la recesión de la economía estadounidense: ¿cuando estados

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LA RECESIÓN DE LA ECONOMÍA ESTADOUNIDENSE:
¿CUANDO
ESTADOS
UNIDOS
ESTORNUDA,
AMÉRICA LATINA SUFRE DE PULMONÍA?
Mayo, 2008.
N o1
LA RECESIÓN DE LA ECONOMÍA ESTADOUNIDENSE: ¿CUANDO ESTADOS
UNIDOS ESTORNUDA, AMÉRICA LATINA SUFRE DE PULMONÍA?
I. ¿Cómo afecta la crisis económica de Estados Unidos a Latinoamérica?
La economía estadounidense se ha sostenido históricamente por medio del consumo
masivo impulsado por las bajas tasas de interés, que le permite a los estadounidenses
solicitar créditos y aumentar el gasto, activando así el aparato productivo. No obstante
este manejo de la economía es insostenible, ya que conlleva a elevados niveles de
endeudamiento de la población y provoca un déficit en la balanza de pagos de Estados
Unidos (EEUU).
Durante los últimos años, debido a las bajas tasas de interés impuestas por la Reserva
Federal, decenas de millones de personas han obtenido créditos para viviendas, lo que
produjo un elevado endeudamiento familiar y un riesgo de pagos que amenazaba el
sistema financiero estadounidense. En la medida que los acreedores no podían costear la
hipoteca o créditos de sus viviendas se fue creando una “burbuja” inmobiliaria que
mostraba un crecimiento irreal de este sector de la economía. Sin embargo, no fue sino
hasta el año 2006 cuando la “burbuja” estalló y se hizo inminente el problema de la
morosidad hipotecaria, situación que redujo de manera significativa la inversión en la
industria inmobiliaria e introdujo a la economía estadounidense en una inevitable recesión
(Váldes, 2008).
El sector inmobiliario es considerado sumamente importante en la economía, ya que éste
vitaliza la cadena productiva. La construcción de viviendas se encuentra entrelazada con
la industria del cemento, hierro, vidrio e inmuebles, además de promover las ganancias de
empresas especulativas de bienes y raíces, cuyas acciones cotizan en las principales
bolsas de valores del mundo. En este sentido, el estallido de la “burbuja” inmobiliaria se
expresa en un crecimiento del desempleo, una caída de los índices Dow Jones y Masdaq
en Wall Street y una reducción del poder adquisitivo en las clases bajas de la población.
Ahora bien, la recesión económica estadounidense puede incidir en la economía
internacional. El impacto de la crisis en otros países del mundo se determinará con base
en las relaciones comerciales que estos mantengan con EEUU. Esto, debido a que las
importaciones se encuentran directamente vinculadas con el crecimiento y estabilidad
económica de un país. Una economía en crecimiento puede adquirir más productos
provenientes del exterior. De igual forma, una economía en recesión o estancamiento
debe realizar ajustes y reducir sus importaciones. Por lo tanto, una contracción de las
importaciones estadounidenses perjudicaría, en mayor o menor medida, a sus socios
comerciales en América Latina (Weisbrot, Smith y Sandoval, 2008).
Los países que se verán más afectados por la recesión serán aquellos cuyas
exportaciones hacia EEUU representan un alto porcentaje de su Producto Interno Bruto
(PIB) (Ver cuadro No1). Sin embargo, vale la pena resaltar que los altos precios de las
materias primas en el mercado internacional impedirán que la crisis estadounidense
afecte a la mayoría de los países de América del Sur.
1
Una reducción significativa de las importaciones estadounidenses tendría efectos
negativos para México, Costa Rica, El Salvador, Nicaragua y Guatemala, ya que las
exportaciones de estos países hacia EEUU representan más del 9% de su PIB. Por el
contrario, a pesar de que las exportaciones de Venezuela y Ecuador tienen un gran peso
en su PIB, los altos precios de los hidrocarburos evitarán que estos dos países andinos se
vean perjudicados1. Por su parte, otros países de América Latina no mantienen una
dependencia comercial con EEUU, ya que sus exportaciones están bastante
diversificadas; tal es el caso de Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay (Ídem).
