¿Qué es la creatividad? Miguel González Díaz Al revisar la historia del concepto de creatividad caeremos en la cuenta de que ésta ha sido capaz de progresar gracias a la superación de muchos prejuicios. Existen multitud de teorías acerca de qué es la creatividad, y aunque casi todas convergen en puntos similares todavía no se alcanza una definición unitaria. Todas tienen razón en mayor o menor medida, pero ninguna ha sido lo suficientemente precisa como para Imponerse sobre el resto. La definición más básica describe la creatividad como capacidad o facultad para crear 1 (RAE, 1999). Entendemos crear como hacer que empiece a existir una cosa o introducir por primera vez algo. Y es precisamente ese factor, la novedad, en el que están de acuerdo la mayor parte de los que han teorizado sobre este concepto. Sin embargo, por lo que se puede observar, estas teorías tratan de explicar que es la creatividad desde otras perspectivas más palpables, enumerando los atributos de un creativo, como funciona la mente de estas personas, los distintos métodos para potenciar la creatividad, etc. A continuación destacaremos los puntos que consideramos relevantes para poder acercarnos a una definición más concreta: Creatividad = Actitud + Conocimiento + Experimentación: En la creatividad son indispensables estos tres factores, aunque no necesariamente han de estar al mismo nivel. En primer lugar encontramos la actitud, que implica el estado de ánimo, la voluntad de hacer algo nuevo, el ansia de búsqueda, constancia de trabajo, etc. Después entraríamos en las capacidades de cada uno, que según su procedencia determinará la manera de aplicar la creatividad. Hablamos de conocimientos teóricos y técnicos, experiencia personal y profesional, etc. Finalmente está la experimentación, que representa el laboratorio de ideas, casi siempre más intuitivo. La creatividad es subjetiva: S. De la Torre (1991) expone que “toda producción humana es susceptible de albergar ideas personales”2. Y estas empiezan con el simple hecho de como vemos el mundo, que afecta tanto al creativo que propone como para el espectador que recibe el estímulo. Podemos resumirlo diciendo que lo creativo lleva el sello de su creador. La creatividad es posible en todos los campos de la producción humana: Tatarkiewicz (1996), que analiza hábilmente la historia del concepto creatividad, afirma que a partir del siglo XX se deja de creer en creatividad como un atributo exclusivo del artista. Tal y como expone el mismo autor “la creatividad se reconoce por la novedad de sus producciones, y la novedad se 1 Definición del termino creatividad extraído del Diccionario de la Real Academia Española. Manual de la creatividad, R. Marín y S. de la Torre, Editorial Vicens Vives, 1991, Barcelona. 2 da no sólo en las obras de arte, sino también en los trabajos de la ciencia y la tecnología”3 (Tatarkiewicz, 1996). Esto nos hace ver que la creatividad no está necesariamente relacionada con la parte estética o más artística. “La creatividad no se define por el resultado, pero precisa del mismo”4 (Marín y de la Torre, 1991): El resultado final únicamente tiene la importancia de aval, la creatividad reside en el proceso de creación. La novedad define la creatividad: Según Tatarkiewicz (1996), entendemos novedad como la presencia de una cualidad que antes estaba ausente. Toda creatividad se reconoce por la novedad, pero no a la inversa. Todo creativo ha de tener claro que lo nuevo es lo que no se ha hecho todavía, no lo que desconozco, por ello ha de estar interesado en las nuevas tendencias, para no repetirlas. La creatividad acompaña a la vanguardia: Vanguardia significa avanzarte a tu tiempo, huir de lo establecido y lo convencional, arriesgar por algo diferente, superar prejuicios para buscar un nuevo rumbo de futuro. Por ello siempre trae consigo un componente polémico, ya que el cambio generalmente causa miedo y rechazo. Pero ser vanguardia implica necesariamente consolidarse y provocar un cambio, sino acabará siendo una simple tendencia temporal. La creatividad no puede ser valorada numéricamente: La creatividad sólo se puede evaluar intuitivamente. Es cierto que percibimos diversos niveles y tipos de creatividad, aunque no hay unos parámetros determinados que los diferencien. Pero sí que podemos valorarla por su interés, su potencial, su novedad, etc. La creación no surge de la nada: Todo ya existe en cierto modo, creamos a partir de lo que vemos y