Etnobotánica de los guaraníes que habitan la selva misionera

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Etnobotánica de los guaraníes
que habitan la selva misionera
Keller, Héctor Alejandro
Instituto de Botánica del Nordeste - UNNE.
Sargento Cabral 2131 - CC. 209 - (3400) Corrientes - Argentina.
Teléfono/Fax: +54 (3751) 430097
E-mail: hakeller2000@yahoo.com.ar
ANTECEDENTES
En los últimos años se han desarrollado lineamientos metodológicos a fin de cuantificar la importancia de la
selva amazónica para los aborígenes que la habitan (Balée, 1987; Boom, 1987; Carneiro, 1978; Prance, 1972,
Prance et al, 1995). El método más común consiste en tomar parcelas de una hectárea (Boom, 1986; Kroeber,
1920), de donde se obtiene información etnobotánica, para hacer estimaciones cuantitativas a partir de la riqueza
florística de dicha parcela. Este método no siempre brinda información completa acerca de los interrogantes
planteados, considerando que en una hectárea, es difícil abarcar la totalidad de ambientes presentes en un área
determinada (bordes de selva, pantanos, selvas marginales a cursos de agua, etc.) además en algunos casos
solamente se toman datos de especies leñosas. Los resultados de estos estudios arrojan valores que van desde el
50% al 100% de especies con utilidad, en una hectárea de inventario. Es lógico que si sólo se tienen en cuenta las
especies leñosas, y se incluye el elemento combustible como una categoría de uso, se obtengan valores tan
elevados.
En todas las tribus amazónicas que se han estudiado aparecen las palmeras como familia de mayor importancia,
y la categoría más relevante es la de plantas alimenticias.
En Misiones, Argentina, se han hecho inventarios florísticos de áreas selváticas (Tressens & Revilla, 1996;
Daviña et al. 1999) que permiten tener un valor aproximado del número de entidades vegetales constituyentes.
Esta región está habitada por guaraníes de las parcialidades Mbyá y Chiripá que hacen uso de estos recursos
florísticos, de manera que, un relevamiento etnobotánico permite estimar con bastante exactitud la relación
existente entre las plantas utilizadas por los aborígenes y las plantas presentes en el área. Esto, sumado a la
posibilidad de comparar, desde la óptica de los recursos florísticos, las dos parcialidades guaraníes entre sí, y
éstas a su vez con tribus amazónicas ya estudiadas, representa el objetivo del presente trabajo.
A los Guaraníes se atribuyen grandes travesías migratorias en busca de la “tierra sin mal”, su presencia en
Misiones fue fechada, mediante determinaciones radiocarbónicas, en aproximadamente 1200 años A. C. Se trata
de una cultura alóctona, proveniente de las nacientes del río amazonas (Poujade, 2000), área aún habitada por
tribus guaraní-parlantes como los Tembé y los Ka'apor. Los integrantes de las aldeas entrevistadas afirman que
sus antepasados llegaron del Paraguay hace varias generaciones.
Desde el punto de vista antropológico, varios autores advierten diferencias entre las dos parcialidades guaraníes
más importantes que habitan el Alto Paraná; los Mbya y los Chiripá. Haciendo referencia al contacto con los
europeos, Franz Müller (1935), expresa que los Mbya son guaraníes más puros que los Chiripa, tanto en idioma,
costumbres y raza. Es de esperar entonces, que los primeros tengan una mayor interacción con su entorno natural
que los últimos, o que al menos esta interacción se aproxime más al modelo de interacción de los aborígenes
amazónicos, que manifiestan condiciones de vida más prístinas que las del área que nos ocupa.
MATERIALES Y METODOS
El estudio se llevó a cabo en las aldeas "Caramelito", dpto. Guaraní, perteneciente a la parcialidad Chiripá, y
"Guavirá poty", dpto. San Pedro, perteneciente a la parcialidad Mbyá. Ambas comunidades se encuentran en
similares condiciones en cuanto al número de habitantes y distanciamiento a centros urbanos.
Se aplicó la observación participante y las entrevistas directas como métodos de levantamiento de datos. La
información fue corroborada mediante preguntas reincidentes, los datos contradictorios se eliminaron o bien se
sometieron más tarde a una segunda instancia de corroboración. En torno a cada aldea se coleccionó material
botánico testigo de las plantas utilizadas, dicho material se halla depositado en el Herbario CTES.
