INFLUENCIA DE LAS CLASES DE EDUCACIÓN FÍSICA EN LA HIGIENE POSTURAL INTRODUCCIÓN La higiene postural es una terapia que generalmente está infravalorada por errores de concepto en un amplio colectivo de profesionales. Es bastante frecuente que simplifiquemos todo lo referente a la higiene postural, a los consejos para la adquisición del mobiliario, sin tener en cuenta en demasía las necesidades específicas de cada sujeto. Los niños en edades comprendidas entre 6 y 14 años, son los alumnos adecuados para asimilar una serie de conceptos sobre el cuidado y la higiene corporal de su cuerpo, y para convertir estos, en hábitos de conducta saludable. El centro docente presenta un contexto favorable para intervenir en la prevención y promoción de la salud, ya que es el lugar donde mayor tiempo pasan los jóvenes y en constante interrelación con el grupo de iguales, además es un espacio de saber donde la figura del profesor, juega un papel de autoridad y paternidad. Debemos el profesorado como agente educador, proporcionar a los escolares información básica sobre los hábitos posturales correctos e incorrectos, y sobre todo su importancia en su organismo. Desde el área de Educación Física voy a dar unos conceptos, unas pautas de actuación y consejos para evitar esa mala higiene postural en nuestro alumnado, que serán una herramienta muy útil para la comunidad docente en su conjunto, para los propios alumnos/as y sus familiares, pues el tener una mala higiene postural en estas edades sólo va a acarrearle en un futuro patologías y problemas de espalda que le afectarán en su día a día en la salud y su vida laboral. CONCEPTOS Voy a empezar definiendo una serie de conceptos que aunque todos sabemos lo que significan, muchas veces no somos capaces de transmitírselo a nuestro alumnado. Higiene postural : Son las medidas o normas que podemos adoptar para el aprendizaje correcto de las actividades o hábitos posturales que el individuo adquiere durante su vida, así como las medidas que faciliten la reeducación de actitudes o hábitos posturales adquiridos previamente de manera incorrecta. La postura y los hábitos posturales dependen fundamentalmente de la función neuropsicomotriz, es necesario que el sistema nervioso y el aparato locomotor no sufran deficiencias. Se compone de dos tipos de factores diferenciados: Los hábitos posturales, inscritos en nuestro esquema corporal (son internos y dinámicos). Los factores externos o ayudas, como son el mobiliario o los espacios (estáticos). Postura correcta: La que no sobrecarga la columna ni a ningún otro elemento del aparato locomotor. Dentro de ella lo más recomendado es emplear el término de postura armónica, para referirnos a la postura más cercana a la postura correcta que cada persona puede conseguir, según sus posibilidades individuales en cada momento y etapa de su vida. La actitud postura: Es el conjunto de gestos o posiciones que hacen que las posturas sean correctas o viciosas, dándonos una visión del individuo armónica o disarmónica, pero siempre dinámica. Su adquisición se Inicia desde el momento del nacimiento de una manera dinámica, pudiendo variar a lo largo de su vida. ADQUISICIÓN DE HÁBITOS POSTURALES Los hábitos y actitudes hay que educarlos desde que nacemos, en el primer año de vida es cuando el niño/a acumulará sus primeras experiencias vitales para el desarrollo del equilibrio y esquema corporal. Lactancia Es muy importante las posiciones que el bebé adopte en la cuna, así como el mobiliario utilizado y la distribución de la habitación. Un ejemplo sería la situación de la cuna en la habitación; la ventana y la puerta son elementos fijos en el espacio, pero muy importantes, ya que por ellos se introducirán muchos estímulos visuales y auditivos que marcan las primeras bases sobre las que montará su esquema corporal; por lo tanto el niño debe ser cambiado de postura con frecuencia para que inicie un desarrollo simétrico, tanto en su percepción como en su musculatura. Primera infancia Tendremos en cuenta la manera de aprender a comer, el mobiliario que adaptemos en su habitación, la temperatura