La guerra de cinco psicópatas que desde la ONU pretenden conquistar a Libia y al resto del mundo Caracas, 21 Mar. AVN (Hernán Mena).- “En la guerra, la primera víctima es la verdad”, afirmó Sun Tzu hace 2.500 años, y la máxima cobra una vez más vigencia con el asesinato de esa virtud en una guerra dirigida desde la ONU por cinco sicópatas que en demencial afán por adueñarse del petróleo libio, la mataron con el arma de la mentira que oculta bajo pretexto de salvaguardar vidas, paradójicamente ha desatado una espiral de violencia, destrucción y muerte que podría alcanzar al resto del mundo. Los cruzados de hoy son como herederos de la farsa montada por la Iglesia que hace 916 años lanzó a fanáticos reyes y guerreros europeos a la primera edición de Las Cruzadas con la falsa misión de rescatar el Santo Sepulcro, pero lo que en el fondo perseguían los codiciosos pontífices, era ampliar su poder político, religioso y económico como el adueñarse de la ruta de las especias, tan valiosas entonces como lo es hoy el petróleo. Y luego de casi dos siglos de sangrienta lucha en la que alcanzaron victorias iniciales como la toma de Jerusalén en la Primera Cruzada, donde masacraron a la mayoría de sus habitantes, realizaron otras siete cruzadas en medio de escasos triunfos y muchas derrotas, hasta que finalmente regresaron derrotados terminando así con la irracional e infortunada aventura bélica desatada por aquellos ambiciosos papas. Hoy, en el mundo, el lugar de esos pontífices es ocupado por los presidentes Barack Obama de EE UU y Nicolas Sarkozí, de Francia, dos primeros ministros, David Cameron, del Reino Unido y Silvio Berlusconi y Anders Fogh Rasmussen, secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico, cinco personajes que, a todas luces padecen ese grave trastorno de personalidad antisocial que en siquiatría se conocen bajo el nombre de sicópatas. Los archivos policiales de todo el planeta registran casos de famosos sicópatas, protagonistas de hechos delictivos perpetrados a sangre fría y sin el menor remordimiento por esos enfermos mentales, la mayoría de ellos asesinos en serie que perpetran homicidios, crímenes sexuales, y otros por el único placer de ver correr sangre, llegando en algunos casos al extremo del canibalismo. Por su parte, la literatura y el cine han explotado hasta la saciedad el tema de ese tipo de enfermo mental, en novelas y filmes de suspenso y terror, presentándolos como autores de algunos aberrantes asesinatos y otros delitos, pero en el caso de los agresores de Libia, la realidad supera con creces a la ficción, ya que se cuentan por millones las víctimas de sus crímenes de lesa humanidad, con el agravante de que hasta hoy permanecen en la impunidad. El proyecto de Investigación Especial del Grupo del Futuro Cuántico (Quantum Future Group) en un extracto de su Informe sobre el Desorden Psicopático de la Personalidad, (Psychopathic Personality Disorder) publicado en la Web, nos aproxima a una comprensión de ese tipo de individuo en cuya designación encajan como piezas de un rompecabezas, por su modo de actuar delincuencial, Obama, Camerun, Sarkozy, Berlusconi y Rasmussen. “Los sicópatas, -destaca el Informe- son simplemente individuos depravados moralmente, que representan a los monstruos en nuestra sociedad. Son depredadores irrefrenables e imposibles de tratar, (medicinalmente) en quienes la violencia es planeada, decidida y carente de emociones”… La mentira para el psicópata es como la respiración.”…La manipulación es la clave de sus conquistas.” “La mentira, el engaño y la manipulación son talentos naturales en los psicópatas…cuando son pillados en alguna mentira o desafiados con la verdad, rara vez quedan perplejos o desconcertados. Cambian simplemente sus historias o procuran remoldar los hechos, de modo que parezcan constantes con respecto a la mentira. El resultado es una serie de declaraciones contradictorias y un oyente profundamente confundido.” (Haye). Esa capacidad de mentir de manera tan extremadamente cínica de los cinco psicópatas, la han transmitido a sus cruzados, lo mismo que la habilidad para cambiar sus historias o versiones cuando son sorprendidos mintiendo, como lo comprueba la declaración