Los usos de las plantas se subdividieron en ocho categorías a fin de facilitar el procesamiento de la información
y la comparación de resultados. Algunas de estas categorías se constituyeron y caracterizaron a partir de
sugerencias de los informantes y términos por ellos utilizados; por ejemplo, fue de gran utilidad la distinción
entre plantas mágicas, "Ka'ávo", (utilizadas como amuletos para inhibir o incitar sucesos que de otra manera se
regirían por el azar) y remedios "Poa", (utilizados para corregir un hecho indeseable ya ocurrido). Sin el
asesoramiento de los informantes, esta distinción puede resultar engorrosa. En un principio se había incluido
dentro de plantas mágicas a una enredadera cuyos garfios ellos asimilan a colmillos de serpiente. Cuando un
perro es mordido por una serpiente, a fin de curarlo, atan en torno al cuello del mismo un tallo de dicha planta, a
modo de collar. Según los informantes este uso se clasifica como "Poa", remedio y no como “Ka’avo”, a pesar
del fundamento y procedimiento de su aplicación.
Un ejemplo de planta mágica o "Ka'avo", es el caso de Hypericum sp. A fin de tornarse alegres y simpáticos en
reuniones festivas, días previos, se restriegan el rostro con una rama de esta especie y la conservan en el bolsillo.
En nuestra cultura, especies de este género se consumen como remedios contra la depresión.
Se incluyeron dentro de la categoría Tecnología y artesanías, a aquellas plantas utilizadas para confeccionar
armas, trampas, herramientas, utensilios, juguetes y manufacturas varias. La categoría Construcción material
hace referencia a las plantas utilizadas en edificaciones de viviendas, quinchos y templos. Si bien algunos
autores, para no aseverar un porcentaje tan alto de plantas utilizadas, descartan la categoría Combustible (Prance
et al. 1995), en este trabajo se ha decidido incluirla, ya que se advierte un buen discernimiento y una buena
cantidad de especies leñosas, que por diversas razones no son utilizadas para este fin. En plantas Comerciales se
incluyen aquellas que se venden sin un procesamiento previo, tal es el caso de las plantas ornamentales. En
Otros, se han incluido aquellas plantas que no pertenecen a las categorías anteriores y de usos tan dispersos que
impiden agruparlos dentro de una unidad coherente, ej.: plantas indicadoras de aptitud del suelo, plantas usadas
como cosméticos, plantas donde se crían larvas, plantas ictiotóxicas, etc.
Muchas veces resulta difícil evaluar la importancia de una especie o familia. Una entidad puede ser más utilizada
que otra, por razones de abundancia, preferencia, o bien, puede tener más de una aplicación dentro de cada
categoría. Para capturar estas variables se adopta en el presente trabajo el concepto de Valor de Uso utilizado por
Prance et al. (1995). Se establece que el mayor V.U. de una especie para una determinada categoría adopta el
valor 1, y el menor V.U: 0,5. El valor de uso total de una especie se obtiene sumando los valores de uso de cada
categoría. Para obtener el V.U. de la familia botánica correspondiente, se suman los V. U. totales de las especies
y se divide por el número de especies que contiene dicha familia.
Se utilizaron los estudios de riqueza florística ya mencionados, que arrojan valores de alrededor de 500 entidades
botánicas, como base para calcular el porcentaje total de especies útiles y por categorías de uso. No se detallan
los usos específicos de cada especie porque no se considera significativo para este trabajo y para proteger los
derechos tradicionales de los aborígenes entrevistados con respecto a los posibles productos comerciales que
puedan derivarse de estos usos.
RESULTADOS
Con excepción de leves variantes que podrían revertirse cambiando el criterio de definición de las categorías,
prácticamente no se encuentran diferencias en cuanto a las especies más importantes para ambas parcialidades
guaraníes (Tabla 1 y 2), lo mismo ocurre con las familias, apareciendo las palmeras en primer orden (Tabla 3 y
4), lo cual es una característica en común con los aborígenes que habitan la selva amazónica.
En cuanto al total de especies utilizadas y las categorías de uso más importantes, tampoco se aprecian diferencias
notables entre ambas parcialidades (Tabla 5).
Tabla 1: Especies más importantes para los Mbyá entrevistados
Especies
Arecastrum romanzoffiannum
Merostachys clausenii
Holocalyx balansae
Chusquea ramosissima
Sorocea bonplandii
Plinia rivularis
Philodendron bipinnatifidum
Chrysophyllum gonocarpum
V.U.
