EMISIÓN DE VALORES, PATRIMONIO AUTÓNOMO, MERCADO PRIMARIO Y SECUNDARIO, OFERTA PRIVADA Y PÚBLICA Concepto 2008025409-002 del 14 de junio de 2008. Síntesis: Es factible efectuar una oferta privada de títulos derivada de una titularización, y previa o posteriormente inscribirlos ante el RNVE y Bolsa de Valores para su oferta pública en mercado secundario. En caso de inscribir títulos emitidos por un patrimonio autónomo para ser negociados en el mercado secundario y dirigidos a los inversionista calificados del segundo mercado, deben cumplirse los requisitos de la Resolución 400 de 1995, indicando que la emisión se ofertará de manera privada, sin perjuicio que el mercado secundario de los títulos se dirija a inversionistas institucionales. «(…) su consulta del asunto, en la que hace alusión a una emisión efectuada por un patrimonio autónomo, cuya oferta a mercado primario seria privada, y a mercado secundario, pública, y efectúa unos interrogantes, nos permitimos dar respuesta a los mismos, en el orden en & que fueron planteados, así: “…1. En el evento en que el emisor decidiera ofrecer en el mercado primario los títulos mediante oferta privada, podría de cualquier forma inscribir los títulos en el RNVE así como en la bolsa para efectos de que sean susceptibles de ser transados en el mercado secundario?” Sea lo primero mencionar que de conformidad con el Concepto 20057-258 del 8 de julio de 2005 proferido por la Delegatura para Emisores, de la antigua Superintendencia de Valores, hoy Superintendencia Financiera de Colombia, se indica que la oferta pública de los títulos emitidos en procesos de titularización, sea primaria o secundaria, deberá cumplir con las disposiciones que establece la Resolución 400 de 1995, tanto las específicamente referidas a la titularización, como aquéllas generales, dentro de las cuales se encuentran las que regulan la oferta pública en el mercado secundario. En consecuencia, según el citado concepto: “...Así las cosas, incluso si la oferta en el mercado primario es privada por estar dirigida a menos de 100 personas determinadas, los títulos podrían estar inscritos en el RNVI de manera previa a su emisión y suscripción, con el propósito de ser ofrecidos públicamente en el mercado secundario, una vez hayan sido emitidos y suscritos.” De lo anterior, deducimos que es factible efectuar una oferta privada de títulos derivada de una titularización, y previa o posteriormente inscribirlos ante el Registro Nacional de Valores y Emisores (en adelante RNVE), y la Bolsa de Valores de Colombia, para los efectos de su oferta pública en mercado secundario. “...2. Podría considerarse el segundo mercado?” El artículo 1.4.0.1 de la Resolución 400 de 1995 define el segundo mercado como aquel, en el que las negociaciones de títulos cuya inscripción en el RNVE se efectúe conforme a los requisitos establecidos en el “presente título” y cuya adquisición sólo puede ser realizada por los inversionistas autorizados. A la vez, en sus parágrafos 1° y 2°, respectivamente, enuncia: “Para efectos de esta resolución se entiende por mercado principal las negociaciones de títulos inscritos en el Registro Nacional de Valores e Intermediarios conforme a lo dispuesto en el título primero de la parte primera de la presente resolución o normas que la modifiquen, adicionen o sustituyan. Parágrafo 2°. — Los títulos que pertenezcan a una emisión no podrán hacer parte en forma simultánea del Segundo Mercado y del mercado principal. Así misma, las acciones de una sociedad sólo podrán formar parte de uno de los dos mercados.” Por su parte, el artículo 1.4.0.7 establece que podrán hacer parte del segundo mercado, los valores emitidos por entidades que por su naturaleza puedan realizar emisiones de títulos de contenido crediticio, de participación, o mixtos, para ser colocados y negociados en el mercado público de valores. Con base en lo anterior, se observa que de conformidad con las normas vigentes existen dos tipos de mercado al que ofrecer los valores según los destinatarios, mercado principal, si es dirigida la oferta al público en general o segundo mercado, si se trata de inversionistas calificados. Ahora bien, existen normas especificas para cada uno de estos mercados, tanto para la inscripción como para la oferta de los valores respectivos, por lo que, en punto al mercado principal los artículos 1.1.2.3 y 1.1.2.5 de la Resolución 400 de 1995, regulan, respectivamente, la inscripción y la oferta de valores, mientras que en el caso de segundo mercado, los artículos 1.4.0.8 y 1.4.0.12 ibídem, lo hacen por su parte, esto es, regulan la inscripción y a oferta citadas. Adicionalmente, no existe limitante a que tanto en uno como en otro, se pueda llevar a cabo la inscripción para los efectos de negociarlos en el mercado secundario, en cuyo caso, deberá darse cumplimiento con los requisitos exigidos para que la misma clase de valores pueda ser ofrecidos en oferta pública en mercado primario. Lo anterior conlleva a que la respuesta a su interrogante planteado en el numeral 2 del escrito del asunto, sea afirmativa. “….3. Si las respuestas a las dos primeras preguntas resultan ser positivas, agradecemos confirmar que el proceso que se tendría que surtir frente a esta Superintendencia sería: A. Cumplir con los mismos requisitos de una oferta pública B. Enunciar en la comunicación a ser enviada a la Superintendencia radicando la documentación pertinente, que la oferta primaria se hará mediante oferta privada D. (sic) No se publicaría(n) aviso(s) de oferta pública D. Los reportes e información eventual en cabeza del emisor, serían los mismos que los de una oferta pública...”. Al respecto, siendo positivas las dos respuesta anteriores, en caso de que se quieran inscribir titulas emitidos por un patrimonio autónomo con el fin de ser negociados en el mercado secundario y dirigidos a los inversionista calificados del segundo mercado, deberá darse cumplimiento a los requisitos establecidos en los artículos 1.4.0.8 y 1.4.0.12 de la Resolución 400 de 1995, indicando en la comunicación remisoria de los documentos, que la emisión se ofertará de manera privada, sin perjuicio que el mercado secundario de los títulos se dirija a inversionistas institucionales. Como consecuencia de la inscripción ante el RNVE, se harán exigibles las obligaciones propias de la calidad de emisor de valores, las que incluyen envío de información periódica y relevante, entre otras. (…).»