ambiente, el calzado, etc. El niño pasará progresivamente del decúbito a la sedentación, a la bipedestación y finalmente al movimiento. Conforme se acerque a la edad escolar la postura de sentado ira tomando mayor importancia. La edad escolar En esta etapa se efectuarán los aprendizajes de hábitos posturales correctos con la participación activa y consciente del niño/a, pero sin descuidar los factores descritos anteriormente. En esta etapa es donde la Educación Física, bien orientada, ejerce una influencia muy beneficiosa. Pero por desgracia a veces no es todo lo provechosa que debiera debido a que el profesorado presenta una incompleta preparación. Esta situación, no sólo suele inutilizarla, sino que incluso puede servir para introducir o fomentar errores y vicios en el esquema corporal del niño. Para un correcto aprendizaje del niño/a utilizaremos el juego y basándonos en su alta capacidad de imitación; gradualmente se podrá introducir prácticas deportivas, siempre en forma de juego donde trabajemos los correctos hábitos posturales. En esta etapa, hay una serie de peligros importantes destacando entre otros: La disminución de la cantidad de movimientos. Mantenimiento de sedentaciones prolongadas durante el horario escolar. Inicio de sufrir fatiga física y psíquica en el alumnado. Dificultad en la adecuación del mobiliario. Imitación de hábitos familiares viciosos. Sesiones intensivas delante del televisor. REEDUCACIÓN DE HÁBITOS POSTURALES VICIOSOS Los hábitos y actitudes viciosas pueden aparecer por alteraciones patológicas congénitas o adquiridas y por aprendizajes incorrectos. La reeducación es esencialmente psicomotriz. Para reeducar es preciso percibir y a veces flexibilizar, tonificar, enderezare y como objetivo final automatizar en el esquema corporal la actitud más armónica que podamos conseguir. Precisa en su reeducación un tratamiento individualizado, ya que a veces, los consejos posturales no suelen conseguir el objetivo propuesto, sino que pueden agudizar el defecto que queríamos mejorar. Los consejos repetidos hasta la saciedad como “ponte derecho”, “siéntate bien”, así como la amenaza de colocarle al niño un corsé o imponerle prácticas deportivas, pueden agravar la mala actitud postural o negativizar su actitud psicológica ante su problema. Antes de enseñar y reeducar al niño/a hay que valorar cuales son las causas y dificultades que hicieron que adquiriera una actitud viciosa, pues sino será muy difícil lograr su reeducación. Protocolo de reeducación del alumno/a • Percepción del defecto por parte del alumnado en cuestión. • Ejercicios para mejorar el balance muscular y articular (estiramientos y tonificación muscular). • Disociación de las sinergias preexistentes, independientemente movimientos segmentarios. de los • Educación perceptiva del equilibrio y mejora de su esquema corporal. • Automatización de la nueva actitud correcta, incorporándola a los gestos estáticos y dinámicos de su vida diaria. Aplicación práctica del docente de Educación Física El reconocimiento del aparato locomotor del escolar es la primera medida, imprescindible para poder analizar la existencia de las desalineaciones en bipedestación y/o sedentación. Para la percepción del defecto por parte del alumno/a y de su familia, es preciso dialogar con ellos; es necesario mostrarle sus incorrectas posturas habituales. Lo ideal es poder emplear un espejo para que ellos/as visualicen esas posturas incorrectas y enseñarles cual sería la adecuada. Que ellos visualicen su mala postura es imprescindible para la correcta aplicación de la higiene postural. No podemos pasar a la siguiente fase reeducativa si no ha percibido su postura y deduce y/o siente el porqué es incorrecta. Nos será también de gran utilidad el uso de esquemas, dibujos y libros para que valla conociendo las correctas posturas en las tres situaciones de acostado, sentado y de pie. Podemos ya enseñarle que existen otras posiciones relajadas y cómodas con amplios límites, más armónicas que producen sensaciones positivas y que pueden ser mantenidas en el tiempo sin exigirles mayor esfuerzo