Governance y un Modelo de Negocio que evita los Conflictos Sociales

Governance y un Modelo de Negocio que evita los Conflictos Sociales
Governance y un Modelo de Negocio que evita los Conflictos Sociales
Alejandro Fontana, PhD en Planificación y Desarrollo. Profesor del PAD
Introducción
Las posibilidades de desarrollo económico del país se ven amenazadas por una serie de
conflictos sociales. Para algunos autores, estos conflictos sociales reflejan la ausencia del
Estado en las zonas donde aparecen. Para mí, refleja más bien un error en la planificación
del desarrollo de dichas localidades; reflejan un enfoque equivocado de dicha planificación:
no se ha promovido ni la co-responsabilidad de los distintos actores sociales de la localidad,
ni se ha procurado que la población local asuma su rol de responsable directo. Governance
es un concepto socio-político que ayuda a modificar el enfoque de la planificación, y que en
la perspectiva empresarial permite diseñar un modelo de negocio que responda a estas
exigencias profundas de una localidad: el acceso al desarrollo. Las características de este
modelo son la promoción de las interacciones personales, la co-responsabilidad, la
participación, el diálogo racional y una ética basada en la naturaleza humana. Adoptar este
tipo de modelo puede parecer un cambio brusco con relación al modelo de negocio
tradicional, sin embargo, sus fundamentos antropológicos son su mejor aval para el éxito.
A continuación voy a desarrollar estas ideas a partir del reconocimiento de que los
conflictos sociales son expresión de la falta de acceso al desarrollo personal de la población
local; que governance es el concepto que permite desarrollar un modelo de negocio capaz
de satisfacer esta deficiencia; de las características de este modelo de negocio y de las notas
relevantes que deben tener sus planes de acción.
Desarrollo del Modelo de Negocio basado en el Concepto de
Governance
En primer lugar, debemos reconocer que los conflictos sociales causados por la
explotación de recursos mineros son la manifestación del desajuste que existe entre el
modelo de negocio actual y su impacto social.
John Friedmann, al plantear las cuatro tradiciones de la planificación del ámbito público,
señala que la Movilización Social refleja el movimiento que surge en la sociedad civil
cuando las decisiones sobre el ámbito público se han tomado al margen de lo que afecta a
este sector social, la población local.
En consecuencia, un conflicto social es el efecto de una causa profunda: el olvido de las
economías domésticas, la falta de atención debida a las necesidades de las familias locales,
en un contexto donde, además, lo que se observa es la búsqueda de intereses individuales a
diversos niveles.
Por esta razón, el modelo de negocio extractivo en estas localidades no puede plantearse
como una actividad ajena al desarrollo de la población local. No puede enfocarse como una
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actividad de un grupo de actores que son ajenos a la zona de explotación, que han
aparecido allí para sacar un beneficio propio; que toman medidas desde lejos, aunque éstas
comprometan el entorno local; y que prefieren superar los obstáculos y dificultades
utilizando soluciones económicas que no producen ni una mejora en las capacidades
humanas locales, ni tampoco generan valores éticos en estas localidades.
En consecuencia, debe buscarse un nuevo modelo de negocio para estas actividades
económicas, más cuando estas actividades irrumpen en una localidad altamente deprimida.
El concepto socio-político de governance puede ser una ayuda para encontrar las
características de un nuevo modelo de negocio. Governance permite diseñar la solución a
un problema social o generar un modelo de explotación de recursos alineando los intereses
de los distintos actores sociales implicados en dicha situación.
De este modo, governance permite plantear una solución para aprovechar racionalmente
una oportunidad, porque governance atiende las demandas sociales de la naturaleza
humana, y por tanto, permite diseñar un modelo de negocio que evite los conflictos
sociales.
Este modelo de negocio basado en el concepto de governance se caracteriza por:
1. Se basa en las interacciones personales entre todos los involucrados. El hombre es un ser
esencialmente social. Esto significa que la propia naturaleza humana exige que exista
interacción entre los distintos actores de una sociedad. Por eso, si se resuelven problemas al
margen de estas interacciones, esas soluciones adolecen de un adecuado fundamento
antropológico.
Ahora bien, estas interacciones van a demandar dos niveles de acción: en primer lugar, un
nivel estructural: el diseño de estructuras sociales que hagan viables estas interacciones.
Esto es, grupos de acción local donde se tomen decisiones y que permitan la participación
de los distintos sectores sociales. La idea es generar nuevas estructuras sociales que hagan
viable la participación de todos los actores sociales. En estos grupos de acción local deben
estar presentes las autoridades locales, los representantes de las empresas más relevantes,
representantes de los gremios locales, representantes de las familias, o de las asociaciones
sociales que existan en la localidad. En segundo lugar, las acciones también deben darse en
el nivel personal, promoviendo que las distintos actores: autoridades locales, gerentes de
empresas, y directivos y miembros de las comunidades puedan interactuar y conocerse
personalmente. Governance es un concepto que reconoce la primacía del nivel personal: es
en este nivel donde es genera el conocimiento personal, que luego resulta esencial para
compartir puntos de vista comunes. No debe olvidarse, tampoco, que este conocimiento
personal es la fuente de la confianza entre los distintos actores sociales.
