4 Deserts 4 desiertos, 4 mundos distintos Racing The Planet organiza una serie de carreras a pie de 250 kilómetros repartidos durante siete días en autosuficiencia alimentaria, las 4 Deserts. Todas tienen en común el desierto, aunque el desierto sea también lo que las diferencia, las condiciones climáticas y orográficas nunca son iguales. Gobi en China, Atacama en Chile, Sáhara en Egipto y Antártida. Carlos García ha recorrido los cuatro y nos cuenta su experiencia. No es fácil plantearse una carrera de 250 kilómetros en autosuficiencia alimentaria en el desierto. Son muchos los factores que se estudian, el entrenamiento que se debe realizar, el tipo de alimentación adecuado, las posibles reacciones del cuerpo a una situación de estrés a la que lo vamos a someter, el aguante, o no, del material seleccionado, o los posibles problemas que nos podamos encontrar que no hayamos ni siquiera considerado, hacen que una prueba de este nivel sea claramente considerada una locura, por cualquier corredor, y si 28 alguno de vosotros ha corrido alguna, sabe de que hablo. De hecho, la locura y tensión que se pasa los meses precedentes hacen que la semana de la carrera sea casi un alivio, vamos que Alea jacta est, que traducido al español muy libremente quiere decir relájate y disfruta porque total, ya no puedes hacer nada. Por eso muchas veces pienso qué demonios me pasaría a mí por la cabeza cuando se me ocurrió intentar este reto. Una organización americana, Racing the Planet, decidió allá por el año 2.000 organizar 4 carreras por desiertos, todas de 250 kilómetros en autosuficiencia alimentaria, y se decidió que como dureza añadida se realizasen en 4 desiertos de los más extremos del planeta, por lo que cada uno tiene una característica que le otorga ese calificativo. La palabra desierto implica ya de por si una ausencia precisa de precipitaciones al año, de hecho menos de 250 ml/año pero a parte de su característica de tal, hay otros aspectos que pueden convertir un desierto normal en un infierno. El más caluroso, con tempera- Texto: Carlos García Fotografías: Racing the Planet turas de más de 55 grados registradas es el del Sahara, y siendo el más grande del mundo se seleccionó Egipto por la belleza particular de El Guedida, el desierto blanco. Como el más ventoso, El Gobi en China, con ráfagas que pueden superar los 100 kilómetros por hora. Atacama, en Chile, es el más seco, con periodos de 300 años sin lluvias. Y como el más frío del mundo se considera la Antártida, donde las temperaturas llegan, según el capitán Scott, a -80º. Y yo, como debo de estar loco, decido correrlos todos en menos de un año, imaginaros el follón de entrenamiento y equipo que se me vino encima. Gobi March, China Se corre en el área de Kashgar, y el terreno es muy variado, así como el perfil de la carrera, con un paso de 3.800 m entre grandes desfiladeros de la cordillera del Karakorum y grandes extensiones de desierto yermo, por lo que la elección del equipo es así mismo complicada. Como bien sabe cualquiera que prepara una carrera en autosuficiencia, el peso de la mochila es básico para el éxito de la prueba, y la selección del equipo, primordial, y aquí había demasiadas dudas: ¿frío?, ¿lluvia?, ¿calor? Decido hacer la mochila más multifuncional que puedo, es decir, sin considerar extremos de temperatura, pero intentando abarcar el máximo. El terreno es extremo, tal y como nos habían dicho, y la capacidad de adaptación a condiciones variadas se convertirá en fundamental. Los primeros días son caminos por desfiladeros, que si bien estamos a más de 2.000 metros no son difíciles. La dificultad empieza el tercer día, con una subida muy técnica hasta el paso mas alto de la carrera, donde estaba nevando, descenso y lluvia es lo que sigue, así como diferentes vadeos de ríos. Es básico mantenerse caliente, ya que las oscilaciones de temperatura son brutales, por lo que tener a mano algo de abrigo ayuda muchísimo. Las grandes cumbres dan paso al calor extremo de los grandes espacios abiertos, donde la atención absoluta a la hidratación es el punto clave. Básicamente, cuando te das cuenta, es demasiado tarde, por lo que tener lo que te sirve muy a mano, en un bolsillo delantero, facilita mucho el trabajo. Atacama Crossing, Chile Ya no la hacen en agosto, pero el 2007 fue en ese mes, invierno en Sudamérica, y muchísimo frío a