del que hasta ahora realizaban para mantener sus «malas posturas. Una última fase sería que trate de integrar las posturas correctas en su esquema motor. Le decimos que cierre los ojos y “sienta” estas nuevas posturas, para que posteriormente compruebe si las sigue adoptando correctamente gracias a la ayuda del espejo, para que finalmente con práctica logre integrarlas en su nuevo patrón postural. Es de suma importancia que las sensaciones que acompañan a las nuevas posturas no ocasionen tensión ni incomodidad, ya que mientras no logremos asociar comodidad con postura correcta, no lograremos corregir un mal hábito postural. INFLUENCIA DE LA EDUCACIÓN FÍSICA EN LA HIGIENE POSTURAL 1ª Puede mejorar significativamente la frecuencia y gravedad de las dos alteraciones más prevalentes del aparato locomotor en edad escolar, mediante un adecuado programa de extensibilidad isquiosural y mejora postural, tanto en enseñanza primaria como secundaria. 2ª Existe una clara mejora de la disposición dinámica de las regiones torácica y lumbar tras la actuación sobre el esquema corporal dinámico, lo que corrobora la gran importancia que el esquema corporal posee en el tratamiento de las desalineaciones del raquis, por lo que, actuando adecuadamente en estas edades de desarrollo de la columna vertebral se puede reducir el número y estructuración de las cifosis. Por el contrario, con actitudes no intervencionistas, la tendencia natural es hacia el agravamiento. 3ª. Existe una mejora en los hábitos sedentes, estas posiciones, pueden deberse a una transferencia de la postura adquirida en los ejercicios durante las clases de educación física. EJERCICIOS A PODER REALIZAR EN LAS CLASES DE EDUCACIÓN FÍSICA EN LA MEJORA DE LA HIGIENE POSTURAL Podemos hacer en las clases una serie de ejercicios básicos que los podemos introducir bien en el calentamiento o en la vuelta a la calma de la sesión, estos nos van a ayudar a ganar flexibilidad, potenciación, corregir la estática defectuosa y eliminar las molestias. - Los ejercicios deben de adaptarse a cada persona y patología. Aumentar las repeticiones y la resistencia de forma progresiva. Realizar los ejercicios de forma lenta y sin forzar a que aparezca el dolor. Deben de coordinarse con ejercicios respiratorios. Cervicales - Flexión anterior, llevar la barbilla en contacto con el esternón. Inclinación, sin elevar el hombro contrario y mirando al frente, llevar la oreja al hombro contrario. Rotación, mirando al frente, girar alternativamente la cabeza a cada lado. Intentar crecer, tratando de separa la cabeza del cuerpo, bajando los hombros. Isométricos sin movimiento, manteniendo la contracción 5 segundos: a. Mano en la frente, apretar y descansar. b. Mano en el lateral de la cara, no permitir la rotación. c. Mano en el lateral de la cara, no permitir la inclinación. Cérvico-dorsales - Elevación de hombros, lentamente subimos los hombros, mantenemos unos segundos y bajamos. Rotación de hombros lentamente. Aproximación de omóplatos, llevar los hombros atrás, mantener unos segundos y descansar. Dorso-lumbar - Estiramiento axial, pies separados, con los brazos arriba intentar crecer. Inclinación lateral, desde la misma posición anterior, llevamos los brazos hacia un lado. Inclinación anterior, desde la misma posición, llevamos los brazos hacia delante. A continuación voy a desarrollar actividades que pretenden ampliar los recursos de trabajo dirigidos hacia la reeducación y educación de la actitud postural; aportando así una mayor motivación a través de la variación de estímulos, a la vez que abrimos un abanico de posibilidades motrices. Educación y trabajo respiratorio Algunas de las tareas que se pueden proponer son las siguientes: 1. Ejercicios de movilidad diafragmática. 2. Práctica de diferentes tipos de respiración: diafragmática, abdominal, clavicular. 3. Trabajar ritmos respiratorios que requieran determinadas actividades o deportes: natación, expresiones de ira, rabia, tranquilidad. 