6,5
6
4.5
4
4
3.5
3.5
3.5
Tabla 2: Especies más importantes para los Chiripá entrevistados
V.U.
6
5,5
4.5
4
4
4
3.5
Especies
Merostachys clausenii
Arecastrum romanzoffiannum
Holocalyx balansae
Chusquea ramosissima
Sorocea bonplandii
Plinia rivularis
Lonchocarpus muehlbergianus
Tabla 3: Familias más importantes para los Mbyá entrevistados
Familia
Palmae
Myrtaceae
Araceae
Gramineae
Rutaceae
V.U.
6,5
2,6
2,2
2,2
2,2
Tabla 4: Familias más importantes para los Chiripá entrevistados
Familia
Palmae
Myrtaceae
Araceae
Boraginacee
Gramineae
V.U.
5,5
2,5
2,5
2,5
2,2
Tabla 5: Número de especies y porcentaje por categoría de uso, en relación con el total de las especies presentes
en la región ( 500).
Mbyá
Chiripá
Nro. De entidades Porcentaje Nro. De entidades Porcentaje
Total de entidades
240
48%
254
50,8%
Remedios
150
30%
127
25,4%
Combustibles
61
12,2%
70
14%
Tecnología y artesanías
39
7,8%
42
8,4%
Mágicas
35
7%
39
7,8%
Alimentos y condimentos
35
7%
46
9,2%
Otros
22
4,4%
21
4,2%
Construcción material
15
3%
19
3,8%
Comercio
13
2,6%
11
2,2%
La relativamente baja proporción de plantas alimenticias silvestres consumidas por los guaraníes es probable que
se deba al reemplazo de estos recursos por productos alimenticios del mercado e introducción de cultivos
foráneos.
Bertoni (1922), haciendo referencia a las plantas alimenticias de los guaraníes, menciona entre éstas: flores de
Abutilon, frutos de Asclepiadáceas, hojas de Oxalidáceas y Amarantáceas, etc., cuya virtud comestible es
absolutamente ignorada por los guaraníes entrevistados. Martínez Crovetto (1968), menciona el consumo de
raíces de Dioscoreáceas por parte de los guaraníes de Misiones, éstas fueron catalogadas como "alimento de los
antiguos" por los informantes.
Si en el análisis de especies arbóreas, comparamos a los guaraníes del Alto Paraná con las tribus Tupí Guaraní
del Amazonas, estudiadas por Balée (1986, 1987) , se observa en las parcialidades locales una predominancia de
especies medicinales en desmedro de las utilizadas en construcción.
Tabla 6. Porcentaje de cada categoría en relación con el total de árboles utilizados
Remedios
Tecnología
Alimentos
Construcción
Otros
Comercio
Mbyá
73,4
21,5
31,6
12,6
11,4
0
Guaraníes
Chiripá
58,4
31,2
40,2
16,9
11,7
0
Tupí Guaraní
Ka'apor
Tembé
28
17,8
25
34,2
44,7
35,6
26,3
49,4
10,1
6,8
2,6
8,1
CONCLUSIONES
Como se aprecia en las tablas, las diferencias notadas por los antropólogos entre ambas parcialidades guaraníes
locales no se reflejan en relación con el aprovechamiento de los recursos florísticos, o bien estas diferencias se
han emparejado con el transcurrir de los años de contacto con comunidades rurales y urbanas.
Resulta significativo comparar la situación de ambas parcialidades con los estudios llevados a cabo en áreas y
comunidades menos intervenidas, como es el caso de los Ka'apor y los Tembé que pertenecen al tronco
lingüístico Tupí Guaraní y habitan la selva amazónica. De esta manera se puede aventurar la evolución que sufre
el aprovechamiento de los recursos naturales por parte de comunidades indígenas a medida que aumenta el
contacto con la civilización occidental.
Esta evolución puede definirse como un proceso de adaptación que no necesariamente implica degradación, los
valores y porcentajes de plantas medicinales registrados en este trabajo para cualquiera de las dos parcialidades,
son más altos que en el caso de comunidades amazónicas. Probablemente esta cifra elevada tenga que ver con el
aumento de la ocurrencia y tipo de enfermedades que trae aparejado el contacto con poblaciones rurales y
urbanas, paralelamente al elevado precio de los medicamentos, y a las dificultades de acceder a la atención
médica en sanatorios y hospitales.
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