EL EFECTO BOOMERANG Han pasado 10 años ya del aterrador atentado a las Torres Gemelas de New York. Diez largos años de atentados en varios países; de crisis internacionales, de invasiones y guerras y, tal vez, por ello, ha cambiado la faz del mundo. Nos lo dice Terencio: “Homo sum, humani nihil, a me alienum puto”: “Soy hombre, nada de lo humano me es ajeno”. Nada volverá a ser como antes. Miles de personas de países árabes u occidentales, inocentes como las victimas de las Torres Gemelas, han pagado con su vida, sus casas, y su futuro, el horror cometido por unos pocos, que afecta a tantos. Cada conflicto bélico, reivindicativo o debacle natural, que se genera en algún lugar del mundo, afecta a cualquiera de los humanos que lo habitan. Por lejos que nos parezca, acaba llegando, como nos llegan, sistemáticamente, las cuatro estaciones del año. ¿Guerra en países petrolíferos?... ¡Subida de costes de carburantes y energías! ¿Tsunami en Japón?... ¡Alarma radioactiva! ¿Problemas económicos en EEUU?... ¡Ruina económica en medio planeta! Y si nada de lo humano nos es ajeno… ¿Por qué a veces rechazamos esa realidad? ¿Por qué nos empecinamos en creernos invulnerables, ante desgracias ajenas? Estoy segura que más de la mitad de los parados de este país, nunca pensaron que se encontrarían en la necesidad de pedir comida a los Bancos de Alimentos, a Cáritas o a la Cruz Roja. No sintieron que los acontecimientos devenidos de grandes problemas en apariencia ajenos a ellos, podrían dejarles en las puertas de la indigencia. Llegar a sentirse ciudadano en “exclusión social” no siempre depende de uno mismo. Son numerosos los componentes que pueden configurar esta situación, por tanto sugiero que no miremos a los necesitados pensando que somos superiores; nosotros, los afortunados que tenemos trabajo, familia y casa, mañana por el efecto boomerang de la sociedad, podemos vernos en situaciones parecidas a las de millones de personas que “aparentemente” no tenían nada que ver con nosotros. Vivimos en una aldea global, cada vez más cerca unos de otros debido al fenómeno de Internet, por tanto, cualquier ciudadano del otro lado del planeta, es como si fuera nuestro vecino. Por tanto, respetemos y si es posible, además cooperemos con los vecinos físicos de nuestra zona que sabemos que lo necesitan. Si ellos son socorridos hoy, mañana podrán ayudarnos si a nuestra puerta llama el fantasma de la necesidad. Emaús diariamente, como objetivo vital básico se dedica a la Ayuda Social, auxiliando con los recursos que recibe, a la máxima cantidad de personas, tanto las acogidas en sus centros, como ajenas a ellos. Porque, también en Emaús… “Somos personas, nada de lo humano nos es ajeno”. Más información: www.emausong.es