
fructuario cedente. Y bien : paréceme que si a pesar de aparecer y ser en rea
lidad hecha a título oneroso la enajenación del derecho de usufructo hay que
pagar ese impuesto, con mayor razón hay que pagarlo cuando- el acto que
el resultado de que el nudo propietario, hijo del usufructuario, ven
ga a tener el usufructo que antes no tenía, presenta ostensiblemente más bien
el carácter de una liberalidad, por no mediar la estipulación de precio alguno-,
produce
que el de una enajenación a título
Si el usufructo renunciado,
oneroso.
en
vez
de
ser
económicamente
una
fuente
de lucro para el usufructuario, fuese más bien un perjuicio, la renuncia po
dría no ser en realidad una verdadera liberahdad, pero si el usufructo- re
nunciado fuese económicamente
una
positiva
lucro, habría una ra
impuesto de donación,
fuente de
zón m-ás para que estuviese sujeta dicha renuncia al
porque, en tal caso, elía vendría a ser en el fondo
una
verdadera libera
hdad.
Teniendo
en
cuenta el fin y el
espíritu
de la citada
ley
de
1926,
creo,
resumen, que cuando el acto que se realiza produce en realidad, sea cual
fuere su denominación, el resultado de que el padre se desprenda, en bene
ficio del hijo, de un derecho de usufructo, se debe el impuesto con que esa
en
ley
grava las donaciones entre vivos.
Esta es la opinión que he llegado
a formar
después de estudiar deteni
damente la interesante y ardua cuestión de que se trata.
Pablo de María.
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