EL CULTO VOLUNTARIO Y SU CONSECUENCIA Lo que la gente quiere y no quiere en el ámbito religioso Introducción En Colosenses 2:20-23, Pablo describe ciertas prácticas que caen bajo la categoría de “culto voluntario”. Esta es la adoración acorde a la voluntad del hombre. A menudo la gente quiere ser religiosa porque tranquiliza su conciencia, pero quiere ser religiosa en sus propios términos, no en los de Dios. Vamos a examinar algunas cosas que la gente quiere y no quiere de todo esto. Quieren un Salvador En general, la gente admite que Jesús es el Salvador (1 Jn. 4:14, Jn. 3:16), el único Salvador (Hech. 4:12). La gente quiere a Jesús como su Salvador. Pero no quiere la salvación que Cristo ofrece, ellos quieren ser salvos a su manera. Muchos quieren ser salvos “solamente por la fe” (Stgo. 2:24,26), porque no quieren un Salvador que demanda obediencia (Mat. 28:19-20). La gente no quiere el evangelio (Rom. 1:16-17; 2 Tes. 1:8). Quieren a Cristo La gente quiere a Cristo, así como los judíos lo querían (Jn. 11:27). La ley mosaica apuntaba a él (Gal. 3:24). Pero, la gente no quiere la iglesia de Cristo. A pesar de que la iglesia es el pueblo a través del cual Dios cumple un “propósito eterno” (Ef. 3:10-11) y Cristo murió por ella (Hech. 20:28; Ef. 5:25). El hombre no puede glorificar a Dios aparte de la iglesia (Ef. 3:21). Pero a la gente no le gusta esto. Quieren a Jesús como su Señor Para la mayoría de la gente Jesús es el Señor. Sin embargo, para la mayoría de la gente, “Señor” es un simple título (Luc. 6:46). La gente quiere a Jesús como su Señor, pero que no quiere someterse a su autoridad (Mat. 7:21; 28:20). La gente no quiere hacer todas las cosas “el nombre del Señor Jesús” (Col. 3:17). La gente no quiere el juicio de Cristo (Jn. 12:48). Quieren ser religiosos La gente quiere ser religiosa, como los atenienses (Hech. 17:22-23). A lo largo de la historia, la gente de todas las culturas ha manifestado algún tipo de religión, pero no ha respondido acertadamente a las cosas invisibles de Dios, “su eterno poder y deidad” (Rom. 1:20). La gente no quiere una ley divina (Stgo. 1:22-25). La gente no quiere una práctica religiosa divinamente establecida (Jn. 4:23-24). La gente no quiere la definición de “buenas obras” que la Biblia provee (Mat. 5:16; Gal. 5:6; Ef. 2:10; Stgo. 2:26). Conclusión La gente es muy superficial y no quiere lo que señala su pecado. Lamentablemente, la gente no quiere lo que necesita. ¿Qué quiere usted? *** Por Josué Hernández www.JosueEvangelista.com