Estimados amigos, Cuando el Papa Francisco dio inicio al año jubilar de la misericordia en diciembre, dijo que lo hacía para “redescubrir el significado de la misión que el Señor le confió a la Iglesia en el día de Pascua: ser una muestra y un instrumento de la misericordia del Padre”. En este año jubilar, en el que en todo el mundo la Iglesia Universal se sumerge en el tema de la misericordia, el Padre Santo nos hace un llamado para que nos renovemos ante Dios como discípulos de su misericordia, a la vez que aceptamos con los brazos abiertos, compasión y amor a toda la humanidad. Por supuesto, parece una tarea difícil. ¿Cómo podemos, viviendo nuestras vidas en 14 condados al norte de Nueva York, abrazar a toda la humanidad? ¿Recuerda el viejo dicho que dice que la caridad comienza en casa? Para comenzar, hay que ser amables con las personas que conocemos e incluso con quienes no conocemos. Existen diversas formas de trabajar como voluntario: prestar servicio en un ministerio parroquial, en un comedor social que sirva sopa o comida, o al visitar a los ancianos en un asilo, quienes a menudo no reciben visitas de otras personas. No tenemos que ir muy lejos para encontrar personas que necesitan nuestro amor y bondad. Otra forma significativa de ser instrumentos del amor de Dios, que tiene una repercusión real y amplia, es hacer una donación para apoyar la Campaña Anual del Obispo diocesano, que en los últimos 61 años ha abierto las puertas de la misericordia a miles de personas. Durante la Campaña Anual del Obispo, las personas de las parroquias de nuestra diócesis se unen para ofrecer los recursos económicos que permiten que treinta ministerios de nuestra Iglesia Diocesana sirvan y se ocupen de las necesidades temporales y espirituales de otras personas. En las siguientes páginas conocerá personas que se puede decir que son “ministros de la misericordia de Dios”. Gracias a sus donaciones a la Campaña Anual del Obispo se está albergando a quienes no tienen hogar, enseñando a los jóvenes a ser ciudadanos llenos de fe, ayudando a nuestras comunidades religiosas para que cuenten con una mejor información y estén más conectados entre sí, y sirviendo al pueblo de Dios en nuestras parroquias y en cuerpos militares. Le pido que lea este panfleto y visite la página web de la Campaña Anual del Obispo de 2016, www.thebishopsappeal.org, para obtener información sobre cómo su donación puede hacer una diferencia y tener un impacto positivo en la vida de las personas. Que durante este año de misericordia, y en cada día de su vida, estas palabras de los salmos vivan en su corazón: “Demos gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia”. ¡Aleluya, aleluya! Que Dios lo bendiga. Sinceramente suyo en Cristo, D.D. Edward B. Scharfenberger Obispo de Albany