Ley de la libertad

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LA LEY DE LA LIBERTAD
STGO 1:25; 2:12
INTRODUCCION:
El hijo de Dios no puede vivir sin una ley que regule sus actos, es así como
el Señor desde el principio ha establecido leyes que han servido para guiar
a su pueblo dentro de los límites permitidos. Al escudriñar las escrituras
comprendemos que han existido leyes para diferentes grupos en diferentes
tiempos; la Ley Mosaica estuvo vigente en su totalidad en el tiempo antiguo
testamentario; pero ahora en los tiempos finales seremos juzgados en todo
lo que hagamos de acuerdo a la ley de la libertad.
DESARROLLO:
El apóstol Pablo dice en 1Co 6:12; 1Co10:23; todas las cosas me son lícitas,
mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me
dejaré dominar de ninguna; todo me es lícito, pero no todo edifica; si todo
me es lícito, no todo me conviene (v. TORRES AMAT). Dios nos enseña en
estos textos que el cristiano debe ser equilibrado en sus decisiones,
preguntándose siempre si lo que va a hacer le conviene, lo edifica y si tiene
dominio propio a fin de no permitir ataduras en su alma. Podríamos decir
entonces que tomando como figura el templo de Dios, la ley de la libertad
tiene atrio, lugar santo y lugar santísimo, en donde en el atrio están las
cosas que nos son lícitas y nos convienen, en el lugar santo las cosas que
nos edifican y el lugar santísimo es en donde se ejerce el dominio propio en
aquello que hemos decidido hacer.
A. COSAS QUE CONVIENEN:
1. Hech 6:2. Es conveniente que tengamos un corazón apto para servir
dentro de nuestra congregación, ocupándonos de aquellas cosas que nos
deleguen hacer, con el objeto que el ministro que nos cubre y alimenta
espiritualmente se ocupe de la Palabra de Dios y de la oración para el
beneficio de todos.
2. Jn 16:7. El Señor Jesucristo está ahora a la diestra del Padre; pero nos
dejó al Espíritu Santo para guiarnos, hablándonos a nuestro corazón de
acuerdo a la voluntad de Dios. Es conveniente que el E.S. more dentro de
nosotros para poder crecer a la estatura del Varón perfecto y a la plenitud
de Cristo.
3. Hech 19:36. Hay oportunidades en las cuales se manifiesta la ira en
nosotros; la Biblia dice que es lícito que nos enojemos (Ef 4:26); pero no
dándole lugar al enemigo de nuestras almas y que ese sentimiento sea el
que nos gobierne. Es conveniente que cuando estemos airados nos
tranquilicemos para poder tomar decisiones que no sean fruto de la ira.
4. Porv. 25:11. Es conveniente que en la comunión unos con otros tengamos
cuidado de no causar tropiezo con lo que hacemos o decimos ya que
debemos procurar antes el bienestar del hermano antes que la nuestra (Fil
2:4).
5. 2Co 12:1. Una forma de ver el equilibrio de Dios en nuestras vidas es
cuando creemos que todo lo bueno que hay en nosotros es por la
misericordia del Señor (Stgo 1:17); no es conveniente que nos alabemos a
nosotros mismos de algo que hicimos a fin de querer obtener la aprobación
del ojo humano (1Co 1:31; Prov 27:2).
B. COSAS QUE EDIFICAN:
1. Mat 7:24. Debemos edificar nuestro hogar sobre la Roca que es Cristo,
sabiendo que El tiene cuidado de nosotros y que nos guía por sendas de
justicia; de esta manera nuestra familia será restaurada al tener los ojos
puestos en nuestro Salvador y Redentor.
2. 1Tes 5:11. Una forma de edificarnos unos a otros es hablando de la
Palabra de Dios, animándonos a seguir adelante porque nuestro Señor
pronto viene y debemos estar preparados para recibirlo.
3. Hech 9:31. Nuestras vidas se edifican cuando andamos rectamente en el
temor de Dios, caminamos seguros y el Señor nos guarda de toda
asechanza del enemigo y no tendremos temor de lo que nos pueda hacer el
hombre (Sal 56:4).
4. Gal 2:18. Las cosas viejas que el Señor ha destruido en nosotros y que
nos tenían atados al pecado no debemos edificar, porque nos haríamos
transgresores al practicarlas nuevamente; al contrario debemos olvidar
todo lo que queda atrás y extendernos a lo que está adelante, al supremo
llamamiento de Cristo Jesús.
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