Seminario de Filosofía Profesor: Hasperué, Gustavo

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Profesorado del CONSUDEC
Seminario
de Filosofía
Profesor: Hasperué, Gustavo
Alumno: Giangreco, Javier
Fecha de entrega: 14/12/01
Seminario de Filosofía
Introducción
A lo largo de este trabajo haremos una integración de todos los autores
vistos durante la cursada del Seminario de Filosofía.
Para un mejor desarrollo, y evitar caer en un simple resumen de cada
pensador, hemos elegido dos temas transversales que nos permitirán recorrer
de manera breve y concisa todas las posturas. Los temas a desarrollar serán:

Criterio de demarcación

Conocimiento y Verdad
Una vez expuestos todos los autores realizaremos una conclusión
donde, además de una breve síntesis de todas las posturas, se realizará una
reflexión sobre el modo de ver la filosofía de la ciencia antes y después del
seminario. Es decir, no sólo será una conclusión de este trabajo sino más bien
una conclusión general de la asignatura Seminario de Filosofía.
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Seminario de Filosofía
Desarrollo
Criterio de demarcación
Para el Círculo de Viena, lo que esencialmente distingue al
conocimiento científico frente a otros tipos de conocimiento es su verificabilidad
con respecto a los hechos constatables, lo que llamamos principio de
verificación empírica. Un dato de conocimiento será, por tanto, científico si y
sólo si
es susceptible de ser confirmado o corroborado por la experiencia
objetiva, aquélla que se traduce en captaciones sensoriales. Un enunciado
científico aceptable será sólo aquél que resulte verdadero al ser comparado
con los hechos objetivos. Así, la verificación empírica constituye el criterio
específico de demarcación entre ciencia y no-ciencia.
Para Popper, sólo se admitirá un sistema entre los científicos o
empíricos si es susceptible de ser contrastado por la experiencia. “Estas
consideraciones nos sugieren que el criterio de demarcación que hemos de
adoptar no es el de la verificabilidad, sino el de la falsabilidad de los sistemas”1.
La falsabilidad “designa la posibilidad que tiene una teoría de ser desmentida,
falseada o falsada por un hecho determinado o por algún enunciado que pueda
deducirse de esa teoría y no pueda ser verificable empleando dicha teoría”2.
Más claro: una hipótesis es falsable si existe un enunciado observacional o un
conjunto de enunciados observacionales lógicamente posibles que sean
incompatibles con ella, esto es, que en caso de ser establecidos como
verdaderos, falsarían la hipótesis. Su propuesta está basada en lo que se
conoce como asimetría entre la verificabilidad y la falsabilidad. Millones de
casos positivos tan sólo corroboran temporalmente una tesis, mientras que un
sólo enunciado que la falsee bastará para refutarla para siempre.
Con Kuhn y Feyerabend hay una nueva actitud hacia la ciencia que
desmonta uno a uno los viejos dogmas que todavía quedaban en pie tras la
crítica falsacionista. Abandona la pretensión de establecer algún tipo de criterio
1
2
Popper, Karl. La lógica de la investigación científica. Tecnos, Argentina, 1985. Pág. 40.
Giangreco, Javier. Popper: un filósofo de la ciencia. Argentina, 2001. Pág. 4.
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de demarcación entre la ciencia y la no-ciencia y cuestiona la existencia de un
método científico universal.
Kuhn propone explicar el desarrollo de la ciencia en una secuencia
como ésta: ciencia normal1  crisis  revolución  ciencia normal2  ... Por
tanto, las teorías científicas no se superan unas a otras mediante procesos de
verificación ni de falsación. Simplemente, cambian en virtud de las crisis y
pérdidas de fe en un determinado paradigma científico y esto, a su vez,
depende mucho más de las variables socio-históricas que de los procesos del
conocimiento en sí mismos. Define paradigma como “modelo o patrón
aceptado por una comunidad científica”3. Podemos decir que no hay un criterio
de demarcación entre ciencia y no ciencia, sino que dependerá del paradigma
aceptado por la comunidad científica.
