400-45739 del 19 de julio de 2000 Me refiero a su escrito radicado con el número 456802 el pasado 12 del mes que cursa, por el cual solicita la opinión de esta entidad en relación con la determinación de derechos de voto de las obligaciones a cargo de la DIAN, en el sentido de si tales obligaciones, además de sumar al capital adeudado, los intereses de mora y las sanciones, su capital debe ser objeto de actualización utilizando la variación mensual del IPC durante el período comprendido entre la fecha de vencimiento y la fecha de corte de la relación de las acreencias. Precisa que la consulta se refiere a obligaciones vencidas cuyo tiempo de vencimiento es inferior al estipulado por las normas tributarias según las cuales las obligaciones deben indexarse. A fin de dar respuesta a sus interrogantes, el Despacho estima necesario efectuar las siguientes CONSIDERACIONES 1. Determinación de Acreencias y Fijación de Derechos de Voto. En la ley 550 de 1.999 se distingue entre acreencias y votos, y se tiene que los valores del voto y de las acreencias no habrán de coincidir, en la medida que la fijación de uno y otro obedece a reglas distintas. En efecto, mientras que para la determinación de las acreencias se toman en cuenta todos los valores derivados del crédito, como sanciones, intereses, multas, etc., para arrojar el monto de lo debido, cuyo pago es el objeto propio del acuerdo de reestructuración, la fijación de derechos de voto tiene como finalidad determinar el poder decisorio que tienen todos y cada uno de los acreedores (externos e internos) en la adopción de la fórmula del acuerdo de reestructuración; por eso, mientras que la determinación de acreencias se limita a los acreedores externos, la fijación de los derechos de voto comprende tanto a acreencias externas como internas, en la medida, en que, de conformidad con el artículo 19, son partes del acuerdo los acreedores externos e internos. 2. Fijación de Derechos de Voto para los acreedores externos. El artículo 22 de la ley 550 se ocupa de la fijación de los derechos de voto, partiendo de dos divisiones fundamentales a saber: acreencias externas e internas. Las primeras se regulan en siete numerales (1, 3,4,5,6,7 y 8) y las internas aparecen reguladas en el numeral segundo. El numeral primero consagra una regla general en materia de acreencias externas, regla según la cual para la fijación de los derechos de voto se tomará en cuenta el valor causado del principal de la acreencia, sin incluir intereses, multas, sanciones u otros conceptos distintos del capital, con excepción de los intereses que hayan sido legalmente capitalizados. Tal valor se actualizará utilizando la variación en el índice mensual de precios al consumidor certificado por el DANE, durante el período comprendido entre la fecha de vencimiento de la obligación y la fecha de corte de la relación de acreencias. Esta regla se aplica en principio a todas y cada una de las acreencias externas, acreencias que son definidas en el artículo 19 como aquellas correspondientes a una cualquiera de las cinco clases de créditos previstas en el Título XL del Libro Cuarto del Código Civil. No obstante lo anterior, es de señalar que en los numerales siguientes, el artículo 22 establece reglas especiales para algunas clases de acreencias externas, las cuales no se sustraen de la actualización, sino que registran variaciones en cuanto al monto a considerar como "valor causado del principal " de su acreencia. En efecto, tratándose de acreencias laborales el numeral 3º prevé que para el cómputo de los votos se tendrán en cuenta aquellas que correspondan a acreencias ciertas; y en materia de pasivos pensionales, se prevé que los pensionados tendrán derecho a voto por las mesadas pensionales causadas e impagadas antes de la iniciación de la negociación, más el veinticinco por ciento (25%) del valor del cálculo actuarial. Esta regla otorga poder decisorio a los pensionados, el cual no tenían en el régimen concordatario, en la medida en que su voto se establecía única y exclusivamente tomando en cuenta el valor de las mesadas anteriores a la iniciación del proceso. En el numeral cuarto se prevé que tratándose de acreencias derivadas de contratos de leasing, el derecho de voto se fijará tomando en cuenta los cánones causados y pendientes de pago, en atención a que los cánones posteriores, se