Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. ARTÍCULO ESPECIAL Declaración de Conflicto de Intereses de la Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor Sociedad Española de Anestesiología y Reanimación NOTA PREVIA DEL DIRECTOR DE LA REdAR El documento que sigue fue aprobado en Junta Directiva y Asamblea Ordinaria de la Sociedad Española de Anestesiología y Reanimación (SEDAR). Este documento fue insertado en la página web de la SEDAR hace algunos meses y ahora es publicado en la Revista Española de Anestesiología y Reanimación (REdAR). La Declaración no hace sino recoger la tendencia mundial a que, ante cualquier actividad científica, se estipule por parte de los autores cualquier posible influencia -real o remota- de diversos tipos de intereses sobre sus actividades, cuando éstas tienen repercusión sobre terceros, bien los pacientes (de manera fundamental), bien otros médicos debido a la influencia en decisiones posteriores de los mismos; lo cual se da la mayor parte de las veces. En lo que atañe a la REdAR, en la actual versión de las Instrucciones para los Autores (www.sedar.es, icono Revista, icono Autores) viene recogida desde hace unos años la obligación de realizar tal declaración de “conflicto de intereses” al remitir un manuscrito, concretamente en el punto 5 del apartado 1 y en el punto 5 del apartado 3. Sin embargo, la información en dichas Instrucciones es escasa dadas las características de la misma. Otras publicaciones internacionales disponen de formularios específicos (similares a la actual Declaración aquí publicada) para ser firmados por los autores. El Comité de Redacción de la REDAR hace suyo el presente documento, y, hasta la promulgación de una nueva versión de las Instrucciones para los autores, se recomienda a los futuros autores de trabajos científicos que, si es posible, envíen una copia firmada de esta Declaración junto con sus trabajos. En el punto 5 del apartado 3 se dice específicamente que debe figurar en la “Página frontal” la descripción del tipo concreto de interés declarado, por supuesto de manera abreviada. Como se recoge en el documento que sigue a estas líneas, ante la duda de si incluir o no un posible conflicto de intereses, el autor o autores deben incluirlo. Como también se indica claramente, un interés secundario de uno o varios autores no invalida de ninguna manera el contenido científico de un artículo del tipo que sea. Simplemente señala un interés o relación concretos. Los lectores deben considerar así la declaración y no de otra manera, ya que la revisión de un artículo por pares (proceso de “peer review”) seguirá siendo garante de la calidad e imparcialidad de un artículo científico. DECLARACIÓN DE CONFLICTO DE INTERESES DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ANESTESIOLOGÍA, REANIMACIÓN Y TERAPÉUTICA DEL DOLOR I.- La SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ANESTESIOLOGÍA, REANIMACIÓN Y TERAPÉUTICA DEL DOLOR recomienda a sus socios la declaración de posibles conflictos de intereses en todas sus actividades científicas, en defensa del derecho que asiste tanto a médicos como a pacientes y usuarios, a recibir la información científica con la máxima transparencia posible. Se considera que existe un conflicto de intereses cuando las decisiones de un profesional respecto a un foco primario de interés (el bienestar y la seguridad de los pacientes o la validez y transmisión de información científica de forma objetiva) pueden verse influenciadas por otro interés secundario (no sólo un posible beneficio económico, sino también un posicionamiento ideológico u otros intereses de promoción y prestigio personal o profesional). II.- El ámbito sanitario proporciona un marco en el que esta situación se produce de forma extremadamente compleja, ya que interactúan cuatro focos principales de interés: – El proveedor (público o privado) de la atención sanitaria, cuyo principal interés debe ser proporcionar una asistencia sanitaria equitativa y de calidad al conjunto de sus pacientes. – El paciente (individual o a través de sus asociaciones), cuyo principal interés es su propio beneficio. – Las empresas proveedoras de material sanitario (terapéutico, diagnóstico, etc.), cuyo principal interés es incrementar su cuota de mercado con productos de la mejor calidad. – El médico, como administrador de atención sanitaria del sistema que, además de su interés primordial, proporcionar la mejor atención a sus pacientes, puede tener otros intereses muy variados (de prestigio profesional, científicos, económicos, políticos, etc). III.- En este contexto, una de las principales fuentes de conflictos de intereses, que no tienen por qué ser ilícitos, es la necesaria cooperación entre la investigación científica y el sector productivo, una relación cuyo fomento constituAceptado para su publicación en enero de 2011. Rev Esp Anestesiol Reanim. 2011;58:119-120 119 Documento descargado de http://www.elsevier.es el 18/11/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Sociedad Española de Anestesiología y Reanimación ye uno de los ejes básicos de la política científica contemporánea. Tanto es así, que algunas áreas de progreso en medicina no existirían, ni seguirían desarrollándose, si no fuera por la financiación directa del sector industrial. En esta situación, asumida por médicos y administraciones sanitarias, no debemos ignorar que junto a sus beneficios indiscutibles deben afrontarse riesgos simultáneos. Las sociedades científicas como la SEDAR, a través de sus órganos de gobierno, sus comités de expertos y sus propios socios, en el desarrollo de sus publicaciones y actividades científicas, tienen una poderosa influencia en el proceso de toma de decisiones médicas. A su vez, las sociedades científicas, como organizaciones, y sus miembros, como individuos, están expuestos a influencias y condicionamientos procedentes del sistema sanitario, de los proveedores y, en menor medida, de los pacientes. IV.