2. Recuerda que existe una co-responsabilidad por el destino de todos los miembros de la
sociedad. Esta responsabilidad compartida por todos permite modificar la actitud con la
que los individuos miran la problemática social. Pero esta preocupación por la problemática
local también puede ampliarse hacia el aprovechamiento de las oportunidades, por ejemplo,
de la explotación de unos recursos naturales en la localidad. Con esta acción queda claro
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que el propósito es ampliar el objeto de atención común, de modo que todos los agentes
sociales locales sientan la responsabilidad por los resultados de un proyecto extractivo. De
este modo, el proyecto en cuestión pasa a ser parte del interés común. El proyecto es de
interés para todos: las autoridades políticas locales, las asociaciones sociales locales, la
administración pública local, los gremios locales, y por su puesto, la empresa privada.
3. Reclama la participación de todos los miembros en las decisiones. Como el desarrollo es
de las personas y no del mundo material, no hay desarrollo local si no se asumen
responsabilidades en la localidad. Ahora bien, las responsabilidades sólo se asumen si existe
participación en las decisiones. Las decisiones deben tomarse en común acuerdo. Esto
permite analizar los diversos puntos de vista, y así tenerlos en cuenta.
Esta participación implica contar con los actores locales en las decisiones claves del
proyecto. No se trata de una participación en talleres para resolver una cuestión marginal,
sino de participación de personas que se sienten responsables por los resultados de un
proyecto y por su impacto en el entorno local. El único modo de gestionar la diversidad y
la complejidad de una realidad es a través de la participación de todos los agentes sociales,
aportando cada uno sus puntos de vista diversos, y por tanto, sus conocimientos producto
de la propia experiencia.
Por eso conviene erradicar la mentalidad que considera que no puede haber aportes de los
pobladores locales. Ellos también tienen un conocimiento valioso: el conocimiento que
procede de las tradiciones y de la cercanía al entorno.
Si hasta ahora se ha hablado de participación de actores, ¿Qué actores deben estar
presenten en la planificación de un negocio? No cabe duda que los directivos de la
empresa, pero no sólo ellos. También conviene que participen los trabajadores de la
empresa, en los niveles donde ellos puedan dar una aporte significativo. La participación es
una fuente de desarrollo personal. Pero además, en las decisiones más altas conviene que
estén presenten representantes de los diversos ámbitos sociales. No hay que olvidar que la
participación es medio para la co-responsabilidad, por tanto, para asumir responsabilidades.
A este nivel, conviene que estén presenten las autoridades locales, representantes de la
población y de los gremios locales, y también, funcionarios de la administración pública. Se
trata de hacer tangible a todos, que el éxito del proyecto en cuestión es materia de interés
de todos ellos; no sólo de unos, sino de todos. A todos beneficia, a todos les significa una
oportunidad de desarrollo y de mejora.
4. Ahora bien, esta participación siempre debe basarse en un diálogo racional. El propio
diálogo racional es una riqueza para las partes. Es el medio por el que éstas interactúan, y
por tanto, por el que acceden a los aprendizajes. Este es el aprendizaje social, que reclama
John Friedmann, que permite, según él, la unión entre el conocimiento experimentado y el
conocimiento experto.
Un diálogo racional implica el desarrollo de unas habilidades y cualidades de comunicación.
Por tanto, supone también un área de desarrollo. Será necesario hacer un análisis de las
capacidades actuales, y saber identificar los medios que hagan posible que se inicie la
comunicación y que exista una mejora en ella. Si por ejemplo los pobladores locales aún no
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se comunican fluidamente en castellano, pero en cambio, sí lo hacen bien en quechua,
sería recomendable que el inicio de este diálogo se haga en quechua. Más adelante, cuando
la población haya podido mejorar su nivel de comunicación en castellano, podrá cambiar
de idioma.
El diálogo racional es el mejor medio para alcanzar una solución cuando las partes están
verdaderamente preocupadas por una problemática concreta. Cuando esto ocurre, existe
apertura a las argumentaciones. Entonces, es posible encontrar una solución que sea
aceptada por consenso. Cuando este diálogo se fundamenta además en los valores éticos de
la naturaleza humana, la inteligencia humana suele generar soluciones creativas y sin
precedentes. En cambio, cuando lo que dirige los intereses de una de las partes es una
ideología totalitaria, no existe espacio para este diálogo racional. Nunca se aceptarán
razones, porque la razón está bloqueada por unas ideas preconcebidas. En este caso,
además, no se busca la solución de un problema social: se anteponen los intereses
personales de orden político ó económico.