Cuadro No 1
PIB nominal, exportaciones totales y exportaciones hacia Estados Unidos
País
PIB Nominal
(Millones de US $)
Argentina
Bolivia
Brasil
Chile
Colombia
Costa Rica
Ecuador
El Salvador
Guatemala
Honduras
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
República Dominicana
Uruguay
Venezuela
248.323
12.710
1.295.355
160.784
171.738
22.842
44.528
20.234
33.320
10.059
886.441
5.675
19.280
10.347
101.504
35.494
21.171
226.992
Exportaciones hacia
Estados Unidos
(Como % del PIB)
1,6
2,4
1,9
5,5
5,1
17,0
13,1
9,6
9,2
37,0
21,4
25,7
1,7
0,6
4,8
11,1
2,5
15,0
Exportaciones
totales
(como % del PIB)
21,4
28,2
12,7
41,8
16,3
66,5
30,7
20,1
22,8
53,8
27,8
42,7
8,9
25,2
26,0
16,6
22,5
34,9
Fuente: Fondo Monetario Internacional, Perspectivas de la Economía Mundial, 2007.
Vale la pena destacar además la creciente influencia de China en la región. Todo indica
que la economía china mantendrá el crecimiento económico mostrado durante los últimos
veinte años, una situación favorable para muchos de los países latinoamericanos que
dirigen parte de sus exportaciones hacia este país asiático.
II. Debilitamiento del dólar, migraciones y remesas
La recesión económica se desarrolla en el marco de un pronunciado y sostenido
debilitamiento del dólar. La economía estadounidense se rige bajo los principios y leyes
del libre cambio, el Estado no interviene en la política monetaria y suele sólo incidir en
ésta a través de las tasas de interés2. En la medida que EEUU presente un déficit en su
1
Los hidrocarburos son considerados como un producto inelástico, ya que independientemente de su precio en el mercado
internacional la demanda se mantiene constante.
La Reserva Federal puede elevar la tasa de interés para promover el ahorro y el ingreso de divisas extranjeras a EEUU, lo
que aprecia el dólar frente a las demás monedas.
2
2
balanza de pagos, su moneda se depreciará, lo que encarece las importaciones
provenientes del exterior y fomenta el consumo de la producción nacional.
Esta situación pudiese contribuir con la reducción de las exportaciones de los países de
América Latina hacia ese país. Los gráficos Nº 1 y 2 muestran la apreciación del Real
brasileño y el Peso mexicano frente al dólar, lo que eleva los precios de los productos
exportados hacia EEUU en estos dos países. Si bien la depreciación del dólar puede no
tener mayor impacto en la economía brasileña, debido a la fortaleza y dependencia de su
economía, en México pudiera conllevar a una reducción significativa de sus
exportaciones, lo que tendría implicaciones sociales de gran importancia.
Gráfico Nº 1
Valor del dólar por el real brasileño
Fuente: Tasa de cambio: Dólar en relación al Real brasileño, en http://www.x-rates.com/d/USD/MXN/graph120.html
(recuperado el 28/04/08)
Gráfico Nº 2
Valor del dólar por el peso mexicano
Fuente: Tasa de cambio: Dólar en relación al Peso mexicano, en http://www.x-rates.com/d/USD/MXN/graph120.html
(recuperado el 28/04/08)
Vale la pena considerar además el posible impacto de la recesión económica en el flujo
migratorio mexicano y centroamericano hacia EEUU. La población hispana pudiera
incrementarse en el caso que países como México, Guatemala, Honduras y El Salvador
sean arrastrados por la crisis económica estadounidense. No obstante, a esta nueva
3
oleada de inmigrantes se le dificultaría conseguir empleo en EEUU debido al
estancamiento económico por el cual atraviesa ese país.