Feyerabend, en cambio, ofrece una versión más radical, llevando
aquella tesis general a sus extremas consecuencias: dado que no existe el
método, cada quien puede usar el que quiera (principio del todo vale y
postulación del anarquismo epistemológico). Hay una propuesta de aceptación
de todos los modos y métodos para el conocimiento posibles. “Así, se opone al
criterio de demarcación según el cual se puede distinguir entre ciencia y seudo
ciencia”4. Además, dado que las teorías científicas son productos variables de
estándares socio-históricos también variables, entonces ninguna teoría es
comparable con otra, cada una es tan válida como las otras y, en
consecuencia, el mundo va cambiando a medida que cambien sus respectivas
representaciones asociadas al conocimiento científico de la época (concepto de
la inconmensurabilidad de las teorías).
Ahora veamos la postura de Lakatos. Siguiendo la exposición de
Tórtora podemos preguntarnos: “¿existe o no una demarcación explicita entre
ciencia y pseudociencia? Lakatos propondrá en esta obra la metodología de los
programas de investigación científica, que intentará solucionar algunos
problemas que ni Popper ni Kuhn pueden solucionar según su parecer”5.
3
Kuhn, Thomas. La estructura de las revoluciones científicas. FCE, Argentina, 1992. Pág. 51
Alberti, Laura. Todo vale. Argentina, 2001. Pág. 4.
5 Tórtora, Carlos. La metodología de los programas de investigación científica. Argentina, 2001.
Pág. 3.
4
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Por último, veamos qué nos dice Bunge. Al referirse al criterio de
demarcación dice que Popper es un exagerado de la falsación. Para él debe
ser contrastable. No hace falta que sea falsable, es decir, puede no serlo.
Como duda al finalizar el seminario, y en relación a este punto, queda la
siguiente pregunta: ¿cuál es la diferencia entre no ciencia y seudo ciencia?
Igualmente arriesgaremos una posible, aunque dudosa, respuesta. Ni las “no
ciencias”, ni las “seudo ciencias”, son ciencias. En eso se asemejan. Sin
embargo, se diferencian en que las “seudo ciencias” tienen pretensiones de
cientificidad mientras que las “no ciencias” no. La astrología se autodenomina
ciencia, por eso los autores que no la consideran científica la catalogan como
seudo ciencia. Mientras que formas de conocimiento aborígenes o míticas, por
poner algunos ejemplos, no son ciencia ni pretenden serlo, por lo que se las
denomina “no ciencia”.
Conocimiento y Verdad
Para el positivismo la verdad era objetiva e inmutable. Su método era
inductivo. En el inductivismo, partiendo de premisas particulares, se arriba a
conclusiones generales. Se observa una cierta cantidad de casos y de allí se
infiere una ley general que los explique. Cuantos más casos se observen, más
se puede afirmar que esa ley es verdadera. Veo uno, dos, tres, sesenta, dos
mil cisnes blancos, por lo tanto todos los cisnes son blancos. El esquema
lógico de fondo para verificar la verdad de la ley es un tipo de razonamiento
inválido y se lo conoce como falacia de afirmación del consecuente. Si A
entonces B. Se da B. Por lo tanto A, diría un inductivista. Pero bien sabemos
que no es así. Si todos los cisnes son blancos, el próximo cisne que vea va a
ser blanco. El próximo cisne que veo es blanco. Por lo tanto todos los cisnes
son blancos. Este tipo de razonamiento es inválido. Jamás podemos verificar la
verdad de la conclusión con la afirmación del consecuente. Los pensadores del
Circulo de Viena, viendo esta dificultad, intentaron solucionarla recurriendo a
la inducción probabilística. No decían que era verdadera sino que, a mayor

Para una mejor explicación habría que diferenciar verificacionismo (inductivismo estrecho) de
confirmacionismo (inductivismo amplio).
