Decreto legislativo de 16 de marzo de 1833, estableciendo reglas para la denuncia de minas. La Asamblea Legislativa del Estado. Considerando: que el patrimonio del Estado consiste principalmente en las minas de que abunda su territorio: que éstas se hallan en total abandono por falta de leyes protectoras, y por la miseria a que se ve reducido el mismo Estado; en uso de las facultades que concede la Constitución a la Asamblea, DECRETA: Art. 1º. Todos los habitantes del Estado pueden adquirir propiedad de las minas en la forma que esta ley establece. (*) (*) Véase la ley de 15 de mayo de 1851 que establece el modo con que los extranjeros pueden adquirir bienes raíces en la República. Véanse también los tratados celebrados con las naciones extranjeras para saber cuando los súbditos de las potencias contratantes pueden adquirir bienes inmuebles. Art. 2º. Para adquirirla debe hacerse denuncia formal en papel del sello 4º de 2ª clase ante el Intendente general o Subdelegado de hacienda respectivo, quien, tomada la razón conveniente, devolverá al interesado su solicitud, con la expresión de haberse así practicado y de haberse librado despacho para que se fijen los carteles de estilo. Art. 3º. El Intendente o Subdelegado de hacienda del departamento en que se halle la mina, mandará fijar los carteles en la forma debida a fin de que dentro de treinta días comparezca quien tenga un derecho legal a la mina denunciada, cuyo término podrá prorrogarse a sesenta para los que se hallen fuera del Estado, y a seis meses para los que estén fuera de la República. Art. 4º. Cumplido el término de los carteles, no resultando reclamo alguno, se librará despacho al interesado con sólo el cual se entiende haber el dominio en la mina denunciada. Art. 5º. En cuanto al terreno, que debe señalarse al denunciante, se estará a lo dispuesto por las leyes de la materia. Art. 6º. Las actuaciones y demás diligencias concernientes a la denuncia y propiedad de las minas, se harán de gracia. Art. 7º. El que hubiere adquirido propiedad en ellas, no la perderá en algún tiempo, a menos que después de dos años de abandono haya otro que las denuncie; pero el que hubiere hecho alguna labor o abierto el primer pozo, tendrá derecho a que se le pague por el nuevo denunciante el costo de los útiles que haya existentes. Art. 8º. Los dueños de minas serán exentos de contribuciones, empréstitos y toda clase de derechos que tengan relación con la mineralogía, por tres años. Art. 9º. Éstos y los operarios lo serán del servicio militar, a menos que quieran prestarlo voluntariamente o que la independencia o la libertad de la República lo exija. Art. 10. Quedan derogadas todas las leyes y reglamentos de minería en la parte que se opongan a la presente. _____________________