Premiar comportamientos positivos La escuela primaria Grand Bay es uno de los centros más problemáticos en la isla de Dominica. La mayoría de sus 212 estudiantes, de acuerdo con el Director Charlene WhiteChristian, tienen problemas de conducta o una baja autoestima. Es por eso que una de las estrategias que se ha aplicado dentro del programa de “Escuelas amigas de la infancia” es el “Club 200 del Director”. Para ser un miembro de este club, los estudiantes deben ser reconocidos por los adultos por su conducta ejemplar mediante tiquetes que se dan al personal que trabaja en la escuela, incluido el cocinero, el personal de limpieza y los conductores de autobuses. Las conductas premiadas van de acuerdo con las expectativas de la escuela. En el caso de Grand Bay, se felicita a los alumnos que son responsables, respetuosos, amables, y a los que estén listos para aprender y cooperar. Los estudiantes que reciben los tiquetes, los colocan en la entrada de la escuela y, cuando una fila está llena, estos estudiantes son reconocidos en una asamblea especial ante todos los alumnos. “En la medida que los estudiantes están más concienciados, cada vez están más tranquilos y podemos sacar más provecho de ellos”, apunta el Director de la escuela. El Club también parece mejorar la autoestima de los estudiantes. “Les encanta cuando los visitantes ven la tabla con sus nombres en ella”, agrega. “Los alumnos ahora se comportan mejor durante el recreo y en la hora del almuerzo”, comenta la profesora de 5º grado Florette Carette. “Antes teníamos, por lo menos, cinco peleas a la semana, sobretodo a la hora de comer, pero ahora ya no hay ninguna. Todos quieren su nombre en el muro”. Alicia Maxim, una estudiante de 13 años de edad, también notó el cambio de comportamiento en los compañeros. “Antes de las Escuelas amigas de la infancia, a los alumnos les gustaba pelear. Ahora a casi todo el mundo le gusta jugar y llevarse bien”. La escuela primaria de Paix Bouche de Dominica utiliza un método similar. Recompensa los comportamientos positivos con cupones que se podrán gastar en material escolar de la tienda de la escuela. El centro escolar también ha involucrado a los padres, que hacen contribuciones monetarias para ayudar en la compra de los artículos de la escuela. Para lograr una escuela más amigable, Paix Bouche también se ha centrado en crear oportunidades para la participación estudiantil y en promover formas de vida saludables. Según Bridgette Lewis, de 11 años, estas prácticas tienen un comportamiento positivo en los estudiantes: “Antes los estudiantes no solían ser nunca amables. Solamente eran irrespetuosos hacia los profesores y hacia los otros compañeros”. Lewis asegura que ahora hacen las cosas diferentes y se comportan mejor. Por su parte, George Kiel, de 9 años de edad, señala que los niños y niñas “están cooperando más con los profesores y entre sí” y que los maestros “toman más tiempo para escuchar a los estudiantes”. Fotografía: UNICEF Barbados/2010