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cantidad de casos, es más probable que sea verdad. “Con Popper se demostró
que en condiciones muy generales todas las teorías tienen probabilidad cero,
sea cual sea la evidencia”6. El mismo Popper dice: “No se gana nada con
sustituir la palabra “verdadero” por “probable”, ni la palabra “falso” por
“improbable”. Sólo si se tiene en cuenta la asimetría entre verificación y
falsación es posible evitar el problema de la inducción”7.
En la lógica de la ciencia bosquejada por Popper es posible evitar todo
uso de los términos “verdadero” y “falso”. La diferencia entre verdadero-falso y
corroborado-falsado es la temporalidad. Si algo es verdadero lo es en forma
intemporal. Incluso si ayer dijimos que algo era verdadero y hoy decimos que
es falso, no es que ayer era verdadero, sino que cometimos un error al decir
eso: también ayer era falso. “Podemos ver aquí claramente la diferencia entre
verdad y corroboración”8. Jamás podremos decir que un enunciado está
corroborado como tal, o en sí mismo. Apoyemos estas ideas con un párrafo de
una de sus obras: “He introducido el término «corroboración» para el grado en
que
una
teoría
ha
sido
rigurosamente
contrastada.
Se
emplea
fundamentalmente a efectos de comparación: por ejemplo, E está más
rigurosamente contrastada que N. El grado de corroboración de una teoría
tiene siempre un índice temporal: es el grado en que una teoría aparece como
bien contrastada en el momento t. Esto no puede constituir una medida de su
verosimilitud, sino que ha de tomarse como índice de cómo aparece su
verosimilitud en el momento t comparada con otra teoría. El grado de
corroboración es, pues, una guía de preferencia entre dos teorías en un cierto
estadio de la discusión respecto a su aparente aproximación a la verdad en
ese momento. Ahora bien, lo único que nos dice es que una de las teorías
ofrecidas parece -a la luz de la discusión- la más próxima a la verdad”9. De
aquí se desprende que hay una verdad absoluta y objetiva. No la podemos
conocer, pero existe. Por eso habla de mayor o menor aproximación a la
verdad. Nuestra ciencia nunca puede pretender que ha alcanzado la verdad, ni
siquiera el sustituto de ésta que es la probabilidad. “No sabemos, sólo
6
Tórtora, Carlos. Op. cit. Pág. 5.
Giangreco, Javier. La lógica de la investigación científica. Argentina, 2001. Pág. 8.
8 Popper, Op. Cit. Pág. 256.
9 Popper, Conocimiento objetivo. Tecnos, Madrid, 1974. Pág. 103.
7
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podemos adivinar”10. Pero que no la sepamos no implica la no existencia de
una verdad objetiva, algo que sí postularán más adelante otros pensadores.
“Popper acusa a Lakatos de descontextualizar su teoría y mal
interpretarlo. Artigas sostiene que la queja de Popper parecería estar bien
fundada, ya que Lakatos lo interpreta en función de su propia postura. Él no
aprecia la importancia central que en la epistemología popperiana tiene el
concepto de verdad objetiva.”11. Pero la dificultad principal es la concepción de
racionalidad que tiene Lakatos. El procedimiento científico es patrón de
racionalidad. Entonces vale preguntarse ¿pero tiene valor real el conocimiento
o sea se puede conocer la verdad? Para Lakatos “racionalidad” no tiene nada
que ver con “verdad”; pero sostiene que es posible reconstruir el desarrollo de
la ciencia mostrando que se ha efectuado según ciertas normas y que por
tanto no es arbitraria o irracional. Parte de una base filosófica en la que no se
puede hablar de verdad ni de falsedad en la ciencia; la “racionalidad” pareciera
usarse en un sentido puramente “instrumental” y no podría decirse nada
acerca de la ciencia como “conocimiento de la realidad”.