El aumento del desempleo pudiese también reducir el envío de remesas a países
latinoamericanos. Según un estudio realizado por “Remesas y Desarrollo”, los países que
más perciben remesas de EEUU son aquellos que serían más afectados por una severa
crisis económica en el país del norte, ya que el ingreso por concepto de remesas alcanza
cifras considerables en países como México ($ 23.979 millones), El Salvador ($ 3.695
millones), Guatemala ($ 4.128 millones) y República Dominicana ($ 3.120 millones). A su
vez, en la medida en que el dólar se deprecie las familias latinoamericanas recibirán
menos ingresos relativos al cambio de la moneda de su país por concepto de remesas
(Remesas y Desarrollo, 2007).
III. Tratados de
estadounidense
libre
comercio
profundizan
la
dominación
económica
Se puede asumir a priori que aquellos países signatarios del Tratado de Libre Comercio
de América del Norte (TLCAN) y del Tratado de Libre Comercio de América Central y
República Dominicana (CAFTA-DR, por sus siglas en inglés) se verán más afectados por
la recesión, puesto que sus economías muestran cierta dependencia con el devenir
económico estadounidense. En este sentido, México se muestra como uno de los países
con mayor debilidad frente a una posible crisis en EEUU.
La profesora Maura de Val, en su obra “La privatización en América Latina”, explica cómo
a partir de la firma del TLCAN las trasnacionales de EEUU fueron las que “en mayor
número instalaron plantas de producción y ensamblaje – maquilas – en México” (De Val,
2001, p. 245). Esta situación contribuyó a que México se convirtiera en el tercer proveedor
del mercado estadounidense: “las exportaciones de las empresas trasnacionales
representan más de la mitad del total de las exportaciones mexicanas con tal destino”
(Ídem).
La apertura económica de los países centroamericanos y México a comienzos de la
década de los noventa, en el marco del TLCAN y del CAFTA, profundizó la fuerte
dependencia económica que estos países mantenían con EEUU. Es por ello, que la
implementación de estos tratados de libre comercio (TLCs) pudiese ser particularmente
desfavorable en el caso de que se profundice la crisis económica estadounidense.
IV. América Latina y su eterna dependencia
Una vez declarada la independencia en EEUU en 1776, este país comenzó un proceso de
expansión política y económica en la región. La creciente industrialización del noreste de
EEUU llevó a la clase industrial a buscar nuevas áreas de influencia, lo cual se materializó
en 1823 con la implementación de la denominada “Doctrina Monroe”, que pretendía alejar
a las potencias europeas y sus intereses del continente americano.
Durante la crisis financiera mundial de 1929, las importaciones de los países del Norte se
redujeron significativamente, lo que afectó a las economías de América Latina que no
encontraban mercados para colocar sus materias primas. Tal situación reflejó las primeras
4
señales de vulnerabilidad y dependencia económica de los países de la región en el siglo
XX.
En los años cincuenta y sesenta los gobernantes de América Latina decidieron alcanzar el
desarrollo y bienestar social a través de la “industrialización por sustitución de
importaciones”, una teoría económica que consistía en fortalecer la industria de productos
manufacturados a través del proteccionismo y la ayuda financiera a las empresas
nacionales. No obstante, muchas de las compañías que gozaban de las protecciones
arancelarias y beneficios otorgados por los gobiernos de la región no pudieron producir
productos competitivos y de buena calidad (Artehistoria, 2008).
No fue sino hasta el final de la Segunda Guerra Mundial cuando la sumisión a las
directrices provenientes de Washington se hizo evidente y absoluta. La destrucción del
viejo continente y la creciente polarización entre la Unión Soviética y EEUU llevaron a que
la mayoría de los países de América Latina se alinearan de forma incondicional con el
naciente Imperio estadounidense.