hecha por uno de los oficiales que dirigen las operaciones bélicas contra Libia, quienes hasta ayer aseguraban que los objetivos de sus ataques eran exclusivamente militares. Sin embargo, sus bombas y misiles destrozaron viviendas, centros comerciales y hospitales, causando la muerte a decenas de hombres, niños y mujeres e hiriendo a más de doscientos causando pánico y terror entre los sobrevivientes, y a pesar de poseer sofisticados equipos de control y vigilancia que determinan de inmediato los resultados de su obra destructiva, con la mayor impudicia, el alto jefe militar manifestó que no habían bajas civiles, solo militares. De la misma forma declararon que no trataban de matar a Gadafi, que la operación, -reiteraronestaba dirigida a destruir los complejos antiaéreos y demás equipos bélicos del ejercito libio, y era mentira, ya que el domingo, sus misiles destruyeron la residencia oficial del coronel, líder del proceso revolucionario y comandante de la resistencia contra la agresión de los cinco psicópatas y sus cruzados. Y ante tan clara evidencia de su intento de magnicidio, el oficial yanqui, con la misma capacidad que tienen los cinco psicópatas para cambiar sus versiones, insistió en su mentira respondiendo a los periodistas que le preguntaron si el ataque a la residencia de Gadafi tenía el propósito de darle muerte, que “ni Gadafi, ni su vivienda habían sido escogidos como blanco del bombardeo, pero como todo mentiroso, se contradijo, al agregar que fue atacado porque era un centro de control y comando militar.” Y en un acto, mezcla extrema de doblez, hipocresía y cinismo, propio de la patología transmitida a sus cruzados por los cinco psicópatas, exclamó: “Si Gadafi estaba allí, ese es su problema”. Su respuesta debe mover a la reflexión serena y sosegada de la sociedad humana, ya que, si se es capaz de mentir así y aceptarse así mismo como cierta esa falacia como lo hace el militar yanqui, ¿qué nó podrían hacer sus superiores, los cinco psicópatas, para justificar la locura de un holocausto nuclear ya que tienen el poder de mando y los armamentos para desatarlo" Y es que el mundo no parece haberse dado cuenta de que la vida del planeta, de la raza humana y demás criaturas que lo pueblan están en manos de cinco dementes, dueños de un arsenal nuclear lo suficientemente letal para hacer desaparecer todo vestigio de vida en cuestión de segundos, y podrían hacerlo en cualquier momento, ya que son “impredecibles, egocéntricos, sin empatía hacia los demás, e incapaces de sentir remordimiento o culpa.” Y así como EE UU desató por primera el terror nuclear hace sesenta y seis años en Hiroshima y Nagasaky, hoy, cuando el poder de destrucción de las armas nucleares se ha multiplicado geométricamente, los cinco psicópatas, podrían desencadenar el Holocausto, con la aprobación o no del Consejo de Seguridad de la ONU, instancia que dominan a su antojo y cuando no pueden hacerlo, simplemente lo hacen sin su apoyo y por su cuenta. Nadie les otorgó a esos tres países el derecho a proclamarse dueños del destino del planeta. Fue en su condición de vencedores, de la segunda guerra mundial, que junto con Rusia y China lo hicieron, y no sólo eso, sino que se crearon ese instrumento, aberración jurídica que es el veto, con el cual dan atropellan y rechazan la voluntad de las mayorías que hacen vida en la ONU, cada vez que un país reclama paz, soberanía y justicia. Pero, a pesar de que el mundo está cansado de las abusivas decisiones del Consejo de Seguridad de la ONU, EE UU, Francia y el Reino Unido continúan agrediendo a los pueblos del Tercer mundo, como lo hacen hoy contra Libia, y cuando no cuentan con su aprobación, sus decisiones, como lo hicieron hace exactamente ocho años al invadir a Irak con el falso pretexto de que poseía Armas de Destrucción Masiva, Eso es lo que están haciendo hoy en Libia, Obama, Cameron, Sarkozi, Berlusconi y Rasmussen, un quinteto de psicópatas asesinos en serie, aquejados además por diferentes problemas de orden ético, moral, sexual, sentimental y odio racial, condición que en opinión de algunos psiquiatras, puede exacerbar ese deseo incontrolable de violencia que afecta la enferma mente de los psicópatas. No tuvieron