Nuevas posturas frente a la ciencia demolieron los viejos dogmas que
todavía quedaban en pie tras la crítica popperiana. Reformularon la idea del
progreso científico en el sentido de que éste no sólo no consiste en
acumulación de verdades probadas, como ya viera Popper, sino que tampoco
comporta necesariamente un aumento de contenido ni un acercamiento a la
verdad, e insistió en el carácter discontinuo del cambio científico y en la
carencia de una instancia neutral de evaluación objetiva de las teorías rivales
(tesis de la inconmensurabilidad de las teorías). El cambio de una teoría rival a
otra puebla el mundo de nuevos objetos que hacen del mundo en el que el
científico vive después del cambio un mundo diferente. Dicho de un modo más
general, no hay un punto de vista unificador al que puedan ser traducidos
todos los juegos de lenguaje, ni un criterio neutral para elegir entre ellos.
En Kuhn, con la inclusión del concepto de paradigma, se acaba con la
idea de verdad objetiva. Como vimos antes, un paradigma es un modelo o
patrón aceptado por una comunidad científica. Es una forma de ver el mundo,
una cosmovisión. No importa si es verdadera, sino que sea aceptada por la
10
11
Popper, La lógica de la investigación científica. Pág. 259.
Tórtora, Carlos. Op. cit. Pág. 4.
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comunidad científica. Un paradigma es mejor que otro no cuando es más
verdadero, sino cuando resuelve los problemas que resolvía el viejo paradigma
y además soluciona las anomalías que se le presentaron e hicieron entrar en
crisis a ese paradigma anterior. Al producirse una revolución científica, la
decisión de la comunidad científica de cambiar de paradigma es irracional,
asemejándose a una conversión religiosa. Como no hay posibilidad de
examinar dos paradigmas rivales desde una posición neutral, no podemos
decir que uno sea verdad y otro no. El problema es que no podemos conocer
la verdad ya que siempre estamos dentro de un paradigma. Además, al no
existir ese punto neutral, el cambio no puede decidirse racionalmente. “Uno de
los efectos provocado por esta revolución científica es un cambio en la visión
de los científicos con respecto a la naturaleza. Todo es visto y reinterpretado
desde el punto de vista del paradigma vigente. Esto no quiere decir que si
cambia la visión del científico, cambie la naturaleza en sí misma”12. Lo
importante no es que realmente sea así (ya que eso nunca se podrá saber)
sino que funcione.
Para Feyerabend la ciencia es un modo de conocer que coexiste con
otras formas de conocimiento. Cada estilo se fundamenta en una forma
particular de ver el mundo, de entender la realidad, y no hay nada objetivo que
haga que una forma de conocimiento se instale por sobre las otras y se
considere superior o poseedora de la verdad. Si las ciencias modernas han
imperado es por una tradición y oportunismo de los investigadores que han
censurado otras formas de conocimiento tan válidas como esta, y no porque la
ciencia moderna tenga en sí objetividad y verdad. La elección de un estilo
cognitivo y de un tipo de realidad y verdad son productos de la elección
humana y es un acto social que depende de la situación histórica. Como
hemos dicho anteriormente, dado que las teorías científicas son productos
variables de estándares socio-históricos también variables, entonces ninguna
teoría es comparable con otra, cada una es tan verdadera como las otras y, en
consecuencia el mundo va cambiando a medida que cambien sus respectivas
representaciones asociadas al conocimiento científico de la época (concepto
de la “inconmensurabilidad” de las teorías).
12
Aguilera Ayala, Eladia. La estructura de las revoluciones científicas. Argentina, 2001. Pág. 1.
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Veamos ahora qué dice Bachelard sobre este tema. “Cuando se
investigan las condiciones psicológicas del progreso de la ciencia, se llega muy
pronto a la convicción de que hay que plantear el problema del conocimiento
científico en términos de obstáculos... El conocimiento de lo real es una luz que
siempre proyecta alguna sombra. Jamás es inmediata y plena. Las
revelaciones de lo real son siempre recurrentes. Lo real no es jamás ‘lo que
podría creerse’, sino siempre lo que debiera haberse pensado. El pensamiento
empírico es claro, inmediato, cuando ha sido bien montado el aparejo de las
razones. Al volver sobre un pasado de errores, se encuentra la verdad en un
verdadero estado de arrepentimiento intelectual. En efecto, se conoce en
contra de un conocimiento anterior, destruyendo conocimientos mal adquiridos
o
superando
aquello
que,
en
el
espíritu
mismo,
obstaculiza
a
la
espiritualización”13. La verdad se construye a partir del error. Hay que hacer un
psicoanálisis del error, ver el pasado y corregirlo. Así se llegará, paso a paso, a
la verdad.
