ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES ARTES Y HUMANIDADES 401204: Filosofía Moderna Act No.12: Lección Evaluativa 3 FUNDAMENTOS DE LA TEORÍA HEGELIANA El idealismo alemán ha sido considerado como teoría de la Revolución francesa. Esto no significa que Kant, Fichte, Schelling y Hegel ofreciesen una interpretación teórica de la Revolución francesa, sino que, en gran parte, escribieron su filosofía como respuesta al reto de Francia de reorganizar el Estado y la sociedad sobre una base racional, de modo que las instituciones sociales y políticas concordaran con la libertad y el interés del individuo. A pesar de su agria crítica al Terror, los idealistas alemanes dieron, unánimemente, la bienvenida a la Revolución, llamándola aurora de la nueva era, y todos relacionaron los principios básicos de su filosofía con los ideales que ella representaba. Por consiguiente, las ideas de la Revolución francesa están presentes en el propio núcleo de los sistemas idealistas y determinan en gran medida su estructura conceptual. Tal como lo vieron los idealistas alemanes, la Revolución francesa no sólo llegó a abolir el absolutismo feudal, reemplazándolo con el sistema político y económico de la clase media, sino que completa también lo que la Reforma alemana había comenzado, al emancipar al individuo y convertirlo en dueño autosuficiente de su propia vida. La posición del hombre en el mundo, el modo como trabaja y se recrea, no habría de depender ya de una autoridad externa, sino de su propia actividad libre y racional. El hombre había pasado ya el largo período de inmadurez durante el cual fue víctima de abrumadoras fuerzas naturales y sociales, y se había convertido en el sujeto autónomo de su propio desarrollo. De ahora en adelante, la lucha con la naturaleza y con la organización social habría de ser guiada por los propios progresos de su conocimiento. El mundo habria de ser un orden racional. 1 ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES ARTES Y HUMANIDADES 401204: Filosofía Moderna Act No.12: Lección Evaluativa 3 SCHELLING Y LA CRISIS DEL SUJETO METAFÍSICO Los expertos en el estudio de la obra de Schelling hablan de la existencia de varias etapas en el desarrollo de su pensamiento. Sin buscar entrar en los detalles de cada uno de los pasos dados en sus investigaciones filosóficas se quiere señalar, a grandes rasgos, los problemas que, de alguna manera, siempre le preocuparon y que serán objeto de reflexión hasta el final de sus días. Desde sus trabajos de juventud, influenciados especialmente por la filosofía de Fichte, Schelling se ocupa de superar la división entre sujeto y objeto propia de la tradición cartesiana. En sus obras El yo como principio de la filosofía (1795) y las dedicadas al estudio de la naturaleza, entre ellas, “Introducción a las ideas de una filosofía de la naturaleza” (1797), se puede observar la intención explícita de unificar el reino del espíritu con el reino de la naturaleza. En las obras posteriores, consideradas como la presentación de su sistema idealista, incluyendo su trabajos sobre el ser, que se consideran la última etapa de su pensamiento, el filósofo alemán expone una concepción de lo absoluto que representa un paso más allá del idealismo subjetivo del yo. Sin embargo, la filosofia de Schelling no puede dejar de concebirse por fuera de la filosofia del sujeto iniciada en Descartes y explicitada y desarrollada en la filosofía de Kant. Aunque Schelling no haya tomado directamente de Kant la noción de absoluto, se debe al autor de la Crítica de la razón pura, la noción de trascendental que abre el camino a la filosofía de lo absoluto. El hecho que la vida trascendental de espíritu en Kant tenga que ver, como quedo también visto a propósito de este autor, con lo formal, significa que no tiene contendió, consistencia. Y un sujeto que es exclusivamente forma se puede decir que es nada. El mundo pertenecería a lo que no es el sujeto. 2 ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES ARTES Y HUMANIDADES 401204: Filosofía Moderna Act No.12: Lección Evaluativa 3 LA DIALÉCTICA HEGELIANA La filosofía de la historia ocupa un lugar central en el sistema de Hegel, actuando como una especie de gozne para que las demás partes encajen. Esto es así porque su sistema íntegro está pensado históricamente, de manera que en su obra se dan la mano la filosofía de la historia y la historia de la filosofía bajo la égida de la historia universal como realización del Espíritu Absoluto. A la base de esta concepción de la filosofía de la historia se halla la identificación de las categorías del ser y del pensar, esto es, de la ontología y la lógica, así como la manifestación dialéctica de ambos. Ni la historia del pensamiento, ni la reflexión sobre la historia pueden ser algo meramente externo, porque la historia del mundo no es algo diferente de la construcción dialéctica del Espíritu. Mientras que la filosofía de la naturaleza considera la Idea fuera de sí, exteriorizada, la filosofía de la historia –como filosofía del espíritu– considera la idea en sí y para sí, constituyendo la coronación del sistema. La historia se presenta, pues, como el despliegue de una totalidad, y lo que nos narra son objetivaciones del Absoluto en su devenir hacia la plena posesión de sí mismo; el fin hacia el que la historia tiende no es otro que la adquisición por parte del Espíritu de la plena autoconciencia de lo que él es; el tiempo es el ámbito donde el Absoluto se despliega; y el fin de la historia se alcanza cuando el Espíritu logra la meta de adquirir la plena autoconciencia. Los acontecimientos de la historia no son sino momentos del despliegue del Absoluto (que se objetiva en las diferentes etapas de su desarrollo en los fenómenos del arte, del derecho, de la filosofía o de la religión), pero auto determinándose y reconociéndose a través de esos acontecimientos hasta conseguir la auto comprensión total de sí mismo. Este camino se identificará, a su vez, con la realización de la razón divina, que determina los acontecimientos, y con el desarrollo de la conciencia de la libertad. 3 ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES ARTES Y HUMANIDADES 401204: Filosofía Moderna Act No.12: Lección Evaluativa 3 El Espíritu se despliega en tres momentos de desarrollo dialéctico, como espíritu subjetivo (alma, conciencia, espíritu en tanto que objeto de la sicología), espíritu objetivo (derecho abstracto, moral o moralidad interna, esto es, Moralität, moralidad objetivada o eticidad, es decir, Sittlichkeit), y espíritu absoluto (arte, religión, filosofía). Esta adecuación entre razón y realidad se da a través de contradicciones, colisiones y conflictos que conducen a estadios superadores. Se trata de un proceso dialéctico que hace de la historia universal no sólo el tribunal universal, sino también el progreso en la conciencia de la libertad. 4