4. Técnicas de respiración, yoga, el pranayama algunos de los ejercicios más destacados, consisten en un "juego" de inspiración y espiración a través del orificio derecho e izquierdo de la nariz tapándolos alternativamente y en diferentes tiempos y combinaciones. 5. En el trabajo activo se debe insistir en las fases respiratorias y su mejor momento. La inspiración acompaña a los movimientos de alargamiento y fases de reposo en la ejecución de los ejercicios; la espiración, como trabajo activo, acompaña a la fase de esfuerzo del ejercicio, ya que obliga a contraer los músculos abdominales. Trabajo de equilibrio A través de los ejercicios de equilibrio se busca la integración postural correcta en el esquema corporal. En la práctica de este trabajo interviene la estimulación de las sensaciones propioceptivas, las cuales favorecen la apertura de vías informativas a cerca de las posiciones adoptadas, muchas de ellas en desuso Algunas de las propuestas de trabajo son las siguientes: 1. Reduciendo la base de sustentación. Por ejemplo, sentado en un balón mantener el tronco recto. 2. Elevando el centro de gravedad y reduciendo la base de sustentación. Por ejemplo en una barra de equilibrio experimentar diferentes posiciones modificando los apoyos, flexionando el tronco,...etc. 3. Podemos aumentar el nivel perceptivo corporal en los ejercicios anteriores, suprimiendo el sentido de la vista. Actividades acuáticas El cuerpo humano en el agua está sometido a una serie de leyes particulares (empuje hidrostático de Arquímedes, presión hidrostática, resistencia del agua,...) que hacen de él un ámbito especialmente rico para el trabajo de educación postural. Influencia del agua sobre el sistema sensorial: Estimulación exteroceptiva. Receptores Táctiles: La estimulación de los receptores táctiles refuerzan la percepción de la piel y permiten una mejor apreciación del esquema corporal. Receptores Visuales, se ven alterados cuando el sujeto mira debajo del agua o al fondo de la piscina. Sensibilidad propioceptiva. Los receptores vestibulares y de los músculos, tendones y articulaciones nos informan sobre la posición relativa de los segmentos corporales y sobre la velocidad del movimiento y la acción en sí. Los receptores propioceptivos son solicitados de forma diferente permitiendo así una reprogramación neuromuscular. La percepción del esquema corporal es más constante debido a la búsqueda del equilibrio y la coordinación de los movimientos en el agua. El agua va a proporcionar un nuevo sistema de representación, por ello las informaciones propioceptivas esencialmente subjetivas en el universo acuático deberán estar asociadas a las informaciones exteroceptivas, antes de ser utilizadas de forma inconsciente. INSTRUMENTOS DE AYUDA EN LA REEDUCACIÓN Como complemento de la prevención, educación y reeducación son muy importantes. Pasamos a describir los más utilizados: a) La cama y las almohadas Al estar acostado tiene que prestar atención a las posturas que adopta y a las características del colchón y la almohada. El somier junto con el colchón, deben dar firmeza, para que al acostarse eviten su hundimiento. Deben ser lo suficientemente amplios a lo ancho y largo, de forma que no conduzcan a decúbitos encogidos. Respecto a la dureza del colchón, es un error el pensar que dormir en superficie dura va a corregir deformidades de la espalda (tipo escoliosis o cifosis). Posturas al estar acostado: Al estar acostado es mejor situarse boca arriba. Dormir boca abajo no es recomendable, pues al hacerlo se suele modificar la curvatura de la columna lumbar (lordosis lumbar) y, para poder respirar, debe mantener el cuello girado durante varias horas generando una tensión asimétrica de su musculatura. Si no puede dormir en otra postura, debería intentar hacerlo ligeramente de costado. Si, por ejemplo, se girase hacia el lado izquierdo, deberá flexionar la cadera y la rodilla derecha, aún manteniendo estirada la izquierda, y procurar girar los hombros y adaptar la forma de la almohada a su cabeza de modo que la postura relativa del cuello en relación a la columna dorsal fuese lo mas parecido posible a la que forman al estar de pie. A). Decúbito supino o dorsal En esta posición al dormir, la lordosis