Durante los años setenta, producto de un excedente de dólares en la economía mundial
que fluyó a los principales bancos de los países industrializados, los países del llamado
tercer mundo adquirieron préstamos masivos con ventajas de pago y relativamente bajas
tasas de interés al contrastarlas con la inflación de los países del norte. No obstante, las
políticas monetaristas de comienzos de los años ochenta en Estados Unidos y Gran
Bretaña elevaron las tasas de interés y disminuyeron la inflación, produciendo así severas
crisis de pagos en los países del sur, cuyos productos de exportación sufrieron de una
baja generalizada de precios en el mercado internacional. Con la llamada crisis de la
deuda, los países de América Latina recurrieron a los organismos multilaterales de auxilio
financiero como el Fondo Monetario Internacional (FMI) que estableció sistemas de ayuda
condicionados a la aplicación de ciertas políticas de corte neo-clásico. Entre otras
políticas, se llevaron a cabo privatizaciones que otorgaban concesiones a empresas
norteamericanas, quienes utilizaban al gobierno de EEUU para garantizar que sus
intereses prevalecieran en las negociaciones con los gobiernos de la región.
La crisis financiera de los países de América Latina se agudizó con la llegada de la
“globalización” y la caída de la Unión Soviética en la década de los noventa. Los países
de la región basaban sus políticas económicas por las normas y principios del neoliberalismo, estipuladas en el Consenso de Washington (1989).
En años recientes, continuando con la Iniciativa para las Américas del presidente George
Bush padre (1991), los dirigentes de la Casa Blanca pretendieron consolidar su dominio
comercial en la región a través de la firma de un área de libre comercio entre los países
latinoamericanos y EEUU (ALCA). Esta estrategia fue rechazada en 2005 en la IV
Cumbre de las Américas, cuando los países del Mercado Común del Sur (MERCOSUR)
se opusieron de manera contundente a la firma del ALCA. Dicho rechazo llevó a que
EEUU cambiara su estrategia y se enfocara en firmar tratados de libre comercio
bilaterales; tal es el caso de los TLCs firmados con México, Chile, países de América
Central y el Caribe.
5
V. Un futuro independiente para nuestros pueblos
Durante los últimos años muchos de los países de América Latina han electo gobernantes
de izquierda que promueven una visión distinta a la capitalista-neoliberal impuesta desde
Washington. Esta situación ha cambiado el panorama político de la región: países como
Ecuador, Bolivia, Argentina, Brasil, Nicaragua, Uruguay, Paraguay y Venezuela se han
unido a los esfuerzos cubanos por romper los lazos de dependencia económica y política
con EEUU.
Estos países se encuentran entre los menos afectados por la crisis económica
estadounidense, ya que han concentrado sus esfuerzos en promover una industria
nacional fuerte e independiente que promueva el desarrollo equitativo de sus pueblos y no
el beneficio de transnacionales estadounidenses y burguesías locales.
En el caso de Venezuela, la nacionalización y toma de control de la industria de
hidrocarburos en el país le permite tener una economía fuerte caracterizada por
mantener, entre otras cosas, un sostenido crecimiento económico, una cantidad justa y
adecuada de reservas internacionales y una moneda sólida y estable.
Se puede deducir entonces que la crisis económica estadounidense afectará en mayor
medida a aquellos países con tendencias neoliberales, cuyas economías dependen
especialmente de la inversión extranjera, de las remesas internacionales y de las
exportaciones hacia EEUU. Por ello, es sumamente importante que América Latina logre
romper con la insostenible relación de dominación que ha mantenido durante décadas con
los países del norte y especialmente con EEUU, para así avanzar hacia la constitución de
sistemas económicos soberanos y mecanismos comerciales solidarios.
Principales fuentes consultadas:
Artehistoria (2008). Sustitución de importaciones, en http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/3110.htm (recuperado
el 05/05/2008).
De Val, M. (2001). La privatización en América Latina. Editorial Popular. Madrid.
Remesas y Desarrollo (2007). Remittances to Latin America and the Caribbean 2007, en http://www.iadb.org/mif/
remesas_map.cfm?language=English&parid=5 (recuperado el 05/05/2008).
Váldes Vivó R. (2008): El Fantasma de 1929 recorre el mundo. América XXI. Caracas.
Weisbrot M., Schmitt, J y Sandoval L. (2008). El impacto de una desaceleración de la economía estadounidense en el
hemisferio occidental. Center for Economic and Policy Research. Washington.
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IAEDPG
Prof. Jhony Balza – Director General
Prof. Hector Constant Rosales – Subdirector
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