5. Finalmente, para asegurar que las soluciones propuestas, o las decisiones que se han
tomado conduzcan al desarrollo personal de los distintos actores sociales es necesario
fundamentar las decisiones en valores éticos acordes con la naturaleza humana. Si no se
procede de este modo, no sólo no se conseguirá el desarrollo local deseado, las soluciones
tomadas o los planes de acción diseñados originarán situaciones más complejas de resolver
en el mediano o largo plazo.
La honestidad, la veracidad, la responsabilidad, la laboriosidad, la aceptación de las
personas y el espíritu de servicio deben estar en la base de las relaciones entre los distintos
actores, y deben ser promovidos y estimados como elementos esenciales en los planes de
acción.
La Práctica Planificadora en el nuevo Modelo de Negocio
Estas características del modelo de negocio deben complementarse con unas prácticas de la
acción planificadora. El propósito de estas prácticas es contar con algunas pautas que
ayuden al diseño de los planes de acción específicos. Se trata de los siguientes aspectos:
Una planificación con Aprendizaje Social
Es decir, los planes de acción están abiertos a un aprendizaje permanente en los distintos
niveles de las interacciones personales. Entre los directivos locales de la empresa y la
población; entre los directivos locales de la empresa y la Dirección General. De otro lado,
como este aprendizaje es fuente de conocimiento, este nuevo conocimiento debe alimentar
los planes de acción, y ser capaz de exigir el cambio de rumbo, cuando sea necesario.
Una planificación negociadora
Una actitud abierta a las ideas y sugerencias de los demás actores. Una búsqueda de
soluciones y planes de acción que atienda los distintos puntos de vista, sin perder la
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referencia a los valores éticos y al desarrollo personal de todos los actores. Flexibilidad para
modificar los planes, y hasta los objetivos, cuando se advierte que hacerlo así es mejor para
el conjunto.
Una planificación política
No hay que perder de vista que por la vía del diálogo, promovida por el propio Aprendizaje
Social, no siempre se consigue vencer resistencias que se oponen al cambio. Se requiere por
tanto el apoyo de la fuerza política, que con su autoridad y poder, puede ayudar a vencer las
dificultades exógenas que se presenten. Este es uno de los motivos por los que governance
reclama la presencia de la autoridad local, y en algunos casos, la regional, e incluso la
nacional.
Una planificación normativa
El uso del poder, que algunas situaciones pueden requerir, no puede estar al margen de una
normativa. Sin embargo, por las cuestiones que ya se han mencionado antes en esta
exposición, esta normatividad no puede estar al margen de la ética propia de la naturaleza
humana. Sólo la ética asegura la unidad en la sociedad (Sellés, 2006). En los planes de
acción deben estar presentes la honestidad, la laboriosidad, el respeto a las personas, a sus
decisiones, a su modo de ser; y se deberá promover además el crecimiento de estos valores
en los distintos actores.
Una planificación innovadora
Planes de acción que tienen la capacidad de romper mitos y rutinas. Una actitud que no se
conforma con los procedimientos seguidos, sino que se abre a modos de hacer nuevos,
más ágiles y flexibles, y más abiertos a las sugerencias de los demás actores.
Hasta aquí he desarrollado las características del modelo de negocio propuesto y he
expuesto cómo deben hacerse los planes de acción en este nuevo modelo de negocio. Para
terminar esta exposición podría concluir con las siguientes consideraciones.
Conclusiones
La solución de los conflictos sociales que se presentan en la explotación de recursos
naturales exige atacar las causas profundas del malestar social: las deficiencias que impiden
el desarrollo personal de los pobladores locales. Como el desarrollo no es de la
infraestructura, sino de las personas, es necesario que los protagonistas del cambio sean los
propios pobladores locales.
El concepto de governance permite definir un modelo de negocio donde todos los actores
sociales se sientan responsables por el éxito del proyecto en cuestión: autoridades políticas,
población y gremios locales, la propia empresa y los funcionarios de la administración
pública.
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Este modelo de negocio debe promover las interacciones personales de todos los actores
sociales, para lo que deberá actuar en el plano estructural: creando estructuras de decisión
que hagan viables esta interacción; y en el plano personal: promoviendo las interacciones a
este nivel, y mejorando también las capacidades de los distintos actores sociales para esta
interacción.
En el modelo descrito se incorporan varios cambios con relación al modelo tradicional de
planificación de un negocio. Estos cambios pueden enfrentarse con resistencias en varios
niveles de decisión, y en los diversos ámbitos sociales: autoridades políticas, funcionarios
del estado, directivos de empresas y población local. No obstante esto, como los cambios
obedecen a un enfoque integral que toma en cuenta las demandas sociales de la propia
naturaleza humana, no se trata de un salto al vacío, sino más bien, de una respuesta
apropiada y proporcional a la causa de los conflictos sociales: la carencia de desarrollo
personal de grandes grupos humanos en una localidad.
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