cervical puede disminuirse con el uso de una delgada almohada, aunque puede dormirse sin almohada. Su uso sí será obligado para aquellos niños/as que tengan marcadas cifosis dorsales, dependiendo su espesor del grado de convexidad de la curvatura (a mayor curvatura, mayor altura de la almohada). La lordosis lumbar se reduce flexionando las rodillas y las caderas. Esta posición ocasiona una menor tensión del músculo psoas (flexor de la cadera). Este efecto se puede conseguir mediante el uso de una almohada debajo de las rodillas. Este detalle es aconsejable en los niños con molestias de espalda o con hábitos lordóticos o cifolordóticos. B). Decúbito lateral En esta postura, la almohada es siempre aconsejable para evitar que se establezca una tensión asimétrica de la musculatura lateral del cuello. Si la almohada es excesivamente alta puede provocar el mismo efecto indeseable, pero en el lado contralateral. La tensión de la zona lumbar puede disminuirse estirando la pierna que esté en contacto con el colchón y doblando la otra. C). Decúbito prono o ventral Habría que evitar que el niño/a llegue a adquirirla como hábito, ya que es la menos aconsejable para su reposo nocturno. b) El suelo Es un buen sustituto de la silla o del sofá para los juegos que precisen de posturas no fijas. Es muy utilizado por los escolares y adolescentes para ver la televisión o escuchar música, adoptando posiciones de decúbito prono que disminuye el grado de cifosis dorsal, por lo que es beneficiosa, y por tanto aconsejable, para los escolares que presenten hábitos cifóticos (cargado de espaldas) o cifosis en fase de estructuración. A pesar de esto, estáticos. no es aconsejable para el estudio, ni para los juegos La sedentación prolongada precisa de un apoyo para la espalda. Cuando se mantiene de forma prolongada en el suelo, sin apoyo en la espalda y durante su desarrollo, va a favorecer la aparición de curvaturas anormales raquídeas del plano sagital. c) Las sillas Deben ser firmes, que no se hundan, pero evitando una dureza excesiva. La silla debe sujetar la espalda en la misma postura en la que la columna esta al estar de pie, es decir, respetando las curvaturas normales. Es imprescindible que tenga respaldo para la zona lumbar, cuya altura no debe sobrepasar la del ángulo inferior de las escápulas. Sólo los asientos de descanso podrán tener el respaldo más alto al tener un apoyo para reposar la cabeza, aunque no son propios ni aconsejables a estas edades. La forma del respaldo debe de tener una ligera curva que protruya hacia la zona lumbar, dejando un espacio libre para la zona glútea, de forma que coloca la pelvis en un adecuado equilibrio y a la columna lumbar en ligera lordosis, que es una postura correcta. Un respaldo de altura variable facilita que una misma silla se ajuste a distintas espaldas. Respecto a la altura de la silla de trabajo depende de las características antropométricas, la más recomendada sería que la cadera se disponga sobre el ángulo recto, al igual que la rodilla (las rodillas deben estar al mismo nivel o por encima de las caderas) y la planta del pie, el cual debe apoyarse completamente en el suelo. La distancia del respaldo al borde anterior del asiento nunca debe sobrepasar más de 2/3 de la longitud del muslo, de forma que permita la flexión de las rodillas hasta los 45°. Cuando estas condiciones no se cumplen, suele provocar dos posibles situaciones: la más frecuente, que se aleje el niño del respaldo, con lo que perdemos el efecto protector de éste sobre la columna o que se siente al fondo con las rodillas semiextendidas, modificándose la posición de la pelvis e invirtiéndose la lordosis lumbar, (esto sucede cuando los niños/as se sientan en sillas de adultos sin las debidas modificaciones). No es preciso que la silla para estudio lleve reposabrazos, ya que la mayoría de las veces dificulta el acoplamiento con la mesa. El resto de características que deben reunir los asientos son: - Debe ser amplio de forma que permita cambios en la posición de sentado. - Se recomienda que tenga una inclinación del asiento sobre los 5° con