más de 3.000 m de San Pedro de Atacama, y en el recorrido de la carrera. La obsesión del frío decantó la elección del material, optando por lo más ligero-pero-que-abrigue que tenía, lo que puede parecer un contrasentido, pero no es así. Incluso en el aeropuerto de Santiago, me compré un plumas ligerísimo de Lippi, una marca Chilena. Todo lo que llevé me sirvió, y menos la mochila, me lo puse todo encima, con -5º la primera noche. Afortunadamente el día era más templado. El desierto Chileno es duro y implacable y varía tanto el terreno, que hay que estar preparado para lo que venga. Arena, rocas, cañones con agua, y el famoso Salar de Atacama, son algunos de los terrenos a recorrer, y este ultimo es especialmente duro, con una capa seca de sal irregular y puntiaguda por encima, que se rompe a nuestro paso sin avisar, y nos hace hundirnos. Es básico intentar enjuagar el calzado al llegar al campo, ya que si no, las zapatillas serán dos rocas de sal al día siguiente. El tipo de terreno, dificilísimo sino imposible de correr en muchos tramos, la convierte sin duda en la más dura de las cuatro. En Atacama una capa seca de sal se rompe al paso del corredor Sahara Race, Egipto El Guedida, el desierto blanco, es el área seleccionada del inmenso Sahara para la tercera carrera, de las 4 Deserts. El entorno es mágico, con unas extrañas construcciones de piedra caliza blanca, que se alzan en medio a la arena dorada, formando un paisaje lunar. 29 4 Deserts En cuanto al material, esta vez esta claro: mucho calor, y muchísima arena es lo previsto y así ha sido. La carrera serpentea por el desierto hacia el norte, y no tiene ningún truco, a correr y aguantar lo que se pueda, Curiosas construcciones de piedra caliza blanca en el desierto del Sahara 30 La mochila es la que menos pesa, y se nota para correr, aunque la arena no ayuda en el desplazamiento. Yo personalmente, no soy partidario de los guetres, cuando tengo mucha arena, me paro y me la quito, pero si en algún sitio pueden ser útiles es aquí. Guetres y una buena gorra que nos ayude con el calor. Importante revisar la dieta, ya que el calor extremo hace que aumente el consumo de calorías para realizar el mismo esfuerzo, por lo que es interesante llevar alguna cosa de más. Personalmente, ha sido la única carrera donde pasé verdadera hambre, aunque terminar en las pirámides de Giza mereció la pena. The Last Desert, Antártida La cuarta, la última, el cuarto desierto... y el que más asusta. Quizás es por el miedo a lo desconocido, más o menos en todos los demás sabes lo que vas a encontrar, o te lo imaginas, pero en este no tengo ni idea. La lista de material obligatorio de la organización es interminable, está claro que es la última frontera, y uno de los pocos territorios vírgenes del planeta. El acuerdo internacional sobre el territorio Antártico, hace que no se pueda acampar en el continente, bueno, eso y el frío pelón, de manera que se duerme en un rompehielos muy calentitos y se baja a tierra para correr. El famoso tratado Antártico, cubre infinidad de cosas, y entre ellas como se puede acceder y por donde en cada desembarco, de manera que la carrera son circuitos más o menos largos, que se repiten en diversos giros. El tiempo cambia a muchísima velocidad, y el riesgo es demasiado alto, como para poder hacerlo de otra manera. En esta carrera el GoreTex es nuestro mejor amigo: la capacidad impermeable y transpirable de la membrana la convierte en la más resistente. Un sistema de capas correcto a la hora de vestirnos es fundamental, para poder regular la temperatura lo más rápida y efectivamente posible, así como tener preparado un cambio para cuando acaba la etapa. Más de un caso de hipotermia hemos visto solo por no cumplir estos dos preceptos. La carrera es la más espectacular y es en la única en la que he sentido la pequeñez y fragilidad del ser humano frente a la naturaleza. Cuando uno acaba una sola de este tipo de carreras, cualquier reto poderoso en el cual ha invertido energía y esfuerzo siente un extraño vacío, cuando has corrido varias empiezas a acostumbrarte, y sabes que solo hay una medicina para este mal, buscar otro reto, algo que cubra el hambre de kilómetros que en ese momento, en caliente, te corre por el cuerpo. Ya he terminado las 4 Deserts. ¡¡¡Qué agobio, voy a tener que buscar otro reto!!! Más información: www.ultrarun.es