La enajenación de la propiedad accionaria del Estado, debe

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220-8803
Ref.:
La enajenación de la propiedad accionaria del Estado, debe sujetarse a los términos del programa
respectivo.
Distinguido doctor Pedroza:
Aviso recibo de su escrito radicado con el número 490.630-0 del 15 de enero del año en curso, mediante el cual
consulta si previa la observancia del procedimiento establecido en al Ley 226 de 1995, sobre enajenación de la
propiedad accionaria estatal, su titular adquiere el derecho a la libre negociabilidad cuando no hubiere sido posible
la negociación total o parcial de las mismas.
Sobre el particular, es conocido que la Ley 226, antes citada, fue expedida en desarrollo del artículo 60 de la Carta
Política, a fin de que las acciones, bonos obligatoriamente convertibles acciones o participación del Estado en el
capital social de cualquier empresa, pueda ser adquirida, total o parcialmente, por particulares.
Para el logro de tales fines, el legislador consagró un derecho preferencial, en condiciones especiales, para los
trabajadores activos y pensionados; ex trabajadores de la Entidad objeto de privatización y de las entidades donde
ésta tenga participación mayoritaria; las asociaciones de empleados o ex empleados; sindicatos de trabajadores;
federaciones y confederaciones de sindicatos de trabajadores; fondos de empleados; fondos mutuos de inversión;
fondos de cesantías y de pensiones y entidades cooperativas definidas por la legislación cooperativa -artículo 3º.
Ibidem- y estableció, en el artículo 6º y siguientes de la misma, el procedimiento para la enajenación de la
participación estatal, condicionando la validez de la operación, entre otros asuntos, a la aprobación de un programa
de enajenación diseñado en cada caso por la Entidad que se pretende privatizar.
Es así como señala que el programa, además de sujetarse a los lineamientos contemplados en el ordenamiento en
comento, debe contener, entre otros aspectos, los previstos en los numerales 1º y 4º del artículo 10, que
expresamente señalan:
"1. Establecerá las etapas en que se realizará el procedimiento de enajenación, teniendo en cuenta que, de
manera privativa, la primera etapa estará orientada a los destinatarios de las condiciones especiales
indicados en el artículo tercero de la presente Ley" (resaltado fuera de texto).
"4. Fijará el precio mínimo de las acciones que en desarrollo del programa de enajenación no sean adquiridas
por los destinatarios de las condiciones especiales, el cual, en todo caso, no podrá ser inferior al que
determinen tales condiciones especiales". (resaltado nuestro).
De una simple lectura de los numerales transcritos, tenemos que del primero de los citados, se colige que el
programa puede comprender otras etapas para la enajenación, lo que significa que si bien la oferta, en primera
instancia, debe dirigirse exclusivamente a los sectores de que trata artículo 3º citado, puede contemplar otras
etapas en las que los destinatarios deben estar plenamente definidos.
Confirma lo anterior el texto del numeral 4º, cuando establece que el precio de las acciones no adquiridas por los
destinatarios de las condiciones especiales, no puede ser inferior al establecido en la primera vuelta del programa.
En ese orden de ideas, como el ordenamiento que regula la venta de la participación o acciones propiedad del
Estado, particularmente el procedimiento de enajenación, establece mecanismos para democratizar las empresas en
las que es titular el Estado, mas no se prescinde expresamente de la libre negociación de las acciones o
participaciones, a juicio de este Despacho, salvo mejor opinión del Organismo del Estado a quien corresponda
aprobar el programa de enajenación respectivo, podría contemplarse dentro del texto del documento, la posibilidad
para que el titular de las acciones o participaciones no adquiridas dentro del proceso de privatización las ofrezca
directamente a un tercero de su elección, teniendo en cuenta en cada caso la remisión expresa al documento
constitutivo de la sociedad o empresa, trátese de contrato social, ley, decreto o acuerdo del cual derive su
existencia, en cuanto corresponda al cumplimiento de lo allí previsto en materia de negociación o enajenación de las
acciones o participaciones.
En ese sentido se pronunció esta Entidad anteriormente mediante Oficio 220-25834, de abril 6 de 1999 (Doctrinas y
Conceptos Jurídicos 2000).
En los anteriores términos se ha dado respuesta a su consulta, no sin antes manifestarle que los efectos del
presente pronunciamiento son los contemplados en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.
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