mayor elevación en la parte anterior, de forma que ayuda a contactar la zona lumbar con el respaldo. - Exista una relación inversa entre altura del asiento y su profundidad. - La tapicería debe ser porosa y áspera para facilitar la ventilación y fijación. Un apoyo lumbar disminuye la tensión de la zona dorsal, aconsejándose colocar estos apoyos en los niños/as con molestias en la zona dorsal. También es beneficioso el uso del apoyo lumbar en niños/as con hábitos cifóticos lumbares y con acortamiento de los músculos posteriores del muslo o isquiosurales. d) La mesa Suelen ser de muy variadas respecto a sus dimensiones y estilos, pero generalmente son fijas cuando lo ideal es que permitan dos tipos de movimientos: su regulación en altura y la inclinación del tablero. La altura de la mesa estándar de 70 a 75 cm, es excesiva para los niños/as con una talla aún baja, ya que para permitir un ángulo aproximadamente recto en cadera, rodilla y pies, la silla debe ser bastante baja, quedando la mesa excesivamente alta . Al contrario sucede con los adolescentes con talla alta o muy alta, que si adaptan correctamente la silla, la mesa les queda excesivamente baja para su distancia de acomodación. La correcta altura del tablero de la mesa debe fijarse de tal forma que permita apoyar cómodamente los antebrazos sobre la mesa, la espalda está apoyada sobre el respaldo, el pecho en contacto con el tablero y pueda leer sin cansarse la vista. Esto se obtiene cuando la altura de la mesa queda aproximadamente debajo del pecho, aunque ha de ajustarse en cada caso particular. La inclinación del tablero es aconsejable para disminuir la cifosis dorsal y la cervical, al igual que sucede con el uso del atril para la lectura de libros. La altura de la mesa deberá estar en relación a la actividad a realizar. Debe ser diferente para estudiar o escribir que para realizar manualidades, jugar o escribir al ordenador que precisa de una menor altura. Otro accesorio bastante importante y que apenas se usa es el reposapiés, el cual puede sustituir la ausencia de regulación de la altura de la mesa en los niños pequeños. Sitúa al tobillo a una leve flexión dorsal y disminuye la flexión de la rodilla, lo que produce una menor tensión del tendón de Aquiles y de los músculos flexores de la rodilla, facilitando la correcta posición de la pelvis y de la columna. e) Trabajo con el ordenador La pantalla tiene que poderse orientar e inclinar. Debe situarla a unos 45 cms. de distancia, frente a los ojos (no a izquierda ni derecha) y a su altura, o ligeramente por debajo. El teclado debe estar bajo, para no levantar los hombros, o debe poder apoyar los antebrazos en la mesa. La elevación del teclado sobre la mesa no debe superar los 25º. Si es posible, la iluminación debe ser natural, y en todo caso se deben evitar los reflejos en la pantalla. Las muñecas y los antebrazos deben estar rectos y alineados con el teclado, con el codo flexionado a 90º. Puede utilizar también un reposa manos de al menos 10 cm. de profundidad para reducir la tensión estática. Si usa prolongadamente el ratón, alterne cada cierto tiempo la mano con la que lo maneja. Coloque en un radio de 75 cms. los objetos que utilice frecuentemente, como el teléfono y el teclado, y a más distancia los que utilice menos a menudo, como las unidades de almacenamiento o la impresora. Así cambiará de posición cada cierto tiempo. f) Los sofás Los sofás por su diseño suelen ser el lugar t ideal para adoptar y fijar malas posturas, es preferible que el sofá sea suficientemente firme, así como hay que enseñarles a mantener la postura armónica, ayudándose de algún cojín en donde recostar la espalda y otro colocado debajo de las rodillas para mantenerlas flexionadas. g) La iluminación Es importante aprovechar al máximo la luz solar, por eso recordemos que lo mejor es recibir la iluminación por la izquierda en los diestros y la derecha en los zurdos. En muchas ocasiones emplean luz artificial, cuya intensidad debe ser la correcta y su altura deber estar bien calculada para que ilumine toda la zona de trabajo, evitando zonas de sombras