Bunge defiende una concepción de la verdad como adecuación o
correspondencia con los hechos; sin una concepción semejante “carece de
sentido la contrastación de ideas”14, y por lo tanto se hace imposible la ciencia.
Pero admite que a diferencia de los idealistas, los materialistas no tienen una
teoría satisfactoria de la verdad. No se puede aún explicar de modo
satisfactorio la adecuación. “Sin duda diremos que una proposición
observacional es verdadera si y sólo si concuerda con los hechos o expresa
adecuadamente la situación a la que se refiere, o si recoge la observación
efectiva. Pero, ¿qué significa que una proposición recoge una entidad noconceptual como es un hecho? Esta adecuación, concordancia o encaje es
metafórico: puede cortarse un traje para que encaje con un cuerpo, o una
proposición para que implique a otra: en esos casos comparamos objetos de la
misma naturaleza, objetos que son ambos físicos o ambos conceptuales. Pero.
¿cómo podemos comparar dos objetos heterogéneos como son una idea y un
hecho? Podemos comparar x con y siempre que x e y tengan en común alguna
propiedad, y precisamente aquella respecto de la cual se establece la
comparación; así, por ejemplo, podemos decir que x es más largo que y si x e y
tienen ambos longitud. Pero no podemos decir que una idea sea más negra
13
Bachelard Gastón, La Formación del Espíritu Científico. Contribución a un psicoanálisis del
conocimiento objetivo. Siglo XXI, Argentina, 1974. Pág. 15.
14 Bunge, Mario. La investigación científica, Ariel, España, 1983. Pág. 868.
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que su referente, o que una cosa sea más verdadera que su idea. En cambio,
sí que podemos confrontar una idea con su referente: pero también de un
modo metafórico, porque lo que no podemos hacer es poner materialmente una
enfrente de la otra en el espacio, pues las ideas no tienen existencia separada
en el espacio físico.”15 . Vemos como Bunge dice que la verdad es copia de la
realidad. Dice que los materialistas todavía no pueden explicar esta concepción
de la verdad pero algún día lo harán. Nosotros, por nuestra parte, creemos que
nunca lo lograrán ya que no es cuestión de tiempo sino de fundamento
filosófico. La única forma de fundamentarla sin caer en el idealismo, es
sostener la inmaterialidad de la inteligencia, algo que los materialistas
(precisamente por serlo) jamás aceptarán.
15
Bunge, Mario. Op. cit. Pág. 868.
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Seminario de Filosofía
Conclusión
A través de este año pudimos adentrarnos en un terreno totalmente
desconocido para nosotros: la Filosofía de la Ciencia. El análisis filosófico de
posturas contemporáneas nos abrió un mundo que permanecía ajeno a
nuestras
inteligencias,
no
por
incapacidad
o
desinterés,
sino
por
desconocimiento.
Hemos ingresado en un ámbito nuevo y, a la vez, retomado
conocimientos previos trabajados en otras asignaturas. Teología, Gnoseología,
Introducción a la Filosofía, Historia de la Filosofía Antigua y Medieval, han
desfilado por este Seminario. Problemas filosóficos fundamentales como Dios,
el alma y la verdad nos han acompañado durante la cursada, siendo analizados
tanto desde posturas clásicas (y no por eso menos actuales y acertadas) como
contemporáneas.
