“Infidelidad on line” Algunos estudios dan cuenta de que las aventuras amorosas electrónicas se están transformando en una de las maneras más frecuentes de infidelidad. Trescientos millones de personas se lanzan cada día al espacio cibernético para relacionarse con otras, y se estima que más de la mitad busca en la red nuevas experiencias y sensaciones. Y es que al amparo de la pantalla del computador se hace posible todo tipo de extremos, pues la red actúa como un potente desinhibidor para satisfacer postergados u ocultos deseos. Esta práctica llamada ciberaffaire o infidelidad en línea constituye uno de los más nuevos motivos de divorcio. Se trata de casos reales, personas que empiezan a confraternizar de manera íntima con sus “amistades” online. Primero se inicia una relación un poco informal pero poco a poco se van involucrando en una aventura más íntima aunque para muchos suele ser en un comienzo inofensiva. Se trata de personas que, habiendo iniciado una relación a través de la red, comienzan a comprometerse más con la pareja virtual que con la real. “Pues yo soy casado, y si he tenido la oportunidad de "jugar" a tener una noviecita por la red, es algo entretenido y que te ayuda a desestresarte, al menos a mi me ayuda mucho y no por eso quiero menos a mi esposa, al contrario, todo depende como lo veas, yo lo veo como algo entretenido y si no pasa de eso me parece bien” comenta un cibernauta. Hemos oído hablar de ‘ciberrelaciones’, ‘cibernovios’ o ‘cibersexo’, de ‘ciberinfidelidades’ o ‘ciberengaños’. Nunca antes había sido tan fácil buscar aventuras fuera del hogar. Internet ofrece posibilidades infinitas que, si bien no implican el contacto físico directo, al menos inicialmente, no dejan de ser infidelidades. Estos contactos incluyen las mismas emociones, secretos, fantasías y entusiasmo que cualquier relación convencional. El anonimato es una de las características más atractivas de estas relaciones, ya que permite involucrarse en conversaciones eróticas sin temor a ser descubierto por la pareja. Además, el acceso a la red puede hacerse desde la casa, oficina o cibercafés y, a diferencia del adulterio en vivo, pasa inadvertida. Cecilia tiene 28 años. Trabajaba como ejecutiva en un banco y estuvo casada por tres años. Ahora vive con su pareja a quien conoció hace siete meses a través de los chats "Sé que no soy la única que ha vivido algo así. Para algunos es extraño, pero conozco amigas a las que les ha pasado lo mismo". Cecilia comenzó a chatear hace un año y medio. En sólo tres meses tenía una lista de varios amigos con los que se escribía, además, emails a diario. Pero con uno de ellos las conversaciones comenzaron a ir un poco más allá: "Me quedaba hasta más tarde en el trabajo para juntarme con él. Me decía cosas maravillosas. Después me llamaba por teléfono y era increíble lo que me hacía sentir", cuenta. Esa fue la primera de sus cinco relaciones online: "A tres los conocí sin que mi marido se diera cuenta. Pero con el último me enamoré. Me separé y me vine a vivir con él". El peligro y la tentación son latentes en muchas parejas, acciones que difícilmente cometerían a luz del día pueden llevarlas a cabo fácilmente escondidos tras el anonimato de la Red. Estas intrepideces inicialmente inocentes, te ayudaran a perder el miedo y a llegar tan lejos donde uno jamás quiso hacerlo. Padre Pacho elpadrepacho@hotmail.com