- La Asamblea General de la Asociación Médica Mundial (AMM), celebrada en Nueva Delhi en octubre de 2009 ha aprobado un importante documento de recomendaciones dirigido a identificar aquellos sectores en que pudiera aparecer algún conflicto de intereses durante la práctica cotidiana de la medicina y a ayudar los médicos a resolver dichos conflictos a favor de los intereses de los pacientes. En dicho documento se reconoce que tradicionalmente, además de la práctica clínica de la medicina y el cuidado directo de los pacientes, los médicos han asumido otras diversas funciones y servido a otros intereses. Dichos intereses, la mayoría de los cuales son respetables y redundan en bien de la sociedad, incluyen la investigación, la formación de futuros médicos y especialistas, así como actividades y cargos de gestión y administración. A medida que los intereses privados han ido aumentando en la medicina, en muchos lugares los médicos también han contribuido a su expansión con su experiencia, en calidad de consultores para empresas privadas (y a veces como empleados). Aún cuando no hay duda que la participación de los médicos en muchas de estas actividades es definitivamente provechosa para el bien común, el deber fundamental de cada médico sigue siendo la salud y el bienestar de sus pacientes. No hay que permitir que intereses ajenos puedan influenciar las decisiones de carácter clínico (ni siquiera tener la menor posibilidad de hacerlo). En algunos casos, tal vez baste con reconocer la existencia de un conflicto posible o real. En otros, será quizás necesario tomar medidas para resolver el conflicto. Algunos conflictos de intereses son inevitables y no hay nada inherentemente antiético a los conflictos de intereses en medicina, pero resulta primordial la forma de abordarlos. Y especialmente, la transparencia resulta determinante para la calificación deontológica de tales conflictos, pues una abierta declaración de la existencia de los mismos permite al usuario de la sanidad valorar el alcance de las decisiones clínicas que le afectan directamente. En el ámbito de la investigación, los intereses del médico y los del organismo o empresa investigadora pueden ser contradictorios. Cuando una misma persona asume ambas funciones, como es frecuente que ocurra, deben adoptar- 120 se todas las medidas necesarias para proteger al paciente, incluso revelándole la posibilidad de una posible situación conflictiva. La Declaración de Helsinki establece que en “investigación médica en seres humanos, el bienestar de la persona que participa en la investigación debe tener siempre primacía sobre todos los otros intereses”. V.- Por todo ello, la SEDAR, en defensa de la ética profesional y de la transparencia que debe presidir todas las actividades y el funcionamiento de una sociedad científica, ha elaborado una lista de situaciones en las que se considera que pudiera existir un conflicto de intereses. VI.- La SEDAR recomienda a todos aquellos médicos responsables de la difusión de información científica (ponentes en congresos o reuniones científicas, miembros de juntas de sociedades científicas, miembros de comités o grupos de consenso, autores de guías clínicas y publicaciones, y otras actividades análogas), que, con independencia de que el profesional considere que tales situaciones tengan o no influencia sobre su criterio científico, realicen una declaración de conflicto de intereses si en los tres últimos años se han encontrado en alguna de las situaciones siguientes: 1º) Mantener o haber mantenido relación laboral por cuenta ajena con una o varias empresas que puedan verse beneficiadas o perjudicadas por la información proporcionada. 2º) Poseer acciones, participaciones sociales o cualquier otro activo financiero, de empresas que puedan beneficiarse o verse perjudicadas por la información que aporta. 3º) Poseer patentes relacionadas con el contenido de su contribución científica. 4º) Pertenecer al comité de asesoramiento o actuar como consultor remunerado: a) De empresas que puedan verse beneficiadas por los datos que aporta. b) De asociaciones de pacientes. c) De organismos oficiales. 5º) Percibir honorarios como ponente en conferencias patrocinadas u organizadas por empresas que puedan verse beneficiadas o perjudicadas por la información que pueda proporcionar. 6º) Recibir financiación de programas educativos o actividades de formación, incluida la financiación indirecta mediante contratación de personal, alquiler de instalaciones o cualquier otra. 7º) Recibir apoyo o financiación de fuentes públicas o privadas, para la realización de la investigación de la que se deriva la información aportada. 8º) Percibir de las empresas susceptibles de beneficiarse de la investigación cualquier forma de financiación o apoyo (ayuda económica, dotación de material, contratación de personal, etc.), para el departamento, unidad o servicio que se encuentre bajo responsabilidad directa de alguno de los miembros del grupo. 9º) Tener algún otro posible conflicto de intereses no económicos que pueda influir en la información proporcionada. 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