Recorrimos una breve historia de la ciencia que comenzamos con el
positivismo lógico del Círculo de Viena. Continuamos con Popper y su
falsacionismo, donde veíamos que la ciencia se aproxima a la verdad mediante
conjeturas y refutaciones, sin poder jamás verificar nada sino tan sólo
corroborar. Luego apareció Kuhn instalando en el escenario intelectual que la
ciencia es un hecho social. Su concepto de paradigma hizo desaparecer, al
menos en su teoría, la pretensión de verdad objetiva que tiene la ciencia.
Lakatos se distanció de la sociología de la ciencia planteada por Kuhn, e
intentó mejorar y corregir el pensamiento de Popper. Su mayor contribución a
la ciencia fue la teoría de los programas de investigación, cada uno de los
cuales incluye una serie de reglas metodológicas que nos indican qué caminos
hay que evitar (heurística negativa) y qué caminos hay que seguir (heurística
positiva). Después llegó Feyerabend con su anarquismo epistemológico. Para
él, “todo vale” cuando de formas de conocer se trata. Coincide con Kuhn en dos
puntos fundamentales: el carácter socio-histórico de la ciencia y la
inconmensurabilidad de teorías. Por último Bachelard nos trae un interesante
psicoanálisis de la ciencia. Dice que ésta progresa construyendo a partir del
error y superando obstáculos epistemológicos.
No debemos olvidar a Bunge y su materialismo científico. Su filosofía de
base es un realismo científico que sería una rama del realismo crítico. Se

Kuhn hablará de paradigmas. Aunque no signifiquen lo mismo, la inconmensurabilidad se da
en ambos.
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diferencia de éste en que el realismo científico implica un materialismo
dinamicista. Para él, la ciencia presupone y confirma que no existe lo
sobrenatural. Hay materia y no divinidades; Dios –nos dice- es una hoja en
blanco dentro de su obra. La ciencia excluye a la religión, ya que no acepta los
motivos de credibilidad (niega los milagros). No hay almas sino cerebros
pensantes; todo es material. Por último nos dice que su teoría de la verdad es
la de adecuación o correspondencia con los hechos, pero todavía el
materialismo no pudo explicarla. Luego de haber analizado toda su teoría
hemos finalizado el seminario con una crítica muy fuerte que derrumba de base
su pensamiento.
No nos extenderemos en profundizar esta crítica. Con respecto al tema
de Dios, tan sólo se pretende reconocer límites y alcances de la ciencia. Es tan
cierto que por sí sola no puede demostrar Su Existencia como que tampoco
puede negarla, cosa que Bunge hace en nombre de la ciencia. En cuanto a la
religión, hay que aclarar que el asentimiento de la fe no es en modo alguno un
movimiento ciego del espíritu. Hay motivos de credibilidad como lo son, por
ejemplo, los milagros. Los milagros son las credenciales para aceptar
racionalmente la Revelación, por eso nosotros tenemos Fe en la Revelación y
no en los milagros. El decir como mero prejuicio que tal hecho no es un milagro
es totalmente anticientífico. La Ciencia debe examinar imparcialmente los
fenómenos que contradigan las nociones adquiridas. Además, a la hora de ver
si es un suceso milagroso o no, se convoca a los científicos. La abstracción y la
reflexión, actos inmateriales, prueban la inmaterialidad de la inteligencia. Si la
inteligencia es una de las facultades del alma, y teniendo en cuenta que el
efecto no puede ser más perfecto que la causa y lo inmaterial es más perfecto
que lo material, el alma es inmaterial. En cuanto a la verdad, vimos la teoría
tomista que explica la adecuación entre el entendimiento y la realidad. Bunge
jamás podrá llegar a esta explicación ya que no acepta la inmaterialidad del
alma. "La ciencia experimental es incompetente para juzgar, ni a favor ni en
contra, las dimensiones espirituales; esto no supone en modo alguno una
crítica a la ciencia: es simplemente el reconocimiento de sus límites
metodológicos, tal como casi todos los científicos lo reconocen en la
actualidad"16.
16
Artigas, Mariano: El desafío de la racionalidad. EUNSA, Pamplona, 1994. Pág. 180.
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