V. Evaluación del contrato de sociedad mercantil 269 La fuerza puede se dirimente o indiferente, la primera es aquella que tiene la potencialidad de viciar el consentimiento, es decir, se refleja en la impresión que recibe el agente sobre el cual se ejerce, de tal manera que siendo una persona de sano juicio no pueda resistirse a ella, teniendo en cuenta eso si, en todos los casos, como lo prescribe la ley, su edad, sexo y condición del sujeto sobre el cual se ejerce; lo anterior quiere decir que el simple temor reverencial no puede tenerse como una fuerza capaz de viciar el consentimiento. Ahora bien, a pesar de sostener la ley que la fuerza para configurar un vicio de la voluntad debe ser ejercida contra el cónyuge, ascendientes o descendientes, consideramos que puede involucrarse en este concepto a otras personas como un compañero permanente o un entrañable amigo incluso, cosas inanimadas o animadas, que si bien es cierto no se encuentran expresamente referenciadas en el texto legal, no se desconoce que en determinadas circunstancias si pueden gozar de una afectación o de un afecto lo bastante significativo como para forzar y quebrantar la voluntad de un individuo en un momento determinado, pensemos por ejemplo en el caso de una mascota o de un inmueble o una obra de arte. La fuerza indiferente es aquella que no alcanza a tener un grado tal como para poder franquear la voluntad y por ende el consentimiento del sujeto sobre el cual se ejerce, de tal manera que la fuerza ejercida contra el sujeto es inane para producir un cambio en sus legítimos deseos, de igual forma, es necesario que la fuerza que se ejerce sea ilegítima porque si es legítima, dentro de lo que permite la ley, la fuerza así ejercida no viciará el consentimiento, tal cosa puede ocurrir, por ejemplo, cuando un socio no entrega el aporte prometido, entonces, la sociedad de conformidad con el artículo 125 del estatuto comercial podrá excluirlo de la sociedad o iniciarle un proceso ejecutivo para que pague lo que adeuda por concepto de aporte, incluso, la ley procesal admite la práctica de medidas cautelares; otro ejemplo se presenta cuando la sociedad no paga al socio las utilidades dentro del tiempo estipulado por las partes o el prescrito en la ley de conformidad con el artículo 156 del Código de Comercio, en este caso, las utilidades formarán parte del pasivo externo de la sociedad y podrán exigirse judicialmente a través del procedimiento ejecutivo; en estos casos, no puede pensarse que haya vicio de la voluntad por el uso de la fuerza por cuanto ésta resulta ser legítima.