Generado por Newtenberg Agua: recurso escaso y vital Se ha preguntado alguna vez en cuántas actividades humanas está presente el uso del agua. O mejor dicho, ¿se ha preguntado en cuáles no es necesaria? Fabricar papel, yogurt, cerveza, cemento, bolsas plásticas, botellas; fundir metales, producir electricidad, construir casas, regar las plantas, ducharse, o simplemente, saciar nuestra sed dependen de la disponibilidad de agua. Un recurso que se vuelve cada vez más escaso, pues las probabilidades de encontrarlo sin contaminar son remotas y su potabilización es un proceso caro y no siempre al alcance de todos, en especial en países del llamado tercer mundo. Y es que producir agua potable es un proceso largo, costoso y complejo. Fabricar un solo vaso de agua requiere entre dos y cuatro horas de trabajo humano, recursos económicos, materiales y procesos de alta tecnología. Para producir agua potable, se utiliza el "agua cruda" o agua natural que proviene de fuentes superficiales, como lagunas, ríos, esteros y canales o fuentes subterráneas, como pozos y drenes. El tratamiento del agua implica una serie de pasos que permiten eliminar la turbiedad y suciedad y dejarla apta para el consumo del hombre. Es necesario extraerle piedras, ramas, trapos y todo tipo de basura que aparezca flotando. También existen pequeñas partículas de tierra, arcilla u otros que requieren de un tratamiento para su eliminación. Para eso se utilizan ingredientes químicos que permiten aglomerar aquellas partículas más diminutas para lograr sacarlas del agua. El último proceso de tratamiento es la desinfección, que permite destruir los microorganismos que aún pudiesen encontrarse presentes en el líquido. 1