más opción que recurrir a la intervención militar de sus propias fuerzas, ya que fracasó, tanto la Guerra de Cuarta Generación adelantada por los medios mercenarios, como la violencia armada de los civiles armados que la CIA y infiltró, disfrazados de manifestantes desarmados, a los que la prensa estadounidense, europea y de algunos países latinoamericanos, presentaron como víctimas indefensas de los bombardeos de la aviación de Gadafi. Lo hicieron apresuradamente, justo a tiempo para salvar de la derrota a sus títeres, acosados y acorralados en Bengazi por las fuerzas leales. Eran los que los cinco psicópatas y los medios estadounidenses y europeos, aseguraban que estaban desarmados, cuando lo cierto es que tenían tanques, aviones, helicópteros y baterías antiaéreas armamento que les permitió tomar pueblos y ciudades, hundir barcos y derribar aviones. Es una embestida brutal la desatada por orden de esos cinco asesinos en serie, que atacan desde portaviones, fragatas, submarinos y aviones lanzando misiles y bombas para destruir, además de objetivos militares, escuelas, comercios y hospitales, con un saldo de muerte y destrucción tan grande, que los centros asistenciales son insuficientes para atender a tan elevado número de víctimas. Ante ese genocidio, nuevo eslabón de la cadena de crímenes de lesa humanidad que los cinco psicópatas vienen cometiendo en Irak y Afganistán, se han levantado las voces de protesta de los líderes progresistas de América Latina, del Caribe y del resto del planeta, siendo el presidente venezolano Hugo Chávez Frías, el primero en condenarlo, al tiempo que reiteraba la propuesta que hizo cuando apenas empezaba la agresión, llamando a la creación de una comisión internacional de diálogo y paz. “El imperio yanqui ya comenzó la acción militar, dijo el comandante. Esto es muy lamentable…!Hay que ver cuánta irresponsabilidad!, dijo, conmovido e indignado ante la masacre cometida. Lo mismo hizo, el canciller Timmerman, desde Argentina; el presidente Evo Morales, desde Bolivia; Fidel Castro desde Cuba, así como tambien Rusia y China a través de sus respectivas cancillerías. Pero, ¿Eso que le importa a los asesinos en serie, acostumbrados a desatar baños de sangre aún más brutales, como los protagonizados en Afganistán y Pakistán por sus tropas y sus “drones asesinos” que matan casi a diario a ancianos, niños y mujeres, desde que hace cerca de diez años invadieron y ocuparon el primero de esos países, llamado “el cementerio de los imperios” y, donde están sufriendo una humillante derrota. No les importa, porque en la mente enferma de esos psicópatas, solo hay cabida para el crimen, la violencia y la mentira, como la utilizada por los pontífices que enviaron a la muerte a miles de soldados con el pretexto de rescatar el Santo Sepulcro, cuando lo cierto es que lo único que buscaban era ampliar su poder político y religioso y las especias, tan valiosas entonces, como lo es hoy el petróleo libio del que pretenden adueñarse sus cruzados. Y es que, perdidos en el laberinto del mal que aqueja a sus mentes, extraviadas por la miseria humana que las corroe, los Cinco Psicópatas, han olvidado una de las principales enseñanzas divulgadas por Sun Tzu en El Arte de la Guerra”, que seguramente han leído, ya que es obra de obligada lectura “para comprender las raíces de un conflicto y buscar su solución.” Esa sabia lección nos remite a la máxima central de la obra del pensador chino, "tratado que enseña la estrategia suprema de aplicar con sabiduría el conocimiento de la naturaleza humana en los momentos de confrontación", la cual señala que “la mejor victoria es vencer sin combatir, - y termina diciendo- Eso es lo que distingue al hombre prudente del ignorante”. Y los Cinco Psicópatas, por más ilustración que posean, han caído en la ignorancia, obnubilados por su irracional empeño de conquistar Libia y al resto del mundo, despreciando un sabio consejo de hace 2.500 años, que no ha perdido vigencia y que de acatarse podría hacer prevalecer la vida del planeta y las criaturas que lo habitan, sobre la muerte a la que los están condenando con sus guerras Obama, Çameron, Sarkosy, Burlosconi y Rasmussen. Powered by TCPDF (www.tcpdf.org)