conocemos. El creativo ve lo que pocos acceden a ver, trata de hallar lo que aún no se ha hecho para ofrecer algo nuevo y sobre todo evitar repetir información. La honestidad de reconocer que se copia: Todo creador copia, ya sea de la naturaleza, de cosas que ha visto o ideas de otras personas. Puede darse el caso de que encuentre una idea tan interesante, que sin ser puramente suya, darle un enfoque personal lo llevará a desarrollar una nueva perspectiva sobre el tema. Pero no debe copiar de forma arbitraria y siempre ha de reconocer la procedencia de la inspiración. Esta reflexión nos la presenta Ferran Adrià (1997) en su libro Los secretos de El Bulli, una lectura donde presenta la filosofía que hay detrás de la última vanguardia culinaria. Ferran Adrià se aventura a explicarnos desde su experiencia todo aquello relacionado con crear y la creatividad (fuera del ámbito artístico) presentando auténticas lecciones de lucidez sobre el tema. 3 4 Historia de seis ideas, W.Tatarkiewicz, Editorial Tecnos, 1996, Madrid. Manual de la creatividad, R. Marín y S. de la Torre, 1991. ¿Por qué se valora la creatividad? El hecho de producir cosas nuevas amplía el marco de nuestras vidas y además, la creatividad manifiesta individualidad y singularidad. La creatividad diversifica. Compartir conocimiento contribuye a la evolución: Como todo investigador, un creativo tiene el deber de compartir sus descubrimientos, que para el resto pueden suponer el punto de partida de nuevas ideas. No ha de reservar estas ideas por miedo a agotarlas, ya que está capacitado para encontrar otras distintas. Tratar a la creatividad con naturalidad: No hay que tratar a la creatividad como una cualidad divina, ya que cometer este error nos llevaría hacia creaciones demasiado experimentales o a anteponer el ansia de novedad por encima de otros aspectos (técnicos, conceptuales…). Tampoco hay que obsesionarse con una misma idea si no es viable, ya aparecerán otras. Como dice Ferran Adrià: Hay que tratar la creatividad con la misma indiferencia que ella nos trata a nosotros, y nunca darle más trascendencia de la que en realidad tiene (Adrià, 1997). Lo interesante como criterio de valoración: La creatividad, aunque implica un juicio muy subjetivo, no debería regirse por términos de “bonito-feo” o “me gusta-no me gusta”, sino por lo interesante, aquello que se presenta novedoso, que muestra un potencial especial o que suscita algo en nosotros. ¿Qué pretendemos? En creatividad es clave saber qué intención hay tras nuestro trabajo. Puede ser que sólo queramos mejorar algo que ya existe o simplemente proponer una visión propia junto con tu estilo personal sobre un tema concreto. Pero también se podría dar el caso de que se quiera proponer un nuevo concepto creativo, y en tal caso el planteamiento será distinto. En el primer caso obtendremos algo concreto y muchas veces anecdótico dentro de su campo. Por otro lado, la segunda opción puede suponer el nacimiento de nuevas vías a explorar. Utilizaremos una pequeña historia para ilustrarlo: “Es estupendo que un día alguien descubriera que se podía añadir cebolla a una tortilla. A partir de ese día existió la tortilla de cebolla. Pero lo realmente importante pasó bastante antes, con la creación del concepto tortilla, que permitió, además de la creación de la tortilla de cebolla, la aparición de infinitas recetas más creadas con los ingredientes más dispares. La biografía de una simple tortilla a la que se ha añadido cebolla tiene principio y final; la de las tortillas es infinita”5 (Adrià, 1997). Veneración por la creatividad: En la actualidad existe una mayor preocupación por la creatividad en sí que por las mismas creaciones. Tenemos gran cantidad de producciones, por 5 Ferran Adrià, Los secretos de El Bulli, Editorial Altaya, 1997, Barcelona. ello tienen más importancia los creativos que sus creaciones, ya que interesa más tener muchas ópticas distintas que obras con visiones similares. En conclusión, podríamos decir que la suma de los puntos anteriores puede aproximarnos a la definición del concepto creatividad y hacernos una idea de todo lo que ello implica. Por otro lado, también debemos ser conscientes de que la creatividad sólo existe como tal cuando es aceptada dentro de una cultura concreta como dice Howard Gardner (1995)6. Este concepto es diferente en cada sociedad, y ésta es la que determina su validez. 6 Howard Gardner, Mentes Creativas, Editorial Paidós, 1995, Madrid.