220-68942 Asunto: Determinación de derechos de voto por acreencias laborales a favor de socios. En atención a su escrito radicado en esta entidad el día 23 de agosto del presente año con el No. 464.573-0, en el cual formula, entre otros, unos interrogantes relacionados con la determinación de derechos de voto de acreedores internos de una empresa, en el marco de la promoción de un acuerdo de reestructuración, este despacho se permite hacer las siguientes precisiones y consideraciones de orden legal a efectos de absolverlos, advirtiendo que lo hará en el mismo orden en que fueron propuestos. 1. ¿Debe darse derecho de voto a los socios que, amén de su participación en el capital, fueron o son empleados de la empresa en promoción y en virtud de ello, a la fecha de iniciación de la promoción tienen acreencias de carácter laboral? Sea lo primero poner de presente que, conforme a lo establecido en el numeral 2° del artículo 22 de la Ley 550 de 1999, en la negociación de un acuerdo de reestructuración los acreedores internos del empresario tendrán, por tal calidad, tantos derechos de voto como participación en el capital detenten, una vez realizada la operación sobre el patrimonio que allí se prevé. Lo anterior no significa que si además de socio se tiene la calidad de trabajador, no deba tenerse en cuenta esta última para los efectos de la determinar los derechos de voto que por ella le corresponda, pues, la una no excluye ni se opone a la otra en el escenario de la negociación del acuerdo. En efecto, cuando el numeral 5° del citado artículo 22 dispone que no dan derecho de voto las acreencias a favor de los acreedores internos, que sean distintas a las previstas en el numeral 2° y que no correspondan a anticipos para futuras capitalizaciones, a préstamos cuyo ingreso a la empresa se pueda acreditar o a pagos por la suscripción de bonos obligatoriamente convertibles en acciones, de lo que se ocupa es de establecer los parámetros para determinar los derechos de voto que por la calidad de socio le corresponde, sin que ello se oponga a que paralelamente por la calidad de trabajador, es decir, acreedor externo, se le determinen los derechos de voto respectivos. Piénsese por ejemplo, que se trata de un accionista minoritario que posee el 0.001% de participación en el capital social de la empresa, vinculado a su vez laboralmente a la compañía, y que el valor de la acreencia laboral es superior al valor que le corresponde como accionista, en cuyo caso no sería lógico que por tener la calidad de socio no pueda hacer valer sus derechos de voto como trabajador y por ende de acreedor privilegiado. 2. Cuando los préstamos de los socios a la sociedad no pueden acreditarse como ingresos reales a la misma, además de no dar voto por tales acreencias, ¿debe el promotor solicitar que se eliminen de la contabilidad del empresario? Inicialmente debe tenerse en cuenta que conforme al principio de realización, los hechos económicos, Vr. Gr. un mutuo o préstamo, solo pueden reconocerse contablemente cuando se han realizado, es decir, cuando quiera que pueda comprobarse que, como consecuencia de transacciones o eventos pasados, internos o externos, el ente económico tiene o tendrá un beneficio o un sacrificio económico, o ha experimentado un cambio en sus recursos, en uno u otro caso razonablemente cuantificables. De otra parte, como quiera que conforme a lo establecido en los artículos 123, 124 y 125 del Decreto 2649 de 1993, los hechos económicos deben documentarse mediante soportes, de origen interno o externo, debidamente fechados y autorizados por quienes intervengan en ellos o los elaboren, que las partidas y las operaciones asentadas en los libros deben estar respaldadas en comprobantes de contabilidad elaborados previamente, y que los estados financieros deben ser elaborados con fundamento en los libros en los cuales se hubieren asentado los comprobantes, para este despacho resulta absolutamente claro que si una obligación a cargo de la empresa en reestructuración aparece reflejada en su contabilidad, por ese solo hecho dará derechos de voto al acreedor respectivo y se determinará el valor de la acreencia, conforme a lo dispuesto en el artículo 22 de la Ley 550 de 1999 en concordancia con el inciso 1° del artículo 25 ídem. Luego si en los estados financieros del empresario consta la existencia de una obligación a su cargo, es porque, en principio, corresponde a un hecho económico realizado y contablemente ha sido reconocido. Pero si de lo que se trata es de desvirtuar la realidad o veracidad de un hecho económico que allí se asentó (inclusión de un pasivo inexistente), deberá entonces corregirse conforme a lo dispuesto en el artículo 106 del Decreto 2649 citado (llevándolo a ingreso), sin perjuicio de lo establecido en el artículo 21 de la Ley 550 de 1999, respecto de la responsabilidad penal y civil, y demás sanciones administrativas en que puedan verse inmersos quienes suscribieron y certificaron los correspondientes estados financieros. 3. El simple comprobante de ingreso de dinero en efectivo, ¿es prueba suficiente del ingreso del préstamo del socio a la sociedad? Si conforme a lo establecido en el artículo 124 del Decreto 2649 de 1993, en el comprobante de ingreso se indica la fecha, origen, descripción y cuantía de la operación, así como la cuenta afectada con el asiento, efectivamente constituye prueba suficiente para el efecto. 4. ¿Qué tratamiento debe darse a las acreencias a favor de familiares de los socios, que tampoco cuentan con respaldo diferente eventualmente a comprobante de ingreso a la sociedad? ¿Debe darse votos al familiar acreedor? ¿Debe reconocerse la obligación en la labor de determinación de acreencias y negarse el derecho de voto? Como quiera que la ley no hace distinción de tratamiento para los acreedores vinculados por parentesco con los socios, salvo en lo que hace al deber del representante legal del empresario de indicar claramente el vínculo existente entre éstos y aquellos, sus derechos de voto y de acreencias se determinan con base en la norma general correspondiente, de suerte que por ostentar tal calidad no se pierde ni cercena el derecho de participar en la negociación, ni de que le sea reconocido el crédito en la cuantía y grado respectivos. En los anteriores términos damos respuesta a su consulta, no sin antes advertirle que el alcance del presente pronunciamiento es el contemplado en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.