que provoquen que el niño/a adopte posturas forzadas. h) El calzado Las principales características que ha de tener el calzado durante el crecimiento son: Rígido y resistente contrafuerte, pero que no inmovilice el tobillo. Antepié flexible para permitir una buena funcionalidad de las articulaciones metatarsofalángicas. Que sea holgado para favorecer el desarrollo armónico de los dedos y que permita la transpiración. El calzado del escolar debe ser adecuado para las actividades que en cada momento realice. Si en poco tiempo desgasta la suela anormalmente, exige un estudio de los pies (disposición de la bóveda plantar y del calcáneo y huella plantar) en bipedestación. Vigilar el calzado del escolar es una buena medida en la higiene postural, ya que difícilmente se puede mantener una actitud postural correcta cuando la base que la sustenta no lo es. i) La cartera Debemos enseñarles a transportar las cargas de la forma más beneficiosa posible, a pesar de saber que cuando estas son excesivas siempre serán nocivas, desequilibrando al organismo y obligando a que adopten actitudes viciosas para su transporte. La forma aconsejable de portar los libros es utilizando una cartera tipo mochila o bandolera, esta debe ser cómoda, de anchos tirantes y que la usen correctamente, repartiendo el peso entre sus dos hombros. Si utiliza la bandolera, es aconsejable que la lleve siempre cruzada y se acostumbre a alternar el lado de apoyo. La cartera tipo mochila nos parece muy adecuada porque lleva los hombros hacia atrás corrigiendo la curvatura alta de la espalda. El problema es cuando llevan un peso excesivo al recomendado, ocasionando un desequilibrio, que lo compensa cargándose más de hombros. Hay que llevar sólo el peso del material que vamos a utilizar. A veces por el exceso de carga que deben portar, la única forma aconsejable sería que la mochila la transportáramos como un carrito tipo supermercado o de bebé y nunca el tipo mochila con ruedas tan de moda actualmente. CONCLUSIONES • La higiene postural es una herramienta terapéutica de gran eficacia para prevenir, armonizar o corregir hábitos posturales in correctos, en nuestro alumnado. • En el niño/a, la imitación y la repetición son el método ideal de aprendizaje. La familia, la escuela y los medios de comunicación marcan patrones de aprendizaje. • La familia que mantiene hábitos incorrectos con vicios posturales, difícilmente podrán enseñar al niño. • La exploración sistemática del aparato locomotor y de su psicomotricidad es imprescindible para valorar y tratar una actitud incorrecta. • Las posiciones habituales que mantenemos durante el reposo nocturno y que se adquieren en los primeros años de la infancia, tienen una gran importancia, ya que pasamos en esta posición al menos un tercio de nuestra vida. • Es preciso tener presente que no es tan importante que el alumno/a tenga un mobiliario ideal como saber adaptar el que tiene. • Enseñar al niño las adaptaciones del mobiliario una vez que percibe cuáles son sus defectos y cuáles son los hábitos posturales que debe conseguir, es la manera de utilizar la higiene postural de manera correcta. BIBLIOGRAFÍA Aguado, X. y Fernández, A. “Ergonomía, seguridad e higiene en educación primaria. Una propuesta de unidad didáctica en Educación Física. En: La enseñanza de la Educación Física y el Deporte escolar”. Actas del II Congreso Internacional. Almería, 1998. Canto, R. y Jiménez, J. “La columna vertebral en la edad escolar”. Editorial Gymnos. Madrid. (1998). Cuadrado, R. López, T. y Reñones, B. “Higiene postural en la etapa escolar”. Fisioterapia 1993; 15 (3). Páginas 97-126. Kapandji, A. “Cuadernos de fisiología articular”. Editorial Toray-Masson, Nº 3. Tronco y raquis. 2ª edición. Barcelona. (1981). Lapierre, A. “La reeducación física”. Tomo II. Editorial Dossat 2000, Madrid. (1996). Marín, M. Errastl, J. González, JA. Lizaso, J y Villarroya, A. “Valoración del tipo de silla y mesa de trabajo utilizado por la población estudiante del distrito universitario de Zaragoza”. Medicina de Rehabilitación 1992; V. (3). Páginas 86-95. http://www.espalda.org/