deben pagar de preferencia. Tratándose de acreencias denominadas en unidades, divisas o monedas diferentes a la legal, la determinación de los derechos de voto implicará que las mismas se conviertan a moneda legal utilizando la tasa de conversión aplicable a la fecha de corte de la relación de acreencias (numeral 6), asegurando un trato igual al de aquellos acreedores que no pactaron obligaciones en unidades, divisas o moneda extranjera. En relación con acreencias que no tengan por objeto una suma de dinero, el número de votos del respectivo acreedor se determinará tomando como base el valor de dinero de los pagos que efectivamente hubiere realizado al empresario como contraprestación, sin incluir ningún tipo de sanción o indemnización (numeral 7). Esta regla tiene como finalidad obtener un parámetro claro y preciso en relación con la participación de los derechos de esta clase de acreedores. Tratándose de las acreencias a favor de los fondos de pensiones y, en general, de entidades de seguridad social, los derechos de voto se determinarán con base en las acreencias señaladas en la certificación suscrita por el representante legal del empresario y su revisor fiscal o contador público, según el caso, con base en la nómina de la empresa (numeral 8). Llama de manera especial la atención el Despacho en el sentido que en los numerales 2 a 8 ya comentados, no existe una regla en materia de intereses, razón por la cual se sigue aplicando la preceptiva contenida en el numeral primero, según la cual la fijación de los derechos de voto no tomará en cuenta los intereses, sino que será objeto de actualización en la forma allí prevista. Así mismo, no se observa en estos numerales una regla particular en relación con las acreencias fiscales, lo cual llevaría a concluir que las acreencias fiscales al no tener una regla especial estarían sujetas a lo dispuesto en el numeral primero ya comentado, de no ser por la disposición prevista en el parágrafo cuarto del artículo 22 de la ley, que se comentará enseguida. 3. Determinación de Derecho de Voto para las acreencias fiscales En efecto, en el parágrafo cuarto del artículo 22 se consagró una regla especial y particular para la fijación de los derechos de voto de los acreedores fiscales, según la cual se adicionan al capital, los intereses de mora y las sanciones. Esta regla comporta un tratamiento distinto de este tipo de acreencias en relación con las demás, en la medida que son las únicas a las cuales para la fijación de los derechos de voto se les agregan los valores a pagar por intereses y sanciones. Su consulta se refiere a si las obligaciones fiscales, además de los intereses y sanciones, son objeto de la actualización de que trata el numeral primero, tal y como lo ha señalado la DIAN en diversas oportunidades, sosteniendo que en el caso de estas acreencias se aplican concurrentemente el numeral 1 y el parágrafo cuarto que se han mencionado. La Superintendencia no comparte esa muy respetable opinión, pues considera que la indexación de que trata el numeral primero tiene, entre otras justificaciones, la no inclusión de los intereses en la determinación de los derechos de voto, así como conservar el verdadero valor de la deuda. En efecto, la indexación pretende la actualización de la deuda en relación con la pérdida del poder adquisitivo de la moneda, actualización que en la práctica forma parte de la tasa de interés que se fije. En otras palabras, el interés no corresponde única y exclusivamente al concepto de rédito o de fruto civil, sino que tiene como uno de sus componentes el reconocimiento de la pérdida de poder adquisitivo del dinero. Bajo este entendido, es claro que si el cómputo de los derechos de voto incluye los intereses del capital de una obligación, no tendría sentido actualizar la deuda, pues ello implicaría necesariamente adicionar un componente que ya está contenido en aquél, generando en consecuencia un doble cómputo. En estas condiciones, el Despacho considera que el cálculo de los derechos de voto, tratándose de acreencias fiscales, cuenta con unas reglas precisas que imponen la no aplicación adicional del índice de precios al consumidor, máxime si se tiene en cuenta que algunas obligaciones tributarias pueden estar indexadas como consecuencia de la aplicación de las reglas propias del estatuto tributario. Rad. 456802